Zona de impacto
Desplome de la productividad industrial y amenazas de más despidos por la política de importaciones
Villa Constitución, San Nicolás y Ramallo son ciudades afectadas por la política anti-industrial del Presidente Javier Milei. La apertura de importaciones y baja de aranceles de productos importados genera otro golpe a la productividad industrial. La empresa Ternium, del grupo Techint, prepara un plan de “reestructuración de costos” en su planta General Savio, ubicada en Ramallo. La empresa de Paolo Rocca piensa en una reestructuración del 10%, porque importar planchones terminados desde Brasil resulta un 20% más barato que producirlos en la planta. Acindar estará parando a mitad de diciembre. La baja en su producción es histórica.
Contamos en El Cohete la problemática de la empresa Fiplasto de Ramallo, donde el empresario energético Marcelo Mindlin despidió a 13 trabajadores. La maderera fabrica dos tipos de chapadur de distintos espesores, que son utilizados como bandeja para las embotelladoras de gaseosas. Ese chapadur a medida arma lo que se comercializa como pack de media docena de bebidas. Fiplasto vende a 4 dólares esa bandeja. La apertura genera que esa misma producción entre al país a un precio inferior, por no tener que pagar aranceles. De esa manera, la empresa de gaseosas negocia seguir comprándole a Fiplasto a un precio menor, la mitad del valor, si es que quiere continuar como proveedora. Fiplasto acepta y el costo —por el momento— son los 13 trabajadores despedidos. El precio de comercialización de las gaseosas no baja para el consumidor, la importación no genera una competencia, sólo genera mayor beneficio para algunos.
“Nunca se sintieron más a gusto que con Milei. Fueron beneficiarios ni bien asumió de una devaluación del 118%. Si bien les cayeron las ventas, saben que siguen disfrutando de las ventajas, de seguir manteniendo altos los precios para los consumidores sin ningún control estatal, y ahora teniendo beneficios con la importación”, dice un dirigente gremial que prefiere no revelar su nombre. El impacto sobre lo que en algún tiempo fue llamado cordón industrial será mayor. Las propias industrias saben del costo altísimo que tienen en su producción en energía y ya no les conviene producir. Los dueños de estas empresas son grupos económicos dispuestos a bajar su productividad, porque tienen negocios en otras áreas. Están dispuestos a acompañar el enfriamiento que Milei pretende, una recesión que se paga con desempleo.
Directivos de la empresa Ternium mantuvieron un encuentro el miércoles con miembros de la comisión directiva de la Unión Obrera Metalúrgica y la comisión interna de empresas contratistas. En esa reunión la empresa fijó su pretensión de una restructuración del 10%, en línea con la versión de que la empresa despediría a 600 obreros. La siderurgia de Rocca pretende “readecuar sus costos en función a la demanda actual, que es baja”, expresa Fabián Gigli, secretario de prensa de UOM seccional San Nicolás, en diálogo con El Cohete a la Luna. Ternium sostuvo que el nivel de productividad seguirá siendo bajo en los próximos cuatro meses. “Estamos hablando de niveles de 150.000 toneladas, cuando lo estándar serían 180.000 o 190.000 toneladas”, señala Gigli.
Readecuar los costos en función de los precios internacionales y la competencia de China y Brasil, producto de la liberación de importaciones, es el objetivo de Paolo Rocca. Y la reducción de costos siempre recae en los trabajadores. La UOM planteó que “ellos también deberían readecuar no solamente los costos y las estructuras productiva, sino su ganancia, que ha sido mucha en estos últimos años”, señala Gigli sobre la respuesta gremial al plan empresarial. “Ellos desean seguir teniendo ese privilegio (de grandes ganancias) a costa de proveedores y a costa de la gente”, dice el sindicalista. La UOM se mostró en desacuerdo con la postura empresarial en la reunión. Planteó que antes de llegar “a esa restructuración o achique de plantilla, existen alternativas previas como la posibilidad de reemplazo por vacaciones con personal propio sin tener que contratar personal para esos fines”.
Desde UOM creen que esa podía ser una alternativa para impedir el impacto brutal que tendrían los despidos. Tomando esa decisión, se podría continuar —hasta marzo o abril— manteniendo al personal. Ternium sostiene que en los meses de cierre de año y comienzos de 2025 se continuará con bajos niveles de productividad. De todas maneras, en la reunión que mantuvo la UOM con directivos de la empresa “no se habló de despidos —por el momento— ni de fechas, ni plazos, ni cantidades. Pero cuando ellos hablan de reestructurar todo un 10%, si se saca la cuenta, es el número que daban las versiones periodísticas”. Los directivos de la empresa se comprometieron a evaluar las alternativas que brindó la UOM.
Ternium, igual que Fiplasto, sufre con la importación la política liberadora del Presidente al que apoyan. “Rocca dice públicamente que la cancha está inclinada. Lógicamente que está inclinada, si entran los planchones de China a mitad de precio”, dice un dirigente regional sindical, expectante de lo que la UOM pueda llegar a alcanzar en la negociación para aminorar el impacto brutal que implicaría para la zona tener no sólo trabajadores pobres o endeudados sino también desempleados. El dirigente, que prefiere no revelar su nombre, confía en que Naldo Brunelli pueda en la negociación lograr que Rocca entienda lo perjudicial que sería optar por despidos. Dice que se partió con la intención empresarial de despedir 600 obreros (300 de planta permanente y 300 contratados) y con la idea de bajar la productividad del alto horno. Las reuniones sirvieron para llevar una contrapropuesta: no avanzar con los contratos de los 100 empleados que iban a ingresar en estos meses en reemplazo de obreros de vacaciones. Eso permitirá que no existan despidos, se esperanza.
La situación sigue siendo grave en la empresa del grupo multinacional Acindar ArcelorMittal, que tiene una de sus plantas principales en Villa Constitución, provincia de Santa Fe. El secretario general de la UOM de esa ciudad, Pablo González, en diálogo con El Cohete a la Luna describe el panorama: “Viene mal la situación. Va estar parando la producción el 16 de diciembre, adelantando 15 días la parada de fin de año. Con un problema de productividad muy grande. Se espera llegar a las 700.000 toneladas, pero hoy estamos en las 540.000, el peor registro de los últimos 30 años, sin lugar a dudas”. Recuerda el dirigente gremial que Acindar supo tener una producción de 1.430.000 toneladas. “Estando en un 35 ó 40% de lo que podría fabricar Acindar”. No se descarta el conflicto si continúa la baja productividad.
González explica el problema que atraviesan las grandes siderúrgicas. “Tanto Acindar como Siderar (Ternium) y Siderca están afectadas por la importación. Afecta desde el punto de vista del producto elaborado, de la materia prima que es el acero. En hierro de construcción, en alambre, que está viniendo desde China y que todavía no empezó a entrar con mayor frecuencia pero que va a comenzar ocurrir cuando empiecen a tener disponibilidad de dólares”, señala. Aunque no es lo único que impacta. Todo lo que se conoce como línea blanca, productos del hogar, “todo lo que tiene que ver con lavarropas, secarropas, heladeras, toda la chapa dejaría de venderse directamente o indirectamente por Ternium, porque entra mucho más barato importado y sin aranceles, ese es el problema que tenemos”, concluye.
Milei habló en la noche del jueves, en la celebración de los 100 años de la Cámara Argentina de Comercio: “Hoy vengo con un mensaje muy particular, la recesión ha terminado y el país ha comenzado a crecer”. Algunas industrias, precisamente de empresarios que lo apoyaron para que esté en ese lugar y que lo sostienen, transmiten otro mensaje: el del desplome de la productividad, producto de una recesión que quieren sanear con desempleo.
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