“Yo estuve ahí. Fue a las tres y pico de la mañana, llegaron un montón de monos en largas filas de camionetas, encapuchados, con palos. Fueron a buscar gente a las vecinales, a las milocho, ¡una cara de sacados terribles, tenían! Quemaron todo, incendiaron las casuchas que teníamos para el frío, prendieron cubiertas con nafta; en un momento se cortó la luz en toda la rotonda y fue una de correr gente para todos lados… Se escucharon tiros, les pegaban a todos, nos corrimos y solo quedaron unos pocos profesores aguantando. La zona estaba totalmente liberada. No había un solo policía ni gendarmería ni infantería ni nadie. Querían que nos hicieran mierda. Pero no les dimos el gusto, rajamos a los autos, nos fuimos a ATECH y de ahí a cortar la calle frente a la Primera para que nos dieran explicaciones de por qué no había policía si todos los días habían estado ahí listos para pegar”. El relato de una joven docente, que prefirió reservar su nombre por cautela, no deja lugar a dudas.
Antes, los cortes de ruta que vienen paralizando los pozos petroleros hace varios días habían sido usados por los empresarios de Pan American Energy y el poder político para presionar por la liberación del precio de las naftas. Frenado el debate sobre el balance de las cuentas impositivas provinciales, todo se salió de madre con los estatales y docentes sin cobrar salarios, el comercio totalmente paralizado y los hechos de violencia a la orden del día.
Comodoro Rivadavia respondió con una marcha multitudinaria como nunca antes se había visto, ante esa agresión a cinco maestras en el acceso a la ciudad. Igual que la marejada que había inundado Comodoro el día anterior, todos los sectores de la población se volcaron a las calles para llenarlas de bote en bote con su repudio y descontento. Un fuerte mensaje para el gobernador Mariano Arcioni y para el gobierno nacional y la ratificación del derecho a protesta de los trabajadores, que reclamaban el pago de los salarios atrasados en uno de los 12 piquetes desplegados en toda Chubut. Arde la provincia y el gobierno nacional hace improbables cálculos electorales de su rédito político y deja que el incendio se extienda.
Llovieron las adhesiones. El Sindicato de Camioneros del Chubut confirmó, a través de un comunicado, un paro total de actividades. “Los compañeros y compañeros del sindicato repudiamos las agresiones perpetradas contra docentes que reclamaban por su salario y su obra social en la ruta”, indicaron. Presentes en la marcha, los afiliados a ATE en boca de su secretario general Edgardo Hompanera, repudiaron el ataque que sufrieron los docentes en la rotonda de rutas 3 y 26 y responsabilizaron a Jorge Loma Ávila, funcionario del gobierno provincial y dirigente del Sindicato del Petróleo y Gas Privado, quien en los días previos había manifestado su rechazo a la protesta de los docentes en declaraciones recogidas por Radio del Mar.
Roberto Baradel, secretario general de Suteba, se refirió al paro docente en todo el país y justificó la protesta anunciada en el marco de los incidentes registrados. “El gobierno tiene que terminar el 10 de diciembre, pero nosotros no podemos dejar de reclamar por los derechos de los trabajadores”, señaló. Sobre la situación de los docentes, que llevan adelante varias medidas de fuerza por reclamos salariales y sociales, Baradel consideró que “hay una intencionalidad del Gobierno en lo que sucede” en esa provincia. En declaraciones a El Destape Radio advirtió que “Chubut necesitaba asistencia del gobierno nacional, pero nunca llegó”.
“Este ataque fue el límite”, proclamó la secretaria general de CTERA, Sonia Alesso. El paro de 24 horas en respaldo a los maestros chubutenses fue cumplido por los sindicatos docentes de todo el país. La agresión con zona liberada sobrevino a las amenazas de quebrar la medida de fuerza que impedía el paso de los camiones, realizada en las vísperas por Ávila. La medida de fuerza fue acatada por los sindicatos de base de CTERA, por la FEB, por los docentes universitarios de CONADU. A la concentración asistieron representantes de todos los sectores de la comunidad educativa.
Chubut se ha convertido en el epicentro de la resistencia de los trabajadores a la última realidad del macrismo. La dureza de las condiciones en las que están luchando, el carácter del gobierno que termina su mandato y el abandono a su suerte por parte de las autoridades nacionales convierten a este conflicto en un fenómeno del que nadie se quiere hacer cargo, como si fuera una brasa ardiente que pasa de mano en mano. La gigantesca marcha en Comodoro y el gesto político de CTERA de convocar a un paro nacional describen otro escenario y lo trasladan también a la Capital, obligando a Macri a hacerse responsable y dar una respuesta.
Por unanimidad
No puede pedirse más unanimidad al reclamo por el hambre. La Mesa de Encuentro por el Trabajo y la Vida Digna exige la declaración de Emergencia Alimentaria, y entre los firmantes están la UIA, CGT, ambas CTA, FSMN, CFT, FAN, CTEP, Barrios de Pie, CONINAGRO, CNCT, Federación Agraria, CARBAP, la CGE, Pymessur, Federación Nacional Campesina.
Al momento de concentrarse los docentes, la 9 de Julio estaba copada por los movimientos sociales que desde la tarde del miércoles se habían convocado frente al Ministerio de Salud y Desarrollo Social reclamando la Emergencia Alimentaria. Ante la premeditada ausencia de Carolina Stanley u otro funcionario en capacidad de dar respuesta a las demandas, decidieron acampar toda la noche en la calle más ancha del mundo. Lentamente el centro de CABA va acumulando diversas protestas que dan cuenta del clima social de fin de época que nos ofrece este gobierno.
La masificación acumulativa de estas protestas ha derivado en otros momentos de la historia en puebladas que marcaron abruptos finales de época. El hambre y la represión fueron el hilo conductor de los cuatro años del gobierno de Macri y confluyen al final del camino. La gran duda sigue siendo cuánto tiempo se podrá sostener esta situación, habida cuenta de los tres meses que aún restan para que Mauricio Macri deje la Casa de Gobierno y otra política comience a remontar desde el cráter donde nos hundió a la inmensa mayoría de los argentinos.
El miércoles, los aceiteros dieron a conocer su decisión de ir a la huelga: “Como primera medida ante la falta de respuesta de las cámaras patronales a una cláusula de revisión para la cual se comprometieron a reunirse en la primera quincena del mes de julio tras dos meses de crisis, las patronales continúan sin brindar una respuesta al planteo que realiza esta Federación, al tiempo que continúan multiplicando sus ya extraordinarias ganancias. Estas empresas, grandes ganadoras del modelo agroexportador, se han favorecido con la brutal devaluación y no han tenido reparo alguno en trasladarla a la mesa de las familias argentinas en el precio del aceite comestible. Venden en dólares y pagan salarios en pesos (…) Estas mismas agroexportadoras son las que retienen miles de millones de dólares de la cosecha exportada en el 2018, más lo que llevan exportado este año. Frente a la arbitrariedad del accionar patronal, las trabajadoras y trabajadores aceiteros vamos a la Huelga Nacional en defensa del Salario Mínimo Vital y Móvil según su definición legal en la Constitución Nacional y la Ley de Contrato de Trabajo. Hacemos responsables a la CIARA, CIAVEC y CARBIO de las consecuencias que pueda tener la paralización de la exportación de soja, aceites y cereales”.
Con un auditorio repleto de reparticiones nacionales y municipales en el Plenario General que se realizó en el día miércoles en ATE Capital, se resolvió:
- “Viernes 6 de septiembre, 12 horas: realizar una Olla Popular en las puertas de Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por apertura de paritarias junto a UTE, Subte, CTEP y la multisectorial de CABA, entre otras organizaciones por Reapertura de Paritarias. Además exigiremos que se declare la emergencia sanitaria, alimentaria, tarifaria y salarial.
- Martes 10 de septiembre, 10 horas: por unanimidad decidimos Parar y Movilizar, concentrando previamente en Diagonal Norte y Esmeralda para pedir por reapertura de paritarias porque nuestro sueldo no alcanza y por la reincorporación de todos y todas las trabajadoras”.
Frente a un gobierno paralizado que no da ninguna respuesta al cúmulo de reclamos de los distintos sectores, a merced del capricho de los mercados y con la policía y la gendarmería reprimiendo a los que peor la pasan, la idea de que debe llegar al 10 de diciembre para hacer el traspaso de la banda presidencial suena a inocencia. Para que esto suceda se debe concretar una instancia institucional parlamentaria que dé respuestas a los problemas más acuciantes. Con el Congreso paralizado y Macri en modo campaña a partir de la semana próxima, esto puede terminar muy mal.
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