"Ya sabemos cómo opera la policía"
Tras 70 años de alambrado, una recuperación territorial en Cushamen
“Sabemos cómo opera la policía, sabemos cómo operan las fuerzas de seguridad”, dice en un mensaje urgente Juana Antieco. El 13 de julio la comunidad Mapuche-Tehuelche de Costa del Lepá inició un proceso de recuperación de tierras ancestrales, en las márgenes del río Lepá, en Cushamen, el mismo departamento donde desapareció Santiago Maldonado. El día 22 de julio se presentaron “muchas camionetas de la policía” con una orden de allanamiento, cortaron rutas y caminos “para que la gente no pueda llegar para solidarizarse”, dice un comunicado del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir.
Juana Antieco, nieta de Manuel Antieco y Zenón Antieco, antiguos habitantes del territorio, conversó con El Cohete a la Luna acerca del proceso de recuperación de las tierras que sus antiguos habitantes perdieron engañados: “firmaron con el pulgar por un camino y en realidad estaban cediendo todo”, relató.
¿Cómo es la historia de la expropiación que sufrieron y la recuperación del 13 de julio?
Soy Juana Antieco, mi origen es mapuche tehuelche, pertenezco a la comunidad de Costa del Lepá. Les voy a contar cómo se inicia este proceso de recuperación, somos una comunidad que se ubica a 45 kilómetros al noreste de Esquel, se llega por Ruta Nacional 12. Originariamente ese lugar era dominio de mis dos abuelos: Manuel Antieco y Zenón Antieco, ambos ocupaban ambas márgenes del río. Su dominio y el respeto que lograron constituir en aquellos años le dieron tanto poder que dieron los primeros permisos para que se asienten los primeros pobladores de Trevelin. El dominio territorial que ellos tenían, y el carácter de Lonko, en el caso de mi tío abuelo Zenón, y mi abuelo Manuel de ser el Inanlonko, en aquellos años fue muy importante. Eran todos Antieco los que vivían de un margen y del otro del río Lepá, hasta que en 1937 empieza el contacto con la fronteriza, que era la fuerza de seguridad nacional, y constatan la cantidad de familias que hay. En los registros del Estado se ve que eran todos Antieco.
Mis abuelos empiezan a dar permisos sobre ese territorio a muchas otras familias, familias que también habían sufrido el despojo, familias que no tenían su espacio para tener su casa, tener su huerta, criar algunos animales, entonces así se empieza a poblar Costa del Lepá con otros apellidos, empiezan a llegar los Caipán, los Quilaqueo, los Ojeda, más familias. Y empiezan a llegar también los mercachifles, que son los que iban a vender alcohol fundamentalmente, porque a través del alcohol los dominaron. Se aprovechaban de esa situación, venía por detrás la quita de tierras. Así llego Bestene a la comunidad, aprovechándose de que nuestra gente no sabía leer ni escribir. Pidió la conformidad con su proyecto de hacer un camino comunitario, en ese entonces había solo caminos de caballo y de carro. Y la gente firmó con el pulgar ese permiso para que les hagan un camino y en realidad lo que firmaban eran las cesiones de sus tierras de pastoreo común. Entonces así Bestene empieza a alambrar todo Costa del Lepá, lo que es sierra y parte de Cañadón grande. Como todo terrateniente, lo que buscaba era las mejores tierras. Parte del territorio que se recuperó ahora es a la costa del río, donde se puede cultivar todo lo se desea porque tiene el agua cerca.
Cuando Bestene los engañó, mis abuelos empezaron a reclamar a los distintos gobiernos, fueron a Buenos Aires, nunca obtuvieron respuesta a su reclamos de que sus campos sean libres de alambre, porque antes no existía el alambre. Al morir mis abuelos continua el reclamo mi papá, Julio Antieco, también haciendo trámites en el gobierno, frente al Instituto Autárquico de Colonización y Fomento Rural (IAC), y tampoco nunca tuvo respuesta. Bestene cada vez corría más el alambrado, o sea cada vez disminuía más nuestro territorio. Mi papá continúa el reclamo y fallece esperando que alguna vez le devuelvan el territorio que fue mal habido por este terrateniente. Y nosotros también, cuando mi papá fallece seguimos el reclamo hasta que el ex gobernador ya fallecido Mario Das Neves por decreto nos quita el campo y se lo entrega por una cuestión política a una prima nuestra, esa es una forma muy común de operar del político.
¿Podrías contarnos cómo fue ese engaño de Das Neves?
Los partidos políticos y los políticos operan dentro de las comunidades con punteros políticos. Entonces hace un decreto y nos saca y le cede los terrenos a una parienta nuestra de la misma comunidad. Nosotros teníamos todavía la casa de mis abuelos que estaba en pie, animales que habían quedado en sucesión, porque eran de mi padre, así que de la noche a la mañana nos quedamos sin campo donde tener los animales. Apelamos todas las instancias, hasta que logramos a través del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) que ese decreto se declare inconstitucional porque no respetaba el derecho consuetudinario que los indígenas tenemos sobre la ocupación tradicional de los territorios. Frenamos ese proceso, recuperamos el lugar, volvimos a comprar animales y dijimos: en algún momento nos vamos a organizar para recuperar todo lo que le sacaron a nuestros abuelos. Pasaron 70 años de que a ellos les usurparon el campo, 70 años de alambres, 70 años sin poder cultivar, sin tener tierra para el pastoreo de los animales, los campos están sobrepastoreados, no se puede pensar en una soberanía alimentaria y económica viviendo en el campo con esa realidad. Entonces volvimos a hacer todos los pasos administrativos, a mandar notas al gobernador, al INAI, y nunca nos dieron respuesta. ¿Por qué no nos dan respuesta? No es por una cuestión caprichosa, es porque generalmente estos terratenientes son los que bancan las campañas de los gobiernos de turno y están dentro del poder político, dentro de los Ministerios. Es imposible que el gobierno vaya a sacar un dictamen en contra de quienes les sostienen las campañas políticas. Entonces dijimos que ya la paciencia y el tiempo administrativo se habían agotado, que no queríamos esperar 70 años más, lo que hicimos fue simple: hicimos ejercicio de recuperar el territorio que fue usurpado. Sabemos lo que eso significa, que puede haber represión, que puede haber muerte, sabemos que nos pueden enfrentar con la misma comunidad, porque es lo que hacen habitualmente y que de todas las recuperaciones siempre va a haber gente que no está de acuerdo, familia nuestra incluso. ¿Por qué ocurre esto? Porque están con el pensamiento tan colonizado que siguen defendiendo al estanciero. Nosotros tuvimos que recuperar nuestra identidad, que hacernos una interpelación interna, para ver de dónde veníamos, quienes fueron nuestros padres, qué significa ser mapuche, y cuando uno se apropia de todo ese saber la cosa cambia, empieza a imaginarse esa vida como mapuche pero no desprendida del territorio. Nosotros no concebimos la vida sin el territorio, nosotros decimos que nuestra vida está ligada al territorio. Cuando se decide recuperar este espacio, que es como media estancia, un espacio que era para que los estancieros vayan el fin de semana a pescar, no es que es una necesidad imperiosa que ellos tienen, sino como un hobby de tener más y más, así funciona el sistema capitalista. Este espacio es inmenso, una de las mejores tierras de Costa del Lepá, y con otras familias decidimos que era momento de pasar a la acción. Directamente ir y recuperar el espacio, y así se hizo. Se hizo la recuperación previo al nuevo dueño, porque Bestene vende, vende porque sabe que nunca va a poder tener la totalidad del título de esas tierras porque son tierras ancestrales. Y fíjense hasta dónde es la maniobra en conjunto con el gobierno porque son tierras que no se pueden enajenar ni embargar, menos que menos se puede vender, y así y todo para el lado de ellos siempre la cosa la acomodan. Entonces Bestene vende a unos hermanos Pinto. Mi hermano le manda una carta documento al nuevo comprador y le deja bien en claro que nunca va a poder tener el título, porque nosotros estamos en pleno proceso de recuperar todo lo que le sacaron a nuestros abuelos. Le pedimos una mesa de diálogo para que él se entere, nunca accedió hasta el día de hoy, entonces le dijimos que íbamos a agotar todas las instancias y que de última íbamos a hacer la recuperación nosotros mismos. Están dentro del predio mis hermanos con otras familias y hasta ahora la situación es tranquila, porque agotamos todas las instancias administrativas y no es que nosotros somos usurpadores, nosotros nacimos en ese lugar, que era de nuestros antepasados. No pueden mandar la policía, si quieren hacerlo puede encontrar las excusas y articularlo perfectamente (Nota de la editora. esta entrevista se realizó el día 20 de julio en el marco del 2do Parlamento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, el allanamiento fue el 22 de julio). El día de la recuperación se hizo presente el comisario de Gualjaina, que es el pueblo que está a 15 kilómetros, porque supuestamente habían denunciado que habían secuestrado al dueño y a un peón, así que mi hermano Eusebio hizo pasar al comisario para que constatase que no había nadie, acamparon al aire libre. Y después de la recuperación ingresó una nota al IAC de Chubut, dandole aviso al señor Pérez Catán de que como él nunca respondió de forma verbal ni escrita, se hizo efectiva la posesión ancestral.
¿Cómo fue ese día de la recuperación, qué procesos llevaron delante?
Se hace todo un trabajo previo que se articula, no te puedo dar detalles. Se maneja información muy herméticamente. Si vos lo anuncias a los cuatro vientos, automáticamente tenés ahí a la policía, la infantería, la gendarmería. Se articula el día y la forma, los grupos de apoyo, quién va oficiar de comunicador y son cosas que llegado el día se llevan a cabo. Estamos con una conducta expectante, mi hermanos, mi sobrina, un sobrino nieto, por el hecho de que puede haber represión. No tenemos buenos resultados de lo que han sido las recuperaciones, en términos de que se ha reprimido y siempre ha costado muertes, pasó con la Lof en resistencia Cushamen, pasó con Winkul Mapu en Bariloche, entonces la conducta expectante, esta calma que hay es expectante. Pero bueno, también analizaba que por ahí no pasa ninguna ruta nacional, no es injerencia de gendarmería, la ruta provincial pasa muy lejos como para que vaya la Infantería, solamente hay caminos vecinales y para que intervengan deberían haber iniciado un proceso de juicio de desalojo, que no sabemos si lo van a iniciar porque lo último es que querían una mesa de diálogo, ¿ahora una mesa de diálogo, cuándo los convocamos hace un año y medio? Listo, ustedes estaban advertidos de que compraban tierras que nunca iban a ser de ustedes, problema de ustedes si igual siguieron adelante, si igual lo pudieron articular de modo mal habido, si perdieron plata problema de ustedes, no es problema nuestro.La recuperación se va a mantener, no importa si llega a haber represión, si llega a haber muerte, no importa, estamos acostumbrados a vivir la violencia. Somos conscientes de que el comando unificado de Bullrich lo creó exclusivamente para generar la figura esta del enemigo interno que seríamos los mapuches, la amenaza para el Estado argentino. El trasfondo de eso es cuidar los intereses de los capitalistas. No es que nosotros seamos peligrosos y salgamos a matar a todo lo que se nos cruza, ese es el trasfondo, porque esos estancieros son los que le manejan la campaña política a los gobiernos.
O son parientes de los estancieros que se quedaron con todo….
Tal cual, uno de los Bestene era ministro en Chubut. Entonces es imposible que el mismo gobierno le pida que firme un decreto de expropiación de tierra a alguien que está ahí dentro del gobierno.
¿Qué hay en ese espacio, qué elementos hay que los hacen querer volver?
Nosotros tenemos un origen territorial, que es el territorio donde nacemos. Así como tenemos ese origen también tenemos el linaje, que se relaciona con el origen. Es imposible no querer volver a ese origen de pertenencia que vos tenés. Ahí está tu historia de vida, tus antepasados, no es una cuestión caprichosa de querer volver porque sí a ese espacio.
O sea que no es por la extensión de la tierra que quieren volver…
Lo que se recuperó ahora es la tercera parte de lo que nos sacaron. Esperamos poder recuperar todo. De lo que se conoce como el Departamento Cushamen el Gobierno entregó como reserva indígena alrededor de 76.800 hectáreas, repartidas en muchas familias, cada familia debe tener una parcela de 30 por 50 metros, más no. Porque no solo es la acción de los capitalistas, es la acción de los municipios, que empiezan a parcelar las comunidades y a vender. Entonces de esa cantidad de hectáreas que era la Reserva indígena por decreto nacional hoy no queda nada. A nosotros nos quedaron dos lotes de 2000 hectáreas cada uno, de todo lo que tenían nuestros abuelos. Es imposible pensar en una vida sustentable con 4000 hectáreas. Hay que recuperar más, y estamos en eso. Creo que Costa del Lepá no va a ser la última comunidad que se va posicionar con esta forma de recuperar, va a haber muchas más porque tiene que ver con reafirmar tu derecho sobre ese territorio del cual fueron despojados tus antepasados. Hay un sentido de pertenencia con ese espacio territorial que tenemos. Esa recuperación hay que sostenerla como sea, de nada serviría que anunciemos con bombos y platillos esa recuperación y después abandonemos, se tiene que sostener. O quizás se empiecen a sumar más familias y quieran recuperar, todos lo que se fueron que vuelvan, si no tienen una vida digna en la ciudad pueden volver con nosotros. Queremos que la comunidad sea lo que era antes, que vuelvan todos, no es que queremos hacernos terratenientes, queremos que vuelvan todos los que vivían acá.
La entrevista con Juana Antieco fue realizada dos días antes de la irrupción de la policía en la Comunidad.--------------------------------
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