Una victoria agridulce

La resistencia de los obreros de Loma Negra Barker logró resultados

 

Los trabajadores de la planta Loma Negra Barker aceptaron la propuesta obtenida luego de la negociación entre la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA) a nivel nacional y la empresa, consiguiendo que sean 160 los trabajadores que conserven su trabajo cobrando un 70% del salario por 8 meses que luego se reducirá al 65%. 122 obreros la aprobaron en asamblea. 5 se abstuvieron y 19 la rechazaron. “Estamos convencidos de que es la decisión correcta, a pesar del dolor”, dijo el secretario general de AOMA Barker, Martín Isasmendi.

Héctor Laplace, secretario general de AOMA a nivel nacional (en la foto principal, acompañando a Isasmendi), expresó en conferencia de prensa que quedaba un sabor amargo porque no permanecerían la totalidad de los trabajadores que hoy están en planta Barker, pero al mismo tiempo señaló que la propuesta era superadora de los 136 trabajadores que Loma Negra pretendía dejar cobrando un 50% de su salario. También refirió a que seguían en pie las indemnizaciones voluntarias por encima del 100%, de acuerdo a la antigüedad del trabajador.

 

 

Los trabajadores estuvieron en lucha 90 días. En un contexto donde transnacionales como Camargo Corrêa hablan de “pérdidas” en sus unidades operativas pero fugan sus ganancias como grupo y los que pierden son los trabajadores, que no cuentan con un ministerio de Trabajo y una intervención en defensa de los puestos laborales; en esas circunstancias, sólo les queda permitir que la empresa negocie con el sindicato y estar en sintonía con las propuestas que presentaron de ajuste. Impedir que cierren la planta y quedarse con el mayor número posible de operarios ha sido la decisión tomada. “Ojalá nuestro país mejore, que esta gente que está gobernando se vaya y podamos traer prosperidad a nuestro pueblo”, dijo con dolor Martín Isasmendi.

 

 

Ramiro Peón cuenta que “vamos a trabajar 8 horas por dos semanas de lunes a sábados y después dos semanas de franco, cobrando el 70% del salario. Lógicamente no es lo que queríamos, porque quedan compañeros afuera”. Peón, que también es concejal, expresa que ya están pensando  en reubicar a los compañeros que queden afuera. Una cantera de granito puede ser la alternativa. Sebastián Blanco es también obrero y creador de la página en Facebook de “Pueblo chico, historia grande”, donde fueron volcando información para visibilizar la lucha. “Estamos cargados de emociones, tuvimos tres horas de asamblea, sabíamos que iba a quedar gente afuera y no queríamos que nadie se quede sin trabajo, es un pueblo, nos conocemos todos”, expresa. Sobre si luchar tuvo sentido, Blanco es categórico. “Estos 90 días sirvieron para mantener la planta abierta, conseguir 160 puestos de trabajo y evitar que el pueblo sea fantasma otra vez”, dice en referencia a lo ocurrido en 2001.

Consultado sobre la única mujer en planta, Mailén Abuín, joven de 20 años que después de 60 años rompió con la idea machista de que solamente podía haber operarios en la fábrica, Blanco dice que “el tema Mailén no se tocó, y los nombres que quedan en Loma Negra, el listado de los 40 empleados que quedan afuera no se sabe. Calculo que lo irán comunicando a medida que vayan transcurriendo los días”. La joven Mailén, que siguió resistiendo en la fábrica, expresa: “Quedan 40 personas afuera, de la cuales 21 son de Minerar, 9 de Loma Negra y 10 de SIVSA. Por eso no sé quiénes serán, no sabría responder si sigo o no”.

La planta quedará de molienda, embolsado y despacho como sugería la propuesta de Loma Negra, que mejoró con la negociación que mantuvo la conducción de AOMA nacional que pudo superar aquello de 136 trabajadores cobrando menos de la mitad de su salario con la jornada reducida de cuatro horas. El acuerdo alcanzado que deberá ser homologado por el ministerio de Trabajo les deja un sabor amargo a los trabajadores de Barker por los 40 puestos de trabajo que se pierden, pero no deja de ser también un logro de su resistencia. La transnacional brasileña sabe que en 8 meses puede venir un nuevo gobierno que desee poner nuevamente en marcha la producción y reactivar el mercado interno, y ahí estarán ellos para poder sacarle al Estado todo lo que se pueda —como hacen siempre— para operar debidamente sin riesgo empresarial y que la inversión no caiga sobre sus espaldas.

 

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