El proyecto de Ley de Interrupción Legal del Embarazo ingresó finalmente a la discusión en el Senado de la Nación. Un momento inédito en la historia de la secularización, el capítulo sobre la libertad de decidir cuándo maternar y la abolición del aborto clandestino. Se esperan 60 oradores a lo largo de la jornada. En el exterior del recinto, con el correr de las horas, comienza a poblarse la zona del Congreso y sube la marea verde.
Los cálculos arrojan una diferencia notable, 37 de los 72 senadores votaría en contra del proyecto que llegó con media sanción del Senado. La tensión de los días previos fue in crescendo hasta volver imprevisible el resultado final. La senadora Lucila Crexell, del MPN, de anunciada abstención, presentó un proyecto alternativo de despenalización; el senador Jorge Alperovich, quien formaba parte de los indecisos avisó en una comunicación informal que votaría en contra; el santafecino Omar Perotti, otro indeciso, presentó un proyecto alternativo en el caso de que salga el rechazo. Los votos se cuentan y descuentan al ritmo de los bombos que truenan desde temprano sobre Callao.
Desde las 18 de ayer las calles que rodean el edificio del Senado y la Plaza de los Dos Congresos se llenaron de vallas. El edificio está bajo custodia de la Policía Federal; mientras en la plaza tienen personal femenino de infantería. Desde las 12 de la noche, el operativo de seguridad de la Policía de la Ciudad comenzó a avanzar hacia otras calles, mientras las activistas de la Campaña Nacional por el Derecho Legal, Seguro y Gratuito coparon los sectores de la Avenida Rivadavia, Callao, Cerrito y Avenida de Mayo. Los intentos por desmovilizar y generar incertidumbre sobre la hora de votación no tuvieron éxito. Ni la llovizna helada calmó a la mayoría.
La votación a favor del aborto legal o del aborto clandestino se contabiliza también en bloques. El 88% del bloque del Frente para la victoria adelantó que vota a favor, el 12% restante corresponde a otra sorpresa: la senadora García Larraburu. Según cuentan la senadora Silvina García Larraburu no la está pasando bien. En su oficina nadie le habla, les trabajadores siguen enojadísimos porque se enteraron del cambio de voto por Instagram. Los porcentajes en el PRO no representan la supuesta vía libre verde del Gobierno nacional: hay un 67% en contra y 33 a favor; en el Justicialismo empatan a favor y en contra en un 43% y en la UCR descuella un 80% que está en contra.
Minutos antes de comenzar la sesión se especuló con que Federico Pinedo ejerciera la presidencia del Senado, espacio dejado vacante por Gabriela Michetti, quien por la ausencia del presidente Mauricio Macri, de viaje en Colombia, sería la presidenta de la Nación. Esa ausencia de Pinedo, sería un voto en contra menos. “Tal vez esto sirve para que Michetti no tenga que desempatar el voto”. “O para evitar que CFK la putee”. A las 11.44 entró Michetti al recinto y la especulación se diluyó.
En la sala de prensa montada en el Salón de las Provincias, desfilan asesores, periodistas, diputados y diputadas. La única Senadora que se acercó en las primeras horas es la pampeana Norma Durango (PJ), que ingresó al recinto un cartel por la reincorporación de las y los trabajadores de Telam. Su exposición redundó en los mismos argumentos a favor de la libertad de gestar que se recogieron en los 4 meses que lleva el proceso parlamentario. Las periodistas aplauden cuando la escuchan hablar.
Después de las 10, el grupo de L@s Soror@s entró en el Salón de las Provincias. Las diputadas tenían vedado el ingreso, así como la totalidad del personal del Senado que no estuviera afectado al trabajo de la jornada. La limitación sobre el acceso al recinto corrió también para el periodismo. Acreditaron sólo el 10 por ciento de los periodistas que solicitaron el acceso. Las diputadas finalmente entraron imponiendo el cuerpo. Araceli Ferreyra, diputada correntina por el FPV pasó. Y les dijo a unos de los de seguridad:
—¡Sacanos si podés!
“Pudimos llegar al salón de las provincias en el Senado, pese a que la vicepresidenta de la Nación había prohibido la entrada a diputados”, explicó Ferreyra, “pudimos entrar porque la verdad es que esto no es una monarquía para que Michetti haga lo que quiera”.
El Senador Esteban Bullrich, uno de los principales defensores de la visión del mundo de “las dos vidas” expresó que “si no hubiera vida, no existiría el Senado” y perpetró la metáfora animal de rigor.
“Son las convenciones las que nos diferencian a los seres humanos del resto de los mamíferos placentarios”, dijo. “Son esas convenciones las que nos llevan a ser otra cosa, pese a compartir el 99 por ciento del ADN con los chimpancés, no resolvemos las disputas como los chimpancés”.
Nancy González, senadora por Chubut por parte de Unidad Ciudadana, reconoció que ella no vota por sus convicciones, sino por lo que considera que es el clamor de la mayoría y la necesidad de garantizar un derecho: “Soy católica pero la gente no me votó por católica sino para legislar por unos y por otros”, dijo. “A la larga y a la corta, esta legislación va a salir”, aseguró.
La votación de las y los senadores se espera para cerca de medianoche. Afuera, la calle ya votó. Llegaron más de 100 micros de todo el país y de feministas de toda la región. A las 19 habrá un pañuelazo internacional en las embajadas de Argentina en más de 40 países del mundo. Además de tres escenarios dispuestos por la Campaña habrá carpas con actividades, conversatorios, paneles y talleres durante toda la jornada organizada por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Los escenarios llevan los nombres de las pioneras de la lucha: Dora Coledesky, fundadora de la Comisión por el Derecho al Aborto, Lohana Berkins, comandanta de mariposas y Cecilia Lipszyc, constituyente. Las carpas de la Campaña tienen nombres sugerentes: Diana Sacayán, activista travesti, referente, asesinada en 2016; Alieda Verhoeven, pastora de la iglesia metodista y feminista y Safina Newbery, una de las primeras integrantes de la Comisión por el Derecho al Aborto. Otra de las carpas lleva el nombre de Ana María Acevedo, que murió a los 19 años en Santa Fe porque le negaron el derecho a un aborto legal.
Elsa Schvarztman, integrante histórica de la Campaña, reconoce que “hubo una usina de rumores de desmovilización, pero la presencia es muy importante, la votación no va a terminar a las dos ni a las seis de la tarde como difundieron con malicia. Tenemos una gran fortaleza. Desde que empezamos, el sueño era poder cambiar el sentido común y la estigmatización del aborto. Esto sentimos que lo hemos logrado”. Alrededor de Elsa, un grupo de adolescentes espera para hablarle, quieren saber cómo sigue la agenda de actividades del día. “Las votaciones pueden ser variadas pero nosotras ganamos. Nuestros números son estos”, admite con una sonrisa.
“Tenemos confianza de que el bombo y la calle hagan la magia verde como pasó en diputados”, dijo Araceli Ferreyra. Efectivamente, afuera del senado se organizaron las batucadas en cada esquina y se prepara el terreno para una espera activa. Norma Chiapparrone, abogada feminista, resume el escenario: “Con las jóvenes esta llama no se apaga más, nuestros cuerpos van a ser nuestros de verdad”.
En los días previos recorrió las redes un cálculo. El promedio de edad de los senadores es de 65 años. En una dinámica en la que todo parece clausurado, una imagen repasando las caras da cuenta del dato: la diferencia de generaciones. Afuera: verde de juventud; adentro, la longeva lógica de los caudillos territoriales. La reticencia a que ingresen diputados y periodistas da cuenta de una distancia infranqueable entre los legisladores y sus representados, quizás un miedo: “El senado que tiene miedo a la sociedad”, sintetizó la radical Carla Carrizo.
Pasadas las 17 resta la mitad de los y las oradoras. Sobre el final se esperan los platos fuertes, en este orden; Cristina Fernández, Miguel Pichetto, Silvia Elías de Pérez y Luis Naidenoff. Afuera el nerviosismo no paraliza, la calle es una gran feria donde conviven chicas con históricas, pibes con madres, poesía, debate político, pan relleno. Una convicción comienza a asentarse, en contraste con lo que porotean en el Senado, los números sí cierran para las activistas por el aborto: hay millones, infinitas poblando la calle, y ellas ya decidieron.
- Foto principal: Gala Abramovich
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