Un país para todos
A once años de la muerte de Kirchner, acto por la reafirmación de la unidad del peronismo
1. Vive en el pueblo
Los vemos sobre la Avenida Irigoyen, en ese sur de Morón con pasado de fábricas y frigoríficos que gestó tanta adherencia, tanto sentimiento; los vemos en procesión al estadio “Nuevo Francisco Urbano” junto a los que se bajaron de los micros, estropeando el tránsito de un miércoles a la tarde, inaugurando una peatonal anchísima y abrasante.
Los oímos diciendo “la concha de la lora que calor que hace” y también “te paso dos roquitas” porque se comparte hasta el hielo. Que circule el humo, el alcohol y la cumbia. Sin alegría la militancia sería, apenas, una obligación.
Los entendemos, pero cómo explicarlos, cómo escribirlos sin hábitos literarios, sin el énfasis conveniente del periodismo. Las banderas y las remeras sólo se ocupan de la idea. “La patria es el otro”. “El amor vence al odio”. No alcanza para que la otra mitad deje de insistir con lo de “negros” ignorantes y rentados. Hasta que ahí nomás, a la vista de todos, la supremacía moral del peronismo con su variante kirchnerista se explica en una escena: el empleado del lavadero de autos abandona el enjuague de las carrocerías, se asoma a la calle y apunta la hidrolavadora. Refresca al tumulto que, agobiado por los treinta grados, revive y desata la celebración. Que vivan Perón, Evita, Néstor y Cristina. Y hasta Alberto. El empleado pone los dedos en ve, se asume como compañero. Después sigue con eso que siente que debe hacer.
2. Cuestión de Fondo
La cita fue en la cancha del Deportivo Morón y la excusa el homenaje a Néstor Kirchner a once años de su muerte. Los drones se encargaron de fotografiar la multitud. Más de 30.000 que, en el mejor de los casos, se enteraron dos días antes. “El domingo nos llamó la gente de Máximo y nos preguntó si teníamos el estadio disponible. Les dijimos que sí y el lunes lo vinieron a ver”, cuenta uno de los responsables locales de la organización. El propio intendente Lucas Ghi se mostró encantado con la idea. “Sentimos un orgullo y una responsabilidad enormes por la trascendencia política del acto. Era la reafirmación de la unidad, en momentos en que tenemos que afianzarla con carácter estratégico y porque, además, trascendía el hecho meramente evocativo”.
Los lemas de la convocatoria –“Imitemos el ejemplo” y “Primero se crece, luego se paga”– adelantaron el tono del Presidente Alberto Fernández, único orador en un escenario repleto de figuras del oficialismo.
“El discurso dejó en claro lo que pensamos en relación al Fondo y cuáles son nuestras prioridades. El balance fue positivo porque la convocatoria fue muy buena, se vivió una fiesta. La conducción del Frente de Todos estaba representada; también asistieron los candidatos de todo el país, los senadores y hasta los diputados que venían de una sesión maratónica. Fue la primera participación de Alicia Kirchner en un acto del 27 de octubre. En el caso de Cristina, si ven los diez años anteriores, nunca fue a los homenajes de ese día”, confiaron desde el entorno de Máximo, preponderante en el armado. La misma fuente reveló que la elección de Morón como sede se debió a una costumbre heredada de la campaña: intentar cubrir todos los municipios.
“Estamos contentos –reflexionó Ghi– por haber sido el lugar donde se desarrolló este hecho político tan importante y por haber traído a Néstor a este presente que nos desafía, sobre todo en lo que tiene que ver con la discusión con el FMI y el pago de la deuda”.
3. No se murió
Detrás de la platea Filiberto Ferrante se montó la alfombra roja: los protagonistas –funcionarios, gremialistas, referentes sociales– desfilaron y los periodistas, limitados por las vallas, intentaron acercarles los grabadores y micrófonos. Algunos como el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, el ministro de Cultura, Tristán Bauer, o la ministra de Mujeres, Género y Diversidad, Elisabeth Gómez Alcorta, no se detuvieron, prefirieron la sonrisa y el saludo a distancia. Otros destacaron al político y al hombre, afirmaron que no hubo otro igual, reconocieron la marca para toda la vida.
“El de Néstor fue el mejor gobierno desde la vuelta de la democracia”, sentenció el precandidato a diputado nacional por el Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires, Daniel Arroyo. A su turno, la diputada de la Ciudad de Buenos Aires, Victoria Montenegro, recordó el día en que el ex Presidente descolgó los cuadros de los genocidas Jorge Rafael Videla y Reynaldo Benito Bignone. “Para los militantes del campo de los Derechos Humanos ha sido un ejemplo”, afirmó. El incontenible ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, aceptó que por primera vez declarar no le resultaba natural: “Para alguien que estuvo tan cerca, es muy difícil contarlo porque los afectos te invaden. Fue un tipo excepcional, que ha dado todo lo que tenía y que pensaba las 24 horas de los 365 días en política”. Luego, sin perder de vista las elecciones de noviembre, agregó: “A él le debemos hacer y hablar todo lo que se pueda para que los hombres y mujeres de este pueblo no voten a sus verdugos”.
Minutos después de las seis de la tarde, el animador arengó al público con la Marcha Peronista (“nuestro himno”) y presentó un video sobre Néstor que Cristina había compartido unas horas antes en sus redes sociales. A esa altura ya estaba sobre el escenario el cuarteto principal: Sergio Massa, Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Alberto Fernández. Después de las ovaciones, el Presidente tomó el micrófono:
“Para nosotros, Néstor es una guía, la luz que todos seguimos. Tuvimos la suerte de ver a ese extraordinario Presidente que la democracia dio”. Y luego, más místico: “Allá donde estés en el cielo, debés tener el mejor lugar, el que reciben los que cuidan a su pueblo”.
Fernández emparentó la situación actual del país con la de 2003, cuando asumió como jefe de Gabinete, y prometió aprovechar esa experiencia para replicar las políticas de desendeudamiento que privilegiaron las necesidades del pueblo. “Tuve un maestro extraordinario que se llama Néstor Kirchner. A su lado aprendí cómo se hacen estas cosas, a su lado negocié con los acreedores privados y con el Fondo. Pero por sobre todas las cosas, a su lado aprendí que no hay nada más importante que sacar del pozo de la pobreza a los argentinos y argentinas. No pensamos un país para pocos, pensamos un país para todos”.
El sol ya había bajado, ofreciendo una tregua. El cierre llegó con fuegos artificiales y el pogo de Ji ji ji. Antes hubo tiempo para lo importante. Más que un pedido, una invocación del Presidente: “No le podemos fallar a Néstor. Tenemos que convencer a cada argentino y a cada argentina para que vaya con fuerza a votar en noviembre porque el país que él se propuso todavía está pendiente. Tengo la certeza absoluta que mi destino es terminar la tarea que empezó Néstor y siguió Cristina. Esa tarea que tenemos los tres es hacer una Argentina justa, libre y soberana”.
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