Un desengaño atroz
Negocios para una minoría parasitaria y sufrimiento para las mayorías
La teoría que defiende y pregona Javier Milei es que todo debe determinarlo el mercado, por ende su plan se reduce a adoptar una serie de medidas para eliminar las restricciones que impiden que la oferta y la demanda actúen libremente.
Con ese objetivo y para que el libre mercado funcione es primordial el derecho de propiedad, por eso su máximo referente, el economista estadounidense Murray Rothbard (1926-1995), sostenía que “el derecho humano de todo hombre a su propia vida implica el derecho a encontrar y transformar recursos: a producir aquello que sostiene y hace avanzar la vida. Ese producto es la propiedad del hombre. Por eso, el derecho de propiedad es el más importante de los derechos humanos; cada individuo, según nuestra comprensión del orden natural de las cosas, es el dueño de sí mismo, el gobernante de su propia persona. El derecho del hombre a la libertad personal es, pues, su derecho de propiedad sobre sí mismo”[1].
En su concepción idílica no se plantea que en una sociedad hay trabajadores cuya única propiedad es su trabajo, que hay quienes no tienen trabajo, que hay pobreza y miseria, frutos de un modelo de apropiación que niegan y ocultan con una teoría intrincada, absurda y ruin, que lo que busca es justificar lo injustificable.
En diez provincias de la Argentina actual, según el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (ReNaTEP), bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, el empleo popular (changas, compra y venta de usados, vendedores ambulantes, peones golondrinas, etc.) supera tanto al empleo registrado privado como al público. Son los casos de Tucumán, Chaco, Salta, Santiago del Estero, Misiones, Jujuy, Formosa, Corrientes, Catamarca y La Rioja.
Por eso, el economista chileno Carlos Matus Romo (1931-1998) afirmaba: “El mercado es de vista corta, no resuelve bien los problemas de mediano y largo plazo; es ciego al costo ecológico de los procesos económicos; es sordo a las necesidades de los individuos y sólo reconoce las demandas respaldadas con dinero; el hambre sin ingresos no vale; es deficiente para dar cuenta de las llamadas economías externas, es decir cuando hay costos o beneficios indirectos; es incapaz de lograr el equilibrio macroeconómico; opera torpemente cuando en el sistema dominan los monopolios, se cierra la entrada a nuevos competidores y las economías de escala son discontinuas; no puede lidiar contra la falta de patriotismo, la corrupción y la deshonestidad; distribuye mal el ingreso nacional y puede hacer más ricos a los ricos a costa de los pobres, etc.”[2].
En pos de justificar lo injustificable, los marginalistas se abstraen de la realidad y plantean siempre beneficiar al gran capital, al que le confieren el rol de gran ordenador: “El hambre sin ingresos no vale”, no genera demanda, ergo no existe.
Tal vez mejor que Milei lo dice Diana Mondino, profesora de UCEMA (que es la universidad privada local de la escuela de los Chicago Boys), hija del recientemente fallecido Víctor Mondino (creador y presidente del Banco Roela SA), directora de ese banco y ex integrante del directorio de empresas como Pampa Energía, Edenor, Banco Supervielle, Bodegas Valentín Bianchi, Loma Negra, etc.
El jueves último, invitada por la Unión Industrial Argentina (UIA), la nombrada canciller de Milei ratificó la intención de “liberar el cepo cambiario cuanto antes” y aseguró que, de esa manera, las empresas podrán conseguir libremente los dólares necesarios para pagar importaciones “a precio de mercado” (no tuvo necesidad de decir cuál es el precio del dólar, porque lo dirá el mercado).
Los precios van a subir pero “la gente no va a comprar a un precio disparatado, todas las empresas del mundo querrían subir sus precios, y no lo pueden hacer porque la gente no compraría”. “Cuando vos tenés tres empresas que no pueden subir el precio y cinco que si pueden, fundiste tres, sabiendo cuáles son esas tres, y las otras cinco a lo mejor se divierten a costa de las tres que se fueron”, razonó.
“Las divisas son de los exportadores, no del Banco Central”, dijo (en ese momento los empresarios presentes en el auditorio del Centro de Convenciones aplaudieron, en algunos casos de pie). Y cerró su alocución: “Que el exportador venda al precio que quiera o pueda, que incluso no va a tener la obligación de ingresarlos al país”, por ende “cuando un exportador se encuentre con que cobró todos sus dólares afuera, la mitad de ustedes va a decir ‘che, los dejó afuera’. La otra mitad va a decir ‘traigo una parte, pago mis deudas y me quedo tranquilo’. Y algunos van a decir ‘traigo los dólares y compró a la empresa que no pudo competir y se fundió’”.
Con la misma liviandad, confirmó que se buscará eliminar la Secretaría de Comercio de la Nación, en línea con lo que había adelantado el día anterior Milei, porque los precios deben ser libres, no regulados.
La realidad
Mientras Diana Mondino opina como “Señora Gorda”, el personaje creado por Landrú (Juan Carlos Colombres) de una mujer paqueta atrincherada dentro de una mullida burbuja en un barrio cerrado, que cultivaba una ignorancia completa sobre la marcha del mundo y sus alrededores y se sorprendía ante cualquier acontecimiento que le proveyera la realidad en forma de noticia, ante el cual solía reaccionar con una muy limitada artillería de prejuicios, Milei repite y plagia a Rothbard, los mercados de dólar futuro descuentan una nueva devaluación y, en las últimas ruedas, los contratos para fines de diciembre 2023 fueron pactados con un dólar oficial de 770 pesos. Esto implica una suba del 103% con respecto al precio del dólar oficial de 379 pesos del viernes último.
Milei ignora el Teorema de Carlos Díaz Alejandro (1937-1985): “La suba del tipo de cambio encarece los alimentos, reduce el salario real (dado el salario nominal, que no se incrementa en la misma proporción) y, por la baja elasticidad-precio de la demanda de alimentos (pese al aumento del precios se sigue demandando alimentos porque se debe comer para vivir), comprime la demanda de otros bienes, por ejemplo manufacturas, de parte de los trabajadores. Dada la inelasticidad de oferta del bien exportable (se depende de la demanda de otros mercados y no todos los alimentos se exportan en la cantidad que no se consume en el mercado interno), el aumento de su precio no estimula mayor producción ni empleo en el sector. La caída en la demanda de manufacturas no se ve compensada por una demanda proveniente de los mayores beneficios del sector que produce el bien exportable”[3].
Por eso, porque el conocimiento de Milei sobre la ciencia económica se limita a la microeconomía y dentro de ella a un sector marginal como son los auto-denominados anarco-capitalistas, puede afirmar como si fuera una verdad revelada que “el salario no te alcanza porque te sobra Estado. En la medida que vos corras al Estado, una de las cosas que va a permitir es recomponer el ahorro, eso va a generar más inversión y más fuentes de trabajo y con más productividad y, por ende, los salarios van a ser más altos”, aseveración mil veces desmentida por la realidad porque la súper ganancia que tiene un sector privilegiado hace que se fuguen capitales y no que se invierta en el país, salvo, como dice Mondino, para quedarse con la empresas quebradas, con lo que se concentra y extranjeriza aún más la economía nacional, que es el verdadero objetivo de los grandes grupos financieros que imponen a Luis “Toto” Caputo y a Joaquín Cottani (que viven y trabajan para el capital financiero en los Estados Unidos), a Guillermo Ferraro, de la auditoria anglo-norteamericana KPMG, o a Eduardo Rodríguez Chirillo, que trabaja en la sede central del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En síntesis
Javier Milei afirma “arrancaremos con la reforma del Estado y vamos a buscar una solución para las LELIQS”, que son los temas a resolver de manera urgente para poder comenzar a ordenar la economía.
Para ello, el presupuesto nacional 2024 del nuevo gobierno va a ser una de las piezas fundamentales del paquete de medidas con el que buscan reencausar el vínculo con el Fondo Monetario Internacional, la Casa Blanca y el Tesoro de los Estados Unidos, con los cuales no les fue nada bien en la gira de tres días que hicieron Milei, Nicolás Posse, Luis Caputo, y Gerardo Werthein, acompañados por el embajador Marc Stanley, en la última semana de noviembre. Los funcionarios de esos organismos le dijeron que la violenta devaluación propuesta, la suba de precios, la quita de subsidios energéticos y el ajuste fiscal generan un conflicto social inminente, que ni Milei ni Mondino están en condiciones de entender y prever.
Sí lo comprende Mauricio Macri, que se opuso a que Patricia Bullrich sea la ministra de Seguridad, no quiere que el PRO aparezca reprimiendo la protesta social y en cambio pretende poner al presidente de la Cámara de Diputados en la línea sucesoria ante la posibilidad de acefalía.
Milei sólo tiene un equipo puesto por los capitales financieros internacionales que están en la Argentina[4], que vieron que su imagen crecía ante una población devastada por los gobiernos de Cambiemos y del Frente de Todos, con niveles de pobreza y exclusión social alarmantes, y por eso lo rodearon y lo reciben. Pero vienen para aprovecharse de la devaluación de nuestra moneda, para comprar por la mitad lo que vale el doble y, a la vez, como el Estado recauda en pesos, la deuda pública (y la deuda privada para los que venden mayoritariamente en el mercado interno) se torna impagable y se deben malvender activos para cumplir con esas obligaciones.
El grado de improvisación de la nueva administración es tan grande como el de desconocimiento de la realidad. Carlos Rodríguez, rector de la UCEMA y renunciante jefe de economía de Milei, respondió a una pregunta de La Nación sobre el ajuste sobre los sectores más pobres de la población: “Hay que sufrir, no cabe duda, para que se aprenda. Las cosas cuestan”.
Una minoría rentista y parasitaria se dispone a hacer negocios a costa del presente y del futuro de nuestro pueblo y de nuestra patria, y ellos dicen que debemos sufrir para aprender. El desengaño de los que votaron a Milei va a ser la medida de ese sufrimiento.
[1] “Mises Daily Articles”, Murray N. Rothbard. En The Freeman: Ideas on Liberty, abril de 1959.
[2] El método PES (Planificación Estratégica Situacional). Entrevista de Franco Huertas a Carlos Matus Romo. Ed. Altadir.
[3] Carlos Díaz Alejandro, “Devaluación de la tasa de cambio en un país semi-industrializado. La experiencia de la Argentina 1955-61”. Editorial Instituto Torcuato Di Tella.
[4] Que son básicamente los mismos que se reunieron los días 7 y 8 de septiembre 2023 en Greenwich y Nueva York: Darío Epstein y Juan Ignacio Nápoli y los representantes de los bancos HSBC, UBS y JP Morgan, de BlackRock, Vanguard Group, Fidelity, PIMCO, Franklin Templeton, Allianz SE, FMR, Capital Group, Credit Agricole Group, NN Group, Intesa Sanpaolo, Global Evolution, Ashmore Group, TCW Group, entre otros.
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