El dato de inflación ha sido tema de debate en las últimas semanas, y se ha puesto en duda la forma de medición de la misma desde distintos ámbitos. En los últimos dos meses, intendentes de la Provincia de Buenos Aires publicaron un comunicado donde sostienen con preocupación que el “INDEC del vecino” no coincide con los datos oficiales, más de un dirigente sindical ha cuestionado que la negociación paritaria en base al IPC no resuelve la caída real del salario e incluso, gente de a pie ha mencionado en entrevistas de móviles callejeros que “la plata le alcanza cada vez menos” a pesar del descenso en los guarismos oficiales.
En esta nota analizamos la metodología utilizada para medir la inflación a los fines de comprender por qué puede ocurrir este fenómeno.
¿Son reales los números del INDEC?
- la inflación está bien calculada de acuerdo a la metodología vigente.
- el indicador, con esta canasta, no es representativo del consumo de los argentinos.
- el INDEC debería corregir la forma actual de medición del IPC.
En efecto, el debate sobre el costo de vida no supone poner en duda la veracidad del dato que arroja el Instituto. En todo caso, se trata de analizar dicha metodología, preguntándonos si efectivamente la inflación es representativa de los aumentos que han registrado los rubros de mayor peso en el gasto actual de los argentinos y argentinas, y si, eventualmente, el INDEC podría corregir esta cuestión.
La clave son los ponderadores: el cuestionamiento de los guarismos de inflación actual se relaciona fundamentalmente con los ponderadores que utiliza el INDEC para calcularla. Entonces, despejemos algunas definiciones.
¿Qué son los ponderadores?
Según el INDEC:
- “Los ponderadores dan cuenta de la importancia relativa de los bienes y servicios en el promedio de gasto de los hogares, por consiguiente, se construyen a partir de una encuesta de gastos.”[1]
Es decir, para medir la inflación el INDEC primero construye una “canasta” de gastos, a partir de una “Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares” (ENGHo), en la que se determina qué bienes y servicios consumen los hogares en promedio y qué porcentaje del total del gasto se destina a cada bien y servicio. A ese porcentaje se lo denomina ponderador.
¿Qué ponderadores se usan hoy?[2]
Hoy se utilizan los ponderadores del IPC base diciembre 2016=100 que
- “parten de los gastos de los hogares urbanos de la Encuesta General de Hogares 2004/05 por región y de las variedades que se relevaban en diciembre de 2015, con precios corridos a la fecha de diciembre 2016, es decir, a la fecha de implementación de la metodología actual”.
Los ajustes de patrones de consumo refieren a que:
- “una vez actualizado el conjunto de ponderaciones para la canasta del nuevo índice, se realizaron algunos ajustes ad-hoc para reflejar de forma más adecuada los hábitos de consumo vigentes. Un ejemplo de este ajuste es el que corresponde al servicio telefónico. Según la Encuesta 2004/05, los hogares destinaban mayor proporción de gasto a la telefonía fija que a la telefonía móvil. Hoy en día la situación es exactamente la contraria. En el mismo sentido, el gasto asociado al servicio de Internet domiciliario era menor en el año 2004/05. Para corregir estas distorsiones que podrían reflejar una estructura de gastos más antigua, se reponderó la participación de los servicios de telefonía fija, móvil e Internet domiciliaria. Dado que las empresas prestadoras de estos servicios son pocas y ofrecen todos los servicios, se utilizaron datos correspondientes a la facturación de las mismas asociadas a cada servicio para reasignar la ponderación del gasto agregado de servicio telefónico a cada uno de los servicios puntuales.”
Para la actualización mencionada, el INDEC:
- “procedió a estimar el gasto promedio de los hogares por variedad relevada y se construyó así la estructura de ponderadores con gasto en 2004/05 (período de referencia de los ponderadores originales), ello con la selección de bienes y servicios que se consumían a diciembre de 2015. Es por ello que las ponderaciones de los IPC tienen un carácter “híbrido”: toman las cantidades del período de referencia de las encuestas de gasto de los hogares y le aplican los precios medios del período base del índice”.
Dicho esto, los ponderadores 2004-2005 actualizados a diciembre de 2016 (momento del pasaje del IPC GBA al IPC actual), implicaban que los hogares argentinos destinaban el 27% del total de sus gastos a alimentos y bebidas no alcohólicas, el 11% a transportarse, el 9,9% a vestirse, entre los principales rubros. Así se puede observar en la imagen que sigue, elaborada por el INDEC (los ponderadores son el resultado del promedio ponderado del ponderador de cada región por el peso relativo de cada región).
Estructura de gastos de los hogares ENGHo 2004/2005 actualizados a 2016
Fuente: INDEC.
¿Estos son los ponderadores que se aplican en la actualidad? No. El INDEC ha actualizado por precio la incidencia de cada rubro, cambiando de esta forma el ponderador final, de ahí el carácter híbrido. Por ejemplo, los datos actualizados a noviembre 2023 por la variación de precios arrojan:
- Una menor ponderación en Vivienda y Transporte: se reduce de 9,4% y 11% respectivamente en diciembre 2016 a 6,3% y 10,1% en noviembre 2023.
- Una mayor ponderación en alimentos y bebidas, pasando de 27% a 30,8% a noviembre 2023.
Cabe señalar que las actualizaciones de los ponderadores vía precios hacen que las variaciones relativas, aquellas que no son bruscas, tiendan a “compensarse” en el tiempo.
Pero es importante mencionar que el problema metodológico se produce cuando hay cambios repentinos en las cantidades consumidas o en la estructura de gastos. El INDEC no llega a medir eso, es decir, “no la ve”.
Supongamos que solo consumo tomate y el tomate aumenta 100%: mi inflación sería de 100%. Pero si eso sucediera, probablemente yo dejaría de consumir tomate y consumiría lechuga. El INDEC no logra mensurar ese cambio en el comportamiento.
En lo referido a la estructura de gastos, si por ejemplo la luz tiene un aumento de 500% de un mes a otro, el dinero del gasto total destinado a ese rubro se incrementa sustancialmente. El INDEC no lo registra dado que su corrección por precio se produce al mes siguiente, es decir, llega tarde. Si, eventualmente, en los meses subsiguientes pasara lo contrario, es decir, el resto de los rubros aumentase 500% mientras que servicios no siguiera el mismo curso, el indicador tendería a compensar esas diferencias. Pero la magnitud del salto (500%) impide que eso suceda, consolidando la distribución del gasto promedio entre cada uno de los rubros.
En resumen, ¿cuál es la limitación de usar ponderadores fijos que se actualizan en cada ENGHo?
- No están preparados para cambios sustantivos en corto plazo en pautas de consumo;
- Las pautas de consumo determinan el nivel de la inflación;
- Los aumentos significativos de precios en servicios y transporte no están bien mensurados en el indicador.
A esta altura del análisis es posible preguntarse ¿Por qué no hacer una nueva medición? La respuesta es muy concreta: mensurar el consumo de la población no resulta una tarea sencilla, es un proceso costoso y lleva mucho tiempo. Dicho de manera simple: no se puede ir calculando todos los meses cuanto gastamos y en qué cosa. Tampoco es razonable estimar, de manera arbitraria, cuáles son los ponderadores que representan los consumos promedios de la sociedad. Sin embargo, el INDEC cuenta hoy con una herramienta para mejorar la problemática: los resultados de la última Encuesta Nacional de Gastos de Hogares 2017/2018 (ENGHo 2017/2018).
LA ENGHo 2017/2018 y la revisión de la inflación
El INDEC realizó una nueva medición de la ENGHo para el periodo 2017/2018, la cual exhibió cambios sustantivos en la canasta de consumo. Entre otras modificaciones que vale la pena destacar, se registra:
- un crecimiento del porcentaje de gasto que los hogares destinan a los servicios como agua, electricidad y gas desde 9,4% - si consideramos los valores originales a 2016 - a 14,5%;
- un incremento en “Transporte” de 11% a 14,3%;
- un aumento en “Comunicaciones” de 2,8% a 5,2%;
- una reducción de la ponderación de los alimentos de 27% a 22,7%.
Esta ENGHo, aunque tiene ya varios años, sin dudas refleja más acabadamente los consumos promedios de la sociedad. El INDEC debe ponerla en funcionamiento.
Estructura de gastos de los hogares ENGHo 2017/2018
Fuente: INDEC.
¿Desde cuándo deberían aplicarse los cambios de los ponderadores?
Este el tema principal de debate. Lo razonable sería aplicar los ponderadores antes de los reacomodamientos sustanciales de precios relativos derivados de las políticas aplicadas por la actual gestión, es decir, por ejemplo, en noviembre de 2023. Esto permitiría captar, de forma más acabada, los importantes aumentos sufridos en los rubros mencionados anteriormente.
Pero, ¿qué pretende el gobierno? que la actualización se haga a partir de ahora de modo de evitar captar la corrección de precios de los meses previos y de esta forma ahorrarse el costo político que significaría un aumento en los guarismos de inflación de los primeros meses del año. Siendo la inflación a la baja su principal carta de validación ante la sociedad, la resistencia a la aplicación de la ENGHo a finales de 2023 se convierte en una bandera política innegociable ¿Por qué le preocupa tanto al gobierno este tema? ¿Es importante la diferencia en la aplicación del indicador? Si.
Si aplicamos los ponderadores de 2017/2018, los resultados son contundentes: 8,5% más de inflación desde la asunción de Milei. Como se puede ver en el gráfico a continuación, las diferencias se concentran en dos meses: febrero y abril de 2024. En estos meses, los precios del rubro “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” aumentaron significativamente por encima del promedio (20,2% en febrero 2024 vs 13,2% del índice general y 35,6% en abril 2024 vs 8,8% del índice general). A esto se suma el mismo fenómeno en el rubro “Transporte” en el mes de febrero 2024 (21,6% vs 13,2% del índice general).
Inflación mensual con ponderadores actuales vs ponderadores de la nueva ENGHo 2017/2018, diciembre 2023-octubre 2024
Fuente: CEPA en base a INDEC.
En suma, en el período noviembre 2023-octubre 2024, mientras que con los ponderadores actuales, la inflación acumulada fue de 159,8%, si aplicáramos los ponderadores de la ENGHo 2017/18, la inflación acumulada sería de 181,9%. La diferencia resulta significativa: 22,1 puntos porcentuales en la gestión Milei, o lo que es lo mismo, 8,5% de inflación adicional acumulada.
El impacto no medido en los salarios reales
Esta distancia explica por qué la relativa recuperación que muestran los salarios registrados privados “no se siente”. Con la metodología actual, la pérdida de poder adquisitivo de este fragmento de asalariados es de 1,5% en septiembre de 2024 en relación a noviembre de 2023. Sin embargo, si aplicamos los ponderadores de 2017, la caída de la capacidad de compra sería significativamente mayor: asciende a 9,1%.
Fuente: CEPA en base a INDEC.
Algo similar se podría plantear con el caso de las jubilaciones, pero con un agravante: la actualización jubilatoria se encuentra atada a la inflación, por lo que la subestimación del guarismo reduce las jubilaciones de manera significativa. Esto implica, en la jubilación mínima, más de $20.000 mensuales para cada jubilado, incluso sin considerar el mismo efecto sobre el bono compensatorio.
La curva del salario real y de jubilaciones corregida por la inflación medida con los ponderadores 2017/2018 tiene una característica importante: muestra una evolución coincidente con la del consumo. Dicha evolución ha revelado caídas récord en ventas de supermercados, así como en los principales productos de consumo masivo:
- en el mes de septiembre, medidas a precios constantes de 2017, las ventas de supermercados cayeron 12,8% en términos interanuales y 11,6% en el acumulado de los primeros nueve meses del año;
- las ventas de productos lácteos muestran una caída significativa en el mercado interno, acumulando una baja de 11,3% en el período ene-oct 2024 en comparación con 2023;
- se registra el peor nivel de consumo interno per cápita de carne vacuna de los últimos 26 años, con una caída de 11,2% para los primeros diez meses de 2024 respecto del mismo período de 2023;
- el consumo de yerba mate entre enero y octubre de 2024 muestra un guarismo 8,9% inferior al de enero-octubre 2023 y representa el peor nivel desde 2017.
A casi un año de la asunción de Milei como Presidente, la aplicación de la ENGHo 2017/2018 resulta central para analizar el impacto de las políticas aplicadas y sobre quien recayó el ajuste.
[1] INDEC - Metodología del IPC-GBA. Agosto 2016.
[2] INDEC - Metodología del IPC-GBA. Agosto 2016, e índice de Precios al Consumidor, octubre 2024.
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