RUGIDOS DESDE LA BATALLA
La reedición del libro de León Rozitchner sobre Malvinas, plena de actualidad
Tiempo atrás, eran las paredes donde —diría Juan Gelman— “la mano mana de la luz” transcribía su no menos fragmentario que certero mensaje: las pintadas. Más que voz del pueblo, susurro plebeyo, aquel mural, vertical “techo del mundo”, se torna pantalla y multiplica quién sabe cuánto el renovado anuncio; la verdad se ensarta entre un yuyal de pavadeces. El pasado miércoles 2 de abril, las redes antisociales distribuyeron lo siguiente:
Hoy se celebra al Beato Leopoldo Fortunato
Patrono de la Extensión Ultramarina del Terrorismo de Estado
Notable caracterización, por cierto factible no con el diario del lunes sino mediante el formidable caudal de información acumulado sobre el conflicto desatado con propósitos de perpetuación por la agonizante dictadura cívico-eclesiástico-militar, el 2 de abril de 1982.
Asimismo difícil avenencia con el espíritu de apoyo a la intentona castrense reinante en aquel entonces por la población en general, reacia a incorporar la diferencia entre medios y fines: reivindicación de soberanía y atrocidad de un enfrentamiento bélico. Aspectos adosados en una identidad única por las representaciones dominantes desde la Junta militar de gobierno y sus cómplices mediáticos.
Escasas, en sordina y aún acalladas, las voces adversas padecieron el mecánico repudio y persecución, incluso desde los espacios de izquierda en el exilio. Mientras el Partido Comunista (PCA) seguía los mandatos de la URSS con su “apoyo crítico” comercial a la dictadura, los exiliados en México reunidos en el Grupo de Discusión Socialista (GDS, con Juan Carlos Portantiero, José Nun, Emilio de Ípola, Néstor García Canclini, Sergio Sinay y José Aricó, entre otros) emitieron un documento de apoyo. El argumento central consideraba al episodio una causa anti-imperialista, con lo cual “la dictadura burguesa terrorista pasó repentinamente, desde esa perspectiva, a representar intereses nacionales. Ya no se trataba de derrotar al gobierno de Galtieri, sino de acompañarlo en la gesta”. Así lo expresa el sociólogo y periodista Alejandro Horowicz al prologar la flamante reedición de Malvinas: de la guerra sucia a la guerra limpia, El punto ciego de la crítica política, del filósofo León Rozitchner (Chivilcoy, 1924 - Buenos Aires, 2011). A su vez refugiado en Caracas desde la instauración del régimen genocida en 1976, quien posiblemente fuese una de las voces más lúcidas del pensamiento marxista, entabló un áspero debate con el GDS y, en correlato, con el conjunto de una izquierda en retirada, vacilante en hallar un rumbo.

Meditado y escrito en el transcurso de los episodios ocurridos en el Atlántico Sur entre abril y junio de 1982, el documento de Rozitchner hecho libro despliega un rigurosísimo bagaje argumentativo destinado no solo a proclamar “con todas las letras que no desea que los militares venzan”, sino que anuncia la derrota”, intuye “qué política continuará a esa guerra y qué subjetividades políticas ingresarán a la democracia”. Articula la economía de una lógica intestina a la práctica del poder militar, para el cual “el terror impune del comienzo de su implantación tenía inscripto ya su final”. Verdadero “proceso” en el cual “esta guerra ‘limpia’ constituyó la prolongación de aquella otra guerra ‘sucia’ que la requirió”. Ecuación de la que el autor extrae ”las consecuencias de una lógica política que la izquierda, atada aún a las categorías y mentalidad de la derecha, debería por fin retener”. La clásica confusión en torno a la definición del enemigo —hoy acaso derramada hacia varios ángulos del campo popular— torna perentoria la aclaración de que “no porque deseáramos el triunfo inglés, sino solo porque deseáramos la derrota de nuestro enemigo principal: la Junta Militar y todo lo que estaba, detrás de ella, empujándola para ratificar con ese posible triunfo su propia salvación”.
Espacio proclive a “la fantasía y la ilusión”, la evaluación política coyuntural pone en evidencia para Rozitchner “un cierto tipo de coherencia que habitualmente desdeña y niega el ‘realismo’ político: la que mantiene la coherencia del pensar subjetivo como lugar donde también se elabora la verdad, y su convergencia con la coherencia que organiza la realidad objetiva”. Concepto en el que instala el eje de su análisis mediante la tesis: “reafirmar que la coherencia subjetiva es también núcleo de verdad histórica, índice de realidad donde su dialéctica se elabora y se prolonga”. Idea asociada a la categoría de “deseo”, imbricada en los procedimientos del sujeto social, más próxima al deseo hegeliano que al freudiano, sin desatenderlo.
En consecuencia, tras advertir los “prejuicios subjetivos” inscriptos en los documentos del DGS, el autor se aboca al desarrollo de “la materialidad de los intereses económicos, políticos y estratégicos que configuran el verdadero marco de sentido de este enfrentamiento”, uno a uno. Enumera los recursos petroleros, el krill, los minerales y los intereses estratégicos como el control del Atlántico Sur por parte de la OTAN y el acceso a la Antártida. Conjunto marcado por la básica articulación entre doctrina de seguridad nacional y doctrina económica del despojo nacional, condiciones de posibilidad, a su vez, de una delirante doctrina bélica.
Es sobre una práctica política concreta donde Rozitchner sostiene su parecer, el de las Madres de Plaza de Mayo poniendo “en evidencia dónde se asienta la soberanía de una nación: en la vida de sus ciudadanos que se expande desde sus cuerpos. (…) Es necesario decir que no fue una guerra la que los militares ejercieron contra los argentinos, sino que reconozcan –más allá de su código de honor, al cual la quieren elevar cuando hablan de guerra— que no fue una guerra sino un crimen realizado con saña despiadada contra gente indefensa, luego de la tortura y la violación. (…) Los militares quieren, a diferencia de las Madres, el olvido social: quieren despojarlo de su significación”. En la vía de un “proyecto nacional”, el autor apunta a retomar esa representación inconclusa en el tiempo histórico que los desaparecidos encarnan, pues “los hijos verdaderos de la patria son los que han muerto, mandados una vez más por los militares, por la nación. Serán los muertos legítimos, estos que los militares pueden confesar”.
Movimiento ideológico que anuda ética y verdad, pone en cuestión la categoría de “guerra” aplicada a la impunidad propia de la represión terrorista del Estado dentro en el territorio, trasladando la impugnación al enfrentamiento con el adversario inglés, pasando “de la guerra ‘sucia’ interior a la guerra ‘limpia’ exterior” con la ilusión de contar con idéntica impunidad. Fantasía acendrada en la imposibilidad de reacción defensiva, renegatoria de que el enemigo principal, las FFAA genocidas de ocupación, resultaba funcional al sistema regido por los Estados Unidos e Inglaterra. Un Apéndice Documental registra los diversos posicionamientos con los que el autor polemiza.
Exhaustivo, sin concesiones, de lenguaje estricto y argumentación intensa, Malvinas: de la guerra sucia a la guerra limpia… es un documento histórico concebido en el momento mismo de los acontecimientos. Sin que tal contemporaneidad pierda vigencia en relación a los hechos de referencia, proyecta su reflexión no sólo hacia una izquierda de entonces con la que dialoga, sino que se extiende en tanto metodología y sistema para el análisis político. León Rozitchner, como en toda su trayectoria, asume el riesgo de elevar su pensamiento a la palabra, su campo de batalla posible. Contra la corriente hegemónica, y no solo la dominante. Nunca es tarde para escucharlo.
FICHA TÉCNICA
Malvinas: de la guerra sucia a la guerra limpia – El punto ciego de la crítica política
León Rozitchner
Buenos Aires, 2025
152 páginas
--------------------------------Para suscribirte con $ 8.000/mes al Cohete hace click aquí
Para suscribirte con $ 10.000/mes al Cohete hace click aquí
Para suscribirte con $ 15.000/mes al Cohete hace click aquí