Sin lugar para la reinvindicación del genocidio

Trece nostálgicos fueron a la Feria del Libro para ver un video en defensa de los juzgados por la represión

Casi todos en parejas, los ancianos vestidos con saco o con camperas de cuero con pañuelo al cuello se acercaron hasta la sala Jorge Luis Borges para ver el video que entrevista a defensores de militares para sostener la tesis de que los juicios de lesa humanidad son un mero acto de venganza.
Se encontraron con los portones cerrados y dos grandes impresos en papel blanco con tinta negra de computadora, que informaban que la actividad prevista estaba "cancelada".
Sobre la hoja de la izquierda, alguien escribió con tinta azul: "Vergonzoso".
Entre las más indignadas estaba una morocha de lentes con blusa y pantalón beige, aferrada a una pancarta doblada y a una pila de fotocopias que repartía mientras se le caían.
Nadie la reconoció como Diana de las Nieves Destéfani, miembro de APEFA, la Asociación de Pensionadas de las Fuerzas Armadas.
Al mismo tiempo, la más famosa de las negacionistas, Cecilia Pando de Mercado, de jean y camisola azul, caminaba extraviada por el último de los pabellones junto a otra anciana morocha mientras hablaba por celular y decía: "Hay que buscar el momento de mayor asistencia para convocar a los medios".
La proyección de Será venganza iba a tener lugar en el otro extremo del Predio, donde ya alguien había reconocido a "la madre de Victoria Villarruel, la abogada". Se refería a la titular del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV)
También los convocantes a la fallida proyección de autodenominaron Centro de Estudios, pero de Historia, Política y Derechos Humanos de Salta. Dos homenajes involuntarios al Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) cuyas estadísticas demuestran que los juicios de lesa no constituyeron venganzas.
Otro de los asistentes al acto que no fue: el doctor Horacio Lascano, de la actual Urgent Security, un rubro en el que también participa Villarruel padre, quienes —según Lascano— compartieron cenas en el hotel Marriott, de Panamá, en mesas chicas con el ex coronel Mohamed Seineldín, Alberto Assef (del Partido Nacionalista Constitucional UNIR) y "el gordo Sosa", de Córdoba.
El resto de los asistentes discutían acerca de la ascendencia del general Heriberto Auel ("es el pasado", opinó Destefani). "Anoche, en la tele, (Domingo) Cavallo estuvo magistral".
"Los chilenos nos traicionaron en Malvinas, pero como los chilenos querían a Pinochet, ellos salvaron a sus fuerzas armadas". "Fue honorable el general Videla, tenemos que seguir defendiéndolo, porque decir lo contrario nos hunde más".
La proyección había generado el repudio de CONADU y organismos de DDHH. La Fundación el Libro discutió el caso y, según informaron a este medio en la Sala de Prensa, decidieron por unanimidad cancelar el acto y devolver el dinero de alquiler de la sala.
En su comunicado, recordaron conceptos similares a los que ha planteado Horacio Verbitsky en sus notas respecto del piso de consenso social: (El informe Nunca Más) "Fue ratificado en diversas instancias por el Congreso Nacional, por todas las instancias de la Justicia, incluidas acordadas de la Corte Suprema, y todos los presidentes de la democracia. Esto constituye un piso de consenso no solo legal sino también ético".
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