¿Cuál es el legado del macrismo en las políticas de memoria? Ninguno. Si un legado es siempre aquello que se juega en el plano de la transmisión y donde irrumpe un enigma a descifrar, representando al sujeto aún cuando ni siquiera sepa bien de qué se trata la verdad que descifra, no parece posible que la gestión macrista haya podido contrarrestar el legado de las Madres, Abuelas, sobrevivientes e Hijos en la Argentina.
Es más, durante su gestión emergieron nuevas voces que dan cuenta de ello: las y los Hijas/os de genocidas que repudian los actos criminales de sus progenitores, los Vecinos sin genocidas, que han planteado un nuevo reclamo: no nos pueden obligar a convivir con genocidas.
Ese es, en todo caso, el efecto del intento de des-legar la lucha por los derechos humanos en este país. Un fracaso en términos de herencia. La era Macri es una respuesta contundente a aquel interrogante que dio origen a un nuevo seminario y a un libro: la denodada intención de constituir un reverso narrativo de la memoria, sin legados.
Territorios Clínicos de la Memoria está a punto de presentar su segundo libro que es producto del seminario anual internacional Transmisión, legado y memoria, dictado en el Centro Cultural de la Cooperación durante el año 2018, con docentes de Brasil, España y Argentina. En los fundamentos decíamos que "en los últimos tiempos asistimos a un escenario regional y también mundial que pone fuertemente en cuestión el problema actual de los legados y su función esencial respecto de la memoria. La destrucción de los legados simbólicos —tal como plantea Jorge Alemán— tiene incidencias sobre los múltiples modos de operar que la transmisión provoca, y también en las narrativas que son posibles en medio de esa deriva".
La presentación que se hará el 30 de octubre en el Centro Cultural de la Cooperación tendrá como eje una conversación con tres de los autores del libro. Alicia Stolkiner, Jorge Alemán y Alejandro Kaufman son fuertes referentes en sus respectivos campos de pensamiento.
Elegimos esas tres clases porque constituyen un corpus teórico donde podemos analizar los nudos que van desde el impecable y necesario recorrido que propone el texto de Stolkiner – que además tiene el valor de un documento histórico. El texto resignifica las marcas que las Abuelas dejaron en el campo clínico y epistemológico. Lo hace a través de un recorrido por una práctica inédita, basada en la conformación de un Equipo Interdisciplinario Auxiliar de la Justicia que surge desde Comisión Nacional por el derecho la identidad (CONADI). y es coordinado por ella desde sus inicios. Ese equipo es el que asiste y acompaña en aquellas situaciones de extracción de muestras de ADN vinculadas a procesos de restitución de identidad en personas que siendo niños fueron apropiadas durante la última dictadura cívico-militar. Las teorizaciones y derivas de esa práctica singular son sustanciales en lo que hace a la construcción de una política pública sólida en este terreno.
El texto de Kaufman introduce cuestiones nodales en torno a la genealogía de las violencias y sus derivas, bordeando memorias incómodas hasta el hueso de la discriminación y apelando a figuras inquietantes, metáforas y episodios previos a los momentos instituyentes de acontecimientos emancipatorios.
Alemán advierte de un modo muy novedoso que hay una problemática más radical en el olvido, donde ya no trata sólo del carácter del retorno de lo reprimido, sino de otra compleja dimensión de un olvido que va hacia lo real o está de cara hacia lo real, y no solo de cara hacia el inconsciente. El desarrollo que sigue a este planteo es un hallazgo fundamental tanto para quienes pensamos los temas ligados a las memorias, como también para pensar social y profundamente las claves de esta época y sus legados.
Este libro cuenta con siete autoras y autores en total. Las otras cuatro autoras son Natalia Magrin, Virginia Morales, María Marta Quintana y Mercedes Barros. Ellas son jóvenes investigadoras que desde diversas disciplinas aportan al debate y dialogan con los textos de los profesores que dieron sus clases en el seminario.
El prólogo es de Jorge Foa Torres quien —desde el campo del derecho— analiza las incidencias que el denominador común de este libro tiene en las problemáticas de la memoria y el legado a descifrar, desde una “mirada lacaniana” del derecho. Él denomina a ese común del libro Por un Estado de Derecho otro y alude a que la singular construcción de la(s) memoria(s) en los últimos años en Argentina son las bases no ya para un Estado de Derecho en su forma liberal —forma devastada por el circuito ilimitado del (pseudo) discurso capitalista—, sino los fundamentos para la invención de una modalidad otra de institucionalidad en donde los conceptos de sujeto, testimonio y lazo social ocupan un lugar nodal.
Con Alejandro Schmied —el editor— nos tentamos con convertir en pretérita la coyuntura de la que hablan algunos textos. Hasta que nos dimos cuenta que esto no era coyuntural, era un esfuerzo por pensar las marcas del macrismo en las políticas de memoria, o mejor dicho en el intento de invertir la narrativa de esas marcas.
Lacan en ese magnífico hallazgo del tiempo futuro anterior que teorizó para pensar la temporalidad del inconsciente —y forma parte del subtítulo del libro— , lo definió del siguiente modo: lo que habré sido para lo que estoy llegando a ser y esa exacta temporalidad es la que podemos pensar hoy en el estar yéndose del gobierno actual, no sin antes intentar desmarcar lo inquebrantable.
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