Se viene el Argentinazo

Paro general el 29 de mayo, la fecha en que se conmemora el Cordobazo

 

Finalmente la CGT dio a conocer la convocatoria al paro general. Será el próximo 29 de mayo. Un tenso combate con nutrida historia previa mostró polarizadas las posiciones entre el fraternal Omar Maturano, interesado en reclamar por el impuesto a las ganancias y en confrontar contra la dureza impuesta en las negociaciones de la paritaria. En el otro rincón, el ecléctico Héctor Daer. Triunfó la propuesta del dirigente del riel, con el respaldo del colectivero Roberto Fernández, acosado por una línea interna que puede llevar a la mitad de los choferes a plegarse por su cuenta a medidas apoyadas desde la oposición.

Tras la fallida promesa del gobierno (¡otra más!) de liberar los pagos adeudados a las obras sociales de los gremios, reinaba un silencio sepulcral entre los partisanos de la CGT residual. La bronca por uso de la palabra “carnero” recibida por buena parte de la jerarquía sindical tras el paro del 29 de abril encontró la temperatura justa de estallido tras la anodina conversación en la sede de la UOCRA de la avenida Belgrano con el jefe del FMI, Roberto Caldarelli, quien afirmó a la salida que “lo peor ya pasó”, tergiversando lo conversado según los asistentes al cónclave. Todo pareció por un momento volver para atrás, el paro para fin de mes entraba nuevamente al dique seco con el envío de millones adeudados al sistema solidario. Los coqueteos con Hugo Moyano volvieron por un momento a las fotos viejas y las anécdotas gastadas. Pero no.

El freno de mano impuesto por los hermanos Daer (Héctor, sanidad, Rodolfo, alimentación) en la reunión del Consejo Directivo no pareció compatible con la presencia virtual de Héctor en la Mesa Nacional del PJ, donde la llegada de Cristina hacía de catalizador para la unidad opositora. Los hermanos replegaron su moderación. Como vandoristas hechos y derechos, pegaron un fuerte golpe tras el amague de retirada apelando a la nostalgia combativa de aquel Cordobazo que nunca fue caro a sus nostalgias.

Los considerandos del paro recorren un amplio espectro: “Hay una insoportable situación que viven los trabajadores por la falta de respuesta de parte del gobierno a las demandas cotidianas y los despidos que no cesan”. La cuestión es que a la cúpula no le quedó más remedio que hacerse eco del reclamo de las bases y de los dirigentes intermedios diseminados en la geografía patria y le puso fecha a la jornada. La contundencia del mismo es un lugar común sin sorpresas, porque al parar el transporte los maltrechos asalariados tienen, además del paraguas legal cegetista para la convocatoria, la imposibilidad fáctica de concurrir a los lugares de trabajo. La fecha, coincidente con el 50º aniversario del Cordobazo, lleva a la inevitable comparación sobre la potencia del reclamo obrero. A la salida de la CGT se enumeró: “Algunos lo viven como un homenaje, otros como algo necesario y la mayoría siente un poco que es una travesura que sea en esa fecha”. Un muy alto dirigente completó con un dato categórico: “Lo simbólico marcó siempre la historia de las luchas obreras”.

Descontada la participación de todos los sectores sindicales y los movimientos sociales, sólo resta definir si toda la convocatoria será respetada y será un paro dominguero o si una vez más lo acompañarán movilizaciones colaterales en todo el país. En Córdoba, la CGT Rodríguez Peña ya había anunciado un paro activo para el aniversario de aquella gesta: “Vemos con satisfacción que cierta dirigencia nacional haya decidido sumarse a la lucha que las trabajadoras, los trabajadores, sus organizaciones y el pueblo todo venimos dando desde hace tiempo. (…) Celebramos que algunos dirigentes se sumen –aunque sea tardíamente— a la lucha de este pueblo que en la calle hará temblar el modelo que lleva adelante el gobierno de Macri y sus cómplices”.

Por su parte la siempre distinta CTA Autónoma anunció que “su” medida empieza a las doce del día 28. Las marchas, a la par de los cordobeses, estarán presentes en las principales ciudades del país. Se mantiene además el paro sui generis de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que insiste en su reclamo contra el impuesto a las ganancias, reconocido por el gobierno pero con esquivas respuestas al planteo impositivo.

Las olas van y vienen. Hace poco tiempo pareció que la restauración neoliberal llegaba a la región latinoamericana para quedarse por siempre. Pocos meses desde la asunción de Bolsonaro en Brasil y el miércoles 15 fueron dos millones los manifestantes que ocuparon las calles de las principales ciudades del país vecino contra la política educativa del capitán retirado. Rememorar el Cordobazo o el Rosariazo en estas circunstancias suena a invocar a los demonios movilizados a las calles en medio de una crisis donde la inmensa mayoría de los argentinos reconoce que Macri ya no conduce ningún destino. Con el 3,4% de inflación del mes de abril, la interanual de 55,8%, resulta la más alta desde 1991. La fecha de vencimiento cercana al fin del mandato de Mauricio Macri señala la imposibilidad absoluta de ratificar el rumbo actual y hace de este tramo final un verdadero suplicio donde cada día hay más despidos, cierre de empresas y avances de las grandes patronales sobre los derechos de los trabajadores. Así sucede con los trabajadores de Molinos Minetti, que protestan por el atraso en el pago de las quincenas y no pueden concurrir al trabajo porque no tienen para pagar el transporte.

El proyecto de reforma laboral que resisten los sindicatos, entusiasma poco a las pymes que reclaman consumo y mercado interno. Está fogoneado por las grandes multinacionales que pretenden acompañar sus inversiones con sus propios modelos de gestión de personal más allá de la ley. Es notable que en los conflictos actuales como Electrolux o Loma Negra de Barker la toma de decisiones patronales esté signada por el estilo brasilero de recursos humanos. El bolsonarismo empresario es la vuelta a las prácticas autoritarias históricas de la patronal verdeamarela luego de los 14 años de gobierno del PT, que los tenía limitados.

El despido de una veintena de trabajadores en Electrolux generó un acampe frente a la entrada, agravado por la muerte de un delegado durante una asamblea. Fue una operación pergeñada por la patronal. La falta de manejo de la dirigencia de la UOM local y el fogoneo de los grupos de apoyo con una mirada intransigente sobre el desarrollo del conflicto fue funcional a la política de recursos humanos que tras un traspié judicial no pudo criminalizar la protesta y debió buscar la salida a través del Ministerio de Trabajo de la provincia. La idea del responsable patronal de proceder a desalojar el acampe recorrió todas las posibilidades: desde contratar vigilancia privada para agredirlos hasta, como sucedió, obtener los servicios de una fiscal que lo asesoró para lograr imputar a los despedidos y meterlos presos. Para desgracia de la funcionaria, las conversaciones fueron grabadas y viralizadas y generaron el fallo del juez desestimando la acción penal y ordenando que el Ministerio de Trabajo sea el que intervenga por tratarse de un problema laboral.

Más difícil le está resultando al bolsonarismo empresario de Camargo Correa, controlante de Loma Negra, doblegar la voluntad del pueblo de Barker, férreamente unido y movilizado en defensa de su fuente de trabajo. La diferencia entre ambos conflictos radica en el grado de apoyo popular logrado en la defensa de los puestos de trabajo.

Algo parecido está sucediendo con Acindar en Villa Constitución, perteneciente a la multinacional Mittal. El impacto de los tarifazos de electricidad y gas redujo las ganancias empresarias a menos de la mitad. La reacción del multimillonario indio Lakshmi Mittal fue apretar a su número 2 en América, el paulista Jefferson de Paula, para que revierta la tendencia. Conclusión: hubo despido masivo de gerentes locales que habían aprendido de la realidad y de la historia a negociar con la representación obrera. Ahora aplican una dura política de recursos humanos con los trabajadores propios y con los tercerizados.

Esta es la famosa reforma laboral buscada. Devolver a las patronales el control absoluto del manejo de sus dependientes. Terminar con la representación sindical en los lugares de trabajo, e incrementar la explotación hasta el límite de lo indecible. El estigma de las muertes en Vaca Muerta que se siguen acumulando bajo la mirada cómplice de una dirigencia que aceptó flexibilizar el convenio a cambio de pingües negocios está en el fondo de la cuestión. Un extraordinario logro del Equipo Argentino de Antropología Forense es el reconocimiento de los restos del compañero detenido desaparecido Armando Luján Rodi, trabajador de Dálmine-Siderca, secuestrado el 13 de diciembre de 1975 en Campana. La impunidad de Paolo Rocca está en el fondo de las desapariciones de trabajadores de sus empresas. Fue víctima de la reforma laboral a la manera de López Rega.

Un rápido paneo de la mirada sobre la cuestión gremial del país deja la imagen de una foto muy movida. El sindicato de Alimentación declaró su alerta por la estrategia global de Arcor de salir al mercado externo aun a costa del empleo local y amenaza con posibles despidos por miles. La desesperación de los trabajadores de Página 12 los llevó a realizar dos paros sorpresa de la semana en el diario. Frente a la deuda y el atraso salarial, realizaron un fuerte reclamo al grupo Octubre de Víctor Santa María, hombre fuerte del PJ porteño. En Garín, la empresa AkzoNobel produce despidos y anuncia crisis inexistentes para imponer nuevas formas de trabajo. El Sindicato de Empleados de Comercio firmó paritarias de 30% con actualización bimestral. Se liquidará en los sueldos de un millón de personas que no se sabe si lo cobrarán efectivamente por la crisis del sector. Los gremios ferroviarios siguen sin acuerdo salarial. y el 23 de mayo quedan en libertad de acción para encarar medidas de fuerza, aunque puede extenderse la mediación.

El dirigente de la UTA rosarina, Manuel Cornejo, se opuso a la paridad de género en la conducción de las unidades del transporte público de Rosario consagrado en una ordenanza. Su irracional postura, reflejo de una mirada medieval, le ganó un amplísimo repudio feminista que viene ganando las calles en reclamo del derecho a la igualdad de las mujeres en todos los órdenes de la vida. En la misma dirección se ubica la imposición del FMI de poner fin a la moratoria para quienes no cuentan con 30 años de aportes. La medida beneficiaba mayoritariamente a las mujeres trabajadoras en el acceso al derecho universal a la seguridad social. El plan consiste en liquidar la Ley Nacional 26970, que fue fundamental para reconocer el trabajo de las amas de casa y el empleo doméstico como cuidadoras o en tareas de limpieza, en general en negro, o informal. Esta norma permitió que 4 millones de personas fueran reconocidas en su derecho e incluidas en el régimen previsional como trabajadoras. Hoy vemos cómo están condenando a más de la mitad de las mujeres de nuestro país a una vejez en la pobreza y la indigencia. Al gobierno macrista le tocará cosechar la siembra revolucionaria generada por las tempestades feministas más afectadas.

 

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