Se non è vero, è ben trovato
Rocco Carbone investiga la mafia calabresa en la Argentina, articulada a partir del macrismo
Huyendo de una inminente venganza por haber lavado con sangre el honor de una hermana, en 1412 los caballeros toledanos Osso, Mastrosso y Carcagnosso se refugiaron durante 29 años, 11 meses y 29 días en la isla siciliana de Favignana. En España habían integrado la Garduña, una sociedad secreta dedicada a faenas ilícitas de toda laya. Transcurrido el prudencial ostracismo, a imagen y semejanza de su institución originaria, Osso funda la Cosa Nostra en Sicilia, Mastrosso la 'Ndrangheta en Calabria y Carcagnosso la Camorra en Campania. Con ellos portaron las tablas que regulan hasta hoy, apenas aggiornadas, las respectivas organizaciones.
Si el curioso visitante desea saber si algún local se encuentra afiliado a la 'Ndrangheta, no tiene más que preguntarle si conoce a zzú (el tío) Peppino Montalbano (ojo: nada que ver con el detective de la serie de TV). En caso de que el interpelado responda “le conozco, le sirvo, la llevo puesta hasta la última gota de sangre”, el entrometido habrá confirmado que está frente a un conspicuo integrante de esa estructura y sabrá que hacer. Rajar.
Tal vez no sea indispensable trasladarse a la bella provincia calabresa a fin de toparse con ejemplares de la poderosa famiglia de delincuentes. Aquí mismísimo, en estas australes praderas y populosas urbes, la 'Ndrangheta se halla hace tiempo instalada. Tal es la hipótesis que el prolífico académico Rocco Carbone (Cosenza, 1975) viene demostrando en jugosas notas de El Cohete a la Luna, y ahora amplía en las no menos documentadas 160 páginas de Mafia Argentina (continuidad de su libro anterior sobre idéntica temática, Mafia Capital). Investigador y docente afincado en nuestro país, abocado a los procesos socioculturales latinoamericanos y al ejercicio de la memoria, aborda el universo mafioso como una cultura independiente, estanca, insertada en los resquicios de la sociedad capitalista, en cuyo seno avanza ocupando posiciones de creciente poder. No se limita a desenmascarar sus acciones, sino que ingresa en la problemática a partir de los múltiples rasgos tanáticos que identifican a la 'Ndrangheta y, desde allí, devela en forma pormenorizada sus dispositivos y prácticas.
A tal fin, Carbone invita a observar “el fenómeno macrista cambiemita y la historia argentina reciente menos a través de un par de lentes que de un monóculo: mafia”, con especial hincapié en la calabresa 'Ndrangheta, “una particular organización criminal que se ubicó dentro del Estado”. Catalizador del capitalismo posindustrial, coloniza el Estado y sus poderes desde la actividad privada para beneficio exclusivo de sus integrantes y, eventualmente, los ocasionales aliados. Atravesada por liturgias, códigos secretos, rituales y grados jerárquicos que el autor describe con detalle, impone con violencia real, jurídica y simbólica un modo de acumulación sostenido en un sistema piramidal, patriarcal, patrilineal y patrilocal inalterable. Se compone de una Sociedad Mayor, empresarial, superestructural, encargada de la conducción tanto como de la dinámica de los mecanismos del poder (así como del lavado de activos) y una Sociedad Menor de índole criminal/ militar dispuesta a la tarea (más) sucia. Entre ambas se establece una conjunción dialéctica, en donde la segunda Sociedad tiene por función hacerse visible a fin de sembrar el temor aunque, por sobre todo, destinada a opacar las acciones del aparato político. Tarea aterrorizante, monopolizada por el dispositivo mediático cooptado, generador de sentido común.
Afincada en este país desde 1880, la 'Ndrangheta “descubre el negocio de la cocaína en la década de 1970 —zzú ‘Ntoni Macrì, el fundador de la ‘ndrina Macrì, fue asesinado en 1975— y se organizó en dos carteles de distribución”, obteniendo capital suficiente para convertirse en el principal proveedor europeo y globalizar sus actividades al tráfico de armas, capitales ilícitos y personas. Lo obtenido de tales latrocinios, detalla Carbone, permite a la organización incrustarse en los poderes del Estado, impotente ante el vacío jurídico que evita contemplar la actividad mafiosa, que rebasa con usura la categoría de “crimen organizado”. Un singular avance a este respecto, elogia el autor, ha sido la resolución del juez Alejo Ramos Padilla en el caso del espía y falso abogado Marcelo D’Alessio, cuando conceptualiza “la actividad de una organización paraestatal con fuertes vínculos con los tres poderes del Estado e incidencia en las instituciones democráticas mediante mecanismos de espionaje ilegal y pseudo mafiosos”.
Con prólogo de Eugenio Zaffaroni, contratapa de Alejandra Gils Carbó y dibujo de tapa de Rep, Mafia Argentina ejemplifica con los negociados de las energías alternativas en general y los parques eólicos en particular, el Correo y el transporte fluvial por el río Paraná, que complementan el pormenorizado repaso de los signos arcanos ejecutados por el ex Presidente Mauricio Macri y sus secuaces en actos públicos. Compone de tal modo un conjunto coherente, demostrativo del accionar de la 'Ndrangheta vernácula, abarcando los aspectos políticos, financieros y criminales que, en aparente forma aislada, confirman una práctica política coagulada y en expansión. Rocco Carbone cierra su investigación con la disección del clan Etchevehere, haciendo especial hincapié en el papel de las resonantes denuncias públicas realizadas por Dolores Etchevehere. Caso paradigmático que sirve al autor a fin de adentrarse en los destinos del eslabón más frágil de la cadena mafiosa: las mujeres, víctimas de una estructura patriarcal destinada a “controlar y dominar a personas consideradas inferiores —o a veces ni siquiera personas— por parte de otros que se autoperciben superiores y se encuentran legitimados por la organización para ejercer esa violencia”. Caracterización por cierto extensible al conjunto del pueblo argentino.
Trabajo de disección que concatena acciones individuales, materiales y simbólicas, con hechos concretos, corroboran el encuadre dentro de la metodología de la 'Ndrangheta no sólo la efectivización de acciones delictivas sino, más aún, la persistencia de toda una teoría del Estado como proyecto político impulsado por el macrismo. Sin un corpus jurídico que contemple la mafia como objeto, sigue siendo improbable transformar en pruebas fehacientes los aportes descriptos por Rocco Carbone que, se non è vero, è ben trovato.
FICHA TÉCNICA
Mafia Argentina
Rocco Carbone
Buenos Aires, 2021
160 páginas
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