Retenciones a la baja

 

El ministro de Economía, Sergio Tomás Massa, no especificó medidas concretas para el sector agroexportador en los anuncios realizados en la noche del miércoles. Tampoco señaló que se modificarán los derechos de exportación. Indicó que era necesario no anteponerse condiciones antes de sentarse en la mesa con el sector y mostró que otra vez el camino será el diálogo.

Esa es la tarea de convocatoria que propone Massa, junto al secretario de Agricultura, Juan José Bahillo. Sin embargo, minutos después de los anuncios, el secretario de Producción, José Ignacio de Mendiguren, dijo ante la señal de cable C5N que el propósito del flamante ministro es “premiar el valor incremental del comercio exterior” y establecer “un beneficio” sobre la producción a la exportación adicional “que puede ser un nivel menor de retenciones”.

Luego de los anuncios, Massa abrió paso a las preguntas de los periodistas. Francisco Jueguen, del diario La Nación, preguntó: “¿Va haber modificaciones en las retenciones al campo?”. El ministro Massa respondió: “Nosotros acordamos con el secretario Bahillo una convocatoria al sector para ponernos a trabajar. Vuelvo a plantear lo mismo: no nos antepongamos condiciones a la hora de sentarnos al diálogo. Nos vamos a sentar a trabajar con el sector”, afirmó. Y aclaró: “Si hubiese habido una decisión vinculada a la cuestión de derechos de exportación, la hubiese planteado como una de las medidas centrales ahora. Entonces, no empiecen con: ‘No negó ni confirmó’. ¡Está claro!”, advirtió a los medios. “Vamos a tener una agenda de trabajo propositiva y positiva con uno de los sectores más competitivos y dinámicos de la Argentina, que es el campo”, elogió.

Minutos después de esas advertencias para que los medios eviten especulaciones antes del diálogo con el sector que Massa llamó “campo”, de Mendiguren anticipó las mieles para el sector exportador.

—Sin crecimiento, todo el resto es un debate inútil. Acá Sergio lo que quiere es priorizar ese crecimiento económico. Con esos DNU (Decretos de Necesidad y Urgencia), porque si vas al Congreso van a demorar… lo que él quiere premiar es el valor incremental del comercio exterior. Entonces el costo fiscal no existe, porque lo que vamos a hacer es a partir de lo que crezcamos…

—¿Y cuál sería el incentivo? —preguntó el periodista David Cufré.

—Ver sobre la producción a la exportación adicional a la que hoy estamos generando, que cada decreto lo va a establecer, un beneficio. Beneficio que puede ser nivel menor, a lo mejor, de retenciones, contra algo que se pueda cuantificar de cuál es el mayor aporte, que por otro lado hace la mayor exportación. Es decir, lo que va hacer Sergio es cualquier cosa menos quedarse quieto —anticipó de Mendiguren.

 

 

“En 2002 fui el primer ministro de la Producción que tuvo la Argentina y gracias al apoyo del campo y a todo lo que el gobierno le facilitó al campo, le pesificamos las deudas, le permitimos… bueno… la Argentina, el mismo año 2002, generó gracias al campo y ese enorme apoyo del sector agropecuario, 16.500 millones de dólares de superávit comercial”, expresó José Ignacio de Mendiguren ante la prensa la noche del 7 de marzo de este año, en la cena de agasajo previa a la apertura de la feria Expoagro –de Clarín y La Nación– desarrollada en el Hotel Colonial de San Nicolás. Es quien promovió la devaluación y pesificación asimétrica como ministro de la Producción del entonces senador Eduardo Duhalde, que ocupó durante unos meses el Poder Ejecutivo sin voto popular.

José de Mendiguren estaba muy contento en esa cena. No era para menos, ya que sus crías de caballos lograron el premio mayor en Estados Unidos, otorgado en Las Vegas. “El reconocimiento fue de la American Quarter Horse Association, fundada en 1940, la asociación de criadores más importante, con 60.000 socios y más de 6 millones de caballos inscriptos en sus registros. Este año el Best Remuda Award, el galardón más prestigioso que entrega la entidad, fue para su Estancia San Rafael, fundada por la familia López Lecube y desde 1980 en manos de los Mendiguren, que resaltan que la industria equina es exportadora neta”, describió Silvia Naishtat en Clarín.

Para de Mendiguren, la receta que debe aplicar el país para salir adelante parece ser la misma que implementó cuando fue ministro de la Producción en 2002: darle al sector todo lo que pida para conseguir que liquiden divisas. El crecimiento de ese año, ese superávit comercial al que se refirió el actual secretario cuando fue ministro de Duhalde, fue en beneficio de unas pocas empresas y del sector agroexportador. Pero en esa época, eso no se tradujo en distribución y bienestar de la población, sino en una brutal desigualdad social, que solamente se convirtió en mejora y distribución durante los dos períodos de Cristina Fernández de Kirchner.

El endeudamiento histórico que dejó el macrismo tornó imposible pensar en el país que lo precedió. No se partía –luego de que el Frente de Todos ganara las elecciones y asumiera Alberto Fernández en 2019– de aquel 10 de diciembre de 2015. Los demoledores cuatro años de la Alianza Cambiemos condicionaron la política entrante e hicieron retroceder al país muchos años atrás. Sumado el errante abrazo al economista Martín Guzmán por parte del Presidente, un acuerdo con el FMI que potenció el condicionamiento y una inflación galopante, que se motorizó aún más después de la corrida incontrolable generada por la renuncia irresponsable del ex ministro de Economía. Todo eso forma parte del resultado de la debilidad que escogió asumir Alberto Fernández, ignorando las claras advertencias de la Vicepresidenta y líder del Frente de Todos. Los grupos económicos locales estarán bien representados por Sergio Massa y su equipo. La población deberá seguir esperando porque la apuesta es: primero el crecimiento. Como si crecimiento y distribución no fueran ejes de una política económica que se pueden implementar al mismo tiempo, para intentar remediar –al menos algo– la injusta distribución de la riqueza existente, que día a día asfixia al pueblo.

 

 

 

 

 

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