Reparar lo desigual
Se necesita una reforma tributaria integral, que resuelva también la cuestión de hábitat
El Presidente Alberto Fernández estuvo el martes junto al gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof, en un acto donde anunciaron obras de infraestructura para la provincia de Buenos Aires. Kicillof firmó un convenio marco con el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, para construir 12 unidades sanitarias penitenciarias y la constitución de una mesa para desarrollar un plan de infraestructura del servicio penitenciario. También firmaron los distritos de Avellaneda; Cañuelas; Lomas de Zamora; La Matanza y Pilar, convenios del Plan Argentina Hace. La presidenta de Agua y Saneamiento, Malena Galmarini, junto a Katopodis y el gobernador, firmaron convenios con los intendentes para avanzar con obras de agua y saneamiento en 16 municipios del área metropolitana. “Hoy hacer obras no sólo significa dar una respuesta a aquello que falta en cada uno de los municipios, sino que tiene otro papel, darle a la economía otro papel, ese motor que hoy no está”, expresó el gobernador. “La crisis económica es culpa del virus, no de la respuesta de políticas al virus”, señaló Kicillof.
El gobernador bonaerense dijo que “esto es una respuesta a la condición coyuntural, a la cuestión estructural”, pero se permitió pensar cómo será el rol del Estado. Nombrando al Presidente, dijo que se comenzaba a escribir la historia pos pandemia y que en la provincia de Buenos Aires “se hace con mayor infraestructura y mejores condiciones de vida para todos los habitantes”.
La humanidad importa
Por su parte, Alberto Fernández fue preciso al referirse al manodurismo aplicado durante los cuatro años de Cambiemos que dejó al sistema penitenciario de la provincia de Buenos Aires con un 103% de superpoblación. “Tener la mano dura y no construir cárceles no tiene sentido. Es todo marketing”; dijo el Presidente aplaudido por los intendentes. “Tener ahora en las cárceles personas en riesgo y que el Estado no reaccione ante el riesgo sanitario de esas personas es un acto inhumano. Y nosotros abrazamos la política porque la humanidad es lo que nos importa”, destacó.
Causas estructurales
El Presidente hizo un recorrido histórico de asociación, preguntándose: “¿Por qué Buenos Aires, que produce el 41% del PBI, que tiene una densidad demográfica impresionante, que ha crecido en los últimos treinta años como ninguna otra provincia, le toca lo que le toca?”. Y brindó la explicación reivindicando al Presidente Alfonsín y señalando la problemática estructural no resuelta.
Desde el comienzo de la pandemia el Presidente viene señalando y remarcando lo que sucedió tras la creación con su gobierno del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). “Millones de personas a las que el Estado no tenía registradas y la urgencia de crear un plan, que fue el IFE, dejó al descubierto que había un tercio de argentinos que el Estado no sabía qué hacían, dónde estaban, qué producían, dónde vivían”. Indicó que “eso, como sociedad debe avergonzarnos”. Si el gobierno de Macri hizo posible una mayor desigualdad que ocultaron los medios comerciales, la pandemia hoy la hace emerger.
El Presidente se propone crear un país más justo. El Covid-19 pone de manifiesto que donde existe mayor cantidad de personas viviendo, como sucede en Buenos Aires y provincia de Buenos Aires, están los mayores contagios. Prestar atención a las condiciones de hábitat resulta fundamental para remediar y resolver una problemática que genera desigualdad. Porque la pandemia afecta a todos por igual, pero no todos vivimos iguales.
“El Presidente pone el acento en un tema, que por otro lado hace bastante tiempo los colectivos y nosotros mismos, desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), venimos planteando como bandera de lucha, que es que las políticas de hábitat que no son solamente la política de vivienda, sino de tierras, la política de infraestructura, la política de los equipamientos sociales: hospitales, guarderías, centros de salud comunitarios —que conforman el hábitat social—, son una herramienta para vencer a la desigualdad”, expresa el arquitecto Eduardo Reese, especialista en planificación y gestión urbana y regional, director del área de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del CELS.
Reese señala que el hábitat es fundamental para acceder a una vivienda digna y a otros derechos más allá de la vivienda y la tierra, “porque es justamente en los barrios populares con enorme déficit urbanístico donde las familias tienen mayor riesgo de electrocución por las instalaciones precarias, su vida está en juego de una manera más importante que en el resto de los barrios. El hábitat precario es una barrera para muchísimos otros derechos y entre ellos el derecho a la seguridad”. Para el técnico asesor de planes y proyectos urbanos en más de 30 ciudades argentinas, “cuando el Presidente dice esto, frente a esas dos fotos de un mismo barrio un municipio que había urbanizado y el otro que no, lo que está exponiendo muy visiblemente es la enorme cantidad de virtudes que tiene una política de hábitat integral, una política de hábitat que piense cómo alcanzar mayor cantidad de derechos para las familias”.
Para tener política de hábitat se necesita acceso a la tierra y para tener acceso a la tierra se necesitan políticas públicas que intervengan en los procesos del funcionamiento del mercado inmobiliario. “El principal tema es que el mercado inmobiliario tiene precios inalcanzables para lo que es el salario medio de las familias trabajadoras en Argentina. Si el Estado no interviene fuertemente en esos factores que crean distorsiones de precios enormes, va a ser imposible que familias —no solamente de sectores populares, sino también de sectores medios—, compren un lote porque los precios no están representando ni mínimamente el salario medio en el país”, explica Reese, y señala que hace falta una política de Estado que no solamente construya casas. Además, señala que en el país “el miedo al mercado inmobiliario es extraordinario”.
La cuestión de la migración hacia la provincia de Buenos Aires, hacia la ciudad de Buenos Aires, tiene que ver con la búsqueda de empleo. “Esto no es un problema solamente de Argentina. Hay un programa francés que se llama Volver al Campo, que fue pre-pandemia”, dice Eduardo Reese y manifiesta que hay miles de estudios, pero básicamente el problema de la migración es el trabajo. “Esa concentración de la oferta de trabajo en las grandes ciudades es lo que determina que tengamos una distribución enormemente desigual en nuestro territorio que requiere una política estatal”. Algo que se debería tener en cuenta en un plan de desarrollo, para no acentuar la desigualdad territorial.
Un tema central para construir un país más igualitario es discutir el sistema tributario para que sea más justo, “donde los ganadores de todas las épocas puedan pagar mucho más impuestos que lo que pagan los sectores medios y los sectores populares”, expresa el Director del área de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del CELS. “El sistema tributario es enormemente regresivo, el principal impuesto en este país es el IVA que es mortalmente regresivo porque su 21% lo pagan todos por igual como si todos tuvieran la misma capacidad de pago”. Para Eduardo Reese no se puede discutir el tema del retorno del porcentaje perdido por la provincia de Buenos Aires sin discutir el sistema tributario en su conjunto. Las provincias también deberán pensar una reforma tributaria. “Que un impuesto regresivo como ingresos brutos sea el explicador del 60% de la provincia de Buenos Aires, también es un problema, mientras el impuesto inmobiliario no explica más que el 6%”, señala sobre una distorsión tributaria que genera desigualdad.
En la provincia de Buenos Aires poco se cumple con la Ley de Hábitat. “Fue la primera y única ley que brindó un paso progresista para un manejo mucho más justo y sostenible en términos ambientales de la tierra”, expresa Reese. “No puede ser que la provincia de Buenos Aires tenga, como dijo la propia ARBA, cerca de 500 barrios cerrados en infracción, sin ningún trámite iniciado, evadiendo impuestos. ¿Cómo puede ser que se les pase que se les está construyendo un country sin un papel, sin un permiso, y cuando se termina, sin pagar impuestos?”, se pregunta. “Lo dice la página de ARBA, lo decía el anterior administrador con Vidal a la cabeza. Tenemos efectivamente un problema con la tierra, no solamente de conformación territorial, sino de un sistema especulativo y evasor de impuestos que genera más desigualdad”.
El proyecto del impuesto a la riqueza pensado por única vez alcanzará a 11.000 personas, representando un 0,03% de la población. Permitirá recaudar unos trescientos mil millones de pesos. El Presidente, junto al gobernador Kicillof, expresó que no dejará pasar la oportunidad para construir un país más justo. Ese país más justo debe lograrse con una verdadera reforma tributaria que haga añicos el sistema regresivo impositivo que golpea al mismo tiempo que el Covid-19. Alberto y Martín ya tienen planes.
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