Rendirlos por sed
Dos escuelas de Los Toldos, el pueblo de Evita. sin agua potable desde hace un año
El Secretario General, Roberto Baradel, junto a otros dirigentes de SUTEBA, visitaron junto con la comunidad educativa de Los Toldos el edificio que comparten la Escuela Primaria Nº 2 y la Escuela Agraria Nº 1, cuya matrícula escolar disminuyó en un 70% desde que se constató que el agua no era potable.
“Nos encontramos con un panorama bastante más impactante de lo que pensábamos”, expresó la secretaria de Salud de SUTEBA, Mariana Moltieni. “El impacto más grande fue que quedara tan expuesta la desidia de los funcionarios. El Ministro de Educación bonaerense Gabriel Sánchez Zinny ni estaba al tanto de la situación. Y en el Consejo Escolar no movieron absolutamente nada”.
La Escuela Primaria Hogar N° 2, José Hernández, pronta a cumplir 74 años, fue construida en 1945 durante la primera presidencia de Perón. Está ubicada en zona rural en la tribu Coliqueo a 12 kilómetros de Los Toldos, localidad bonaerense del partido General Viamonte, que recibe matrícula de toda la región: alumnos de Junín, 9 de Julio y Vedia. “Vestimenta, alimentación, higiene, cuidado de la salud, todo lo que uno hace en una casa con un hijo nosotros lo hacemos en un gran hogar para todos”, describe Milva Molina, directora de la Escuela Hogar, que cuenta con un plantel de 44 docentes y 19 auxiliares y que funciona en tres turnos.
En abril de 2018, la Dirección de Bromatología del partido determinó que el agua no era apta para consumo. El Consejo Escolar comenzó a proveer agua envasada para beber, pero no para higienización de los alumnos. En mayo de 2018 se resolvió inmediatamente evacuar la escuela, y sus alumnes fueron llevados por docentes con sus familias informando las razones. A partir de ese momento fueron matriculades transitoriamente en el distrito de Junín, de donde proviene la mayoría. Se quedaron el año pasado con un total de 19 que fueron los que egresaron; este año tienen 11. En principio funcionaron en la Escuela nº3 del partido de General Viamonte, y por principios de obras fueron trasladados al Centro Educación Complementario nº 801 donde todavía continúan desde mayo de 2018. Se preveía que la reparación no insumiría más de 30 días, pero pronto se cumplirá un año y no hay novedades.
Para bañarse deben trasladarse caminando unas 10 cuadras ida y vuelta hasta otro establecimiento. Luego de la cena, los padres tienen que buscarlos. Reducides a dos aulas, es muy difícil que todo funcione como en su propio establecimiento. En el turno noche solamente tienen una alumna que es del distrito 9 de Julio. Como vive en el campo y no tiene una escuela cerca donde concurrir se queda a dormir en un lugar que no es un dormitorio, como sí tienen en la Escuela Hogar José Hernández. En un aula arman una cama que a la mañana siguiente desarman para que se pueda dar clases.
“Esas son las condiciones en la que estamos trabajando. Todos amontonados, los docentes están muy preocupados porque las familias continuamente nos están pidiendo una explicación que no tenemos para dar”. La Directora cuenta que la matrícula de su escuela está compuesta por hijes de “familias numerosas que trabajan como empleadas domésticas, changarines, que no pueden sostener a los chicos en sus casas, que sus condiciones de vivienda no son las mejores. Todo eso es lo que amortiguamos en la semana. Es una impotencia que tenemos porque se habla de inclusión y estamos vulnerando cada día más derechos”.
Visitas de arquitectos e inspectores de infraestructrura de la región, un arquitecto enviado por la provincia de Buenos Aires, promesas de que ya se iniciaban las obras. “Nos encontramos a 335 días sin una respuesta”, dice Milva Molina.
La Directora siguió golpeando puertas para obtener soluciones, solicitó reuniones con toda la comunidad educativa y la nota con la descripción de lo que sucedía la elevó al Intendente, al Concejo Deliberante, recibiendo a cambio el reproche por no encausar su reclamo por la vía jerárquica correspondiente, esa que se encarga de correrle la fecha de inicio de la obra que nunca llega. En los 10 años que Milva Molina lleva como directora, “han pasado muchas cosas pero no poder tener los chicos en la escuela nunca”, dice. Relata que los docentes preguntan cuándo volvemos, porque los chicos que no concurren todos los días están en la calle y están en riesgo. “La impotencia entonces es aún mayor”, señala y añade: “Es tenso estar en la escuela, es muy preocupante. La impotencia es lo que se respira. No podemos ofrecer el albergue que es nuestro fuerte en matrícula, porque escuelas de doble jornada en el distrito hay pero la diferencia es el albergue”. También destaca el apoyo recibido de SUTEBA, porque según entiende “logramos que nos mirara la máxima autoridad del gremio, al que estamos agradecidos, esperanzados, pero también seguimos teniendo temor por nuestra fuente laboral, porque hoy tenemos 11 chicos de Los Toldos y sabemos de la política actual de ajuste, de fusionar y reducir plantas”, remarca.
Federico Silva tiene 17 años y está cursando el cuarto año del secundario de la Escuela Agraria nº1 de Los Toldos. Preside el centro de Estudiantes y cuenta que fueron ubicados en el Centro de Educación Física nº 94 de Los Toldos. “No tenemos salones, sólo un pizarrón fijo y otro portátil y un nailon sobre un mueble que se utiliza como pizarrón”, describe y señala “que nuestros entornos formativos como granja, huerta, avicultura, crianza de cerdos, se encuentran en el campo y nosotros como alumnos no podemos ir”. Federico explica que sus prácticas se ven perjudicadas, al indicar que “estamos haciendo huertas precarias en canteros y ruedas”. Advierte sobre la deserción escolar que se produce, según entiende, “porque esto dejó de ser en la práctica una escuela agraria y hay otros que quieren irse. No contamos con las condiciones dignas de aprendizaje ni de enseñanza”. La Escuela Agraria es de doble jornada donde cuentan con espacios específicos de la tecnicatura. En el ciclo superior tienen la orientación en alimentos. Ante la situación realizaron una marcha el sábado 23 de marzo, en reclamo por el inicio de obras que prometieron hacer y nunca comenzaron.
El adolescente que se sacó orgulloso una foto con el dirigente gremial sabe que al ogro que le pintan tiene en realidad mucho que admirarle por su compromiso y coherencia de lucha, con una ternura propia de aquel personaje conocido como Rubeus Hagrid de la maravillosa película Harry Potter.
“Tuvimos reuniones con la Jefa Distrital, con los Inspectores, con los Directores y hasta el día de la fecha no sabemos a ciencia cierta cuáles son las obras que se van a realizar en la escuela”, dice María Marta Molina, secretaria general de SUTEBA de Los Toldos, quien precisa que el 8 de noviembre de 2018 recibieron una nota sobre el relevamiento que incluía en los legajos de la Escuela Secundaria Agraria nº 1 y de la Escuela Primaria José Hernández nº 2, especificando las siguiente obras: perforaciones para agua con sus respectivas bombas; refacción de cubiertas en diferentes sectores; instalación eléctrica completa; instalación de calefacción; reemplazo de puertas y ventanas, colocación de biodigestores en reemplazo de pozos ciegos. “Toda esta obra necesita de un presupuesto especial, porque lo que nosotros solicitábamos era solamente perforación para agua con sus respectivas bombas, pero todavía estamos esperando que alguien dé una respuesta”, reclama.
“Desde hace tres años la Educación en la Provincia cada día cuenta. Cada día trabajamos para mejorar el estado en que encontramos las escuelas”, dice el spot mentiroso relatado con la propia voz de la gobernadora María Eugenia Vidal. Vaya si cuenta cada día en estas escuelas de Los Toldos, cercadas por sed desde hace casi un año.
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