Las estadísticas en cuanto a empleo y producción en 2018 no resultaron lo bueno que había prometido el gobierno de Macri . No nos sorprende. Es una más de sus mentiras electorales.
Si comparamos noviembre de 2018 con el mismo mes de 2017, el INDEC nos informa que hay 172.000 trabajadores registrados menos, esto equivale a -1,4%.
Según CEPA, en el último año los despidos y las suspensiones crecieron un 91%. La industria despidió o suspendió a 37.341 trabajadores. El Estado cesanteó a 16.303 personas, sumando a las empresas del capital estatal y las reparticiones de la órbita del Poder Ejecutivo. Las empresas de servicios se desprendieron de 13.470 empleados. La construcción tuvo 1581 casos y el sector primario hizo lo propio con 1001 personas. De octubre de 2017 a octubre de 2018 6.951 empresas tramitaron la baja en la AFIP.
Desde que asumió, el gobierno de Macri se empecinó en intentar hacernos creer que siempre la culpa de lo malo la tiene otro y nos quiere hacer creer que la falta de empleo tiene que ver con los Juicios Laborales.
Por este motivo, como venimos denunciando, continúa persiguiendo a los abogados laboralistas que ejercen su profesión en defensa de los derechos e intereses de los trabajadores. Les imputa una suerte de fantasiosa imaginación para crear conflictos jurisdiccionales, y además graciosamente los califica como “industriales del juicio”.
Así en junio de 2017 afirmaba: "Este grupo de estudios laboralistas, por suerte una minoría, con un grupo de jueces laboralistas conducidos por Recalde, le ha hecho mucho daño a la Argentina”. (…) “Cuando convencen a un trabajador de una pyme de hacer un juicio indebido, y se lo hacen ganar porque tienen armadita la cosa, dejan a ocho, diez o doce trabajadores en la calle porque la pyme cierra”. (…) “Y dejan a un montón de gente sin poder acceder a un trabajo, porque aquel que tiene que tomar la decisión tiene miedo a que su esfuerzo se le vaya en uno de estos comportamientos mafiosos”. (…) “Entre otras cosas, combatir la mafia de los juicios laborales, que tanto daño les hacen a las pequeñas empresas y a sus trabajadores”. (…) “Estoy defendiendo a los trabajadores, culpa de esas mafias colapsan los fueros laborales", señaló el jefe de Estado al advertir sobre "la mafia de los juicios".”
Y un año después, en julio de 2018 Mauricio Macri afirmó nuevamente: las “mafias” de la “industria de los juicios laborales” les “cagan la vida a todos”.
El informe de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo demostró que la cantidad de juicios laborales pasaron de 111.143 en el 2016 a 84.070 en el 2017 y a 52.193 en 2018.
En noviembre de 2018 hay 118.000 asalariados registrados privados menos
que en noviembre de 2017 (-1,9%) y en 2017, 36.000 asalariados registrados menos (-0,6%) que en noviembre de 2016.
En realidad si al frente del gobierno tuviéramos a una persona con sensibilidad social, la preocupación tendría que ser desentrañar por qué los juicios laborales bajaron en 3 años a menos de la mitad. Obviamente el aumento del desempleo, la disminución del consumo, la dificultad de encontrar un lugar para trabajar, son razones para atemorizar a los trabajadores y el miedo paraliza. El que conserva el trabajo frente a una violación a sus derechos no hace juicio por temor a las represalias, concretamente al despido. Incluso el que perdió el trabajo no hace juicio por miedo de que un posible nuevo empleador pida informes y se entere que es un trabajador “pleitero”.
Y precisamente eso es lo que demuestran las estadísticas oficiales. Como decía el General Perón, la única verdad es la realidad y ella indica que en lugar de industria del juicio hay una industria de la mentira.
Abogado Laboralista
Presidente de F.U.E.N.T.E.S.
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