QUE CIEN AÑOS ES NADA

Un siglo de radio y su presencia en el cine argentino

 

Corría el año 1918 cuando Enrique Telémaco Susini viajaba a Francia para profundizar sus estudios sobre los efectos de los gases venenosos durante la Primera Guerra Mundial.  Susini era otorrinolaringólogo, pero además era un apasionado por la música, el teatro y la radio que estaba aún en una etapa de experimentación. Como además era un muchacho de buenos recursos podía darse sus gustos, y poco después volvería de Francia con algunos aparatos de radio que habían sobrevivido al rigor de las trincheras.

Así fue como un par de años después, hace exactamente un siglo, “Los locos de la azotea” con Susini y sus compañeros Miguel Mujica, Cesar Guerrico y Luis Romero Carranza, todos muy jóvenes, realizaron una transmisión de radio desde la cúpula del teatro Coliseo para llenar el éter porteño con los pasajes de la ópera Parsifal de Richard Wagner. Esta aventura apenas fue registrada por los medios de la época y fue seguida tan sólo por un puñado de radioaficionados pero ha quedado en la memoria porque, para algunos historiadores, fue la primera radiodifusión (no radiotransmisión) de la historia.

Pero las andanzas de Susini no terminan acá, mas bien digamos que recién empiezan. Durante los años subsiguientes va a crear la primera emisora local, Radio Argentina. También le dedicará su tiempo a la producción teatral y músical, llegará a participar en la incipiente TV local y nunca va a abandonar la medicina, si hasta se cuenta que llegó a tener como paciente a Maria Callas durante una de sus visitas a Buenos Aires. Antes de eso, en 1931, fundará Lumiton, una de las empresas señeras en la historia del cine argentino.

La primera película de Lumiton fue Los tres berretines (1933) y cuenta la historia de tres hermanos que persiguen su ilusión de transformar sus respectivos hobbies en profesiones.

 

 

 

En la obra teatral original, escrita por Susini, los tres berretines eran el tango, el fútbol y la radio, pero para la versión en cine se desplazó esta última para dejar su lugar al mundo del espectáculo. De todos modos, casi en la escena final, Susini no va a dejar afuera a su querida radio e incorporará a dos cronistas intercalando el relato de un match de fútbol con la publicidad radial: “¿Quiere usted aprender astronomía? ¡Estudie, no sea vago! Instituto Galileo”. Esta debiera ser la primera aparición de la radio dentro del cine de ficción argentino, ya que junto a Tango de Luis Moglia Barth, Los tres berretines inauguró la era sonora de nuestro cine.

A partir de aquí la radio tendrá muchas apariciones en nuestro cine, ya sea como principal escenario dramático, elemento complementario,  fuente de inspiración o simplemente como un recurso para otorgar realismo o cotidianidad a algunas escenas, una compañía sonora que pone a los personajes en un tiempo y lugar inconfundibles.

He aquí un muy breve recorrido por algunos momentos, con sus previsibles e involuntarias omisiones,  en los que la radio se trasladó a la pantalla grande, o al revés.

 

Ídolos de la radio

Eduardo Morera / 1934

Una comedia musical en la que dos hermanas usan sus encantos para abrirse camino en el mundo del espectáculo, al momento en el que una estación de radio abre un concurso para nuevos valores. En esta película queda muy bien establecido el lugar que tenían para entonces la radio y que tendrá a futuro el cine dentro del consumo popular, como un vehículo de promoción de figuras artísticas. En Ídolos de la radio aparecen Ada Falcón e Ignacio Corsini mostrando sus dotes de cantores y Olinda Bozán y Tito Lusiardo como humoristas.

 

 

 

 

Dónde estás amor de mi vida que no te puedo encontrar

Juan José Jusid /1992

El fenómeno de los programas de “solos y solas” fue llevado a la pantalla en esta película romántica, una de las más populares de los años '90, que da cuenta del encuentro entre dos solitarios interpretados por Susú Pecoraro y Oscar Martínez.  Aunque lo que domina es cierta atmósfera de comedia, aparecen a partir de sus personajes secundarios algunos temas más serios como el aborto, la drogadicción y la tolerancia a la homosexualidad.

 

 

 

 

 

Blackie: Una vida en blanco y negro

Alberto Ponce / 2012

Paloma Efron, alias “Blackie”, fue una cantante, conductora, periodista, productora, magnífica entrevistadora, cuyo nombre fue durante varias décadas un referente absoluto de la radio y la TV argentina. Este delicioso documental de Alberto Ponce cuenta su historia e indaga en el modo en que Blackie entendía el compromiso ético que los medios de comunicación debieran sostener por sobre la búsqueda del éxito. Dora Baret interpreta a Blackie en algunas escenas ficcionalizadas, que se intercalan con testimonios de colegas y personas cercanas.

 

 

 

 

La discoteca del amor

Adolfo Aristarain / 1980

Con el tiempo se ha ido valorando esta película de Adolfo Aristarain, una de las tantas realizaciones de la serie “del amor” (la carpa, las vacaciones, la playa) que la productora Aries hizo durante la dictadura, con el principal objetivo de usar la pantalla grande para la promoción de algunas figuras del género melódico, tan de moda en este entonces. Esta vez tenemos a Ricardo Darín y a Stella Maris Lanzani como conductores de un programa de radio, involucrados involuntariamente en el accionar de una organización que piratea vinilo y casettes.

 

 

 

 

Melodías porteñas

Luis Moglia Barth / 1937

Uno de los pocos casos en el que una película argentina transcurre casi exclusivamente alrededor  de la actividad de una emisora de radio. Los estudios, oficinas, pasillos y hasta las plazas en las que se hacen trasmisiones a cielo abierto la “Radio Moderna, la broadcasting familiar y melodiosa” , son los escenarios en donde se desarrolla una historia de enredos que involucran al director artístico, al locutor y al maestro pianista, acusados de secuestrar a una cantante. También es una de las escasas películas protagonizadas por Enrique Santos Discépolo.

 

 

 

 

 

Los Pérez García

Don Napy – Fernando Bolín / 1950

Durante muchos años funcionaba una popular frase: “Tienen más problemas que Los Pérez García”. La referencia era al que fue acaso el más popular de los radioteatros argentinos, que estuvo en el aire entre 1942 y 1967 para contar las aventuras y desventuras de una familia tipo argentina, hasta que fue desplazado del gusto popular por las telenovelas. Fue tal su popularidad que en 1950 impulsó una versión cinematográfica, en la que participaron muchos de los actores de su versión radial. El radioteatro le aportó al cine no sólo ideas argumentales, como en el caso de Los Pérez García, sino que muchos de sus actores y guionistas migraron en algún momento hacia la pantalla grande.

 

 

 

 

 

Relatores deportivos

¿Qué sería de la radio sin el deporte? O más bien ¿qué sería de los deportes sin las trasmisiones radiales? Muchos de los relatores deportivos más populares han participado interpretándose a sí mismos en algunas películas. El legendario Fioravanti estuvo presente en Bólidos de acero (1950), El hijo del crack (1953) y junto a Enzo Ardigó en Pelota de trapo (1948), la más famosa película argentina sobre fútbol. Esta fue escrita por el legendario Borocotó, ladero de Fioravanti en el mítico programa La Cabalgata Deportiva Gillette, al igual que su secuela tardía Pelota de cuero (1963), la multideportiva y casi olvidada Campeón a la fuerza (1950), Con los mismos colores (1949) y Sacachispas (1950).

 

 

 

José María Muñoz participó en la infausta La fiesta de todos (1978), pero también en la notable El crack (1960), en la alucinante Paula contra la mitad más uno (1971) y en la ahora cuasi prehistórica Yo gané el prode, ¿y usted? (1970), en la que comparte escenas y trasmisión futbolera con Néstor Ibarra. Luís Elías Sojit, que también era actor, aparece relatando automovilismo en Fangio, el demonio de las pistas y boxeo en Segundos afuera (1937). También en el mundo del pugilato tenemos a Osvaldo Príncipi y su florido estilo al servicio de La pelea de mi vida (2012).

 

 

 

 

 

Argentinísima 1 y 2

Fernando Ayala – Hector Olivera / 1972 – 1973

Años antes de dirigir la Radio Nacional y el Instituto de Cinematografía, Julio Maharbiz era ya muy conocido por ser el presentador del festival de Cosquín y por ser el productor y conductor de Argentinísima, acaso el más famoso de los programas radiales dedicados a la música folklórica. El mismo nombre y la misma idea llevan dos films homónimos que datan de 1972 y 1973. Este formato de cine “cabalgata”, que consistía en un recorrido por el país a través de su música, tuvo otras dos variantes llamadas El canto cuenta su historia (1976) y la otoñal Mire qué lindo es mi país (1981).

 

 

Cómicos de la radio

Muchos cómicos nacidos artísticamente en la radio llevaron a sus personajes más populares a la pantalla grande, aunque esto no necesariamente fuera una garantía de éxito. Pepe Iglesias, “El zorro” o “El hombre de las mil voces”, jugaba con el idioma en Radio El Mundo. Su paso al cine cuenta más de 20 películas con su pico de popularidad en Avivato (1949) y Piantadino (1950).

 

 

 

Fortunato Benzaquén creó para la radio al personaje Alí Salem de Baraja, el cual pasaría al cine con tres films, destacándose su debut en Corazón de turco (1940). Los Cinco Grandes del Buen Humor (con su formación más recordada integrada por Zelmar Gueñol, Rafael Carret, Guillermo Rico, Jorge Luz y Juan Carlos Cambón) fueron la primera agrupación típica de humoristas y lograron reproducir su éxito radial en varias películas, entre las que sobresalen Cuidado con las imitaciones (1948), Cinco grandes y una chica (1950) y La patrulla chiflada (1952). Caso particular es el de Luis Sandrini, que ya era muy famoso cuando creó para la radio a su personaje Felipe, aquel muchacho bonachón e ingenuo que calzaba a la perfección con el público familiar y que reinterpretó con algunos matices y otros alias en innumerables películas. Pero sin dudas el caso más sobresaliente es el de la gran Niní Marshall y su personaje Catita, que contrapunteaba sus propios guiones con Juan Carlos Thorry en Radio El Mundo hasta ser convocada por Manuel Romero para la trilogía Casamiento en Buenos Aires (1939), Divorcio en Montevideo (1940) y Luna de miel en Río (1956). Hubo más Catitas en el cine, y también otras cuantas creaciones de Niní.

 

 

 

 

 

Días de vinilo

Gabriel Nesci / 2012

La radio puede ser el edén de los melómanos. Esta comedia dramática sobre treintañeros que no encuentran su rumbo tiene a uno de de ellos (Fernán Mirás) como un conductor de un programa de radio especializado en clásicos setenteros y ochenteros del rock, un género musical que encontró en la FM su vehículo ideal.

 

 

 

 

Gente de radio

Algunos referentes de la radio argentina aparecieron desarrollando su oficio al servicio del cine. Antonio Carrizo, protagonista de décadas de radiofonía argentina, aparece de muy joven haciendo su trabajo en el policial El barro humano (1955), casi irreconocible luciendo un bigote anchoa. Paloma Efron, “Blackie”, aparece dándole consejos a una desorientada Dora Baret en ¿Qué es el otoño? (1970) de David Kohon. La acción transcurre en un estudio de TV, pero resulta imperiosa su cita ya que preanuncia la participación de la actriz en el documental Blackie, presente en esta nota. Juan Alberto Badía dirige un programa sobre la farándula en la comedia de la factoría Sofovich, La noche viene movida (1980) y retoma su primer trabajo de locutor en Desbordar (2010). La inconfundible voz de Eduardo Aliverti luce en varios documentales, entre ellos Caseros, en la cárcel (2005), País cerrado, teatro abierto (1984) y el documental que él mismo produjo Malajunta (1996). Un caso digno de rescatar es el de Alejandro Dolina y sus dos participaciones: Las puertitas del Señor López (1988) y El día que Maradona conoció a Gardel (1995), ambos papeles ficcionales pero perfectamente identificables con el creador de La venganza será terrible.

 

 

LT22 Radio La Colifata 

Carlos Larrondo / 2007

En el año 1991 el psicólogo Alfredo Olivera puso en marcha dentro del Hospital Borda el proyecto “La colifata”, una experiencia radial que le dio voz a los internos, devino en notorios progresos en ellos y captó la atención no sólo de la comunidad médica sino también de la opinión pública. Realizado en 2007, este documental de Carlos Larrondo deja perfectamente registrada esta historia, uno de los capítulos más fascinantes de la historia de la radiofonía argentina.

 

 

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