El martes 10 de diciembre, el Presidente Javier Milei comenzó la celebración de su primer año de gobierno hablando en la reunión de delegados y directores representantes de la Sociedad Rural Argentina en su predio de Palermo. Dijo que avanzará en “la reducción del gasto público”, porque “la motosierra continúa” en 2025 y “se va a traducir en baja de impuestos”. Volvió sobre la promesa incumplida de campaña, intentando renovar esperanzas al afirmar: “No tengan dudas de que uno de los impuestos que vamos a atacar son las retenciones”, lo que incentivó los aplausos de los asistentes.
Milei fue invitado por el presidente de la Sociedad Rural, Nicolás Pino. Habló para 400 dirigentes del país, representantes de esa entidad patronal del agro. Lo hizo desde el restaurante central del predio. En su breve oratoria de 18 minutos, recorrió lo que consideró logros económicos de su primer año. Condicionó la promesa de bajar el gravamen de exportaciones de bienes —mal llamado retenciones por las patronales del agro y los medios de comunicación con intereses en ese negocio— a la consolidación de “esta tendencia a lo largo del año que viene y que se pueda verificar que ese aumento de ingresos no es de tipo transitorio, sino de tipo permanente”.
El ministro de Economía, Luis Caputo, que estuvo en el mismo lugar por la tarde, habló de que buscaban seguridad para que no sea transitoria la quita: “Nosotros queremos estar seguros de que cuando saquemos las retenciones nadie las va a volver a subir”. Afirmó que, como el cepo, es cuestión de tiempo: “Pasará un poco antes o un poco después”. Y ató la promesa de eliminación a cuánto puedan convencer al sector privado de que ese es el camino correcto y del que no se van a mover. Si el sector privado no invierte, las retenciones seguirán ahí.
El ministro vendedor de buen futuro dijo: “Ojalá que pueda estar acá el año que viene, o el Presidente, anunciando que se terminan las malditas retenciones”, y se escucharon aplausos. Curioso que el gobierno que centralizó su supuesta acción en reducir la inflación vuelva sobre la promesa de terminar con el impuesto a las exportaciones, que no solamente actúa permitiendo que el Estado se apropie de una porción de renta agraria como ingreso fiscal, sino que también ese impuesto genera una disminución del precio en el mercado local, es decir, desacopla el precio de lo que se comercializa en el exterior con lo que se consume en el país, determinando la transferencia de una porción de esa renta al resto de la economía.
Cabalgar sobre mentiras es casi un sello identitario del “endeudador serial y hambreador social”, como lo calificó con precisión CFK. Saben que la aplicación de derechos de exportación determina un abaratamiento del precio interno de los productos agrarios exportados, entre ellos los productos alimentarios que componen directa o indirectamente la canasta básica alimentaria. Pero si prometen bajar o terminar con ese impuesto, no bajarán la inflación, sino que la incrementarían, y sería más complicado aún llegar a la canasta básica de alimentos. Aun así, Caputo insistió en la tribuna amiga en la mentira de que cumplieron todo lo que dijeron, y agregó que no recordaba ningún antecedente de un equipo de gobierno “que haya dicho toda la verdad en campaña”.
Cuando Caputo dice que cumplieron en lo que dijeron, no es así. Esconde la verdad que indica que no cumplieron con su palabra; en lo que respecta a la baja de impuestos, restituyeron el impuesto a las ganancias para la cuarta categoría de los trabajadores. La dolarización, con la que Milei generó un buen impacto en los votantes, no se cumplió. Que el ajuste lo “pagaría la política, no la gente” fue el verso repetido por Milei. La eliminación del Banco Central no sucedió. Así se podría continuar enumerando incumplimientos, pero la intención del gobierno libertario y sus medios afines es seguir repitiendo que cumplieron con su palabra. Mostrarse y mostrarlos como auténticos es la insistencia replicada para presentarse y presentarlos como personas creíbles.
En cólera
Raúl Victores fue presidente de la Sociedad Rural de San Pedro; actualmente es vocal titular de esa entidad. En 2008, fue el organizador-anfitrión del acto realizado sobre la ruta nacional n.º 9, donde se manifestaron en contra de la resolución 125 que establecía el impuesto móvil para las exportaciones. Por el corte total de la ruta fue procesado junto a otros representantes y dirigentes del agro que, con representantes políticos opositores a CFK, participaron de ese lockout patronal. El sobreseimiento vino 16 años después, cuando en agosto de 2024 la Sala A de la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario (CFAR) falló a favor de los imputados por la violación del derecho a ser juzgados en un plazo razonable; todos fueron sobreseídos. Pero fue la misma CFAR quien contribuyó a esa demora, teniendo paralizada la causa de 2008 a 2013 y de 2020 a 2024. Nueve años de los dieciséis fue demorada por esos jueces. Los otros siete años de demora son atribuibles al siempre amigo del poder real, el juez Federal de San Nicolás Carlos Villafuerte Ruzo.
Victores participó como representante de la Sociedad Rural de San Pedro de la reunión de dirigentes de todo el país en la que habló Javier Milei. Consultado para esta nota, dijo “que fueron varios” los participantes. Sobre las expectativas del mensaje del Presidente, expresó: “Son las mejores expectativas que las que tuvimos durante 20 años con la mafia que nos gobernó. Veremos en el andar cómo se desarrolla”. En cuanto a si el precio del dólar era un problema para el sector agroexportador, remarcó: “No soy economista. Venimos de un proceso de explosión y destrucción casi masiva del país, por lo que todos nos debemos primero callar y después esperar”. Dio cuerda a su cantinela al esgrimir: “Hemos estado 20 años atrás de una banda de pistoleros que así han dejado el país como lo han dejado”.
Sobre el anuncio de campaña no cumplido por Milei y la promesa de eliminación del gravamen de exportación, Raúl Victores manifestó: “No es gravitante el tema de las retenciones, hay otros temas que son más gravitantes. Los números son complejos, son números difíciles y hemos vivido épocas mucho más difíciles que esta”. Al señalarle que serán las divisas del sector agroexportador las que permitan sostener esos viajes al exterior en vacaciones, dijo “no pensar de la misma manera”. Al preguntarle si hay un aval ideológico del sector del agro al gobierno de Milei, se mostró enojado. La corrupción es lo gravitante, afirmó, siempre que se trate del kirchnerismo o peronismo, claro.
—¿No pensás, Raúl, que hay una situación de aval ideológico al gobierno a pesar de que siga el sector…?
—No, no. Imaginate si fuera así, ¿cuál es el problema? Te pregunto.
—No, ninguno. Habría que decirlo.
—Bueno, por eso mismo te pregunto. No lo pongas como una centralidad a eso. Si fuese así, que no lo es, ¿cuál es el problema? No hay ningún problema. Unos piensan de una manera, otros piensan de otra manera. Pero gravitante es el tema de la corrupción. Estos fueron reyes, los que nos manejaron durante 20 años, y el último que se fue hace poco.
—En ese sentido, de la ficha limpia, lo tenés a Ritondo…
—No sé. Lo que sí, la ficha limpia, tienen que estar todos en cana.
—Entonces, ¿ficha limpia para algunos, en este sentido?
—Pero todos tienen que tener…
—Por eso te decía lo de lo ideológico
—Pero no se hagan ahora los distraídos…
—Pero hay una justificación ideológica donde ustedes…
—La ideología la manejas vos. A mí me importa un carajo la ideología.
—Deciden acompañar al Presidente más allá de que al sector no le vaya bien.
—Si fuera así, ¿qué? ¿Cuál es el problema?
—Que deberían decirlo más abiertamente. Bancamos al Presidente más allá de que no nos baje las retenciones y nos vuelva con promesas que no cumple.
—Pero escúchame, te lo estoy diciendo. Si fuera así, ¿cuál es el problema?
—Que lo deberían decir más abiertamente desde la Sociedad Rural de San Pedro.
—Pero ¿por qué me decís con lo que yo tengo que decir, estimado amigo? A mí no me vengas a correr con la vaina. Si fuera que lo hubiésemos apoyado, ¿cuál es el problema? Ningún problema, hermano.
—No hablo de un problema, hablo de que deberían plantearlo abiertamente.
—Es un problema nuestro. ¿Que me venís a cuestionar qué es lo que tengo que hacer o qué es lo que tengo que dejar de hacer?
—No se trata de cuestionar nada, sino de poner en interrogante. ¿El sector agrícola hoy está mejor o peor que en años anteriores?
—El sector agrícola está como tiene que estar en la situación en que dejaron este país.
—El endeudamiento de Macri lo dejó así también, ¿no?
—Pero que le echás la culpa a Macri cuando tuviste a un personaje nefasto como el que manejó… ¿Sabés qué? Ahora no se hacen cargo de lo otro. Déjense de joder, muchachos. Escuchame, nos conocemos todos acá. Dejate de joder, hermano. Estoy manejando, no puedo seguir. Un abrazo y que la pases vos muy bien.
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