Precipicio sin redes

Estadísticas oficiales refutan las celebraciones del Gabinete en redes sociales

 

El grado de divorcio entre el hábitat de las redes sociales y la realidad concreta obsequia frecuentes manifestaciones en el uso que dan a esos espacios los miembros del gobierno. 

La distancia no se plasma solo en calles y bolsillos, sino también en los números que relevan y publican organismos oficiales como el INDEC y el propio Ministerio de Capital Humano encabezado por la amiga presidencial Sandra Pettovello. 

Otro de los ministros, el de Desregulación y Transformación del Estado, se entregó a los festejos tuiteros el jueves 10. 

 


Con mayor elegancia que la que suele regalar el Presidente, Federico Sturzenegger cuestionó el paro que las centrales obreras habían convocado para ese día y aseguró que tras un año de gobierno de Javier Milei en la Argentina se consiguen “más empleo y mejores salarios”. 

El motivo de la celebración es loable. El único problema radica en que, de acuerdo a estadísticas oficiales, no es cierto. 

 

 

Más o menos

Dos fuentes bajo la órbita de Capital Humano dan cuenta de un retroceso en materia de empleo registrado entre el último diciembre e igual mes del año anterior.  Con esa medición interanual, el gobierno inauguró la comparación consigo mismo, y no con el periodo de Alberto Fernández. 

Como ya ha mencionado El Cohete, la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, que depende del Ministerio, elabora informes mensuales sobre el llamado mercado laboral a partir de las declaraciones juradas que los patrones de todo porte y ubicación están obligados a elevar. 

En marzo se conocieron los números provisorios de diciembre de 2024. Del compendio surge que

  • el porcentual de asalariados registrados se contrajo en 1,7%;
  • el retroceso abarcó a los tres sectores que lo componen: privado (-1,6%), público (-1,8%) y de casas particulares (-3,5%); 
  • el empleo asalariado registrado cayó en 20 de las 24 jurisdicciones subnacionales, con las provincias del noroeste encabezando las variaciones negativas; y
  • sobre catorce rubros de actividad del sector privado, once experimentaron caídas interanuales en el trabajo registrado. 

El informe sobre enero de este año, publicado este mes, repite esas tendencias. La contracción del empleo asalariado registrado en el sector privado cumplió su duodécimo mes consecutivo de caídas interanuales. Hasta que se interrumpió en febrero de 2024, se acumulaban 34 subas mensuales interanuales.

 

Las estadísticas de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo corroboran los retrocesos interanuales entre los diciembres que eligió como medida Sturzenegger: 

  • en el de 2024, el sistema de riesgos del trabajo cubría 260.969 trabajadores y trabajadoras menos que el de 2023;
  • la mayor parte, 246.263, desarrollaban sus tareas en unidades productivas; 
  • en casas particulares, dejaron de tener cobertura 14.806 personas. 

El último informe de la SRT corresponde a enero y, con el retroceso respecto del mismo mes de 2024, continúa la senda de caídas interanuales. 

 

 

Informalidad en informes

La calidad actual del empleo en el país revela otra argucia. Cuatro días después del tuit de Sturzenegger, el INDEC hizo circular sus conclusiones sobre la informalidad laboral en las 26.440 viviendas de 31 aglomerados urbanos, en que recogió datos como parte de la Encuesta Permanente de Hogares. 

Medida como la porción de las personas ocupadas que desarrollan sus actividades al margen de las normas que las regulan, en el último trimestre de 2024 la tasa de informalidad total se ubicó en 42%. Ese número la coloca 0,6 puntos por debajo de la estimación anterior, pero otro tanto por encima del periodo final de 2023. 

El informe también recoge que el 36,1% de los asalariados transitan la informalidad. En ese segmento de trabajadoras y trabajadores, el porcentual también es mayor al último trimestre del gobierno de Fernández. En cuanto a la composición de la informalidad, el 63% lo conforman quienes trabajan por un sueldo. 

El Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires actualizó con ese dato la variación de las últimas dos décadas, que muestra un descenso sostenido de la informalidad en el trabajo asalariado desde el primer gobierno kirchnerista y una fluctuación en torno al tercio del total desde la crisis internacional de 2008-2009. Las medidas de asistencia implementadas por el Estado durante la pandemia explican un abrupto y excepcional descenso entre 2020 y 2021. 

 

El estudio de IIEP profundiza el análisis explorando los últimos microdatos disponibles al momento de su cierre, que correspondían al tercer trimestre de 2024. De esa combinación extrae otras conclusiones:

  • la penalidad salarial sobre la informalidad es del 41%, al pagarse 59 pesos de salario informal por cada 100 del formal;
  • ocho de cada 10 trabajadores y trabajadoras del decil de menores ingresos permanecen en la informalidad; 
  • si el 27% de los asalariados vive en un hogar pobre, ese porcentaje trepa al 48% si se considera específicamente al sector informal, y 
  • el 4% del conjunto de asalariados percibe un sueldo por debajo de la canasta básica total individual, pero el porcentual se multiplica hasta el 47% en el caso de los que trabajan en la informalidad. 

 

 

El abajo del abajo

La medición del INDEC sobre la informalidad en los 31 aglomerados urbanos que selecciona estima que:

  • en todas las franjas etarias, las tasas femeninas de informalidad son superiores a las masculinas y las peores son las de mujeres de hasta 29 años (59,7%) y las de hombres del mismo rango de edad (57,9%);
  • por categoría ocupacional, el mayor grado de informalidad se da en los cuentapropistas, con 62,4%;
  • por ramas de actividad, los peores porcentuales se registran en el servicio doméstico (77%) y en la construcción (76,6%), y
  • otros dos rubros se ubican por encima del 50%: el comercio (51,9%) y la hotelería y gastronomía (63,2%). 

La tasa de informalidad en el servicio doméstico, una actividad altamente feminizada, creció casi un punto en la comparación interanual. Un incremento que puede deberse a la merma de 3,5 del personal registrado de casas particulares en diciembre de 2024 respecto del mismo mes del año anterior, de acuerdo al informe de la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. 

El análisis que sobre los datos del INDEC produjo el IIEP de la UBA explora también el panorama federal. De los 18 aglomerados urbanos cuyas tasas de empleo asalariado informal superaban en el tercer trimestre de 2024 el 36,6% de la global, nueve integran las regiones del noroeste o el noreste. Seis de ellos se ubicaban entre los diez peores registros de informalidad. 

 

 

Es posible que los porcentuales provinciales sean mayores, porque el INDEC mide aglomerados urbanos y no distritos pequeños o zonas rurales, sobre los que se ha limitado la capacidad de inspección.  

 

 

Salidas bloqueadas

Cuando el prisma se coloca en el nivel educativo de trabajadoras y trabajadores en informalidad, surge que los peores porcentuales corresponden a quienes en el mejor de los casos completaron los estudios primarios. El IIEP concluyó que, para el tercer trimestre de 2024, casi siete de cada diez mujeres (67,4%) y más de cinco por cada diez hombres (52,9%) cuyo máximo nivel era el primario completo trabajaban en la informalidad. 

Entre quienes completaron estudios universitarios, en cambio, la tasa no llegaba al 16% y la brecha de género se reducía a décimas, invirtiéndose levemente con la última medición disponible: el 15,5% de las profesionales mujeres y del 15,8% entre los hombres con título. 

De ese modo, se confirma la histórica valoración social sobre el tránsito por estudios académicos como una oportunidad para acceder a la formalidad laboral. Con los severos recortes sobre el sistema universitario, el gobierno se ocupa de restringirla. El último plenario del Consejo Interuniversitario Nacional, que reúne a todas las universidades públicas, concluyó el viernes 4 que en ese ámbito “la situación es crítica y no hay respuesta”, sino “solo dilación e indiferencia”. En otro comunicado, el organismo expresó su preocupación por el impacto que los recortes tienen en la educación a distancia, que representa una vía de acceso a estudios superiores con inclusión geográfica y social. 

Otro golpe a las posibilidades de mejora del sector informal fue la interrupción de las moratorias previsionales, que beneficiaban a la población sin aportes. Según el propio INDEC, el 29,9% de los asalariados y asalariadas informales no cuenta con aportes propios al sistema de seguridad social. 

La interrupción de las moratorias amenaza incrementar los ya alarmantes porcentuales de informales de más de 65 años sobre el total de trabajadoras y trabajadores de esa franja etaria: 56,4% en el caso de las mujeres y el 45,3% en el de los hombres. En ambos casos, la incidencia sobre el total de la informalidad creció alrededor de medio punto en la comparación del último trimestre de 2024 y el mismo periodo de 2023.

Si logra imponer una reforma previsional y aumenta la edad jubilatoria para quienes sí tienen aportes, el gobierno podría agravar el cuadro para el rango etario que encuentra menor acceso al trabajo formal: el de las y los jóvenes de hasta 29 años. 

En un país en que un tercio de la población económicamente activa no tiene trabajo o necesita complementar su empleo con otro, la movilidad social ascendente parece tener obstruidas sus históricas vías. 

 

 

 

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