El Senado de Estados Unidos aprobó en marzo un paquete de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica por Coronavirus (CARES). Los fondos están destinados a pequeñas empresas, hospitales y a pruebas de Covid-19. Aunque la medida fue recibida positivamente por todos los sectores, en las últimas semanas fue criticada por favorecer principalmente a grandes empresas que cotizan en bolsa, entre ellas algunas vinculadas al Presidente Donald Trump y a sus funcionarios.
Mediante el Programa de Protección de Cheques de Pago (PPP, por sus siglas en inglés) se busca proteger a pequeñas empresas que sufren las consecuencias de la pandemia. Es un sistema de préstamos que se convierten en subvenciones si la empresa acredita no poder devolverlos y si además demuestra que el dinero recibido se utilizó para fines adecuados. El objetivo es evitar los despidos, mantener los salarios y que los fondos se utilicen para realizar los pagos de la hipoteca, del alquiler y de los servicios públicos. En los requisitos para acceder al PPP los solicitantes deben especificar la cantidad de empleados a tiempo completo que tienen y los gastos de las operaciones corrientes de la empresa. Sin embargo, 90.000 beneficiarios no lo hicieron o declararon tener cero empleados.
Los comerciantes hacen hincapié en que acceder a la financiación es una tarea difícil para quienes no pueden pagar grandes estudios de abogados o no son los clientes favoritos de los bancos, que en esta historia ocupan el lugar de prestamistas. Entre ellos JPMorgan, Chase Bank, Bank of America, Trust Bank, PNC Bank y Wells Fargo Bank. “El paquete de ayuda de coronavirus no es más que una enorme transferencia de riqueza de estadounidenses jóvenes, pobres y diversos a viejos, ricos y blancos”, dijo Scott Galloway, profesor de marketing de la NYU Stern School of Business, en un reportaje en la revista Intelligencer.
Una demanda presentada contra la Administración de Pequeños Negocios (SBA) presentada conjuntamente por el Washington Post, Bloomberg, Dow Jones, Pro Publica y el New York Times, solicitó información sobre las empresas privadas que recibieron asistencia económica por parte del gobierno federal a través del PPP. Luego de negarse en dos oportunidades, este lunes la SBA publicó el listado de las compañías que recibieron sumas de más de 150.000 dólares.
Al treinta de junio fueron aprobados 4.8 millones de créditos y el monto promedio de estos se situó en 106.000 dólares. De las 700.000 empresas que lo solicitaron, sólo 5.000 recibieron préstamos entre cinco y diez millones de dólares. Los principales beneficiados por el programa son grandes firmas de abogados, restaurantes, lobbistas, consultorios médicos y concesionarias de autos.
Entre las empresas que recibieron el aporte se encuentran algunas asociadas a funcionarios de la administración Trump, como la compañía vinculada a la secretaria de Educación, Betsy DeVos, que recibió al menos 6 millones de dólares. El negocio de envíos de Elaine Chao, Secretaria de Transporte; Perdue Inc, una compañía de camiones del secretario de Agricultura, Sonny Perdue. De la misma manera las compañías de la familia Kushner, yerno de Trump y asesor principal de la Casa Blanca, y la sociedad Irongate Azrep Bw, socio de la Trump Organization. Además decenas de empresas situadas en Trump Building que recibieron aproximadamente veinte millones de dólares. Igualmente se benefició el estudio de Marc Kasowitz, el abogado presidencial, y la empresa que hace los anuncios de la campaña de Trump así como la que recauda para su reelección. Incluso, el Comité Nacional Republicano recibió más de un millón de dólares.
El mundo del entretenimiento no quedó afuera. La productora del cantante Kanye West, Yeezy, obtuvo entre 2 millones y 5 millones de dólares. Su cuñada, Khloe Kardashian, también recibió fondos para Good America, su compañía de ropa.
Las empresas vinculadas a los hijos del Presidente también se beneficiaron del programa. Por ejemplo, la escuela privada a la que asiste Barron Trump y la granja hidropónica del hijo mayor. Se agrega a los beneficiarios Sushi Nakazawa, restaurante de sushi en Trump International Hotel e inquilinos en sus edificios, por ejemplo una peluquería en el Hotel Trump Chicago.
Se suma a la lista el Instituto Ayn Rand, una organización que lleva el nombre de la escritora ultraliberal estadounidense de origen ruso, a quien Mauricio Macri admira. Uno de los libros favoritos del ex Presidente argentino es El manantial, escrito en 1943, donde se exalta el individualismo como defensa de los derechos individuales y el egoísmo racional, pretendido como una gran virtud en contra de las ideas altruistas. Tras recibir numerosas críticas, Tal Tsfany, CEO del Instituto Rand y defensor de la idea del fin del estado de bienestar, consideró al PPP como una "restitución parcial por lo que el gobierno les quitó, como reclamar los bienes robados, después de ser víctima de un robo".
Muchas grandes empresas accedieron al programa y obtuvieron préstamos destinados a pequeñas empresas. La intención de los fondos no es ser utilizados por las grandes corporaciones que tienen acceso a los mercados de capitales. El Departamento del Tesoro convocó a las grandes empresas a devolverlos y algunas compañías que cotizan en bolsa reintegraron el dinero. "Devolver estos fondos permitirá a las empresas verdaderamente pequeñas, que no tienen acceso a fuentes alternativas de capital, obtener los préstamos de emergencia que necesitan para evitar despidos, permanecer en el negocio y superar la interrupción económica causada por la crisis del coronavirus", dijo el congresista James E. Clyburn, del Partido Demócrata que preside el Subcomité sobre la crisis Covid-19. Del mismo modo el Secretario del Tesoro, Stephen Mnuchin, calificó a estas acciones de "escandalosas" y agregó que nunca hubiera esperado tales abusos. En Argentina algunas de las empresas que solicitaron la Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) también se vieron en una encrucijada similar y escapando de la indignación pública, desistieron de la adhesión a la ayuda económica. Por ejemplo, el caso de Techint.
En su acto de campaña Donald Trump lanzó un discurso agresivo contra los medios de comunicación, las fake news y las redes sociales. Los datos conocidos sobre esta investigación fueron publicados luego de que múltiples medios de comunicación se presentaran colectivamente en los estrados judiciales para acceder a la información pública. A dos semanas de inicio por la carrera presidencial, la corrupción del gobierno en las ayudas económicas a las empresas durante la pandemia complica la reelección de Trump.
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