Por qué marchamos

Enorme movilización opositora en un arco que fue desde la centro-derecha a la izquierda

 

 

El movimiento obrero volvió a estar organizado, por encima de las diferencias de otras coyunturas: la CGT recuperó su rol movilizante, las dos CTA avanzaron sin discrepancias, el peronismo sumó desde el Conurbano y los movimientos sociales convivieron con las izquierdas de varias extracciones.

Si bien este primer paro que la CGT le hace a la administración de Javier Milei estaba previsto para el mediodía, congregó asistentes desde muchas horas antes, lo que ponía a prueba otra vez el protocolo anti-piquetes de Patricia Bullrich.

Tal disposición había sido cuestionada por Pablo Moyano, quien planteó que para cumplirlo debería llevar a “los 40.000 trabajadores de su gremio en fila india o a upa”. La ministra le respondió al adjunto de la Federación de Camioneros: “Moyano que los lleve a upa si quiere, pero vamos a hacer cumplir el protocolo todo lo que podamos. Es nuestra obligación decirle a la sociedad que está liberada de ver, cuando se levanta, si hay un piquete o no. Vamos a liberarlo de esta situación para que no tenga 9.000 piquetes por año”.

 

Veinte vehículos antimotines detrás del Congreso. Foto: Alberto Moya.

 

Desde el gobierno intentaron poner a la CGT como enemigo público, los tildaron de “oligarcas millonarios”, en boca de la “jefa de la diplomacia”, Diana Mondino, quien desde la red digital del amigo Elon Musk twitteó: “Convocado por la oligarquía de millonarios con autos blindados y chófer, falsos representantes de los trabajadores, ratifica que estamos en el camino correcto. Las cosas se consiguen con esfuerzo”.

La voz de la banquera no parece la más autorizada; ella, la más rica del Gabinete, quien se cargó el “esfuerzo” de los ahorristas estafados cuando su marido y socio, Eugenio Pendás, cobró protagonismo desde el Banco Central en una de las maniobras más fraudulentas de la historia bancaria argentina: la quiebra del Banco Integrado Departamental (BID), que derivó en pérdidas cercanas a los 1.000 millones de dólares, como recordó Martina Garbarz aquí

Su par en la cartera de Seguridad fue notificada por el juez federal Ernesto Kreplak, de La Plata, de que se abstuviera de filmar a manifestantes ni que requisara sin justificación vehículos en la capital bonaerense, donde algunos habitantes habían presentado un recurso en queja de las requisas anteriores.

Ella se contentó con exhibir ante la prensa su tablet, para mostrar las cámaras del Congreso y el Obelisco: “Ahí se ve la movilización; por dónde van, por la vereda”, se ufanó. Sin embargo, con el crecimiento del afluente, se apoyó en las fuerzas de seguridad (Policía, Gendarmería y Prefectura) para filtrar el ingreso a la Ciudad. Así incautaron un colectivo con alguna irregularidad sobre Panamericana. “La Policía paró en Ituzaingó los micros” con el objetivo de que la gente no llegue a movilizar.  “Aunque de todos modos los trabajadores vamos a voltear ese DNU que, de libertad, no tiene nada”, le hizo saber a El Cohete el adjunto de la CTA-T Daniel “Tano” Catalano (ATE).

Indiferentes a sus bravatas, los manifestantes coreaban “Milei, basura, vos sos la dictadura”. Los que llegaban de la zona sur avanzaban por la avenida más ancha del mundo hasta doblar a la izquierda por la Avenida de Mayo hacia la Plaza del Congreso, dejaban un espacio en el medio para el paso de bomberos, ambulancias o autos con emergencias.

El protocolo se demuestra inútil ante marchas multitudinarias.

 

 

 

Derechos humanos

Muchos en la plaza eran conscientes de que se busca reinstalar un plan económico del mismo tipo que el Rodrigazo (1975), que después la dictadura debió sostener a sangre y fuego. Fueron quienes rodearon a cada lado a las camionetas blancas a las que les destinaron el coro de “madres de la plaza, el pueblo las abraza”. Nora Cortiñas, en silla de ruedas, no dejó de participar.

Estela de Carlotto, titular de Abuelas, había convocado a sumarse para que “el mundo sepa que el pueblo argentino no está callado. Es una forma de dar apoyo a esta resolución, de conformar una protesta y un llamado de atención, con este gobierno tan extraño”, a la vez que pidió que fuera “en paz y que no haya cuestiones que tengamos que llorar, porque la vida es sagrada”. Sabe de qué habla, la “seguridad” está a cargo de la ministra que integró el gobierno que les tiró encima a los caballos de la Policía y dejó decenas de muertos en la Plaza de Mayo.

 

Fotografía: Luis Angeletti.
Foto: Luis Angeletti.

 

Comerciantes

Un caso paradigmático de sindicalistas es el de Armando Cavalieri, de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECyS), quien se había acercado al gobierno, pero que adhirió al paro “en favor de los mercantiles y los jubilados, contra las medidas desmesuradas que el gobierno quiere contra los trabajadores". Se movilizaron embanderados con la consigna: “Aumento ya para los jubilados”, y exigieron “una paritaria libre”. 

Era lo menos que se esperaba de un gremio en que los patrones cuestionaron el paro, aunque sin dejar de reconocer el derecho a huelga, como sostuvo el presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), Damián Tabakman; otros objetaron la “diferencia de criterio de los convocantes para con el actual gobierno respecto del que encabezó Alberto Fernández” (Cámara de Comercio y Servicios, CAC); advirtieron que “un paro entorpece cualquier atisbo de reactivación del transporte de cargas” (Roberto Guarnieri, titular de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas, FADEEAC); contabilizaron que las pymes necesitan trabajar, cada mes deben hacer frente a erogaciones fijas y son las principales generadoras de empleo registrado (Alfredo González, presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, CAME), y especularon con apoyar el DNU por “la reforma laboral, imprescindible para el desenvolvimiento de las empresas privadas, en especial de las PyMEs” (Cámara Argentina de Supermercados —CAS— y Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios —FASA—, unidos en la Red Super Argentinos).

Ante semejante frente, los únicos que quedaron nacionales y populares son los Industriales Pymes Argentinos, cuyo presidente, Daniel Rosato, dijo: “Rechazamos el DNU porque implica la destrucción de la economía nacional, [es] perjudicial para el pueblo”.

 

 

 

Convocantes

Quien respondió al argumento patronal fue el gremio de las docentes bonaerenses (Suteba), cuyo secretario general, Roberto Baradel, evaluó por Radio Provincia: “Si lo dejáramos hacer [a Milei], en dos meses tendríamos a la Argentina entregada”. Justificó que una huelga a 40 días de la asunción responde a que, en tan poco tiempo, “ningún otro gobierno mandó un DNU y un proyecto con quita de derechos, de entrega del patrimonio nacional, de la tierra, el litio, el petróleo, el Banco Nación, Aerolíneas Argentinas”.

Cuando la plaza se embanderó por completo, señorearon los globos de la Asociación Bancaria. Su dirigente, Sergio Palazzo, adhirió “al plan de lucha” de la CGT y manifestó: “No estamos dispuestos a validar un ajuste sin precedentes que recae sólo sobre los trabajadores, los jubilados y que afecta al pueblo en su conjunto”.

En el palco muy bien organizado, cerraría el acto el triunvirato de la CGT con Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano, quien habría de incurrir en una “frase metabólica”, según explicaría luego para referirse a la expresión metafórica de “tirar al río” al ministro de Economía que endeudó al país; contrapuso su frase a las de Milei contra el papa o a las de José Luis Espert, quien pidiera “cárcel o bala” para quien cortara calles.

Lejos de haber bajado aquel tono, Espert trató en estas horas a Daer de “mafioso de cuarta”. Lo dice el diputado que hacía campaña volando en un avión propiedad de un denunciado por vínculos con el narcotráfico.

Daer se limitó a hablar de una lucha continua, mientras evalúan cómo conseguir la eliminación del DNU y la Ley Ómnibus. La CGT postula seguir en la calle, urgida tanto desde sus bases, cuyo poder adquisitivo se evapora al calor de este enero sofocante, como desde las izquierdas, que no le reconocen mucho ánimo combativo.

 

Héctor Daer, de la CGT. Foto: Luis Angeletti.

 

Codo a codo

La participación del gobernador Axel Kicillof mereció la aversión de Bullrich, tan adepta durante la pandemia a las marchas mensuales en las que se contagiaron —y hasta murieron— varios de sus militantes o dirigentes. Juntos por el Contagio.

Kicillof, al igual que Máximo Kirchner, se mantuvieron alejados del palco. Algunos de sus ministros, como Daniela Vilar (Ambiente) o Nicolás Kreplak (Salud) marcharon por las avenidas que también transitaron Mariano Recalde, Wado de Pedro, Florencia Carignano y el intendente de Hurlingham, Damian Selci, en la columna de La Cámpora, encabezada por Kirchner, presidente del PJ bonaerense.

Entre las multitudes que una y otra vez cantaban “la patria no se vende”, caminaban otros ex-funcionarios reconocibles como Agustín Rossi, de camisa blanca, o Felipe Solá, con atuendo celeste, además de Leopoldo y Cecilia Moreau, todos abrazados por quienes les pedían fotos como si fueran artistas de cine.

 

 

Tongo

Otra visión de los legisladores tiene el oficialismo. Desde la cúspide del Poder Ejecutivo nacional, Milei había declarado por la radio Rock&Pop que “mientras tenés un gobierno dispuesto a hacer lo que debe, hay políticos que quieren defender sus intereses. Algunos no la ven por sesgados; otros, porque tienen una venda que se llama tongo”. Lo dijo al mismo tiempo que negociaba con propios y ajenos media aprobación. El titular del Poder Ejecutivo no se privó de amenazar: “Si la ley no se sanciona, el ajuste será peor, sobre todo para las provincias”.

 

 

Tierra adentro

Los gobernadores de Juntos por el Cambio habían pedido hablar con ministro del Interior, en su rol de voceros de los dueños de la tierra, para pedir que reduzcan a cero los derechos de exportación al agro y la industria. 

Cuando desde la cartera de Interior les contestaron que no habría “contemplación” para los recortes de partidas a las provincias, en Tucumán fue donde más pronto lo entendieron. Así, las bancas tucumanas de Gladys del Valle Medina, Elia Fernández de Mansilla y Agustín Fernández, se fueron de Unión por la Patria (UP) a constituir otro bloque: Independencia.

El gobernador de esa provincia, Osvaldo Jaldo, viajó a Buenos Aires para acompañarlos en el debate. Preocupado por la pérdida de recursos tras la eliminación de la Ley del Impuesto a las Ganancias en la gestión anterior, destacó las negociaciones con la actual para mantener la Ley del Azúcar (25.715) en pos de evitar aranceles al limón y derivados, como el aceite esencial. Él también debe actuar como vocero de las Cámaras Regional y Argentina de Azucareros y de la Federación Económica, cuya industria del citrus sostiene a más de 100.000 trabajadores indirectos si se incluye el bioetanol. Esos cimientos de la estructura económica provincial explican que sus legisladores no puedan contrariar la superestructura legal a la que se ven compelidos a votar sin Banelco. En ello se asientan sus declaraciones: “Cuando la patria está en peligro, hay que sacarse las diferencias partidarias y personales de encima. Yo me las saqué. Por eso, voy a defender los intereses de la provincia, nos cueste lo que nos cueste”.

 

En silla de ruedas, marcha de UPCN en San Luis.

 

Sobre ese eje giró la aseveración del santafesino Germán Martínez: “Van a trascender las razones por las que cada diputado se sumó al dictamen. Detrás, hay cosas que tienen que ver con recursos y aprietes hacia las provincias”. Al día siguiente del paro, el titular del bloque de diputados de UP agregó que “ninguno de los 55 diputados conocía” lo que firmaba, texto que apareció “catorce horas después”. Advirtió que La Libertad Avanza “no cumplió su palabra” y apuntó que hubo temas negociados que, en el texto final, “seguían apareciendo sin solucionarse”.

Un caso fue denunciado por el cordobés Carlos Gutiérrez (Hacemos Coalición Federal): después de las firmas que habilitaron el tratamiento, hubo “modificaciones” en el “capítulo biocombustibles, que nadie sabe ni quién ni cómo se hicieron. Es una aberración que se haya cambiado la definición de biocombustible cuando se habla de reciclado de plástico. Eso no es biocombustible”.

Hasta la diputada Margarita Stolbizer, de las que creen que “el gobierno merece un poco más de tiempo” aun cuando “la gente que se movilizó espontánea tiene razones para reclamar”, admitió en Modo Fontevecchia que “los errores del gobierno reinstalan el modelo kirchnerista”.

 

 

Apoyo internacional

La Confederación Sindical de las Américas (CSA), la Confederación Sindical Internacional (CSI) y un centenar de organizaciones gremiales del mundo se solidarizaron con los argentinos. Movilizaron en una decena de ciudades de América y Europa. Desde la CGT francesa, Romain Descottes evaluó: “Las declaraciones de Milei en Davos son significativas del mundo que quiere. Nos parece una tendencia mundial que pretende resolver la crisis atacando derechos”.

 

El gran títere del capitalismo que se cree iluminado por las fuerzas del cielo(obra de ATE). Foto: Alberto Moya.

 

A la memoria del actor Héctor Bidonde (MST)

 

 

 

 

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 1000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 2500/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 5000/mes al Cohete hace click aquí