Pican, pican
La emergencia sanitaria del dengue y la falta de gestión estatal para parar la epidemia
La pandemia del Covid-19 debería haber dejado un saldo positivo para la previsión y preparación frente a epidemias. El brote masivo de dengue en el AMBA nos encuentra nuevamente con gobiernos desarticulados, sin provisión de elementos indispensables, sin personal adecuado y con ausencia de políticas serias de prevención.
Situación actual
Según el Informe N.º 9 sobre la Situación epidemiológica del dengue en las Américas emitido por la Organización Panamericana de la Salud el 07/03/2024, con información actualizada al período enero-febrero del 2024, se reportaron un total de 1.874.021 casos sospechosos de dengue (205 casos por 100.000 habitantes). Esta cifra representa un incremento del 249% en comparación con el mismo periodo de 2023 y del 354% con respecto al promedio de los últimos cinco años. De dicha cifra, 658.215 casos (35%) fueron confirmados por laboratorio y 1.670 (0,1%) fueron clasificados como dengue grave. Se registraron un total de 422 muertes por dengue, una letalidad del 0,023%.
De acuerdo al Boletín Epidemiológico Nacional N° 696, SE 11, año 2024, en lo que va de la temporada 2023/2024, período julio/2023 a marzo/2024, se registraron en la Argentina 151.310 casos de dengue, de los cuales 134.202 se registraron en el período enero-marzo 2024 (91% autóctonos, 6% en investigación y 3% importados). La incidencia acumulada hasta el momento para el total país es de 321 casos por cada cien mil habitantes. En el mismo período, 325 casos fueron clasificados como dengue grave (0,21%) y se registraron 106 casos de fallecidos (letalidad 0,07%). Es decir, la letalidad resultó tres veces mayor al promedio del continente.
La actual temporada se adelantó por lo menos cuatro semanas respecto a años anteriores. Y, por otro lado, durante el 2023 hubo casos de dengue durante el invierno en el NEA, evidenciando lo endémico del virus. Estamos frente a una temporada de comienzo temprano, mayor magnitud y persistencia de casos durante todas las semanas hasta el momento.
En la Ciudad de Buenos Aires, de acuerdo al Boletín Epidemiológico de la SE 10, entre las SE 27 2023 (julio 2023) y la SE 12 (marzo de 2024) se notificaron 18.982 casos con sospecha de dengue, de los cuales se confirmaron 8.414. Doce personas fallecieron durante la presente temporada en la Ciudad.
Sin políticas estatales integrales
En este estado, el propio Boletín Epidemiológico de la Ciudad alerta respecto de la necesidad de implementar acciones para eliminar los criaderos y fortalecer las medidas de vigilancia epidemiológica. La clave de la vigilancia epidemiológica es testear a quienes presentan síntomas, algo que en el distrito más rico del país no sucede por falta de reactivos. Testear nos permite la atención temprana y, además, identificar correctamente las zonas de mayor afectación.
Los casos confirmados superan los 8.000 casos y todavía falta transitar el período marzo-julio, que se espera que sea muy crítico. Según los distintos escenarios de riesgo respecto al dengue, el período marzo-junio corresponde a un escenario de riesgo alto.
Es probable que cuando termine el año epidemiológico, en julio de 2024, estemos con cifras récords de casos. Además, si tenemos en cuenta que no hay testeos por falta de reactivos y que el 70% de los casos son asintomáticos o con síntomas leves, las cifras son sumamente alarmantes.
El área epidemiológica recomienda concurrir a los domicilios de los casos sospechosos para detectar a las familiares con síndrome febril, recomienda el uso de telas mosquiteras y repelentes, realizar evaluaciones en el domicilio y el entorno de las personas contagiadas para identificar los criaderos y realizar focalizadamente fumigaciones.
En la Ciudad de Buenos Aires es una hazaña conseguir repelente y los que se encuentran están a precios imposibles.
El GCBA debió haber advertido previamente sobre esta situación y garantizado un stock o incluso iniciar la producción estatal de repelente. Al contrario, vemos que la única acción al respecto desde el Ministerio de Salud es armar talleres de repelente casero. En la explicación del paso a paso para hacer el repelente se detalla que luego de picar los ingredientes el macerado es de ¡40 días! Estas son las soluciones inmediatas que plantea el gobierno.
En algunos hospitales informaron que ya no otorgarán repelentes a los trabajadores de la salud. En este contexto de emergencia sanitaria, el GCBA debe garantizar la provisión de repelentes y también la gratuidad de su acceso a quienes no pudieran acceder por limitaciones económicas.
El GCBA tampoco está otorgando telas mosquiteras. Cuando un integrante de un hogar se contagia de dengue, resulta necesario proteger al resto de la familia. Allí reside la importancia de poder contar con telas mosquiteras que impidan a los mosquitos picar a la persona contagiada y contagiar al resto.
Otro problema mayúsculo es la falta de trabajadores de la salud en los hospitales porteños, que no dan abasto para atender esta emergencia sanitaria. Es una cuestión estructural que viene padeciendo la ciudad, principalmente por el no reconocimiento de las y los enfermeros como profesionales de la salud, quienes se encuentran categorizados como personal administrativo. La Justicia porteña en dos sentencias declaró que el no reconocimiento de las y los enfermeros/as como profesionales de la salud constituye una discriminación, que además implica una disminución de su salario de entre un 35% a un 40% y la pérdida de otros tantos derechos.
Descacharreo pero sin acceso al agua potable
Nuevamente, se repite, como en todas las epidemias de dengue, que dentro de las Comunas con mayor afectación, se encuentran aquellas donde se asientan las villas de la Ciudad. Hace años que la Cátedra de Ingeniería Comunitaria de la UBA y el Observatorio del Derecho a la Ciudad impulsan una campaña para garantizar un tanque de agua en cada hogar a fin de evitar que las familias deban almacenar el agua en tachos y baldes. Incluso estas organizaciones junto a distintas referentas de las villas porteñas lograron una medida judicial en esa dirección que el GCBA hace cuatro años que no cumple.
Llama la atención que, en lugar de implementar políticas sanitarias integrales, como mejorar las condiciones de acceso al agua potable con la entrega de tanques de agua que además impide la reproducción del mosquito vector del dengue, la única propuesta desde el Ministerio de Salud sea el descacharreo. Una mirada limitada y descontextualizada del problema si tenemos en cuenta que miles de hogares tienen como única alternativa para aprovisionarse de agua, juntarla en un balde o tachos. Por otro lado, el costo de comprar 30.000 tanques de agua domiciliarios no tendría prácticamente incidencia en el presupuesto de la ciudad.
Esperemos que el jefe de Gobierno, en vez de estar con el team batata o team membrillo y desguazando áreas claves de gestión pública con despidos masivos e injustificados, se ocupe de resolver los problemas cotidianos de las y los porteños.
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