PELÍCULAS ESCONDIDAS (5)

 

A todos los coleccionistas de fílmico nos ha pasado al comprar lotes de material a otros coleccionistas: casi siempre aparece alguna lata especialmente cuidada o separada del resto. Y es invariable que esa lata distinguida contenga material del peronismo. La obvia explicación hay que buscarla en las proscripciones y en la ilusión de la dictadura de 1955 de borrar todo recuerdo del “régimen depuesto”. Esa obsesión implicó destruir mucho material de archivos públicos pero al hacerlo, paradójicamente, valorizó lo que quedó en manos privadas y así los coleccionistas de fílmico procedieron a atesorar ese material, para preservarlo si se era peronista o para tratar de venderlo carísimo si no se lo era.

No sé que filiación tenía el señor Arturi, un coleccionista que vivía en Dock Sud, pero en su colección había varios de esos rollos mejor cuidados que el resto. En una lata que dice, escrito a birome, Actos con Perón, encontré un material que nunca había visto y que registra la inauguración de los Grandes Almacenes Justicialistas, en mayo de 1951.

La iniciativa se atribuye a Ángel Borlenghi, que fue ministro del Interior de Perón pero que tenía una larga historia sindical previa al peronismo como representante de Empleados de Comercio. Para constituirlos se expropió el edificio de Florida y Sarmiento construido en 1908 para las grandes tiendas “A la Ciudad de México”, y se encargó su refacción al prestigioso constructor mendocino Pedro Ribes. Los recursos económicos procedieron en parte de la Confederación de Empleados de Comercio y en parte de la Fundación Eva Perón.

La creación de los Grandes Almacenes Justicialistas (que también fueron conocidos como Gran Just) fue consecuencia del Plan Nacional de Austeridad que el peronismo promovió para remontar un período de crisis económica general. El plan incluyó el establecimiento de precios máximos, sanciones para los comerciantes especuladores (o agiotistas), impulso a las huertas familiares y la creación de proveedurías barriales en las unidades básicas, entre otras medidas. El lema de los Grandes Almacenes era “Una gran tienda para una gran ciudad, con noble mercadería a precios equitativos y donde todos pueden comprar”.

 

 

 

 

 

 

 

 

El film que documenta la inauguración registra excelentes imágenes de la Buenos Aires nocturna, el palco que se instaló frente al edificio desde donde hablaron Borlenghi, Evita y Perón, y luego el interior de la tienda, donde tiene lugar una segunda ceremonia. Allí se pueden ver entre los asistentes a los populares actores Luis Arata y Enrique Serrano. No falta la clásica mojada de oreja peronista que tanto irritaba a la oposición: en el discurso de Borlenghi se dice que la flamante tienda viene a ser “un símbolo del justicialismo plantado en medio de la calle más aristocrática de Buenos Aires”.

Las tiendas perduraron hasta el golpe de 1955 y luego quedaron durante algún tiempo en poder del sindicato de Empleados de Comercio. En 1961 la propiedad fue adquirida por el Banco Ciudad que instaló allí su casa matriz, donde funciona hasta hoy. La web del Banco detalla la historia del edificio y sus modificaciones pero se saltea el episodio de los Grandes Almacenes plebeyos. Sin embargo, algún rastro en la memoria popular debieron dejar porque en una escena de la obra Telarañas (1976), de Eduardo Pavlovsky, un personaje dice:

—Estás con el saco azul… El que te compraste en los Grandes Almacenes Justicialistas.

 

 

 

INAUGURACIÓN DE LOS GRANDES ALMACENES JUSTICIALISTAS (Argentina-1951) Cortometraje documental. 8’.

 

 

 

 

 

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