La dimensión del despliegue de las Fuerzas Armadas en el país quedó reflejada en una imagen que mencionó Agustín Rossi en el miércoles pasado, durante el informe ante la Comisión de Defensa de la cámara de Diputados, reactivada en modo virtual, pandemia mediante. El ministro de Defensa explicó que dividió al país en 14 Comandos Operacionales de Zonas de Emergencia, una división que abarca en algunos casos tres o cuatro provincias y en otros sólo una, de acuerdo al impacto del Covid-19 y de los recursos militares. Los Comandos Conjuntos de Emergencia quedaron bajo la dependencia del Comando Operacional del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas. Quienes tienen recorrida en los papeles burocráticos de la dictadura saben que el Comando Operacional es la estructura burocrática de las Fuerzas que permanece dormida en tiempos de paz, pero se activa como conducción de las Fuerzas para los tiempos de guerra. Esa es la dimensión que el virus activó en el Estado. La guerra pandémica. La sujeción de las Fuerzas Armadas a la conducción civil es su contracara. La vuelta de página. El despliegue titánico de los militares ya no los muestra levantado fusiles contra sus compatriotas. Tras el largo proceso deMemoria, Verdad y Justicia, esos hombres y mujeres hoy aparecen sosteniendo con sus cuerpos las políticas de cuidado del Estado: sirven platos de comida caliente, embolsan alimentos secos, cocinan en los lugares más pobres del Conurbano, arman hospitales de campaña, cosen barbijos, activan fábricas ruinosas para hacer alcohol en gel. O remontan el cielo con aviones de museo para salvar a quienes quedaron fuera de la frontera.
Eso no implica que todo esté ganado. Hay gobernadores como Gerardo Morales de Jujuy, Gustavo Sáenz de Salta o Omar Perotti de Santa Fe que pidieron al Presidente el Estado de sitio como aquellos que ante la imposibilidad de consenso y conducción civil iban a golpear las puertas de los cuarteles. Hay otros casos de pedidos menos insólitos pero que también pueden pensarse en esa sintonía: una insistencia para que Defensa ceda guarniciones de aislamiento o ponga a disposición el buque hospital Almirante Irízar, pedidos que presentan ciertas tensiones.
“Paso a hablar del despliegue que tienen las Fuerzas Armadas a lo largo y ancho de toda la Argentina”, dijo Rossi. “Quizá no haya otra agencia logística que tenga la capacidad de las Fuerzas Armadas argentinas de desarrollo territorial a lo largo y ancho del país. En ese marco, nosotros dividimos al país en 14 Comandos Conjuntos de Emergencia. Comandos Conjuntos dependientes del Comando Operacional. La Ley de defensa dice claramente que al momento de operacionar, el despliegue es conjunto. Es decir, el Estado Mayor Conjunto es el que lleva adelante la operación de despliegue. Para eso, el Estado Mayor Conjunto tiene un Comandante Operacional que organiza y tiene al frente todo ese despliegue. Los jefes de cada una de las Fuerzas tienen la admisión del alistamiento, de la formación, del encuadramiento, de la totalidad de la operación militar, pero el despliegue es un despliegue conjunto que se hace en todo el país”.
Las división en 14 zonas que respondió a cantidad de contagios y disponibilidad militar tiene un ejemplo claro en la primera región: AMBA, es decir Ciudad de Buenos Aires y Conurbano, donde al momento de la división se encontraba casi el 70 por ciento de la población afectada, un parámetro que aún sigue vigente. El resto de la provincia de Buenos Aires quedó dividida en dos Comandos: Comando Sur y Comando Norte. Santa Fe y Entre Ríos quedaron agrupadas en una sola zona. Lo mismo ocurre con Corrientes y Misiones; Chaco y Formosa; Jujuy, Salta, Catamarca y La Rioja; Córdoba y Santiago del Estero; Neuquén y Rio Negro y finalmente Cuyo con Mendoza, San Juan y San Luis. El resto del país quedó dividido en Comandos por provincia. Es el caso de Chubut, La Pampa, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
El propio Rossi acentuó el sustrato democrático y legal de estas acciones en el primer punto de su intervención en el Congreso. Recordó las tres normas que encuadran jurídicamente el despliegue. “El accionar y despliegue de las Fuerzas Armadas está regulado por la Ley de reestructuración de personal militar, por la Ley de Seguridad Interior y por la Ley de Defensa nacional. Y ahí se inscribe la totalidad de las acciones que llevan adelante las Fuerzas Armadas en esta etapa”, dijo.
Ya había dicho que con esa enumeración buscaba decir que la totalidad de las tareas están inscriptas dentro del sistema jurídico y legal argentino preexistente a la pandemia. “No hubo que hacer ninguna modificación específica porque estos instrumentos legales ya existían y nos permiten desarrollar toda la tarea que venimos realizando”.
Añadió que hubo resoluciones complementarias de menor jerarquía. “Y acá hago un punto y seguido —dijo—. El Presidente de la Nación me indicó que ponga todas las capacidades del Ministerio de Defensa y de las Fuerzas Armadas en particular a disposición para ayudar a que la performance del país sea la mejor posible ante el accionar de la pandemia”.
La foto
Rossi habló cerca de una hora, escuchó preguntas durante un tiempo similar y finalmente respondió. En la pantalla partida en ventanas estuvo el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, que a diferencia de lo que ocurre en Perú o lo que pretende el Presidente de Brasil o lo que busca el movimiento de las cacerolas, muestra activa la vida del Congreso como un antídoto. La Comisión está presidida por el radical Carlos Fernández e integrada por el diputado del Pro Alberto Asseff, que como todos agradeció, saludó a Rossi como antiguo compañero de bancada, lo piropeó como brillante y hasta pareció emocionarse con detalles de la gestión. El radical Fernández abrió la sesión y dijo que la política de defensa requiere consenso democrático para convertirse en política de Estado. “Está comisión está para eso –invitó en el arranque:— para construir los consensos necesarios para definir en conjunto una verdadera política de Estado”.
Rossi se encargó de presentar a los generales presentes en la trasmisión a través de otra pantalla. El nuevo jefe del Estado Mayor Conjunto, general de Brigada Juan Martín Paleo; jefe del Estado Mayor del Ejército, general de Brigada Agustín Humberto Cejas y sus pares de la Armada y la Fuerza Aérea: el contraalmirante Julio Horacio Guardia y el brigadier Xavier Julián Isaac. Con ellos también estaba el comandante Operacional del EMCO, general de Brigada Martín Deimundo Escobal.
A ellos les dedicó un reconocimiento. “No terminaron de asumir cuando se declaró la pandemia. Y yo sentí el acompañamiento permanente de los jefes y de la totalidad de las Fuerzas. Algunas de estas acciones son iniciativas del propio personal militar. En San Carlos de Bariloche estuvieron repartiendo chocolate o café caliente a los jubilados en la cola por iniciativa que surgió del propio personal militar”.
Cerrarse hacia afuera
El martes pasado Rossi habló con sus pares de Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile. Había tenido un primer contacto apenas asumió, pero ahora llamó para conocer estado de avance del Covid-19, rol de las Fuerzas Armadas en cada país y establecer un canal de comunicación cada 15 días. En un escenario en el que cada país tiende estrategias para cerrarse hacia adentro, dijo, este canal permite comenzar a articular una estrategia hacia afuera.
“En términos generales, puedo decir que los roles de las Fuerzas en estos países son bastante similares. La diferencia está en que las leyes y soportes son distintos. Chile tiene un estado de excepción donde las Fuerzas Armadas están en una mayor cantidad de tareas de seguridad interior. Pero el tema de logística, sanidad y distribución de alimentos aparece en todas las Fuerzas. Chile y Paraguay tienen una cuarentena con idea de extenderla. Uruguay y Brasil tomaron otros caminos. Pero en todos los casos nos parecía importante establecer mecanismos para poner en común experiencias o miradas sobre la eficiencia de las acciones de cada país”.
Rossi no lo dijo pero el contacto también es una apuesta a reconstruir el esquema del Consejo de la Defensa Sudamericana creado en el marco de la UNASUR en 2008 pero que quedó desactivado tras el desplome de los organismos regionales. También es una apuesta que busca construir agenda común por fuera de la agenda del Consejo de Seguridad Hemisférico en el marco de la OEA.
Bolivi y la diplomacia militar
Cuando uno de los diputados preguntó por qué no incluyó a Bolivia en esos llamados, Rossi dijo lo que tenía que decir, que Argentina no mantenía vínculos formales con ese país. Pero también sugirió que eso no impide las cosas importantes. Argentina buscó llegar a una localidad salteña, Los Toldos, a la que se llega sólo a través de Bolivia. “No teníamos posibilidades de ir por Bolivia porque estaba trabada la relación y en ese contexto sirvió la diplomacia militar —dijo—: el jefe del ejército argentino destrabó el acceso por una relación con su par boliviano lo que permitió llegar para abastecer al pueblo”. Cosa que al final no hizo falta. Pero eso que denominó diplomacia militar también sirvió tras el cierre de fronteras con Perú.
Defensa hizo dos viajes a Lima y cinco a Arequipa desde donde trasladó a 978 argentinos en Hércules C130. ¿Por qué Perú?, dijo el ministro. Porque fue de los primeros países que cerró la frontera, prohibió el tránsito y cerró los aeropuertos. Había muchos argentinos en Cusco. “Perú tenía una situación institucional con el Parlamento cerrado y un decreto de toque de queda, entonces el peso de las Fuerzas Armadas fue un peso bastante alto en términos relativos por lo cual introdujimos estos vuelos militares porque permitían mayor eficiencia con el ingreso y la salida. Nosotros fuimos a Lima y el aeropuerto estaba militarizado y esto nos permitía trabajar mejor”.
Dar de comer
Las Fuerzas Armadas dividen la tarea de asistencia en tres áreas: distribución de alimentos, apoyo a la salud e infraestructura sanitaria como armado de hospitales de emergencia o carpas que aumentan la capacidad del sistema de salud. Entre el 19 de marzo y el 7 de abril, realizaron 284 tareas de reparto de alimento, 117 de sanidad y 92 de apoyo en infraestructura sanitaria. Entre ellas mencionó casos relevantes:
- Quilmes. Trabajan en un centro de distribución operativo ubicado en el estadio Centenario donde reciben la comida, la ponen en una cocina de campaña y con la cocina van al lugar que determina la intendencia donde reparten los alimentos a los vecinos. El despliegue en Quilmes, por ejemplo, se hace con un camión del Ejército con cocina, una ambulancia que a veces la lleva el Ejército o a veces el municipio y un colectivo que traslada al personal de las Fuerzas Armadas.
- La Matanza. “En la Matanza es distinto: elaboramos comida en distintos puntos y la distribuimos”, explicó. Luego hay distintas modalidades de permanencia. En Quilmes, vuelven a dormir al regimiento. En La Matanza parte del personal se queda a dormir en la zona, en lugares acondicionados por el municipio.
También trabaja en otros lugares del AMBA como Isidro Casanova, Moreno, José León Suárez, Castillo. En dos días, el personal del Ejército alistó las 2.500 camas del gran hospital que se está montando en Tecnópolis.
Las Fuerzas Armadas colaboraron con el armado de 2500 camas en el Centro Sanitario Tecnópolis.
Se continúan aumentando capacidades del sistema de salud argentino ante la pandemia #COVID19. #CuidarteEsCuidarnos #ArgentinaUnida pic.twitter.com/bxfIj1Lvvn
— Ministerio Defensa (@MindefArg) April 8, 2020
Hizo vacunación en Magdalena. Trabajó en casi todas las provincias del país, pero en la exposición resaltó el caso de Tierra del Fuego porque es la provincia con más contagios por cantidad de habitante y el trabajo en los territorios de los tres gobernadores que clamaron rápidamente por el estado de sitio: Jujuy, Salta y Santa Fe.
- En San Salvador de Jujuy hizo 5 tareas de distribución de alimentos, racionamiento y preparación de bolsones. Transportaron colchones y muebles a distintos hospitales.
- En Santa Fe y Rosario se trabaja con las municipalidades. Y a pedido del ministerio de Desarrollo Social local, el Ejército y la Fuerza Aérea trabaja con alimento seco, embolsa y distribuye. También hace tareas de contención como atención a los jubilados que cobraron sábado y domingo pasado. Personal del Ejército lleva mate cocido y facturas.
- Tierra del Fuego. "Muy solidariamente hablo con el gobernador y estamos trabajando en distribución de alimentos secos, elaboración de comida, comida caliente en localidades como Río Grande y otras. Y en infraestructura de salud que no es mucha en la zona". El Centro Operacional allí está en manos de la Armada.
Rossi dijo más de una vez que los militares van a estos lugares desarmados. "Es importante aclarar que en las tareas que se están llevando adelante el personal militar va desarmado, siempre con una custodia de las Fuerzas de seguridad". También dijo que los destinos no son una decisión del ministerio de Defensa, sino que es ordenada por Desarrollo Social, de acuerdo a los requerimientos de cada municipio. En esa explicación también hubo una intención pedagogía: son muchos los que llaman para pedir la intervención.
“Quiero hacer una valoración política –dijo— que surge de ver lo que sucede con el personal militar, que, recalco, va sin amas a recorrer cada operación: es muy bien recibido por la comunidad, con mucha empatía. En muchos lugares los aplauden y reconocen. Y eso para mí es motivo de alegría para lo que uno imagina hacia el futuro y por algunas de las cosas que decía el presidente de la Comisión, de que la Argentina tiene que tener una política de Defensa y esa política debe estar destinada a defender a los argentinos y no en otro sentido”.
Las camas y hospitales
Las Fuerzas Armadas tienen estructura de salud en gran parte del país. Rossi dio los últimos datos que están actualizando aceleradamente. Ahora tienen 115 camas de terapia intensiva, 372 de terapia intermedia con conexión para respiradores y gas y 390 sin acceso a gases y conexión. Sobre ese total, piden 37 camas vestidas (aptas para conexión) al ministerio de Salud. De ese total, algunas están en:
- 20 camas de terapia intensiva están en el Hospital Militar Central con capacidad para 19 más.
- 8 camas de terapia intensiva están en Campo de Mayo con capacidad para otras 8.
- 40 camas de terapia intensiva en el Hospital Naval Pedro Mallo de Ciudad de Buenos Aires con capacidad para 6 más. La gran capacidad se debe a que la Armada liberó todo para destinarlo a pacientes del Covid-19.
Sobre esa estructura montaron dos Hospitales Reubicables. Uno ingresó al país en 2017, no tiene camas de terapia pero fue puesto frente al Hospital Militar de Campo de Mayo para potenciarlo. El otro estuvo once años en misiones de Paz de la ONU. Tiene dos camas de terapia intensiva con capacidad para dos más y se armó en módulos que pueden escalarse como un añadido del Hospital Aeronáutico de Pompeya. “Estamos armando de otros módulos con camas críticas, no de aislamiento, para poner en distintos lugares de Argentina donde tengamos esta situación”, dijo Rossi.
Irízar
Nada de todo esto, sin embargo, parece suficiente. La estructura sanitaria militar está preparándose para asistir al personal militar. Contener sólo a esa población, es analizado como un buen resultado. Es cierto, sin embargo, que el sistema de salud puede pedirles más. Uno de los ejemplos es lo que sucede alrededor del Irízar en Tierra del Fuego. Una de las preguntas de la sala fue sobre este tema: querían saber si iba a poder usarse eventualmente para la población local.
Rossi dijo que está tan pendiente de la situación, que habla permanentemente con el gobernador. “El Irízar tiene fama de buque hospital porque lo conocimos de esta manera en Malvinas, tiene 177 camas blandas que no son de terapia intensiva pero es una capacidad interesante. Podría servir para ciudadanos enfermos por otras patologías porque pueden ser aislados en camarotes triples. Pero el buque tiene un movimiento considerable —dijo—, para moverlo se necesitan 120 personas, con un costo de navegación de 700.000 pesos por día y 3.000 pesos por día por el amarre que en este momento paga en el puerto de Ushuaia. El problema es que el 1 de agosto el buque tiene que salir para la campaña Antártida y podemos dejar de hacer muchas cosas, pero eso no lo podemos dejar porque hay que buscar a quienes se trasladaron. Con estas advertencias y diciendo que son camas blandas, la Armada ya dispuso más cantidad para el gobierno de Tierra del Fuego. Nosotros lo consideramos y estamos a disposición. Pero me parece que habría que evaluar otras posibilidades porque lo que no puede dejar de hacerse es al campaña Antártida y los márgenes para el 1 de agosto son escasos. En caso de que fuera necesario, y si así lo considera el Ministro de Salud y el Presidente lo indica, estamos haciendo la preparación. En términos generales me parece que debería ser una última instancia”.
En Iguazú hubo un pedido para ocupar las guarniciones. Allí, el ministerio intervino a pedido de Cancillería para trasladar a un grupo de argentinos varados que llegaban de Brasil. La estadía despertó cierta alarma y tensión con los pobladores. Las Fuerzas Armadas montaron una carpa para alojarlos transitoriamente, hasta que los retiraron. A eso se refería Rossi cuando señaló que algunos gobiernos provinciales pidieron lugar en reparticiones militares para alojar a ciudadanos que no necesiten asistencia respiratoria pero tengan Covid-19. “La verdad es que eso no lo consideramos conveniente –dijo— porque si llega a profundizarse la infección de algún personal militar, toda la compañía termina inmovilizada por catorce días de cuarentena”.
Un ejemplo de lo pasó con el portaaviones norteamericano varado en Guam, en el oeste del Pacífico. El buque con 4.000 marineros tiene más de 400 personas contagiadas. El capitán Brett Crozier pidió hace dos semanas bajar a tierra en la isla lo que generó fricciones con la conducción de la Armada. Thomas Modly, secretario interino de la Marina de Estados Unidos, tuvo que dimitir después de burlarse públicamente del capitán del portaaviones Theodore Roosevelt.
Los rescates
Defensa quedó a disposición de Cancillería y Ministerio de Salud para traslados de argentinos varados. O distribución de elementos sanitarios. Tras los viajes a Perú, el viejo Fokker F28 hizo dos viajes al norte del país durante la última semana para distribuir respiradores y traer a los varados en Iguazú. “Alguna vez vamos a tener que hacerle un reconocimiento”, dijo sobre el Fokker y sus pilotos. “Hace muchísimos años que vuela por el esfuerzo de técnicos y mecánicos que lo han puesto en funcionamiento de manera ejemplar como para hacerlo volar”.
Fábricas
Sastrería militar es el taller textil del Ejército que funciona a escala reducida para remendar uniformes. Desde el 12 de marzo confeccionó 48.000 barbijos para lo cual aumentó turnos y personal. No son barbijos sanitarios pero sirven para quienes salen a operaciones. Hicieron además mil camisolines para salud y cofias. También fabrica barbijos la Armada en Bahía Blanca y el Ejército en Tucumán.
El Laboratorio Farmacéutico del Estado Mayor Conjunto no está diseñado a escala comercial pero reorganizó la producción para fabricar alcohol en gel. El Ministerio instaló un reactor para aumentar capacidad que pasó de 2.500 litros por semana a 5.000. Hasta ahora fabricaron 11.000 litros, y más de 5.000 litros fueron entregados al PAMI. Un dilema de esta producción es la materia prima: el carbopol. El Ministerio todavía tiene reservas pero como llamó a licitación para comprar más y no se presentó nadie, trabajan en un reemplazo con satinizante que podría producirse en la fábrica militar de Villa María. Es menos aconsejable para la higiene personal, dijo el ministro, pero es aconsejable para la limpieza de superficies.
Este tipo de ensayos también se están haciendo con la ropa de los militares. Usan barbijo, guantes y antiparras pero también prueban trajes no descartables de la fábrica militar de Villa María, usados habitualmente para manipular químicos. Los trajes que se suponen más resistentes que los trajes descartables no se tiran, pero se desinfectan. Para eso se están haciendo pruebas en una química de San Nicolás para entender qué nivel de protección tienen y cuál es la mejor manera de desinfectarlos.
El parte a la Rosada
Otro aspecto de ese frente son las temperaturas. El Ministro le pidió al Servicio Meteorológico Nacional información sobre la relación entre las temperaturas y el desarrollo del Covid-19. El titular del organismo explicó que no hay literatura desarrollada que cruce meteorología y medicina, pero acercó un rango de temperaturas en las que el Covid-19 tiene más posibilidades daño con más expansión y mortalidad. El rango está entre los 5 y 11 grados. En base a esa hipótesis, el SMN ahora alcanza a presidencia diariamente un parte sobre la evolución de las temperaturas mínimas y medias en las distintas zonas del país.
Los invito a mirar
En un mundo donde las fronteras de seguridad parecen cada vez más lábiles, uno de los temas que cruzó la audiencia fue el del vínculo con las Fuerzas de Seguridad y tareas en Seguridad Interior. Rossi mencionó dos casos. Las Fuerzas Armadas hicieron patrullaje aéreo en AMBA con helicóptero de la Fuerza Aérea y Ejército para controlar cumplimiento de la cuarentena. En una operación cuyo resultado se informó a las Fuerzas de Seguridad. Y también hicieron patrullaje aéreo con drones en una localidad de Formosa. También dijo que no tuvieron otro requerimiento de las Fuerzas de Seguridad. Y en este punto fue muy enfático para volver a explicar el lugar que tienen las Fuerzas Armadas en este esquema. Y responder a quienes sin escalas buscan ponerlas en otro lugar.
“En algún momento alguien planteó la necesidad de establecer el Estado de Sitio”, dijo y no mencionó a Morales. “Yo no soy partidario, no estoy en absoluto de acuerdo. Las tareas las hacen las Fuerzas de Seguridad y no denota que les falte personal. Y con las Fuerzas Armadas estamos trabajando como trabajan en el resto del mundo. Invito a los diputados a ver España y Francia, donde funcionan mas o menos de la misma manera, con los requisitos y las mismas estructuras legales con las que funcionábamos hasta ahora”.
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