Palabras eólicas
Mindlin elogia el déficit cero, promete inversión y empleo, pero despide trabajadores en Ramallo
“El gobierno nacional está consolidando con mucho esfuerzo, después de muchos años, una política de déficit fiscal cero. Sabemos que los argentinos acompañan esta nueva política y están haciendo un enorme sacrificio, especialmente los más vulnerables. Como empresarios sentimos que tenemos el deber de acompañar este esfuerzo, acelerando nuestras inversiones en el país y generando actividad y empleo”, dijo el empresario energético Marcelo Mindlin en Bahía Blanca, al inaugurar el parque eólico Pampa Energía VI. Poco más de un mes después, a sus palabras se las llevó el viento. La empresa maderera Fiplasto, que adquirió hace 15 meses, despidió en Ramallo a 13 trabajadores.
Cuando Mindlin compró la empresa —por fuera del grupo que preside, Pampa Energía—, “nosotros tuvimos una reunión en Buenos Aires, acompañados por la Federación del Papel, y le pedimos a ellos un compromiso de inversiones. En ese momento las ventas venían bien, hicieron algunas inversiones, pero en la parte principal, que son las prensas, hicieron poco y nada”, describe el secretario adjunto del Sindicato de Obreros y Empleados de Fiplasto, Juan José Cilenzo, en diálogo con El Cohete a la Luna. “Con la asunción del nuevo gobierno, todo se resintió. La empresa nos informó que iba a existir una restructuración de puestos de trabajo y lo completaron con 13 despidos”, señala.
En la audiencia del lunes último, celebrada en la delegación regional del Ministerio de Trabajo en la ciudad de San Nicolás, los representantes sindicales sostuvieron que el 23 de octubre “la empleadora ha procedido a despedir sin causa a 13 compañeros, circunstancia ella que pone de manifiesto la decisión empresaria de producir un vaciamiento en la empresa aunado a la falta de inversiones y atraso tecnológico”. Solicitaron “el compromiso de evitar nuevas suspensiones y despidos que han provocado graves incertidumbres en el personal y sus familias al haberse generado una grave intranquilidad que atenta a la paz y las buenas relaciones”.
El gremio no solicitó la reincorporación de los despedidos. “Los trabajadores desvinculados firmaron el despido. Esto para atrás no vuelve. Lo que nosotros intentamos es frenarlo, que no haya más despidos”, dice Cilenzo, y añade que pidieron el plan de inversión a la firma. “Dijeron que por ahora —por el contexto del país— no se comprometían a firmar nada, pero que por el momento no había miras de nuevos despidos”, expresa el gremialista. La empresa de todas formas prometió presentar su plan de inversión anual en cinco días hábiles ante el Ministerio de Trabajo.
Los elogios públicos de Mindlin a las políticas de Milei no se condicen con la realidad que quedó en evidencia —en el caso de Fiplasto— ante el Ministerio de Trabajo. “Respecto al funcionamiento de la prensa uno, se encuentra reparada y con su capacidad de funcionamiento pleno, pero detenida por las caídas de las ventas”. Los trabajadores despedidos tenían entre tres y 19 años de antigüedad en la fábrica, apunta Cilenzo.
Para Cilenzo, las supuestas inversiones que Mindlin prometió en Bahía Blanca son sólo palabras. “Lo que vimos es un lavado de cara: pintura, limpieza, arreglaron la red de incendios, arreglaron un poco los techos, pero en lo principal de la fábrica, que son las máquinas, las prensas, no vimos ninguna inversión hasta ahora”. Los representantes de Fiplasto, sin embargo, sostuvieron en la audiencia que “en lo que va del año y respetando el plan de inversiones anual, se ha actualizado en tecnología la sierra, máquina continua y prensa, la que se realizó durante la parada anual del mes de febrero y agosto de corriente año”.
Si bien la empresa se comprometió a que no existirán nuevos despidos, desde el gremio desconfían que esa palabra se sostenga. “En el acta dicen que por ahora no va haber más despidos, pero nosotros sabemos que, si la situación sigue así, ¿hasta cuándo lo van a poder cumplir o van a querer cumplir?”, se pregunta Cilenzo. “A estos grupos empresarios no les interesa nada, solamente la parte de ellos. Y nosotros seguimos viendo complicada la situación. Esperemos que no despidan más gente”, agrega.
Fiplasto fue fundada en 1945. Se presenta como “una empresa pionera en el sector maderero, con 70 años de trayectoria en la fabricación de tableros de madera de alta densidad (hardboard) y más de 10 años en la fabricación de muebles”. Para Ramallo tiene su importancia. Aunque la cantidad de trabajadores no se conoce con certeza, se estima que ronda los 300 empleados. Sobre la representatividad gremial, Cilenzo relata que “en convenio contamos con 160 trabajadores, después hay otro tanto fuera de convenio, donde está la fábrica de muebles y forestal. Y hay algunas compañías trabajando. En la parte nuestra, convencional, todos los trabajadores están regularizados”.
La conmoción por los despidos en una comunidad pequeña derivó en el respaldo de gremios docentes, estatales municipales y de la CGT regional, que acompañaron el reclamo de los trabajadores de Fiplasto. El intendente Mauro Poletti asistió el 24 de octubre a una asamblea que había convocado el sindicato en la portería de la planta. “Los dueños de esta empresa son grupos económicos y, contrario a lo que le pasa a todo el mundo en estos días, que le va mal, a ellos les está yendo muy bien, son transportadores y gerenciadores de un mercado como son las energías”, dijo el mandatario peronista. Recordó que la empresa siempre tuvo el apoyo de las diversas administraciones municipales.
Poletti dejó en claro de qué lado estaba: “Nosotros en este conflicto no somos neutrales”, dijo, e informó que “instruí a los funcionarios (para) que todos los beneficios que está teniendo esta empresa por parte del municipio sean quitados automáticamente y paguen lo que tengan que pagar”. Representantes de la empresa habían planteado su problemática en el municipio por la caída de ventas. El gobierno municipal realizó entonces —procurando que la empresa sostenga los puestos de trabajo— una bonificación de tasas municipales. Tras los despidos, el intendente comunicó que se terminaba ese beneficio.
El Parque Eólico Pampa Energía VI, en Bahía Blanca, está compuesto por 31 aerogeneradores, dispositivos que convierten la energía cinética del viento en energía eléctrica. Esas inmensas palas de los aerogeneradores terminaron deshaciendo las palabras de Mindlin, que lejos de “la inversión” que generaría “actividad y empleo”, supuesto “deber como empresarios”, terminó un mes y medio después haciendo todo lo contrario en su propia firma y confesando que la política que elogia en público deriva en caída de ventas y despidos.
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