Paisaje después de la lluvia

La nueva conformación del Parlamento Europeo

 

Después de las elecciones europeas, el paisaje se presenta todavía en movimiento y el temido viento de derecha no resultó devastador: Conservadores-reformistas e Identidad y Democracia pasaron de 118 bancas a 141, bien pero no excepcional.

La mayoría mantuvo el 55,6%, el Partido Popular aumenta a 186 parlamentarios. El área socialista resistió gracias a Sánchez y Schlein en Italia dado que el PD aumentó su consenso.

La peor parte le tocó a los macronistas, perdieron 20 diputados y bajaron a 79; la mayoría se estabilizó con 400 bancas sobre un total de 720.

La izquierda en Bélgica consiguió el 5,6% a través del Partido del Trabajo, La France Insoumise consiguió cuatro bancas más, el PC griego un 9,3%. En la República Checa, Stačilo, la creación de Kateřina Konečná obtuvo un 9,6% y dos bancas. En Dinamarca el Partido Popular Socialista con un 17,9% conquista el primer puesto, mientras que en Finlandia se registra un avance de la Alianza de la Izquierda que crece hasta el segundo lugar con un 17,3%.

Importante fue el debut en Alemania de BSW, el partido de Sahra Wagenknecht, sumó un 6,2% colocándose como el quinto partido alemán y tercero en la ex Alemania oriental con el 13,8 %, la intuición de que La Linke no representaba más las clases populares por el momento se revela acertada.

La participación en las europeas descendió de aquel 62% inicial de 1979 al 42,6% del 2014, siguió un aumento del 50,9 % este año, pero el índice se mantiene alto y viene la tentación de hablar del Partido de la Abstención; una ilusión, dado que no existe un proyecto militante y meditado del no-voto, detrás del rechazo hay hastío, desilusión y la idea que el voto europeo no sirve.

Una tentación es sostener que ha sido vencido “el partido de la guerra”, otra fantasía, en Italia los que alzaron la bandera de la paz en Ucrania obtuvieron pocos votos o los perdieron, como el Movimiento 5 Estrellas, que perdió dos millones de votos.

La clásica ecuación derecha/belicismo no se ha verificado dado que las fuerzas de derecha son casi todas opuestas al apoyo a Ucrania y la guerra a excepción de Meloni y los polacos; en cambio, los atlantistas europeos se nutren de fuerzas de centro tipo Macron o los verdes de Annalena Baerbock o el SPD de Scholz, el PD de Schlein y el PSOE de Sánchez. Esto no quiere decir que los partidos de la derecha mantendrían sus posiciones si llegaran al poder, la constancia de principios no es una virtud que les pertenece y Meloni es la prueba.

Una de las primeras consecuencias del voto eclosionó en Francia: la repuesta fulminante de Macron frente a su humillante derrota fue la convocatoria a elecciones anticipadas, una jugada desesperada que intentará crear otra vez el cordón sanitario en torno a Le Pen.

 

 

Parlamento y comisiones

El Parlamento Europeo tiene tres funciones principales:

  1. Comparte con el Consejo de la UE funciones legislativas.
  2. Aprueba o rechaza candidatos a la Comisión Europea (el gobierno de la UE).
  3. Comparte con el Consejo de la UE la gestión del presupuesto, por lo que puede modificar los gastos de la UE.

En general tiene menos poder real que los parlamentos nacionales, además tiene que moverse dentro de una red de estructuras:

  • Comisión Europea: desde el presidente a los consejeros, los cargos se negocian entre los partidos más fuertes, es el organismo principal.
  • Consejo Europeo: compuesto por los jefes de Estado. Es poderoso, puede nombrar al presidente de la Comisión UE y define la orientación general de la UE.
  • Consejo Unión Europea: lo forman los ministros de los 27 países miembros, están representados todos los sectores (defensa, cultura, ambiente, etc.) y abarca variadas competencias, legislación, presupuesto, acuerdos entre la UE y otros países.
  • Otro organismo para tener en cuenta es el Banco Central Europeo. Quedó manifiesto su poder en agosto de 2011 con la carta de Trichet y Draghi al gobierno italiano, que llevó a la dimisión obligada de Silvio Berlusconi.

 

 

Aceleración

La mayoría, presionada por las sorpresivas elecciones francesas, aceleró los nombramientos frente a la posibilidad de que el partido de Le Pen resulte ganador. La situación no será muy diferente al pasado y como era de esperarse, una presa deseada es la Comisión Europea, el órgano alrededor del cual se tejen las maniobras y cambios que después afectarán la vida de los ciudadanos, donde el voto popular no interviene sino indirectamente.

Los nombres que se decidieron: Von der Leyen repite en la Comisión, el portugués Antonio Costa a la presidencia del Consejo Europeo por dos años y medio y Kaja Kallas de Estonia reemplazará al catalán Borrell en Política Exterior de la UE.

Meloni se había confirmado primer partido en Italia con un porcentual del 29% (pero perdiendo 600.000 votos) y se venía preparando para la renovación de los órganos europeos, jugó fuerte en la reunión del G7 en Apulia para acreditarse como la única con resultados positivos en un encuentro de líderes a la baja y cuestionados donde el Presidente Biden manifestó algunos problemas físicos, que se confirmaron emergiendo dramáticamente en el debate con Trump el jueves 27.

El argumento estrella fue la ayuda económica a Ucrania, la propuesta de Janet Yellen de utilizar los fondos rusos congelados en Europa al final fue rechazada porque los europeos no se han cretinizado al extremo de aceptar esta evidente ruptura de la legalidad internacional en un área tan delicada como la de los bancos; al final el crédito de 50.000 millones fue anunciado, sería garantizado solo por los intereses de los activos rusos congelados principalmente en Europa, Associated Press informó que los fondos llegarían a Kiev antes de fin de año provenientes de un préstamo americano garantido por Washington que podría integrarse con fondos europeos. El fantasma de un país destruido como Ucrania con la guerra terminada pesa sobre la idea de un crédito que casi seguro no será restituido; un funcionario francés anónimo agregó que si Rusia retoma la posesión de los fondos o si los intereses de dichos fondos no bastan para pagar el préstamo, “surgirá una cuestión sobre la división de las pérdidas”.

La anfitriona no fue invitada a las reuniones bilaterales y en Apulia se tuvo que conformar con las fotos de grupo. Mientras tanto, seguía negociando en dos mesas diferentes, en la de los respetables para conseguir alguna vicepresidencia en Bruselas y en la de la ultraderecha europea en pos de un liderazgo.

Meloni tampoco fue convocada para la negociación de las nóminas y el martes 25 criticó a la UE en un discurso sulfúreo, pero necesita colocar uno de sus hombres para conseguir alguna flexibilidad debido al abultado débito público italiano; el jueves 27 en Bruselas escenificó su enojo votando contra Costa y Kallas y absteniéndose con Von der Leyen.

Los nuevos protagonistas de la derecha autoritaria aspiran a entrar en el juego, y la clave para entrar es la respetabilidad; el modelo es Meloni con su visita de pleitesía a su antecesor Draghi para indicar la continuidad económica y el viaje a Washington en julio de 2023 para recibir de Joe Biden el codiciado diploma; Marine Le Pen seguirá sin duda el ejemplo italiano tanto si gana o no las elecciones en Francia el 7 de julio. Obviamente, es una respetabilidad de fachada, estas personas no cambian, a la fuerza dejarán atrás las proclamas explosivas, las reivindicaciones patrióticas, los insultos a la burocracia de Bruselas y los banqueros. Para entrar al club hay que ponerse la corbata y esconder los tatuajes.

 

 

Francia insumisa

Alain Minc, en un reportaje al Corriere della Sera, dijo que Macron inventó la ruleta rusa al revés con cinco proyectiles en el tambor y una cámara vacía, lo que describe exactamente la situación en la que se ha metido el hombre del Eliseo, que parece creer que el caos que ha desencadenado podría favorecerlo.

La convocatoria a elecciones anticipadas ha revuelto el panorama comenzando por su propio partido donde antiguos seguidores ahora critican su decisión; tormentoso el clima entre los republicanos gaullistas cuando el secretario del partido Républicains (LR) Éric Ciotti anunció que trataría con Le Pen un acuerdo electoral. Esto produjo una rebelión con expulsión de Ciotti del partido, un juez lo devolvió a su cargo considerando ilegal la expulsión, pero el acuerdo de Ciotti y una parte de LR con RN ya existe, en tanto RN rechazó cualquier alianza con Reconquete, el excesivo partido de Éric Zemmour.

Si bien La France Insoumise es el nombre del partido creado por Jean-Luc Mélenchon se puede decir que toda Francia vibra en un rechazo generalizado a Macron, el Presidente de los ricos, y la posibilidad de mandarlo a casa parece concreta.

La reacción de los partidos de izquierda fue rápida, proclamación de la unidad con un nombre con ecos históricos: Nouveau Front Populaire, redacción de programa y superación (por ahora) de las diferencias innegables entre los partidos, una de ellas reside en la figura de Mélenchon, atacado duramente no solo por Macron, también por los socialistas, que con el 13,83% son el primer partido de la izquierda; el PS lo acusó de antisemita alegando que no criticó suficientemente el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023. También está en discusión la candidatura de Mélenchon a primer ministro, pero él no renuncia a sus arengas programáticas; su discurso dirigido a la clase media recuerda al kirchnerismo cuando anuncia buenas noticias referidas al aumento de los ingresos, de incremento del consumo para las clases populares en caso de que el NFP gane las elecciones. Sus economistas apuntan a una tasación de los grandes capitales, las 500 fortunas principales del país representaban hace 10 años el 10% del PIB; el pasaje macronista aumentó el porcentaje al 50% del PIB, de manera que los fondos para impulsar un programa social profundo existen, hay que recaudarlos a través del impuesto patrimonial y restableciendo la tasa de sucesiones. Después de tantas frustraciones, la coartada del antifascismo no basta; es necesario ofrecer a las clases subalternas una esperanza real de cambios en la vida cotidiana para que retornen a las urnas.

Pero al mismo tiempo LFI ha tenido que dejar en el camino sus posiciones respecto a la guerra en Ucrania. Raphaël Glucksmann, integrante de la coalición por los socialistas, es un ferviente sostenedor del apoyo a Ucrania con todos los medios necesarios; de todos modos, en caso de victoria del NFP el sostén a Ucrania continuará aunque sin las amenazas a las que nos acostumbró el Macron belicoso de los últimos meses, que seguramente no digirió la intromisión de Rusia entre las naciones rebeldes de África que antes giraban en órbita francesa.

Las elecciones en Francia aumentan su significado porque, si RN triunfa, la derecha autoritaria guiará un país con arsenal nuclear y fundamental para la construcción de Europa. Una parte de la ciudadanía así lo ha comprendido, las encuestas señalan un aflujo de votantes incrementado en un 14% respecto a las europeas.

Una incógnita reside en la persistencia del espíritu republicano en las capas medias y conservadoras; si así fuera el NFP podría ganar el balotaje, pero si se imponen los reflejos racistas y anti-gauche, Bardella será Primer Ministro; la Le Pen ha dejado esta candidatura al discípulo porque se reserva para el Eliseo.

Segunda incógnita: si Macron consigue transformar las elecciones en un referéndum sobre Le Pen, tiene alguna posibilidad de mantenerse en el poder, pero por el momento la Francia rebelde se inclina a enfocar las elecciones como un referéndum sobre Macron, lo que conlleva interrogantes profundos sobre una cohabitación que sería difícil para el Presidente tanto con el RN como con el NFP en Le Matignon.

 

 

 

 

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