Operación Cóndor

Se estrenó documental sobre la represión en el Cono Sur

 

Una cortina metálica pesada y oscura va cayendo. Es la cortina del taller de Automotores Orletti, un centro clandestino que funcionó por unos meses de 1976 en el barrio de Floresta. Su existencia fue breve, pero ese lugar – manejado por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) – quedó como marca de la Operación Cóndor, una coordinación represiva en el Cono Sur que Argentina juzgó y que retoman Andrea Bello y  Emiliano Serra en un documental que se estrenó este jueves en Cine.Ar TV.

Distintos testimonios se centran en Orletti. Quizá el más impactante, sin ver nunca el rostro, es el de la mujer que logró huir junto con su marido de la patota de Aníbal Gordon y Raúl Guglielminetti. Su voz en sí es un hallazgo porque pidió no testificar en los juicios por crímenes en Orletti ni en el de Plan Cóndor. Con voz firme, cuenta cómo logró desatarse y hacer lo mismo con su marido, que estaba sujetado después de ser torturado. Lograron hacerse de unas armas y salir a los tiros del taller que la SIDE había alquilado para montar su propio centro clandestino. La huida selló el destino de Orletti, que los espías no sólo usaban para secuestrar, torturar y matar, sino también para extorsionar.

 

 

Automotores Orletti. Gentileza: El Fisgón Asociación Civil Cultural.

 

 

Orletti es sólo uno de los centros clandestinos que aparecen en el documental. Como explica el fiscal Pablo Ouviña – que intervino en el juicio que terminó en 2016 --, el Plan Cóndor implicaba pensar en el sistema concentracionario en toda la región. La cooperación no sólo tenía que ver con el traslado de detenidos, sino también con operaciones de inteligencia que se montaban más allá de las fronteras – como relata Jorge Robotham Bravo al referirse a la Operación Colombo, que la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) chilena orquestó para negar la existencia de más de 100 desapariciones y pretender que habían fallecido en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.

Alejandrina Barry cuenta en primera persona cómo ella fue víctima de las revistas de la editorial Atlántida que reflejaban a una nena rubia y flequilluda, supuestamente abandonada por su madre. Sus padres habían caído en un operativo conjunto de las fuerzas uruguayas con la Armada Argentina. El documental también incluye el testimonio de Anatole Julien Grisonas, quien con su hermanita Victoria estuvieron en Orletti y luego fueron trasladados a Uruguay para después ser llevados hasta Chile, donde los dejaron abandonados en una plaza de juegos. El material de archivo muestra a su abuela desesperaba reclamando que sus padres adoptivos se los devolvieran. "Son lo único que me queda", dice la mujer entre los micrófonos.

Operación Cóndor se apoyo en el libro de Stella Calloni, Los años del lobo. La periodista también participó del guión junto con Eduardo Walger.

Andrea Bello, una de las directoras, falleció antes del estreno. Bello fue militante y estuvo secuestrada en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). En los juicios contó, por ejemplo, que, cuando era obligada a hacer trabajo esclavo para los marinos, ella metía sigilosamente unas fichas con información sobre posibles blancos en sus botas largas y las sacaba del centro clandestino. Le quedó un proyecto inconcluso: Abogados de lesa, un documental que contara cómo los querellantes se preparaban para lidiar con el horror en las audiencias, pero que también retratara los momentos de risa y compañerismo.

 

Podés ver Operación Cóndor desde acá.

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