En cuanto regresó de Alemania, el Presidente canceló un acto previsto con los científicos y emprendió viaje hacia Jujuy, donde visitó a Milagro Sala. Internada con una trombosis venosa aguda (con riesgo de formación de coágulos en el cerebro), la fundadora de la Organización Barrial Túpac Amaru cumple prisión domiciliaria, pero no tiene sentencia firme en ninguna de las causas impulsadas en su contra por el contador Gerardo Morales. Fernández decidió el viaje luego de saber que Morales se proponía devolverla a la cárcel, de donde salió por una medida de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ratificada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y de ver fotografías en las que una mujer policía exhibía su arma dentro de la habitación donde está internada. La Corte Interamericana pidió informes urgentes al Estado Nacional sobre la situación.
La detención de Milagro, que Alberto siempre condenó, fue la primera medida que se propuso adoptar Morales al asumir la gobernación. Con ese objeto amplió de 5 a 9 el número de miembros de la Suprema Corte de Justicia y designó para integrarla a cuatro allegados, entre ellos dos diputados de su mismo partido UCeReísta quienes, después de votar la ampliación, cruzaron la calle para jurar como jueces. A Menem le llevó un año, Morales lo logró al quinto día de su gobierno. Lo asesoró en esta maniobra su abogado de confianza, Ricardo Gil Lavedra. Designado por la dictadura Secretario letrado de la Procuración General de la Nación en 1976; camarista del Juicio a las Juntas de 1985; ministro de Justicia de Fernando De la Rúa en 1999, el ecléctico RGL ahora es el defensor de Vicentin contra el Estado nacional.
Además Morales pidió que Macrì le enviara 150 gendarmes. El flamante gobernador había suspendido los planes de vivienda en ejecución, exigía para continuarlos un nuevo censo de las asociaciones civiles, lo cual produjo protestas de los afectados, y se disponía a reprimirlas.
El fundamento era un parte de información confidencial de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Describía un presunto acuerdo entre la organización “liderada por Milagros Salas” (sic) y “dirigentes ligados a la agrupación juvenil La Cámpora”, que preparaban una toma de la plaza para amedrentar y desgastar al flamante gobierno provincial. Afirmaba que los manifestantes “cuentan con armas de fuego” y se proponen “desatar una ola de saqueos en el centro de San Salvador de Jujuy”. La prueba estaría en “material fílmico, fotografías, grabaciones de conversaciones telefónicas”.
El desalojo debió postergarse porque uno de los ómnibus con el personal armado se desbarrancó y murieron 43 gendarmes. El arresto de Milagro se postergó hasta el 16 de febrero de 2016. Dos semanas después entrevisté a Morales, quien no tuvo reparo en confesar que tenía preparadas 60 causas contra ella y que las iría presentando a medida que se cayeran las anteriores. Su único argumento, que repetía en forma monótona, era: “Se robaron todo”.
Las armas, el material fílmico, las fotografías y las grabaciones nunca aparecieron y los saqueos no se produjeron, porque nunca formaron parte de ningún plan de la Túpac Amaru.
En los seis años y medio que Milagro Sala lleva presa, ya atravesó seis juicios orales y públicos, otras siete causas aguardan fecha para debate oral. En diciembre de 2016 asistí a las audiencias de la única causa federal, por un ataque con huevos a Morales antes de que fuera gobernador, del que Milagro no participó. Sin embargo, fue condenada a tres años de prisión sobre la base de un solo testimonio de cargo: el de René Arellano, El Cochinillo, quien ocultó que era empleado de Morales y que en los meses previos había recibido un millón de pesos de entonces. Acá podés leer cómo lo narré entonces.
Ninguno de esos procesos tiene sentencia firme. La causa más grave, conocida como Pibes Villeros, espera resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación desde hace dos años y medio. Milagro fue condenada el 14 de enero de 2019 a 13 años de prisión. La pena por homicidio simple es de 8 años, pero además de los delitos de Extorsión y fraude a la administración pública, Morales la acusó de Asociación Ilícita. A eso se refería el Presidente cuando instó a la Corte Suprema a poner fin a “las barrabasadas” cometidas contra Milagro y lxs demás tupaquerxs. Alberto, quien se define a sí mismo como un hombre de derecho, insistió en que sin condena firme nadie debería ser privado de su libertad.
Es un buen argumento teórico, pero no estamos en Noruega y las cárceles del país están atestadas de personas sin condena firme, es decir inocentes ante la ley. Ojalá Milagro fuera la única. Y dentro de su tarea de demolición del gobierno nacional, la Corte Suprema podría rechazar el recurso de queja de Milagro con una escueta plancha que en la jerga judicialesa se llama Artículo 280. La condena quedaría firme y Alberto sin argumentos.
Desechada la buena voluntad de la Corte Suprema (pese a que Morales les prometió a Fernández y a su asociado político Sergio Tomás Massa que Gil Lavedra podría obtener que el tribunal redujera la pena y la diera por cumplida); suprimida la posibilidad de un indulto presidencial, ya que todas las vigentes son causas provinciales; sin posibilidad de intervenir el Poder Judicial jujeño por falta de número en el Congreso, aparte de los gestos personales quedan las efectividades conducentes. Jujuy es una de las cuatro provincias más dependientes de la Nación para sufragar sus gastos. Este es el cuadro más reciente, a septiembre de 2021:
El 86,1% de los recursos de Jujuy proviene de la Nación. El gobierno nacional sostiene que Jujuy cuenta con recursos propios originados en el litio y la marihuana y que las transferencias por coparticipación son automáticas. Del cálculo y la transferencia se encarga el Banco Nación. Las transferencias no automáticas no llegan al 3% del total jujeño. Desde 1983, todos los gobiernos han podido transmitir mensajes persuasivos a las autoridades provinciales. El FdT no tendría por qué ser la excepción, salvo que privilegiara las relaciones políticas con Morales (quien divide a la coalición cambiante) por sobre la libertad de Milagro Sala. Morales parece confiarse en el valor de ese rol, y suma provocaciones contra la primera presa política de su gobierno. Al día siguiente de la visita presidencial, una agente penitenciaria ingresó a la habitación de Milagro y la zamarreó para despertarla y entregarle una notificación que ya estaba en poder de sus familiares y de sus abogados, por la que un juzgado de ejecución le comunica que debe empezar de cero una condena que ya cumplió.
Ayer, al hablar ante la multitud que la aclamó en Ensenada, Cristina puso a Milagro como ejemplo de las persecuciones que se desencadenan contra los dirigentes que organizan los intereses populares en contra de los poderosos, como antes le pasó a Perón y, sin que lo dijera, a ella misma.
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