Ni burros ni vagos

El nuevo régimen académico de la provincia de Buenos Aires

 

Por sexto año consecutivo en la provincia de Buenos Aires comenzaron las clases tal como había sido planificado en el calendario escolar. El gobernador Axel Kicillof sostuvo hace dos años que “la escuela pública es la columna vertebral de la provincia”. No fue una frase ocasional, se argumenta en su dimensión: 20.000 escuelas, más de 5.000.000 de estudiantes, 400.000 docentes, 80.000 auxiliares. Existe una transformación edilicia llevada adelante que permitió alcanzar 240 nuevos edificios escolares y se siguen proyectando y construyendo más escuelas. Pero también cobra importancia el nuevo régimen académico (RA) para el secundario que enmarcará este año, que genera mayor justicia para las y los estudiantes.

Aquellos que hicimos el secundario en la provincia de Buenos Aires sabemos de lo injusto que era el marco regulatorio que requería no adeudar más de tres materias para pasar de un año a otro. Ese filtro inútil hacía que compañeros con gran capacidad quedaran en el camino, con la etiqueta puesta de “repetidor” otorgada para aquel que no había sorteado el obstáculo y debía volver hacer todo el año completo cursando las materias que tenía ya aprobadas, situación que llevaba en varios casos al abandono. La responsabilidad caía sobre el estudiante: no sabía por “vago”, “poco dedicado”, hasta por “burro”, porque “no entendía”. La repetición era tan humillante como la vieja práctica punitiva de la vieja educación inicial de poner a las niñeces a crecer en el rincón.

El nivel secundario nació elitista. No fue para todos, como el nivel primario. Con el tiempo hubo modificaciones, aunque no todos podían acceder a continuar sus estudios por no tener los recursos para hacerlo, ni contar con establecimientos a su alcance. En ese contexto, en el año 2006 —durante la presidencia de Néstor Kirchner— comenzó una transformación: se sancionó la Ley de Educación Nacional que estableció la obligatoriedad de la educación secundaria en la Argentina. A su vez, la Ley de Educación Provincial 13.688, de 2007, reafirmó esa obligatoriedad del nivel en territorio bonaerense. Si el secundario pasaba a ser obligatorio, el Estado debía garantizar el derecho a la educación. Así se construyeron nuevas escuelas secundarias, existieron diferentes tipos de ayuda para la inclusión y, con el gobierno de Cristina Kirchner, en 2009, nació la AUH.

El sistema educativo bonaerense cuenta con 4.862 escuelas secundarias, de las cuales 4.263 son urbanas, 400 están ubicadas en el ámbito rural, 20 en islas y 14 en contextos de encierro. 3.004 escuelas son de gestión estatal y 1.678, de gestión privada. La transformación del secundario garantizó que el Estado brindara el derecho a la educación. La necesaria actualización de su régimen llega con el gobierno de Axel Kicillof y se pone en práctica este año. El nuevo régimen aprobado en julio de 2024 busca mayor justicia en el sistema para los estudiantes. También implica un desafío para las escuelas, al otorgarles autonomía para que organicen su enseñanza de acuerdo con su realidad institucional.

En su libro Por una defensa de la educación pública, la doctora en Pedagogía Adriana Puiggrós sostiene: “El éxito o el fracaso de un alumno en un área del programa escolar contaminó la totalidad de su evaluación, obligándolo a repetir el grado o año. El repetidor se instaló como una cruel figura del sistema escolar moderno y uno de los dispositivos de exclusión más vinculados con la lengua, los saberes y costumbres de la comunidad de donde provenía/proviene la alumna o alumno”. El nuevo régimen para el secundario bonaerense intenta romper con la exclusión, haciendo que el estudiante esté más vinculado a la escuela y más acompañado en su trayectoria.

La Dirección General de Cultura y Educación elaboró un GPS del RA que puede ser útil para estudiantes, docentes y para aquellos medios y comunicadores que dedicaron tanto tiempo a imprecisiones e interpretaciones equívocas y a oponerse al RA sin siquiera haberlo leído. Quizá su lectura los puede orientar fácilmente para entender cuál es su propósito. También hay elaborados videos que lo explican. El nuevo RA contempla que ahora se apruebe por materia. Su principal justicia es que las materias aprobadas no se vuelvan a cursar. El RA intenta asegurar mayor presencia escolar de los alumnos en las escuelas. Para aprobar cada materia, el o la estudiante tiene que tener un 75% de asistencia. Siguen existiendo dos cuatrimestres y se califica con nota numérica. Quien no aprobó la materia cuenta con seis períodos de intensificación. El siguiente video muestra sus ejes principales explicados por estudiantes de una escuela.

 

 

El miércoles se realizó en Pilar, en la localidad Presidente Derqui, el inicio del ciclo lectivo 2025 y se inauguró en el lugar un polo educativo. En esa ocasión estuvieron presentes el gobernador Axel Kicillof, el director general de Cultura y Educación, Alberto Sileoni, el intendente, Federico Achával, y la directora de la Escuela Primaria n.º 50, Marisa Ramírez, que fueron los oradores del acto. En este contexto, Alberto Sileoni manifestó “que la escuela es un escenario de aprendizaje y de vínculo”. 

El director general de Cultura y Educación bonaerense también expresó sentirse orgulloso de las paredes de las escuelas y dijo ser un propagandista de lo que ellas expresan, a la vez que señaló: “La escuela es una institución de verdad, una institución cara a cara. No hay embuste, no hay estafa, no hay criptoescuelas. La escuela —aun con sus errores— es una institución absolutamente transparente. Nuestros derechos y nuestras virtudes están a la vista y también están a la vista nuestras defecciones”. 

Sileoni expresó que el espacio escolar es un lugar “donde aún se detiene el tiempo” y donde se encuentra una mano extendida para preguntarle al alumno “¿cómo estás?”. Destacó que esto sucede en una sociedad donde eso ya no se pregunta. “Venimos a celebrar la hondura de pertenecer a la familia humana. De ratificar la importancia de los derechos, la importancia de que la escuela es una institución axiológica, que transmite valores”, describió.

Lo humanizante en educación fue también atreverse a reformas que tiendan a que la escuela no se sienta como un lugar agresivo y ajeno, sino que fortalezca el vínculo, donde el estudiante no sienta que puede quedar en el camino, sino que transite por la institución con mayores posibilidades de sentirse acompañado en su recorrido y con mayor justicia.

 

 

 

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