Muchos compatriotas que viven en el exterior no dejaron sus convicciones “en la puerta de Ezeiza”. Son la demostración de que la ideología y el amor a la Patria se militan sin fronteras. Desde distintos países siguen dando pelea por una Argentina más justa e inclusiva.
No estamos solos
El empeño por emerger de las políticas neoliberales de destrucción es compartido a muchos miles de kilómetros por argentinos que conservan sus ideales y llevan su compromiso por el mundo.
Carlos Schmerkin es uno de los fundadores de la Asamblea de Ciudadanos Argentinos en Francia (ACAF). “En octubre del 2015, luego del resultado de la primera vuelta en las elecciones presidenciales, un grupo de compañeros argentinos residentes en Francia decidimos llamar, padrón en mano, a los argentinos que conocíamos para que voten contra (Mauricio) Macri en el Consulado argentino de París en la segunda vuelta. Logramos acortar la brecha respecto de la primera vuelta, ya que la mayoría de los votantes lo hicieron por Macri”.
ACAF tiene como objetivo defender las conquistas democráticas y alertar a la opinión pública europea sobre violaciones de las libertades públicas y de los derechos políticos, sociales o culturales en Argentina, peticionar ante autoridades francesas y argentinas el cumplimiento de la legislación sobre derechos humanos y las políticas de memoria, verdad y justicia, y promover el conocimiento de nuestra situación político-social, mediante debates, conferencias y diversas actividades culturales.
Entre sus miembros, de distintas proveniencias, hay exiliados políticos, científicos y artistas. Han denunciado los propósitos negacionistas de Darío Lopérfido (volanteando en teatros franceses); tuvieron presencia en la Corte de Versalles para reclamar la extradición del represor Mario Sandoval; llevaron adelante campañas por la libertad de Milagro Sala; organizaron charlas sobre la degradación del CONICET y de la economía, movilizaciones por la desaparición de Santiago Maldonado y manifestaciones por el aborto legal, seguro y gratuito, entre otras actividades.
El equipo Walsh
Desde Estados Unidos, Raquel Pina, traductora técnica y científica, cuenta: “Mi activismo por un proyecto nacional y popular en Argentina comienza cuando en las elecciones presidenciales del 2015 pasamos al balotaje. La pregunta era qué podíamos hacer a la distancia. Lo primero que se me cruza por la cabeza es la experiencia de Abuelas de Plaza de Mayo y el mundial del '78”.
Así fue como, apuntando a romper el cerco mediático, propuso la formación de un grupo de Investigación, traducción y difusión al que llamaron “Equipo Walsh”. Se fueron sumando compañeros bilingües, articularon con periódicos y otros medios. Con la colaboración de Christine Roux de Francia y Christopher Coman de Nueva Zelanda, asumieron la tarea de traducir al francés e inglés los reportes de la política de shock que se iba sucediendo día a día en Argentina.
Encararon campañas de difusión de los casos más graves de violación a los derechos humanos, como los brutales ataques a la comunidad mapuche en enero de 2017.
“Realizamos una campaña internacional de difusión utilizando el testimonio de Naomí, una nena mapuche de 10 años narrando la represión contra su familia. Caito Onnainty, dibujante de Villa María, hizo un cómic maravilloso de una página y el Equipo Walsh lo tradujo a diversos idiomas, incluso chino y guaraní, lo hicimos dar la vuelta al mundo. Meses después desaparecía Santiago Maldonado y nos abocamos a que se conociera en el mundo que la etapa más oscura de la Argentina emergía en pleno tercer milenio. Era imprescindible saltar el cerco mediático, muchísimos argentinos que viven afuera parecían no percibir la seriedad de lo que se vivía, y también queríamos que los ciudadanos de los países donde vivimos se enteraran. Hicimos campañas por los presos políticos, también”.
Pina integra además la Red Argentina por el Derecho a la Identidad (Canadá/Estados Unidos), que articula con Abuelas de Plaza de Mayo, difundiendo y organizando actividades culturales y académicas para llegar al público de esos países y en especial a jóvenes con ascendencia argentina.
Actualmente trabajan en la traducción al inglés y al francés de documentales sobre nietos restituidos, para darlos a conocer en mayor cantidad de países.
Compromiso militante, canto y feminismo
Natalia Hurst vive en Austria hace 17 años. Es cantante soprano, performer y pedagoga. Desde el 2015, movilizada como muchos por la segunda vuelta electoral, se sumó a la tarea de fiscalización de las mesas del exterior, para ya no abandonar el activismo.
“Mi militancia consiste en visibilizar temáticas de la Argentina en el país donde vivo y tejer redes, tratando de establecer un diálogo con esta sociedad. Formo parte de los grupos Ni Una Menos Austria, que creamos en 2017 con motivo del primer paro internacional de mujeres, y del Grupo Encuentro Austria-Argentina (GEAA), que arranca en 2015”, cuenta.
Desde 2016, Natalia también hace un programa de radio por internet, que se llama Se dice de mí, entrevistas a mujeres que transforman.
El GEAA, por su parte, realiza cada año un encuentro por el Día de la Memoria y una serie de charlas, junto a otros grupos latinoamericanos interesados en difundir la situación sociopolítica del continente, llamadas La Patria Grande en Primera Persona. También efectúa denuncias por la violación de derechos humanos en nuestro país, e informa sobre la tarea de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y de H.I.J.O.S.
El grupo es difusor del actual deterioro de la calidad democrática, ataques a la libertad de prensa, merma de fuentes de trabajo, endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI), corrupción gubernamental, Panamá Papers.
Natalia también integra Unidad Ciudadana Exterior y, como militante, se sumará a la campaña para informar cómo votar y fiscalizar en las próximas elecciones.
La gran provincia virtual
Marcella Camerano es ingeniera electrónica, emigró hace 30 años de la Argentina por falta de posibilidades laborales y vive en Ginebra, donde es profesora universitaria y realiza una intensa actividad militante. Integra ApV Suiza que es parte de “Argentinos para la Victoria Provincia 25”.
El concepto “Provincia 25” alude a un territorio virtual, en el extranjero, en donde viven más de un millón de argentinos. La agrupación nació en 2010, cuando estaban buscando fiscales de mesa para unos 40 países. Hoy funciona en 16 naciones. Se definen como una organización horizontal que se autofinancia. Realizan charlas, debates, manifestaciones, marchas, foros y proyecciones.
En 2016 organizaron un encuentro internacional de ApV en Berlín. Dos años después hicieron el primer “Foro itinerante por el diálogo y la comunicación intercultural”, tendiente a dar a conocer la realidad argentina en distintos países. Entre sus temas centrales están los presos políticos y la libertad de expresión. En Berlín, por ejemplo, consiguieron reunir firmas de 400 artistas pidiendo la liberación de Milagro Sala.
Marcella participa del Bloque Solidaridad América Unida, creado en Ginebra. Desde este grupo se visibilizan problemáticas de toda América, como los atentados anti-democráticos contra Venezuela, las situaciones de Colombia, Honduras y de presos políticos como Lula y Milagro Sala.
En una reciente reunión de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Bloque organizó un contra-foro con participación de sindicalistas de Argentina, Bolivia, Chile, Venezuela y Brasil. En estos días fueron parte de la Caravana “Lula Libre”, desarrollada en cuatro ciudades: París, Ginebra, Estrasburgo y Bruselas.
Ramiro Caggiano vive en Brasil, desde hace 20 años. Es profesor en el área de lingüística, traductor y escritor. Es integrante de “Comunicación Popular Itinerante” y conductor del programa radial “Batuque en la cocina”, destinado a visibilizar en el exterior las problemáticas de distintos países y dedicado regularmente a nuestra situación sociopolítica.
Integra Argentinos para la Victoria (ApV) Brasil. “Tenemos un blog llamado argentinatraduzida.com —aclara que la z es porque está en portugués—. Tomamos las noticias más relevantes para Brasil de los sitios de Argentina más progresistas y los traducimos al portugués para ofrecer una fuente de información alternativa a lo que siempre se usa en Brasil, que es Reuters, Clarín y La Nación. Nuestro blog tiene cada vez más adeptos”.
Los artistas, presentes
Laura Lago, actriz, fotógrafa y bailarina, es parte de Artistas en Francia por el Aborto Legal en Argentina (AFALA). El grupo se creó en 2018 por iniciativa conjunta con la actriz Marilú Marini. “Ambas formamos parte del colectivo de Actrices Argentinas. La idea es poner en vitrina el apoyo moral de los artistas residentes de Francia a favor del aborto legal, seguro y gratuito en Argentina. He participado en cada manifestación, documentando a través de mi trabajo como fotógrafa”.
Últimamente participaron, con otras agrupaciones feministas, con las que trabajan por la igualdad de derechos y la erradicación de las violencias, del pañuelazo en la Place de la République de París.
Escraches al son de la murga
Diana Caggiano vive en Roma. Comenzó a militar en 1977, año en que dejó la Argentina con su hijo de dos años.
Desde el Comité Antifascista contra la Represión en Argentina (CAFRA), denunciaron durante toda la dictadura los crímenes cometidos por la Junta Militar. Siguió militando en el grupo “Memoria Verdad y Justicia”, apoyando la tarea de Madres y Abuelas.
En 2016 fundaron el Comitato por la Liberazione di Milagro Sala. Un año después organizaron un encuentro con la familia de Santiago Maldonado, acompañados por Taty Almeida. Hoy denuncian a diario los graves sucesos de Argentina y se preparan para organizar la fiscalización de las próximas elecciones, junto a grupos de otros países.
Entre risas, Diana comenta: “Somos los que le organizamos el primer escrache a Macri en su primer viaje al exterior, en febrero de 2016, con ritmo de murga. Aquí una compañera argentina, Sonia Roa, comenzó a formar una murga hace unos 18 años y ahora hay varios grupos en los cuales hay muchos italianos”.
El mismo amor, la misma lucha
Los testimonios, apenas una muestra, reflejan una lucha común, el latido compartido de un hilo conductor invisible, trascendiendo distancias. Muchos, ya instalados y con familias construidas en el exterior, no saben si volverán pero llevan la patria consigo. Se sienten parte, son parte. No estamos solos.
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