Milei y las entidades regionales
¿Qué será del flamante Diálogo Sudamericano en la nueva etapa de la Argentina?
El 30 de mayo pasado se llevó a cabo el Consenso de Brasilia en el que participaron la Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay, Venezuela y el país anfitrión. Es decir, todos los países que integran América del Sur representados por sus respectivos primeros mandatarios. Quedó afuera solamente la Guyana Francesa, que obviamente es una posesión de París.
Derivada del antedicho encuentro, el 22 de noviembre pasado se realizó, también en Brasilia, la Primera Reunión de Diálogo Sudamericano, un nuevo organismo regional. Participaron en ella nuevamente todos los países sudamericanos. Los representantes argentinos a esa reunión fueron Pablo Tettamanti, secretario de Relaciones Exteriores de nuestra Cancillería, y Francisco Cafiero, secretario de Asuntos Internacionales para la Defensa, del Ministerio de Defensa.
Todos los países presentes en ese ámbito se comprometieron a mantener una relación y un diálogo basado en el respeto de sus respectivas soberanías y a sostener los principios de autodeterminación, integridad territorial y no intervención. En tanto que el objetivo principal del encuentro fue retomar un diálogo sobre asuntos estratégicos de la región, consolidar una práctica de coordinación y concertación, y fortalecer la confianza mutua ante posibles desafíos y amenazas a la seguridad regional.
Se abordaron, además, otros asuntos. La evaluación de la coyuntura de paz y seguridad internacional así como el mantenimiento de la paz y seguridad en América del Sur; la reflexión sobre la institucionalización de un diálogo sudamericano en materia de defensa; la cooperación en las industrias de defensa; los intercambios y prácticas relativas a la ciber-defensa y la integración de experiencias en ayuda humanitaria, entre otros. Se acordó, además, la realización anual de Reuniones Sudamericanas de Diálogo Político-Militar, cuyo objetivo sería el de establecer una red de contactos capaz de facilitar la cooperación en áreas de interés prioritario, entre los ministerios de Defensa y Relaciones Exteriores de cada país. Esta red se encargaría de mantener un diálogo regular y se reuniría según fuera necesario para avanzar en las decisiones adoptadas en cada encuentro.
Finalmente, se adoptó en la reunión una “Declaración especial sobre la Cuestión de las Islas Malvinas”, en la que se reafirmó el respaldo a los legítimos derechos de soberanía de la República Argentina y se reiteró el interés regional referido a la reanudación de las negociaciones bilaterales entre nuestro país y el Reino Unido. Se subrayó, asimismo, que la presencia militar de Londres en las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes era contraria a la política de la región y negativa para la solución pacífica de la disputa de soberanía. Y se reiteró, además, el llamado a poner fin a las actividades unilaterales británicas en la zona disputada que vulneran las resoluciones de la Asamblea General de la ONU, especialmente las resoluciones 31/49 (sobre acciones unilaterales en el área en disputa) y 41/11 (Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur).
UNASUR, MERCOSUR y Alianza del Pacífico
El 12 de diciembre de 2004, en la III Cumbre Suramericana realizada en Cuzco, los 12 países de América del Sur decidieron la conformación de la Comunidad de Naciones Suramericanas. De ellos, ocho tuvieron participación directa: Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela. Los cuatro ausentes fueron la Argentina, Ecuador, Paraguay y Uruguay. Esta entidad impulsó una política de integración con especial interés en los campos del comercio, el desarrollo económico y la tecnología, así como con las cuestiones relativas a las drogas y a los delitos relacionados con éstas. Asimismo, aspiraba a la fusión de las entonces Comunidad Andina y el Mercosur. Con aquella denominación –Cumbre Suramericana– se mantuvo hasta 2007, año en que cambió su nombre y pasó a llamarse Unión de Naciones Suramericanas (UNSASUR).
Esta funcionó desde entonces anualmente, conteniendo a la totalidad los países sudamericanos hasta octubre de 2011, cuando se realizó en Paraguay la V Cumbre de UNASUR. La siguiente, en cambio, realizada en Lima en 2012, albergó solamente ocho países: la Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Guayana, Surinam, Venezuela y, obviamente, Perú.
Ese mismo año se creó la Alianza del Pacífico, integrada por Colombia, Chile, Perú y México (el único país no sudamericano), y comenzó también el declive de UNASUR. Nótese que tres de los países de la antedicha alianza no participaron de la cumbre de Lima.
Las Cumbres de 2013 y 2014 mermaron en el número de países presentes: ocho en la primera y siete en la segunda. En 2015 no hubo reunión y en 2016, año en el que Ecuador había quedado como organizador, se canceló por un terremoto. En 2018 la Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú decidieron suspender su participación en UNASUR por tiempo indeterminado. En ese mismo año Colombia anunció directamente su salida de la Unión. Y Uruguay lo hizo en marzo de 2020. En fin, UNASUR quedó prácticamente fuera de juego.
El MERCOSUR (Mercado Común del Sur) se fundó en 1991, integrado por la Argentina, Brasil, Perú y Uruguay. Venezuela se encuentra actualmente suspendida. Y Bolivia se halla en un avanzado proceso de incorporación. Como Estados asociados se encuentran: Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Guyana y Surinam. Es el mayor productor de alimentos del mundo y posee además importantísimas reservas energéticas y minerales, así como amplios recursos hídricos y de petróleo.
La ya mencionada Alianza del Pacífico, a su vez, creció al relacionarse con diversos países del mundo, con los que mantiene importantes intercambios comerciales. Al día de hoy cuenta con cinco países candidatos a convertirse en Estados Asociados: Australia, Canadá, Corea del Sur, Costa Rica y Ecuador. Y también un altísimo número de Estados Observadores, entre los que se encuentran Estados Unidos, China, India y, entre muchos otros, diez países latinoamericanos (entre ellos la Argentina).
Final
Se desprende de lo examinado que las entidades colectivas de menor alzada de la región sudamericana han tenido más éxito que aquella que pretendió contener a toda la región. Me refiero al MERCOSUR y la Alianza del Pacífico versus la UNASUR. Cabe preguntarse, entonces, qué puede suceder con el flamante Diálogo Sudamericano, que procura abarcar, de nueva cuenta, a toda la región.
Tiene prima facie la ventaja de no centrarse sobre cuestiones económicas sino sobre asuntos estratégicos: consolidar una práctica de coordinación y concertación, sostener nuestra soberanía, fortalecer la confianza mutua ante posibles desafíos y amenazas a la seguridad regional, defender la integridad territorial y contener la tendencia a la intervención externa, entre otros asuntos.
Muy probablemente nuestro flamante Presidente Javier Milei, cargado del rancio liberalismo que esconde detrás de sus boutades, irá por otro camino. Rechazará muy probablemente el Diálogo Sudamericano o sencillamente lo evitará. Y, por otra parte, procurará –como mínimo–congelar al MERCOSUR. Posiblemente, en cambio, verá con buenos ojos a la Alianza del Pacífico.
Cabrá al peronismo ya desde la oposición intentar contener estas probables decisiones del nuevo primer mandatario, que pueden costarnos muy caras.
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