Mensaje a los jóvenes (y no tanto)
Un alerta sobre los riesgos de votar contra todo y contra todos
Hace ocho años escribí una “Carta a mi hijo” con motivo de las elecciones en las que Mauricio Macri se postulaba para enfrentar al oficialismo de entonces, que proponía a Daniel Scioli.
Escribí esa carta con la finalidad de alertar a una generación de votantes sobre el peligro que significaba Macri para el futuro del país.
La redacté y envié a un grupo de mis relaciones (no estaban extendidas las redes como ahora) con reacciones diversas, pues también entonces los medios habían demonizado el proceso kirchnerista de una manera que se repite hoy con otros contenidos.
En aquella misiva relataba las medidas que iba a tomar ese candidato en caso de ganar, más allá de sus promesas o contrariamente a ellas, todas perjudicando a la sociedad, a los trabajadores, a la economía, y –me animé a pronosticar también– a la seguridad de las personas como derecho humano. Era dura para aquel contexto social y mediático.
En aquel entonces expresé: “Va a negociar rápidamente con los fondos buitre, tratando de aparecer como que ha conseguido bajar sus pretensiones, pero en realidad pagando lo que piden. Con el pretexto de obtener dinero suficiente para ello, iniciará un nuevo ciclo de endeudamiento del país, así como lo hicieron antes Martínez de Hoz y Cavallo, y nos dejaron con el país arruinado en todos sus órdenes hasta que pudimos salir en estos últimos años, precisamente con la renegociación de aquella deuda impresionante. El riesgo de esos acuerdos es inmenso: puede arrastrar a juicios interminables a todos los acreedores que aceptaron la renegociación de la deuda. Pero además Macri tomará grandes préstamos del exterior con otros objetivos, endeudando fuertemente al país, que es la manera que él y sus asesores tienen para dominar los negocios y la política del futuro. Deberemos ese dinero y sus intereses por generaciones, como ya pasó antes, con el fruto de nuestro trabajo”.
Agregué otras medidas que tomaría el candidato sobre los derechos de las personas. Me quedé corto, como podrán apreciar. La realidad superó los pronósticos, para mal.
¿Y por qué les decía eso a los que iban a votar en un balotaje? ¿Acaso pretendiendo servir de adivino? No, por cierto: mi experiencia en la vida pública argentina ha sido intensa. Tuve a mi cargo en distintas épocas (décadas de los ‘80, ‘90 y 2000) responsabilidades en dirección de empresas públicas de servicios y de energía, tanto nacionales, provinciales como binacionales. En esas funciones comprendí las conductas de algunos empresarios, y a veces sus desvíos e irregularidades en aras de incrementar ganancias. Mi paso por variadas especialidades de la actividad pública no sólo estuvo relacionado con mi gestión, sino que a menudo los cambios fueron por mi combate permanente contra toda forma de corrupción, tan habituales en esos ámbitos. Menciono esto solamente por la importancia política y social del momento. En aquellas oportunidades tuve que enfrentar desde mis responsabilidades estatales a empresas de Macri, entre otras, controlando su accionar.
Recordando aquella carta del 2015, entendí oportuno hacer hoy las siguientes reflexiones, esta vez dirigida a los que podrían ser mis nietos, en algunos de los cuales anida la esperanza de un tiempo mejor si se rompen todos los moldes de la vida política, esperando que quizás del caos salga algo mejor para ellos, ya que no ven horizontes en la realidad actual y en su vida concreta.
Queridos hermanos, con una mayor experiencia que entonces, les cuento unas pocas cosas, tipo TikTok pero por escrito:
- La política es la única manera de conducir los destinos de un país, cualquiera sea la tendencia, la ideología, o la propuesta económica: de hecho Javier Milei entró en la política para eso, aunque la critique.
- La otra manera, que ya existió aquí, es la fuerza de las armas y terminó mal: muchos muertos y los cabecillas de ese gobierno dictatorial presos de por vida por delitos de lesa humanidad, el terrorismo desde el Estado.
- Por lo cual lo conveniente es un gobierno democrático, que respete ese sistema pero en serio, porque cualquier intento –por débil que sea– en sentido contrario, tendrá el mismo final.
- No creo que la democracia sea el sistema perfecto: todos los gobiernos desde su regreso hace 40 años tuvieron problemas de todo tipo y se esforzaron por resolverlos de distinta manera, sin poder solucionarnos todos. Pero se fue avanzando en marchas y contramarchas, sin muertos y sin presos por gobiernos tiránicos o terroristas.
- Por lo tanto el sistema democrático, bajo la conducción de los políticos que elija el pueblo, siguiendo nuestro acuerdo de convivencia que es la Constitución, es la mejor forma de avanzar y de mantener un país en paz. Cada uno de ustedes pensando cuál es el mejor candidato o la fuerza política que representa, para ir mejorando las cosas.
- Ahora necesito de nuevo expresar la experiencia recogida, también para este balotaje y en este nuevo contexto, distinto al de aquellos momentos aunque con algunos actores políticos que siguen siendo los mismos de 2015.
- Entonces, lo que puede ocurrir si el candidato libertario gana –porque de eso se tratan estas líneas– y ustedes lo votan porque les cayó simpática su postura rupturista y contundente contra todo y contra todos, ya que nada pareciera mejorar el clima económico en que viven, pueden ocurrir dos o tres cosas en general.
- Una es que cumpla sus promesas, las primeras o las últimas, que no son todas iguales, pero que en la mayor parte sostienen una idea común, y entonces “agarrate Catalina”: vamos a perder en todos los campos, las cosas se van a encarecer por la devaluación que van a realizar de inmediato (ya la está promoviendo), no vamos a tener a quien quejarnos, y si empezara algún tipo de dolarización nos empobreceremos tanto que vas a extrañar esta época de frustración y enojo, te lo aseguro. No vas a tener gremio que te proteja, ni hospital que te reciba sin pagar la plata que no tenés, ni escuela que te atienda si no pagás cara una privada. Olvidate de los derechos laborales y de la universidad pública y gratuita. Y ni se te ocurra hacer un piquete en el caso de estar desencantado. Y ya te veo en primera fila para salir a la calle: te van a moler a palos, como mínimo.
- Otra cosa podría ser que este señor enfrente la realidad del país, que es compleja y variada, y su simplificación infantil y engañosa que te propone ahora se choque contra la pared. Y entonces vendrá el caos, que no sé si es mejor o peor que lo anterior. Porque en la desesperación por obtener algunos resultados intentará saltearse los pasos democráticos, tomará decisiones arbitrarias, dejará heridas en todos los sectores de la vida nacional y el contexto político será muy difícil. Y no te extrañe que intente abusos de poder, como eliminar el Congreso y cosas por el estilo: ya lo está anunciando. Y la reacción social llegará a un punto de violencia que nadie quiere, sin que encuentres soluciones a tus necesidades concretas, a las que hoy aspirás con este nuevo profeta.
- Pero también puede ocurrir, y esto es muy probable también, que además de lo anterior el hombre se rodee de lo peor de los asesores políticos y financieros que dejaron hace poco el país en ruinas y endeudado: los de Macri y sus amigos, y los de Cavallo. Entonces verás cómo las grandes empresas nacionales y multinacionales vendrán a hacerse cargo del país y de su economía, endeudándolo en montos mucho mayores que los que ya tomaron en el gobierno macrista, convirtiendo al país en una colonia, ya que para esos préstamos exigirán en garantía los recursos naturales cuantiosos del país. Así cederán los minerales, litio, cobre, oro y plata y otros; rematarán a valores de regalo el abundante petróleo y gas de Vaca Muerta; y permitirán la venta de la riqueza de los granos de nuestras tierras, sin retenciones ni impuestos.
- Pero para hacer todo eso tendrán que imponer un sistema policial represivo frente a las eventuales protestas que surjan de esas políticas. Y de la defensa de tus derechos, olvidate, porque este aparato judicial les pertenecerá, como ya lo es ahora con los grandes intereses.
- En aquel documento de 2015, escribí: “Ojalá me equivoque, hijo, porque lo que más deseo es tu bien y el de nuestra sociedad, y si es así me quedaré tranquilo. Pero tengo el conocimiento suficiente de nuestro país para decirte que quizás lo que te comenté han sido solamente las grandes líneas: hay temas más graves e importantes que esos, por ejemplo sobre los derechos de las personas y sobre la democracia y la república, que están en juego. En efecto, no me imagino a este hombre y su grupo procesado por espionaje, con sus amigos de fuerzas de seguridad y afines, gobernando la Capital, la Provincia de Buenos Aires y la Nación. ¿Adónde habrá quedado entonces el discurso de la República?”
- Y si te parece que exagero, mirá cómo justifican lo que ocurrió con el Proceso militar y su política de tortura, muerte, desaparición y robo de bebés: te lo dicen directamente con absoluta claridad, y como no lo viviste no le das importancia. Pero cuando tus amigos caigan en esa represión ya será tarde y para vos también.
- Te lo dice alguien que vivió mucho esta querida Patria, y no quisiera acertar en el pronóstico como hace ocho años.
Con todo mi afecto y la esperanza de que leas esto por un segundo.
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