“Maten a la testigo”

 

Luego de que una red que prostituía a menores de los que abusaban políticos y sindicalistas acabara con la condena a prisión de Daniel Zisuela, ex presidente del Concejo Deliberante de Florencio Varela, la principal denunciante sufrió un intento de homicidio bajo el clásico formato de un aparente asalto.

Paula B. esperaba que le tomaran la denuncia por intento de homicidio, pero el hecho sólo fue caratulado como robo, a pesar de que fue hallada el arma con la que el agresor quiso cortarle el cuello.

El viernes del ataque a las 9.30, cuando salía de su casa a pagar unas cuentas, fue asaltada por un joven veinteañero en bicicleta, quien la tomó del pelo a la vez que la trompeaba y sacaba de entre sus ropas un cuchillo casero; llegó a hacerle un corte en el cuello e intentó apuñalarla. Sólo después de la resistencia de ella, que se extendió por 15 minutos, el atacante se limitó a robarle el celular y huir en su bicicleta. Dejó tirado el cuchillo, que fue hallado.

Ella reconoció al atacante, Ricardo Aranda, como un vecino con antecedentes, que tiene preso a un hermano con el que asistían a un templo umbanda del barrio en la localidad de Ardigó; “son amigos de Martín Zisuela”, hermano de Daniel, también inculpado.

 

 

 

Daniel Zisuela fue el único condenado en el primer juicio, hacia septiembre de 2021, a 13 años de cárcel. Durante el proceso oral, la fiscal María de los Ángeles Attarian Menna había pedido 20 años de prisión por “facilitación y promoción de la prostitución de personas menores de 18 años, facilitación y promoción de la prostitución de personas mayores de edad agravada y corrupción de menores de 18 años agravada”. La funcionaria solicitó el desistimiento de los cargos contra Martín Zisuela porque no hubo pruebas suficientes para la acusación por “facilitación del ejercicio de la prostitución de personas mayores de edad”.

Aunque no haya sido documentado, este tipo de ataques era parte de la evaluación de previsibilidad. “¿Por qué un poderoso empresario, vinculado como Zisuela, iba a quedarse de brazos cruzados en su celda?”, se preguntaban quienes conocen el caso y al personaje.

El Cohete A La Luna dio en primicia en la nota Delitos aberrantes los nombres de las personas involucradas que afrontarán un segundo proceso, cuya investigación está en manos del fiscal Daniel Ichazo, de Berazategui, ya que es más amplia la serie de políticos y sindicalistas que contribuían a formar la red o hacían uso de ella.

La joven varelense tenía custodia policial, pero no es la primera vez que la Bonaerense muestra connivencia con la delincuencia que apaña, encubre o de la que saca partido. Varela tiene un espectro delictivo de lo más notorio, prueba de ello es que el jefe de Estación está en la mira del Poder Judicial por su relación con el influyente delegado de la Interpol en Quilmes, cuya familia está detenida por las sospechas sobre un crimen y una desaparición. (Ver El Centurión de Interpol.)

Luego de la condena al proxeneta, el hermano de la principal denunciante fue hallado ahorcado en el patio de su casa. “Suicidio”, dijo el fiscal Darío Provisionato, a pesar de los reclamos de la familia. El joven Marcelo David dejó un hijo pequeño que ahora es criado por Paula junto a su niño.

En esa situación, sin empleo, bajo tratamiento médico ante el estrés de ser el foco de atención en un juicio que puso en vilo a todo el poder político y sindical de la región, enfrentada a los abogados más influyentes del Departamento Judicial (uno de ellos había patrocinado al ex Presidente Carlos Menem), con velados mensajes amenazantes, sabía que debía desconfiar de la custodia policial que no siempre cumplía con sus horarios y delimitaciones.

Paula notaba que el patrullero que debía estar ante su vivienda era el mismo que iba a la casa de la denunciada e investigada Mirta Rojas (otra candidata a concejal) y –según le dijo a El Cohete– “le pasaba información mía, hay una clara connivencia policial con la señora. ¿Dónde estaba la custodia cuando quisieron matarme? ¿Qué clase de custodia es la que me entrega?”

 

 

En una carta que compartió con este medio, Paula señaló que la denuncia por el ataque recibido recayó en la misma Fiscalía 1 de Provisionato, quien “no ha hecho lo que le corresponde en el caso de Marcelo, el expediente deja mucho que desear, como su mal desempeño”, por lo que prevé denunciarlo en instancias formales.

“Pedí audiencia con el fiscal y me la negó, sabiendo mi situación, que llevo una causa compleja donde él sabe que mi vida y la de mi familia están en riesgo, no resolvió la causa de mi hermano y tampoco la mía. Además, la calificación fue ‘robo’ cuando estaba el cuchillo Tramontina con punta que secuestra la Fiscalía. El patrullero tardó una hora en llegar, estaba toda lastimada y dolorida. Lo grave es que se supone que tengo custodia policial, pedí urgente que me retiren la Policía Bonaerense. Me pusieron consigna Federal, ya que todos sabemos el desastre que es Varela. Quieren que la muerte de mi hermano quede impune y yo quiero dejar en conocimiento que quieren matarme, no me siento segura con la Policía Bonaerense, ni con la Fiscalía de Varela. Quiero decir que voy a hablar igual”, advierte.

Paula ya no es la adolescente a la que sometieron hace años. Se ha (¿la han?) transformado en una mujer de carácter cuya valentía no cede. No tiene caso amedrentarla porque no ha de desdecirse. El único sentido de estos ataques es sembrar el miedo en otras víctimas mientras se desarrolla el segundo proceso fiscal que investiga a los cómplices y clientes a los que Zisuela proveía mientras concitaba apoyos de distintas extracciones para sumar poder al dirigir el segundo club de fútbol en importancia, administrar un sindicato regional y presidir el Concejo Deliberante de la ciudad en la que ni siquiera vivía.

 

 

 

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