Machirulo reincidente
Audiencia en el Consejo de la Magistratura para investigar la (in)conducta del juez Geminagni
“Manual del machirulo”. O un “machirulo de manual”. Así definieron a Juan Carlos Gemignani quienes trabajan cerca del juez de la Cámara Federal de Casación Penal. Esta semana avanzó en el Consejo de la Magistratura una investigación sobre los mensajes que el magistrado envió el Día Internacional de la Mujer. El 8 de marzo escribió en un chat institucional: “Feliz día delincuentes”. “¡¡¡Feliz día para todas!!! ¡¡¡Especialmente para las delincuentes!!! ¡Solo se alcanzará la igualdad cuando se les reconozca el derecho a delinquir! ¡¡¡Y también entonces sean pertinentemente penadas!!! ¡¡¡Mientras tanto poniéndolas en evidencia!!! ¡¡¡Gran abrazo!!!! Hasta que la igualdad no sea solo relato!!!" (sic). El juez integra el máximo tribunal penal del país desde 2011 y ya había sido denunciado en 2019 por violencia de género por haber ordenado detener a una prosecretaria. En esa oportunidad fue sancionado con un recorte del 35% de su salario y se le indicó hacer un curso para formarse en la materia.
El martes pasado, a la hora pautada, se reunieron por Zoom los nueve integrantes de la Comisión de Disciplina y Acusación, a quienes se sumaron Graciela Camaño y Diego Marías, presidentes de las comisiones de Selección y Administración, respectivamente. Por unanimidad, los consejeros ordenaron al presidente de la Cámara de Casación Gustavo Hornos (sobre quien pesan varios pedidos de renuncia por haber perdido todo vestigio de imparcialidad con sus seis visitas en la Casa Rosada y en la Quinta de Olivos al entonces Presidente Mauricio Macri) que certifique los mensajes vertidos el 8 de marzo en el chat grupal de WhatsApp institucional denominado “Acuerdo Virtual”. Este punto generó alguna disidencia en el sector de los jueces y de la oposición en el Consejo de la Magistratura por la posibilidad de que abriera una “excursión de pesca”. Dijeron que les preocupaba que no se preservara la privacidad. En ese sentido, el presidente del Consejo, Diego Molea, repitió una y otra vez que el pedido se limitaba a una fecha concreta y a un chat de trabajo y, por lo tanto, institucional. Que, además, en tiempos de cuarentena y trabajo remoto, es el medio de comunicación entre los 13 jueces de la Casación y los secretarios. Al final todos votaron a favor.
Con menos consenso, pero por mayoría (5 de 9) se resolvió citar para que presten declaración testimonial a las colegas mujeres de Gemignani en Casación: Liliana Catucci (quien preside la Sala III, que él integra), Ana María Figueroa y Ángela Ledesma. La resolución indica que “se permitirá que el magistrado denunciado y el abogado defensor que designe (…) pueda controlar el desarrollo del acto procesal y formular preguntas a las juezas convocadas”, de acuerdo al artículo 17 inciso d del Reglamento de la Comisión de Disciplina y Acusación. Una vez que terminen de declarar las juezas, Gemignani “tendrá la posibilidad de hacer aclaraciones o brindar explicaciones, pudiendo ser interrogado por las consejeros”. El hecho de que sólo se cite a las colegas mujeres fue objetado por la consejera Camaño durante el debate en comisión y en off the record por jueces penales consultados por El Cohete a la Luna. “¿Por qué sólo a las mujeres? ¿No se ofende a todo el cuerpo o, incluso, a toda la sociedad cuando se hacen manifestaciones como las de Gemignani?”, reflexionaron los magistrados.
El Consejo también quiere saber si Gemignani realizó la capacitación en género durante los años 2019 y 2020, que es obligatoria para los miembros de los tres poderes del Estado conforme a la ley Micaela N° 27.499. Para comprobarlo se pidió un informe a la Corte Suprema de Justicia. El juez estaba doblemente obligado a realizarla, en cumplimiento de la sanción impuesta por haber encerrado a la prosecretaria María Amelia Expucci.
Además, el Consejo resolvió una medida absolutamente novedosa: ordenó que se realice en el ámbito de la Cámara de Casación Penal una encuesta anónima a empleados y empleadas y funcionarios y funcionarias para “verificar si Gemignani, aparte de los hechos denunciados, ha cometidos otros hechos de violencia de género”. La encuesta, a la que tuvo acceso El Cohete a la Luna, preguntará específicamente:
- ¿El magistrado denunciado ha cometido hechos de maltrato hacia las mujeres en el ámbito laboral?
- ¿Ha proferido alguna manifestación denigrante o discriminatoria hacia las mujeres en el ámbito laboral?
- ¿El magistrado trata en forma desigual a las mujeres en el ámbito laboral?
- ¿El magistrado ha hecho algún comentario inapropiado hacia el género femenino o hacia el feminismo?
La resolución es muy precisa sobre cómo debe llevarse adelante: el Cuerpo de Auditores se constituirá en la Cámara de Casación Penal, con sede en Comodoro Py 2002, en un día “previamente estipulado” para que “todo el personal tenga la posibilidad de entregar la encuesta anónima en un formulario previamente distribuido”. Los trabajadores deberán depositar la encuesta en una urna “sin identificar la autoría”. Luego, los auditores tendrán que elaborar un informe en base a los resultados de las encuestas y entregar los formularios a la Comisión de Disciplina y Acusación.
La citación a las juezas de Casación y la realización de la encuesta salieron por mayoría simple: 5 de 9. A favor votaron el académico Diego Molea, la senadora del Frente de Todos María Inés Pilatti Vergara, el representante del Ejecutivo Gerónimo Ustarroz, la diputada del Frente de Todos Vanesa Siley y el juez Alberto Lugones. En contra, el juez Ricardo Recondo, la senadora de Cambiemos Silvia Giacoppo, el diputado de PRO Pablo Tonelli y el abogado Carlos Matterson.
La propuesta de hacer la encuesta surgió de la vocalía de Camaño, consejera desde 2018 y diputada casi ininterrumpidamente desde 1989. “Yo no pertenezco a esta comisión, pero me trae aquí tener a la misma persona señalada por un tema similar: el doctor Gemignani ya fue examinado por este cuerpo por una actitud contra una colega. Yo no tengo dudas sobre su capacidad de trabajo pero hay que hacer algo para que cambie su conducta. Indudablemente lo que hicimos no sirvió para nada. Como cuerpo tenemos la responsabilidad y el compromiso de que la Justicia cambie la mirada machista no sólo hacia las propias colegas sino respecto de las justiciables, sean víctimas o victimarias. La Cámara de Casación tiene unas 800 resoluciones con perspectiva de género, seguramente él no las leyó. No podemos continuar con la mirada antropocéntrica y machista que nos han impuesto a hombres y mujeres. Gemignani ocupa un lugar de muchísima decisión en materia de justicia por lo que tiene la obligación de cambiar. Y nosotros tenemos que verificar que cambie”, abrió el juego Camaño. Su posición se fue endureciendo mientras transcurría el debate y los noticieros daban cuenta, esa misma mañana, de la aparición del cuerpo carbonizado de Analía Maldonado en la localidad bonaerense de Los Toldos, por cuyo crimen se detuvo a su pareja Samuel Moisés Llanos. “Les pido por favor que tomen conciencia de que no puede seguir ocurriendo que una mujer no quiera saber nada con un hombre y este se considere con derecho a matarla. Las mujeres no somos seres inferiores. Esto tiene que ser un camino, porque si no seguiremos aferrados a las viejas prácticas que nos trajeron hasta aquí”, manifestó Camaño.
Una fuente de Casación consultada por El Cohete destacó la paradoja de que en un país donde ocurre un femicidio cada 29 horas, un integrante del máximo tribunal penal de la Nación “se atreva” a escribir lo que Gemignani compartió en el Día de la Mujer.
Camaño consideró que en 2019, cuando se lo investigó por haber encerrado a la secretaria Expucci, el Consejo le aplicó al juez una multa “irrisoria”. En tanto presidenta de la Comisión de Selección de Magistrados y Escuela Judicial, subrayó que a los nuevos jueces se les pide que hagan un curso sobre género y que resuelvan con esa perspectiva. “No nos podemos quedar a mitad de camino con esto”, sostuvo. “Ya sabíamos que la respuesta no era que haga un curso de género”, replicó Lugones sobre lo decidido por el Consejo dos años atrás. El consejero Matterson, que instruye las causas contra Gemignani, pidió: “Hay que escuchar al magistrado”. “No tengamos miedo en avanzar en la investigación. Y cuidemos que se cumpla con todas las garantías”, planteó Lugones, como quien busca ecuanimidad. Camaño fue más allá: “Tenemos que poder instalar la cultura del antimachismo, muchachos”.
Responsabilidad corporativa
Gemignani recibió malas noticias no sólo desde el Consejo de la Magistratura. También le apuntaron miembros de la Cámara que él integra. Señalaron que no hubo respuestas a los reclamos de las juezas de Casación, ni a la Asociación de Mujeres Juezas, ni a la Ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad por sus dichos.
En diálogo con El Cohete a la Luna, la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad Elizabeth Gómez Alcorta confirmó que Hornos le respondió que no había ninguna actuación administrativa dentro de la Cámara por los dichos discriminatorios expresados por Gemignani. “Queda pendiente ver si el presidente de la Cámara de Casación incurrió en alguna falta al no haber llevado adelante una actuación”, dijo la funcionaria.
Gemignani salió del chat unos días después del 8M y “se desconectó del mundo”. Antes de borrarse del grupo, el juez mandó un texto aclaratorio en el que aseguraba que se malinterpretaron sus dichos: de manual.
Desde el interior del máximo tribunal penal del país dijeron a El Cohete que, hoy por hoy, la Cámara de Casación “es una nave a la deriva”. “Más que complicidad corporativa, hay responsabilidad corporativa”, sostuvo un funcionario con despacho en Comodoro Py 2002. En la misma línea que la jueza María Servini de Cubría –quien esta semana pidió la renuncia de Hornos a través de una carta– el funcionario planteó que el “desprestigio es tal que nos invalida en condición de árbitros”.
El 8M fue un día movido para los jueces de Casación. Luego del mensaje enviado por Gemignani al chat institucional, Hornos fue objeto de un escrache virtual durante un acto por el Día de la Mujer por un tema de larga data: una denuncia penal por violencia de género que le hizo su entonces esposa, en 1987, y que fue cerrada por el juez.
Privada de la libertad en Comodoro Py
En 2016, Gemignani mandó a detener a la prosecretaria María Amelia Expucci por “desobediencia", luego de que se negara a cumplir con una orden suya. La funcionaria había dicho que no realizaría un inventario de cajas con equipamiento depositadas en la sala de audiencias del tribunal porque no le correspondía dicha tarea. Expucci estuvo privada de su libertad durante una hora y media en Comodoro Py 2002.
Un funcionario que presenció de cerca ese episodio recordó a El Cohete que la Cámara Federal, con las firmas de Mariano Llorens, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, sobreseyó a Gemignani con el argumento de que el juez de Casación actuó con “un aparente exceso no intencional en la creencia de que estaba cumpliendo con su deber”. Desde la Cámara calificaron a esta decisión como “encubrimiento”. Incluso, en ese momento, tanto el camarista Eduardo Riggi como su colega Gemignani (que no se quiso excusar, pese a haber ordenado dicha medida) sostuvieron que había que profundizar la investigación para sancionar a Expucci, algo que finalmente no ocurrió.
El Cohete a la Luna le preguntó a Gómez Alcorta si el de Gemignani puede convertirse en un “caso testigo” al interior de la Justicia. “Cuando uno piensa en la situación que vivió unos años atrás la secretaria de Casación privada ilegalmente de la libertad por poner en cuestión una orden que estaba por fuera de sus obligaciones, resulta difícil suponer que sea el propio Poder Judicial el que se depure en el marco de causas vinculadas a violencia de genero”, indicó.
“Es cierto que los tiempos cambiaron y hay una demanda ciudadana del movimiento feminista por los déficit notorios de los poderes judiciales que puede hacer que algunas de las cosas que se admitían en el marco de lo que históricamente se hizo dentro de la organizacion judicial empiecen a resultar intolerables, no solo para la ciudadanía sino para los propios funcionarios. Pero cuesta pensar en eso cuando en estas horas el propio subprocurador a cargo de la Procuración, Eduardo Casal, le recomienda a un grupo de fiscalas por medio de una resolución que cualquier iniciativa o proyecto que tengan, lo canalicen con él en función de una reunión que tuvieron con el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Cuesta suponer que esa hora de los cambios y las transformaciones llegó, por lo menos desde el propio Poder Judicial”, expresó Gómez Alcorta.
Todas las apuntadas, todas
La conducta de Gemignani fue cuestionada por el Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras Judiciales (SiTraJu), por la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina (AMJA) y por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad.
Tras la difusión de los mensajes, AMJA expresó su solidaridad con su socia Ana María Figueroa. El comunicado de la Asociación contextualizó el mensaje de Gemignani: explicó que lo escrito por el camarista fue en respuesta a una invitación de Figueroa a sus colegas para realizar una actividad. Las juezas opinaron que “el contenido del saludo es todo lo contrario al significado” que le dio la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al 8 de marzo, que busca favorecer la igualdad y la no discriminación en contra de las mujeres. “Es expresivo –advirtieron— de una manifestación de la violencia psicológica, por cuanto ridiculiza el profundo significado de esa lucha, más aún para las colegas que comparten ese chat, entre las que se encuentra nuestra socia”.
AMJA expresó su “enérgico rechazo” a lo escrito ese día por el camarista de Casación y consideró que al tratarse de un “mensaje violento dejó de ser un asunto privado para convertirse en un asunto público”. Esa idea es clave hacia el afuera pero también hacia el adentro: una fuente de la Cámara de Casación contó a El Cohete que Gemignani tuvo distintas actitudes reprochables para con sus colegas mujeres y que una de ellas le dijo en privado que “lo perdonaba”. “La violencia de género no es una cuestión privada”, remarcó la fuente.
Según analizó alguien que leyó esos chats de primera mano, entre las posibles destinatarias del mensaje de Gemignani se encuentran sus colegas de la Casación, las camaristas Ana María Figueroa –a quien denunció por dádivas y fue sobreseída por el juez Marcelo Martínez Di Giorgi– y Ángela Ledesma. Y también la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. "'Feliz día delincuentes'. No puedo salir de mi estupor: un juez de Casación, que hace poco encerró a una secretaria en un despacho, ahora se dirige de esta manera a sus colegas mujeres en el Día Internacional de la Mujer. ¿Hasta cuándo? ¿O estarán esperando que le pegue a alguna?”, tuiteó @CFKArgentina el 8 de marzo.
A Comodoro Py
El jueves la Sala IV de la Cámara de Casación Penal, con los votos de Javier Carbajo y Mariano Borinsky, resolvió que la causa por espionaje ilegal pase de Lomas de Zamora a Comodoro Py. La Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, a través de su abogado, ya hizo una presentación para oponerse al traslado. Borinsky es el juez investigado por haber visitado en 15 oportunidades al ex Presidente Macri.
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