Los visitantes

La crisis es brutal, pero Macri se ocupa del público visitante

 

El presidente Mauricio Macri parece haber salido del ostracismo mediático al que se vio obligado por la crisis económica y la torpeza de pretender primerear al FMI anunciando un acuerdo inexistente. La oportunidad para salir a los medios no fueron los brotes verdes, ni la lluvia de inversiones, ni el fin de la recesión. Tampoco el ansiado descenso de la pobreza. Fue algo mucho más relevante: el regreso de los visitantes para la final entre Boca y River. Sin menospreciar la relevancia política del futbol, no deja de sorprender que Macri ocupe el centro de la escena mediática con este tema cuando el país vive una crisis brutal y el día anterior el clásico rosarino se jugó en jurisdicción bonaerense, sin público. Este hecho muestra una contradicción notoria en las convicciones de Macri expresadas en hechos. Fue él, al inicio de su gestión en Boca, quien primero restringió las comodidades a los visitantes. Esa moda inaugurada por el hoy Presidente invocando que era lo que ocurría en Europa se volvió al poco tiempo en contra del propio público de Boca, que era masivo cuando jugaba de visitante. Presionados por sus hinchas, a quienes Macri restringía la posibilidad de ir a la Bombonera, los presidentes de los otros clubes en reciprocidad restringieron a 2000 hinchas el público visitante de Boca. La violencia que, a mi juicio, es incomprensiblemente estimulada por muchos actores (no todos hinchas) derivó en la prohibición lisa y llana de los visitantes (en 2007 en el ascenso y en 2013 en todas las categorías), medida que perjudicó a los clubes chicos y priva al espectáculo futbolístico argentino de uno de sus rasgos más peculiares en todo el mundo: las hinchadas.

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