Los trabajadores saben

La realidad laboral reciente y actual, desde la experiencia de un obrero y dirigente sindical

 

El libro de Agustín Colovos ¿A dónde vamos los trabajadores?, testimonia sobre la política actual desde su experiencia laboral sindical. Su pronta muerte el 28 de abril, a los 44 años, luego de una larga lucha de seis años contra un cáncer alojado en su médula ósea, impactó al movimiento obrero no solamente por su juventud, sino por haber sido un dirigente sindical con un agudo análisis político integral. “Este libro empuja a quebrar la pasividad, no esperar que la política profesional resuelva los problemas argentinos, y sobre todo reivindica ese ‘Sólo el pueblo salvará al pueblo’”, escribe Lucas Molinari, periodista de Radio Gráfica, en el prólogo del libro.

“Agustín Colovos, obrero y dirigente metalúrgico, ha construido esta importante obra que comprende quince aportes que fue escribiendo al transcurrir los acontecimientos entre octubre del 2020 y octubre del 2021, más un ensayo de Carlos Avondoglio y tres reportajes a delegados de distintos gremios”, describe en el epílogo el historiador, escritor y ensayista Norberto Galasso, destacando el valor del libro por haber “brotado del propio seno de la clase obrera, que debe difundirse en todos los rincones del país para debatir no sólo una táctica, sino también una estrategia”.

Agustín “Piraña” (así le decían por su forma rápida de triturar alimentos) Colovos era secretario general adjunto de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) Morón y fundador de la Agrupación José Ignacio Rucci. Fue delegado en la fábrica Envases del Plata por 13 años. En sus apuntes, que son parte del libro, sitúa al lector en su recorrido laboral. “Durante el gobierno de Néstor pasé por todos los ‘estamentos contractuales de la clase trabajadora’, en negro primero, por ‘agencia’ después, hasta que pude ingresar, todavía durante su gobierno, al establecimiento metalúrgico Envases del Plata (ex Camea) en la localidad de El Palomar, dentro del municipio de Morón”. Señala que allí la conducción de la UOM “actuaba en acuerdo con la patronal” y que eso motivó que, junto a varios compañeros, se prepararan para las elecciones de delegados a fines de 2008, en las que consiguieron 13 de 15 delegados. Dando vuelta la relación de fuerza en la planta, lograron duplicación salarial, estabilidad laboral y condiciones dignas de trabajo. Además de democracia sindical dentro de la planta, generando el respeto de la patronal hacia la comisión interna.

Colovos analiza que esos logros son “lo que los patrones no le perdonaron al kirchnerismo. Y, de ahí, el revanchismo macrista-patronal”. Su razonamiento agudo le permite inferir que “el proyecto nacional encabezado por Néstor Kirchner fue la condición de posibilidad de todas las conquistas por las que luchamos y conseguimos los/as trabajadores/as. No hay solución gremial sin solución política”. Sus palabras tienen vigencia en tiempos que los salarios corren tras la inflación sin poder alcanzarla.

La experiencia personal narrada por Colovos tiene relevancia porque da cuenta de que hay una generación de trabajadores que crecieron política y sindicalmente como hijos de aquella transformación que comenzó con el gobierno de Néstor Kirchner y continuó con el de Cristina Fernández de Kirchner. Se advierte cuando el autor destaca: “Esta experiencia resumida que estoy narrando sé que es la de miles de delegados/as jóvenes, lo que Cristina llamó la ‘Generación del Bicentenario’”, indica. Luego la sitúa en números: “Más de 70.000 en todo el país, que desde las bases militaron el proyecto (muchas veces sin el aval de sus conducciones gremiales) y se hicieron peronistas- kirchneristas. Hoy esa masa es menor de 45 años”, precisa.

Haber sido hijo de esas políticas implementadas en el país por Néstor Kirchner primero y por Cristina Fernández de Kirchner después, que lograron instalar las bases de un país productivo e industrial, permite a Colovos no solamente narrar su propia experiencia laboral-sindical, sino también dar cuenta de los acontecimientos políticos de ese entonces. En ese marco, remite al conflicto con las patronales agropecuarias por ver quién se apropiaba de la renta diferencial, sin ignorar la crisis financiera del capitalismo global tras la quiebra de la casa Lehman Brothers. En uno de sus apuntes, recuerda la frase de Néstor Kirchner: “¿Qué te pasa Clarín, estás nervioso?”, y expresa con claridad: “Y claro que la gran burguesía argentina estaba nerviosa, con la crisis había menos para distribuir, y el objetivo de estos sectores fue y es que los trabajadores/as se lleven lo menos posible”.

Colovos destaca la importancia de que, ante esa crisis internacional, “Néstor y Cristina, acertadamente, decidieron salir para adelante, tomando medidas a favor de las grandes mayorías”. Ahí enumera las acciones de los gobiernos kirchneristas, con las que no sólo “protegieron los puestos de trabajo, sobre todo industriales, por la crisis mundial con el programa de Recuperación Productiva-REPRO (se ayudaba a las empresas a pagar una parte de los salarios con la condición de que no haya despidos), sino que definieron la estatización de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), terminando con un negocio millonario que hacían los bancos con el dinero de los trabajadores/as”. Esto permitió que la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES) desarrolle “políticas como la Asignación Universal por Hijo (AUH), Argentina Trabaja, Conectar Igualdad, la moratoria jubilatoria para millones de personas que nunca habían aportado (por haber trabajado en negro o ser amas de casa, por lo cual millones de compatriotas lograron tener una jubilación). Es decir, se profundizó con medidas redistributivas, garantizando derechos”.

En ese apunte, el autor del libro recuerda cuando Néstor Kirchner pierde las elecciones de medio término, encabezando la lista de diputados, contra Francisco de Narváez. Colovos destaca que el mensaje de Kirchner fue seguir con las mismas convicciones y rememora parte de su discurso en el Parque Lezama: “Tengo la alegría interior de sentirme con más fuerza que nunca para dar la batalla que haya que dar, desde los lugares que haya que dar, sin especular. Acá estamos peleando por un país distinto”. Luego Colovos evoca que en septiembre de 2010 “se realiza el acto en el Luna Park de Néstor y Cristina con la Juventud, donde por primera vez la Juventud Sindical ocupa toda una popular, compartiendo el evento con el resto de las organizaciones juveniles, muchas de ellas en formación y en pleno crecimiento. Ese día Néstor tenía que hablar, pero ya por una cuestión de salud, nos dirigió la palabra Cristina”, describe.

También resalta el acto en River Plate del 15 de octubre de 2010, cuando “se realizó una concentración multitudinaria de la CGT, donde los dos oradores principales fueron Hugo Moyano y la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner”. Para Colovos, en ese encuentro “hubo diferencias semánticas entre ambos compañeros, pero que marcaban algunas diferencias ideológicas profundas que poco tiempo después llevarían a la tragedia política de la ruptura del frente nacional (por las consecuencias nefastas que trajo al pueblo todo)”. El autor da cuenta de cómo la política impulsada por el kirchnerismo llevó a la organización del movimiento obrero: “Desde 2009 se había creado la Corriente Nacional del Sindicalismo Peronista (CNSP) y la Juventud Sindical se proponía retomar los programas históricos del movimiento obrero”. Así, trabajadoras y trabajadores, “debíamos dejar de ser un factor de presión para pasar a ser un factor de poder”, señala sobre la riqueza de esa experiencia para jóvenes delegados.

Esa organización, desde la perspectiva de Agustín Colovos, hizo posible que se llegara a presentar “un proyecto de ley –del compañero doctor Héctor Recalde– sobre la participación en las ganancias de las empresas por parte de los trabajadores, reglamentando un inciso del artículo 14 bis de la Constitución Nacional. Allí se establecía que no sólo se debía participar de un porcentaje de las ganancias, sino que se debían abrir los libros contables de las empresas a las comisiones internas. Sin dudas, este último punto fue el que los empresarios rechazaron rotundamente”.

 

 

 

En otro apunte del libro, Colovos refiere al asesinato de Mariano Ferreyra. Sostiene que “mostró uno de los puntos más débiles y pendientes del proyecto nacional en materia laboral –que aún hoy sigue sin resolverse–, que son las tercerizaciones y el trabajo en negro en la Argentina, algo que padecen miles de trabajadores/as”. No se olvida de aquel fatídico 27 de octubre de 2010, cuando murió Néstor Kirchner. El dirigente obrero estuvo con varios metalúrgicos de la UOM seccional Morón en su despedida, expresó unas palabras frente al féretro y Alicia Kirchner se acercó para brindarle un abrazo. Colovos expresa con claridad “gratitud eterna” hacia Néstor y Cristina “por el coraje, por haber recuperado la Patria y por ponernos de pie como pueblo. Nunca habíamos pensado que un gobierno nos podía representar, estábamos acostumbrados a tirar piedras contra el neoliberalismo. El peronismo gobernando para nosotros había sido Menem, tan lejano de Perón y Evita”.

Pero, en sus apuntes, Colovos no analiza solamente cómo fue creciendo política y gremialmente –producto de la política transformadora del kirchnerismo–, sino que en sus escritos plantea una crítica actual. Y lo hace como obrero, pero a la vez con la capacidad intelectual de un lector minucioso de otros, a los que trae para asociar constantemente y dar sustento a sus críticas. Por ejemplo, cita al dirigente Carlos Olmedo, perteneciente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y asesinado en 1971. Colovos lo cita para no excusarse con que no están dadas las condiciones de fuerza, porque relación de fuerza supone –como sostenía Olmedo– “analizar la situación, significa descubrir la relación de fuerza real, teniendo en cuenta los objetivos estratégicos, cuáles son los pasos, métodos, tácticas, tareas que permiten avanzar, cambiar la relación de fuerzas”. Con ese planteo, critica lo que le ha faltado al gobierno actual y, siguiendo ese razonamiento, pone de ejemplo a Vicentín. “Un día después de anunciarse la medida de expropiación de esta empresa estratégica, que realizó su desfalco al Estado durante el gobierno de Mauricio Macri, el Presidente Alberto Fernández dio marcha atrás diciendo: ‘Pensé que me iban a aplaudir’. Por un par de cacerolazos de los mismos de siempre y la reacción mediática y corporativa, terminó tirando la decisión para atrás, cuando millones de trabajadores y humildes –que somos la base social real del gobierno– lo estábamos aplaudiendo y aprobando”. Colovos objeta al gobierno el “leer la relación de fuerza de una forma estática que hace retroceder al campo popular”. Sostiene que es un error “pensar que los sectores de poder van a frenar su guerra contra el gobierno porque este se muestra dócil con ellos” y señala que “los sectores-corporativos-monopólicos alineados al extranjero no toleran más un gobierno con orientación popular, aunque sea tibia”.

En otro de sus quince apuntes plasmados en el libro figura su experiencia como obrero en la planta donde trabajaba, dedicada a la fabricación de envases de aluminio para aerosoles. Cuenta allí lo que significó la embestida contra los trabajadores que concretó en discursos y acciones el gobierno de Mauricio Macri, a fin de reducir costos. El relato de Agustín Colovos es fundamental porque, como experiencia vívida de un obrero, permite tomar real dimensión al lector de lo que fueron las políticas neoliberales de Cambiemos, que golpearon la producción y el empleo. Allí remarca que el mercado de los aerosoles “está monopolizado por una corporación, en este caso, la multinacional Unilever, que maneja el 80% del mercado de los aerosoles en nuestro país. El 20% restante de la producción de aerosoles son otras empresas como Nivea, Avon, Cannon. Puntana y algunas más pequeñas también los fabricamos, pero es imposible competir con el 80% de la góndola que tiene Unilever”. Luego detalla que “en marzo de 2018, Unilever decide unilateralmente dejar de comprar aerosoles a Envases del Plata y comienza a importar de Brasil (post reforma laboral en el país hermano). Esta decisión del monopolio fue demoledora, ya que pasamos de producir 30 millones de aerosoles por mes a cinco millones; de tener siete líneas funcionando a tener, actualmente, entre dos y tres. Ahí está la capacidad instalada ociosa industrial”. Eso los llevó a la dificultad de “defender y resistir desde lo gremial los puestos de trabajo. La patronal revanchista aprovechó la baja de trabajo para despedir 200 compañeros, sabiendo que una huelga sin trabajo y con un gobierno de ‘CEOs’ era una derrota segura para nosotros, y ejecutó los despidos”. Así comenzaron una campaña con la consigna “obrero no vota patrón”. La lucha contra la reforma previsional, acompañando el paro de la CGT, es parte de su escrito, que refleja ese despertar de la conciencia obrera de resistencia y lucha contra las políticas neoliberales.

La actualidad no pasa desapercibida en su libro. Allí también, desde su experiencia palpable, reprende sobre los errores del Frente de Todos. Sus críticas son similares a la que ha marcado la Vicepresidenta, que nunca fueron atendidas por un Presidente que implementó políticas moderadas en lo salarial. En su apunte del 10 de octubre de 2021, en contexto de pandemia, Colovos relata cómo desde la actividad gremial se fueron organizando solidariamente para asistir con mercadería a los compañeros que se iban contagiando de Covid. “Pero a medida que los compas se iban enterando de esa ayuda, comenzaron a pedir que la extendiéramos a los demás”. En otro párrafo, explica: “En otra época hubiese sido impensado que en una fábrica metalúrgica con trabajadores registrados, una agrupación de base de la UOM reparta alimentos para que los compañeros puedan estirar un poco más la quincena. Es que a partir del 1° de octubre de 2021, el salario básico de un obrero industrial metalúrgico en bruto es de 60.720 pesos, y para no ser pobre el INDEC fijó la cifra de 63.000 pesos”.

Colovos también advierte en su análisis: “Con exportaciones y sin mercado interno, que es el consumo popular, no hay mejora de nuestra calidad de vida”. Y señala dos problemas: “Nuestra economía está totalmente extranjerizada y con el FMI digitando tras bambalinas”. Desde su óptica, marca el error del gobierno que “luego de la derrota de las PASO, en vez de pedirle a las organizaciones libres del pueblo apoyo para enfrentar a los monopolios formadores de precios, nos vienen con el proyecto del complejo agroindustrial. Es decir, con el proyecto de los mismos formadores de precios de los alimentos que vienen tratando de debilitar al gobierno del Frente de Todos desde que arrancó, allá por diciembre de 2019”.

El licenciado y profesor en Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires y trabajador de la Universidad Nacional de Lanús, Carlos Javier Avondoglio, aporta un ensayo en el libro. Su escrito y análisis es de importancia dado que el autor también es integrante del Centro de Estudios para el Movimiento Obrero (CEMO). Avondoglio señala que los problemas del Frente de Todos son también de concentración política, ya que “las posiciones de poder tienden a distribuirse en función de equilibrios políticos y no de representaciones sociales”. Desde su perspectiva, sostiene que “esa identidad no debe aniquilar su rol primigenio. Hay una armonía que guardar, más si se tiene en cuenta que los proyectos políticos que se corporizan en gobiernos populares están domiciliados, antes que en el Estado, en el pueblo mismo”. Sus palabras son precisas, cuando se sabe cuál es el problema de este Frente. Y la única que fijó domicilio en el pueblo es a la que quieren asesinar o proscribir.

El libro de 213 páginas, de Ediciones del Instituto Superior Dr. Arturo Jauretche, tiene un accesible valor de 500 pesos. Se puede adquirir contactándose por la cuenta en Facebook del CEMO o comunicándose al 11-6462-7819. Los apuntes de Colovos, sus interrogantes e inquietudes, como así mismo su experiencia laboral y gremial, junto al agudo análisis crítico político que realizan él, los entrevistados y Avondoglio, son un aporte necesario en estos tiempos.

 

 

 

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 1000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 2500/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 5000/mes al Cohete hace click aquí