Los tornillos flojos
Impactos del ajuste en la salud mental de los argentinos
Las políticas destructivas que realiza el gobierno de Milei afectan a la población y repercuten en la salud mental de las y los ciudadanos. “La situación crítica que está viviendo la Argentina —producto de las políticas de empobrecimiento y desmantelamiento del Estado y del conjunto de garantías que el Estado nacional tiene como funciones— produce un impacto directo en la vida de las personas”, expresa la subsecretaria bonaerense de Salud Mental, Consumos problemáticos y Violencias, Julieta Calmels, en diálogo con El Cohete a la Luna.

Milei puede tener cierto respaldo en sus acciones porque la palabra ajuste caló hondo en distintos períodos de nuestra historia. Ajuste, palabra mágica, máscara para vender un mal, siempre necesario para prometer un futuro mejor. La fórmula es vieja, pero efectiva. La aplicaron gobiernos conservadores, neoliberales entreguistas o libertarios “cachivache”, como el actual. En lo cotidiano, la gente entiende que cuando se habla de ajustar algo es sinónimo de arreglar. Por eso, cuando Milei se jacta del ajuste que realiza en el Estado, no hay un total rechazo, porque quienes lo escuchan pueden creer que está arreglando algo que funcionaba mal. Pero su ajuste desajusta la vida. Genera malestar en la salud física y psíquica de muchas personas.
No ha decidido Milei ajustar el mercado del trabajo eliminando el desempleo; lo ha empeorado con despidos masivos en el Estado y políticas económicas recesivas. Tampoco ajustó el consumo popular a una norma que asegure bienestar, sino que ese consumo empeoró desde que asumió. No ajustó la distribución del ingreso actual a una distribución deseable; todo lo contrario, la hizo más injusta. Pocos son los beneficiarios de sus políticas. Su ajuste ha sido y es recesivo. Solamente con observar qué gastos se recortan y qué ingresos se incrementan, se evidencia para quién gobierna. Más allá de los desvaríos, en los que siempre se supera, que logran instalar la idea de que la política es caos y disparate, como desea el poder económico que lo sostiene, que prefiere una política desprestigiada, y que él se encarga de hacerlo con barrabasadas cotidianas.
Parafraseando a Macedonio Fernández (mañana, 10 de febrero, se cumple un nuevo aniversario de su muerte), Milei tropieza al hablar violentamente hacia adelante, logrando alcanzar sus palabras para oírlas nuevamente, pero, contrario a lo que decía Macedonio, el Presidente no corrige los disparates, los reitera: “La ideología de género, llevada al extremo, conduce al abuso, por ende son pedófilos”, sostuvo nuevamente, esta vez en charla con Esteban Trebucq. Pero las palabras del Presidente lastiman menos que sus acciones destructivas, que han sido muchas en poco tiempo.
Julieta Calmels expresa que, a pesar del permanente esfuerzo que realiza la provincia de Buenos Aires “para amortiguar el impacto del empobrecimiento al que está sometiendo progresivamente a la población (...). [El ajuste] se expresa en un montón de variables sanitarias, entre otras, en el descenso de la compra de medicamentos recetados”. Esto genera un aumento de enfermedades que podrían tener tratamientos adecuados, pero que, cuando son discontinuados por el ajuste, se desajusta la salud de las personas. Otro reflejo es “el aumento en el sistema público [de salud] de ciudadanos que perdieron su empleo o no pueden pagar los copagos de las obras sociales o porque no les alcanza para pagar los medicamentos, incluido lo que está pasando con el PAMI. Toda esa situación repercute en la salud mental de los argentinos”.
“Los momentos en que la Argentina atravesó situaciones extremas de desprotección estatal y de sometimiento de políticas de ajuste brutales, los indicadores de salud mental tendieron a incrementarse, lógicamente”, recuerda Calmels. Para la funcionaria bonaerense, “ante situaciones límites como la que estamos viviendo, experimentar sensaciones de angustia, de dolor emocional extremo, se expresa en síntomas: depresiones, aumentos de consumo de sustancias legales e ilegales, el aumento del juego, todas las temáticas vinculadas a la ansiedad se incrementan”.
“Hay situaciones que son históricas y ya las veníamos atendiendo y estudiando, pero vemos un enorme incremento en las consultas en los hospitales, en las internaciones por motivos de salud mental y, trágicamente, en los suicidios”, describe.
Avance para la protección
Ante ese panorama destructivo a nivel nacional, desde la cartera de salud que dirige Nicolás Kreplak, se decidió “amplificar al máximo todas las medidas de cuidado, de acompañamiento y de cercanía a las situaciones de sufrimiento de nuestro pueblo, incluidas internaciones por motivos de salud mental, medicamentos, atención psicológica, psiquiátrica y los dispositivos de prevención comunitaria”, cuenta Calmels. También desarrollaron un programa en escuelas secundarias que interactúa con la cartera educativa a cargo de Alberto Sileoni. Un plan de acción para el abordaje del juego y las apuestas online.
Julieta Calmels advierte: “Esta situación no se explica por un fenómeno netamente sanitario o por una alteración de los modos en lo que se constituye la esfera de la salud mental, sino que hay una determinación social que siempre está en la salud y en la salud mental, pero que, a medida que lo social y las variables de la economía y garantías de derechos se debilitan, se retiran, tienden a empeorarse todos los indicadores”. Destaca que no se trata de “un fenómeno de la psicopatología, sino que esto está expresando una situación social extremadamente grave producto de las políticas nacionales de ajuste”.
Sobre el avance en políticas públicas, la funcionaria afirma “que era una definición del gobierno de la provincia avanzar en la implementación de la Ley de Salud Mental, sancionada hace más de una década —en el gobierno de Cristina Kirchner— en el marco del conjunto de leyes de garantías y de ampliación de derechos. Siempre es una obligación para los gobiernos implementar las leyes; lo cierto es que había una deuda muy grande con la salud mental y la implementación de la ley”. Se habían dado pasos, “pero no había esfuerzo para la transformación de los sistemas de salud”. Tres ejes fueron los centrados para la reforma en salud mental en la provincia de Buenos Aires, que enumera y desarrolla Calmels:
- Transformación de los hospitales monovalentes o manicomios.
- Inversión en infraestructura, adecuación de salas y recursos humanos en hospitales.
- Ampliación y articulación de base comunitaria, para que la salud mental pueda ser atendida con estrategias que no sean solamente la internación.
Sobre el primer eje se avanzó en “la sustitución de los viejos pabellones de pacientes crónicos por casas en la comunidad”, con “garantía para los alquileres o subsidios del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad y una conformación de equipos específicos para acompañar la vida de las personas en estas 187 casas”, señala Calmels. Equipos de salud viven con las personas y otros los visitan regularmente, garantizando el cuidado de su salud. En ese avance, ya se han cerrado la mitad de los pabellones crónicos y se han externado la mitad de las personas que residían allí. Esos espacios son recuperados para actividades culturales de inclusión, como también laborales. Esto no significa el cierre de salas de agudos de esos hospitales, “que permanecen con la misma cantidad de camas”. Incluso, se realizan obras de infraestructura para la mejora de esas salas de internación. 700 son los pacientes externados, acompañados de 400 profesionales.
El segundo eje se manifiesta en “la ampliación de camas en hospitales públicos provinciales”. Calmels detalla: “Hoy es del 69,8%. Al inicio de nuestra gestión había solo internación en 11 de los hospitales generales y hoy los 83 hospitales de nuestra provincia tienen distintos grados de respuestas a urgencias y a internaciones por salud mental, con la incorporación en el año 2021 de 115 trabajadores y en 2024, más de 100 trabajadores, específicamente para atender los servicios de urgencia”. También están las Unidades de Pronta Atención, hospitales de menor complejidad, ubicados en distritos con grandes necesidades de atención de la salud. Estos forman parte del tercer eje de la reforma, a nivel estructural: “La provincia cuenta con 200 dispositivos de salud mental territoriales conocidos como CPA. Dentro de esos dispositivos hay 20 que se llaman centros comunitarios en salud mental, de mayor complejidad, con extensión horaria, con ofertas de talleres y políticas de inclusión social, que permiten atender situaciones más graves y que las comunidades tengan espacio de referencia, que vayan barriendo los estigmas para una mejor vinculación”, afirma Julieta Calmels.
A pesar de los recortes de Nación, “el gobernador decidió continuar con la construcción de 16 centros comunitarios de salud mental y consumo”. Calmels revela que en la primera parte de este año se inaugurarán seis de esos centros, “además de dos unidades residenciales para los abordajes de consumos problemáticos con modalidad de internación para quienes necesiten prolongar su tratamiento”. Remarca que, en este campo, “es la primera obra pública planificada en la provincia de Buenos Aires, después de la construcción de los manicomios, que son construcciones de más de un siglo, y que la provincia no producía en todo ese tiempo planificación de obra pública para salud mental”. Matanza, José C. Paz, Merlo, Florencio Varela, Quilmes, Mar del Plata, La Plata, Berisso, Ensenada, Mercedes y Trenque Lauquen son distritos donde ya hay obras en proceso de ejecución.

Un 37% de incremento de recursos humanos para salud mental ha sido parte de la política de ampliación. Esto se suma a los programas existentes: uno creado especialmente para infancias y juventudes, que permitió incorporar la atención para menores de 18 años; otro que se desarrolla en colegios secundarios, donde hay talleres de salud mental en más de 120 municipios de los 135. Allí, “se promueven prácticas de apoyo mutuo y mayor acceso a los sistemas de salud en caso de necesidad”, refiere la funcionaria. Salud y Educación conformaron el programa a partir de una “demanda realizada por los jóvenes al gobernador”.
Diversos programas acompañan a las y los bonaerenses y a adultos mayores. Así también, distintos ministerios trabajan en un plan de acción con todo lo que tiene que ver con las apuestas en línea: “regulación de las plataformas de apuesta, una persecución a las plataformas ilegales, una prohibición de conectividad en las escuelas a cualquier plataforma de juego”, detalla Calmels. Todo ello luego que una encuesta realizada a estudiantes secundarios, dada a conocer a fines de 2024, que reflejó que el 19% de estudiantes apostó o apuesta en juegos online. Desde el Ministerio de Salud se formó a miles de trabajadores para el abordaje de la problemática y su atención.
Consecuencias del ajuste y retiro de la OMS
En general, el ajuste del gobierno de Milei y su repercusión en la salud mental fue inmediato. “El programa Dadse, que daba medicación de alto costo y proveía a distintos municipios de la provincia de Buenos Aires de psicofármacos, fue discontinuado”, relata Calmels, y afirma: “Afectó a más de 3.500 personas en nuestra provincia. Implicó que tengamos que salir a reponer y establecer procesos que son complejos, como la administración de medicación, que requiere ciertos cuidados. El grado de negligencia, irresponsabilidad y producción de daño fue inmediato en la salud mental. Sólo esa medida es observable en el incremento de agudización de algunos cuadros, de mayores internaciones”.
El gobierno nacional tenía en curso la construcción de Casa Joven, proyecto de la SEDRONAR (Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina) que quedó discontinuado. Tenía un proyecto de casa de externación en el municipio de Berisso que fue abandonado; un Centro de Día en la ciudad de La Plata, que también se frenó y tampoco continuó con Remediar Salud Mental, programa que se había iniciado con la gestión anterior y sufrió el abandono de distribución de psicofármacos. Por eso, el anunciado retiro esta semana del gobierno de Milei de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay que verlo en contexto de todo lo que realizó en política de salud para la población el mandatario libertario: recortes y abandono de programas como cierres de efectores de salud.
Para Julieta Calmels, “es difícil haber imaginado semejante retroceso conceptual, de paradigma, de consensos sobre asuntos que no son posibles de tratar para los países de manera aislada. Hay una confusión entre el aislamiento y la autonomía, o peor aún, la soberanía”. La OMS cumple una articulación “en muchas esferas, como las vacunas, la información sobre medicamentos, el rol que tienen en los manejos de virus y pandemias, en la clasificación de enfermedades que permiten trabajar en un lenguaje común en los distintos países y en el interior de los propios sistemas de salud”.
En materia de salud mental, destaca Calmels el papel de la OMS con pronunciamientos importantes que tuvieron luego mucha implicancia. “Desde la declaración de Caracas (1990), puntapié en brindar una orientación de las reformas que en salud mental deben hacerse en el mundo, inclinándose en que la hospitalización, la internación, no sean las medidas únicas para tratar la salud mental”, sino que “puedan ampliarse los dispositivos comunitarios que permiten una atención más temprana, más oportuna, más rápida, más continua, más humanizada, más integrada a los ámbitos de vida. Y que en todo caso las internaciones sean el último recurso. Ese es el modelo que décadas después incorpora la Ley Nacional de Salud Mental”.
“La Argentina fue elegida como uno de los países para trabajar en la aplicación de una iniciativa global de la OMS, y la provincia de Buenos Aires estaba comenzando un trabajo en esa dirección”, puntualiza Calmels y agrega: “Teníamos una agenda vinculada a estrategias de formación. La aplicación de algunos instrumentos internacionales que la OMS tiene desarrollados, herramientas que permitan evaluar el acceso a los servicios de salud”. Remarca lo fundamental de “contar con herramientas estandarizadas, que después los países adoptan y establecen criterios comunes. (...) También otras herramientas de investigación sobre evaluación de criterios clínicos para la externación de pacientes alojados por criterios de salud mental”.
Al concluir el diálogo con El Cohete, Calmels expresa que “estos son días de mucha consternación. De la necesidad de transmitir la alarma de lo que esto supone para el país”. Pero a pesar de todo ello, sostiene que la provincia de Buenos Aires “va a continuar en la misma dirección en la que viene trabajando, en ampliación de servicios, en la mejora en la calidad de la atención y en la transformación cualitativa del modelo de salud mental, que es acorde para este momento. La crisis producida por las políticas de ajuste de abandono y deshumanización nacional no hará más que incrementar las necesidades”.
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