Cuanta miseria en un telegrama

Rocca y los miserables por un lado y el gobierno que alinea al sindicalismo a su lado en la otra vereda

 

Nadie se salva solo. Hay que ser solidario, ponerse en el lugar del otro y ayudarlo.  Algunos miserables olvidan a quienes trabajan para ellos y en la crisis los despiden. Alberto Fernández

 

 

Paolo Rocca es nieto de Agostino Rocca, quien tuvo a su cargo la Coordinación de Industrias en el gobierno fascista de Benito Mussolini. Il Duce fue fusilado y Hitler se suicidó, en 1945. Agostino emigró, silencioso, a la Argentina. Con capitales italianos y alemanes, radicó su primera fábrica en la ciudad de Campana (Dálmine Siderca), un emprendimiento de tubos sin costura para uso militar y de la industria petrolera que tuvo un crecimiento exponencial amparado por las compras del Estado. Como en la Italia de la liga del Fascio, su carrera de proveedor estatal continuó in crescendo durante gobiernos civiles y dictaduras, de Juan Perón hacia adelante. Su hijo Roberto relevó a Agostino en la empresa desde 1969 y fundó la planta de aceros planos (Propulsora Siderúrgica de La Plata) en 1971. Sus ventas al Estado le brindaron estrechos vínculos con los militares y su empresa participó en el apoyo logístico y la confección de listados para facilitar la represión a los sindicalistas de sus fábricas. Esa responsabilidad fue ventilada en sucesivos juicios de lesa humanidad sin que haya condena hasta ahora.

Montado sobre un pasado capitalista de brutal estirpe impiadosa, Paolo Rocca heredó como vicepresidente en 1990 y condujo el proceso de internacionalización del grupo. En la actualidad su grupo tiene un tercio del mercado mundial de tubos sin costura: Techint nació en Italia, es una multinacional con sede en Luxemburgo y fábricas en varios continentes, pero en la escena argentina actúa como si fuese una insolvente industria nacional necesitada de subsidios.

Tiene acerías en Siderca (Campana, Argentina); Tamsa (Veracruz, México); Dalmine (Dalmine, Italia); Bay City (Bay City, USA); AlgomaTubes (Sault St. Marie, Canadá); Silcotub (Zalau, Rumania); NKK Tubes, (Kawasaki, Japón) y Tenaris (Machachi, Ecuador). Tubos con costura: Tubo Caribe (Cartagena, Colombia); Metalmecánica (Villa Mercedes, San Luis); Argentina Siat (Valentín Alsina, Argentina); Siat Tenaris (Villa Constitución, Argentina); Confab (São Paulo, Brasil); MaverickTubes, (Arkansas, Estados Unidos). Conexiones premium: Hydril, (Estados Unidos); SPIJ (Indonesia); Ternium Siderar (BCBA:TXAR); Hylsa (México); Imsa, aceros (México, Estados Unidos y Guatemala). En aceros planos: Siderar (la ex Somisa); Ternium controla Usiminas junto con la Nippon Steel. Ternium es la marca global de planos y Tenaris de tubos.

Las empresas más importantes del grupo que operan en la Argentina (Siderar, Siderca, Tecpetrol y Techint Construcciones) tuvieron ganancias netas declaradas de alrededor de 1.500 millones de dólares para el período 2016-2018. ¡Solo en 2018 llegaron a ganar 954 millones de dólares! Según la revista Forbes, Paolo Rocca tiene una fortuna personal de unos 9.700 millones de dólares de plata en blanco…

Rocca III, Paolo, intenta hacer con Alberto Fernández lo que su padre y su abuelo instalaron como un estilo empresarial: presionar y negociar con gobiernos de manera inhumana como el capitalismo que representan. Cuando quieren despedir o suspender, pasan los costos para que los asuman quienes están al mando. Lo distinto, esta vez, fue la respuesta casi directa de Alberto. La protección de la salud como política de Estado colisiona con los intereses económicos: “Miserables”, se escuchó decir al Presidente. Conciliación obligatoria mediante, quedan en stand-by los 1450 despidos de Techint que Paolo puso en la mesa para hacer la primera a su burdo estilo.

Luego del anuncio presidencial de prorrogar el aislamiento social hasta después de Semana Santa, la seccional Campana de la Unión Obrera Metalúrgica, con la firma de su secretario general Abel Furlán, reiteró el estricto acatamiento a las directivas oficiales aclarando que las únicas tareas que se llevan a cabo en esa jurisdicción son las guardias imprescindibles vinculadas a la preservación de los equipos de servicios ininterrumpibles.

 

 

 

Los estafadores mendicantes

Tras el fastuoso casamiento de su hija celebrado en febrero en Punta del Este, el hermano de la vida del ex Presidente Mauricio Macri, Nicolás Caputo, tomó decisiones de austeridad manifiesta para sus plantas fueguinas de aire acondicionado para autos, televisores y celulares Samsung, afectadas por la generalizada caída del consumo. Según El Cronista, sus empresas no distribuyeron dividendos en 2019 para cancelar sus deudas con los bancos, en lo que parece un vaciamiento programado con los trabajadores como víctima. El Grupo Mirgor, con plantas en Río Grande, Tierra del Fuego, comunicó que caerán 525 contratos a plazo fijo y 220 bajo la modalidad de Personal de Planta Discontinuo que trabaja cuatro meses por año. Acostumbrado a la familiaridad de la mesa chica del poder, “Nicky” jugó ahora en abierta solidaridad con la propuesta de Techint para la cuarentena: saltó sin pudor la brecha abierta entre el macrismo y Rocca desde que el italiano casi va en cana por los dudosos “retornos” denunciados en la devaluada causa de los cuadernos.

 

 

 

 

Como en una Corte de los Milagros donde los mendigos ciegos veían y sordos escuchaban nuevamente al volver a su barrio tras su recorrido de pequeños estafadores mendicantes, poderosos empresarios figurantes en la lista de megaempresas como Garbarino, anuncian que no pagarán sueldos completos por falta de fondos. Polka y Grupo Clarín, América (allí tiene una platita invertida el multimillonario Claudio Belocopitt, de Swiss Medical), van a pagar los sueldos en cuotas. Los dueños del mercado pretenden invertir los términos del potente reclamo del novelista francés Víctor Hugo en su famosa novela Los miserables, venida a la memoria emotiva de los lectores a raíz de las duras palabras del Presidente Alberto Fernández.

Tras los crecientes abusos y para preservar la política de salud oficial llegó un imprescindible DNU del gobierno, prohibiendo las exoneraciones y suspensiones por 60 días en todas las actividades, esenciales o no. Una cuantiosa lista de potenciales conflictos quedan en la bandeja de “pendientes”: la revista Pronto echó a sus 120 trabajadores y pone en alerta al gremio de los periodistas (Sipreba), la cadena Cinemark envió telegramas a sus empleados, los call centers han dejado en la calle a muchos de sus empleados encuadrados en el Sindicato de Comercio y Servicios. Decenas de patrones inescrupulosos buscan sacar ventajas despidiendo, suspendiendo y pagando parcialmente, o no pagando, sus deudas salariales. Los dueños de Dexter, Moove y Stock Center hicieron firmar la suspensión del personal y la reducción del 50% del salario con una amenaza encubierta para que la gente no se queje y acate porque si no los echan.

Miserables hay de todo tipo y tamaño, como quienes subcontratan las obras del acueducto en la zona de Salar del Hombre Muerto, cercana a Antofagasta de la Sierra, que cesaron a 400 obreros cuatro meses antes de lo previsto, detonando un conflicto para el cual Gerardo Martínez de la UOCRA pretende un tratamiento similar a la conciliación impuesta al grupo Techint. Los despedidos habían sido contratados por un consorcio argentino que trabaja para la minera norteamericana Livent.

 

 

Acueducto El Pato, Salar del Hombre Muerto.

 

 

 

Salud o economía

Para el sitio Línea Sindical, la CGT entró de lleno al debate “salud o economía” y se manifestó a favor de retomar la actividad si se garantizan las condiciones de salud a los trabajadores. Por su parte, la industria reclamó la reapertura de los bancos como paso inicial para reactivar el 80% de la producción detenida. Héctor Daer requirió una negociación con las patronales que le “ponga piso” a la crisis y terminar con eso de que las empresas “hacen lo que quieren”. El vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) y titular de Copal, Daniel Funes de Rioja, sostuvo ayer que “no se puede tener paralización de actividades y salario pleno” porque eso implica costos “imposibles de afrontar”.

En El Destape, Daer admitió que en ese ámbito “podría discutirse una rebaja en los salarios” y volver al trabajo en un marco adecuado de “prevención y profilaxis, tanto desde el ángulo de la sustentabilidad de un proceso económico como desde las garantías necesarias para que no tengamos complicaciones sociales. Está la decisión de generar un protocolo para los trabajadores de la construcción porque queremos que sea la primera actividad que vuelva después de la cuarentena. Junto con la industria manufacturera son los generadores principales de riqueza”, argumentó. Lo cierto es que la opción gubernamental irá dando paso a paso pautas de consenso sensibles a la realidad.

 

 

 

 

El Espacio Intersindical Salud Trabajo y Participación de los Trabajadores, que incluye tanto a gremios de la CGT como de la CTA, reconoce y apoya todas las medidas que está implementando el Ministerio de Salud de la Nación, pero también reclama sea expresamente incorporada el Covid-19 como enfermedad profesional para las y los trabajadores expuestos. Una resolución de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo lo contempla, a condición de que se evalúe caso por caso. Habida cuenta de los antecedentes que tienen las ART, equivale a demandas condenadas a morir en el tiempo y perderse en marañas burocráticas. Estamos en emergencia, el tiempo es escaso y se requiere un Decreto de Necesidad y Urgencia (Decreto 658/96). Es decir a todos los trabajadores y trabajadoras que están trabajando para que este sistema funcione: personal de salud, de telecomunicaciones, de educación, seguridad, de transportes, entre otros.

Con la firma de Hugo Yasky el viernes se dio a conocer un fuerte comunicado de la CTA de los Trabajadores reclamando la creación de un Fondo de Emergencia, que se publica completo en esta edición del Cohete.

En la inauguración del Sanatorio Antártida, en un acto junto a Hugo Moyano, Alberto Fernández describió los territorios en disputa. Rocca y los miserables por un lado y el gobierno que alinea al sindicalismo a su lado en la otra vereda. Cuando las disputas se tensionan se impone lograr la unidad del campo popular y librar la batalla política con la mayor firmeza posible. Parece necesario tomar medidas y aplicarlas: el DNU prohibiendo los despidos, colocar la salud privada al servicio de la población, fomentar comités de crisis en todos lados, vigilar y castigar férreamente a los remarcadores seriales, sostener la cuarentena todo el tiempo necesario garantizando el cobro total de los salarios. La mayoría de los argentinos, además de aplaudir debemos ser los garantes de los cambios que se imponen.

La lucha desesperada e imprudente por retirar dinero de los cajeros para paliar las necesidades más elementales no debe oscurecer la paciente postura del pueblo argentino que tiene en la cuarentena su grito liberador. Ahora más que nunca las soluciones que necesitamos no vienen solas, debemos conquistarlas. El virus también se nutre del individualismo autorreferente. Los medios de comunicación que nos expresen tienen que dar espacio al silencioso protagonismo colectivo de los más pobres.

 

 

 

 

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