Los beneficiados de siempre
Sistema financiero argentino y bimonetización
Desde la implantación de un sistema económico primario exportador en la dictadura de 1976 y su reforma financiera, las sucesivas crisis y su reflejo en corridas cambiarias y bancarias concentraron fuertemente el volumen de depósitos y créditos en los grandes bancos del sistema financiero local, de manera tal que en julio de 2023 quedaban en pie 78 entidades financieras, de las cuales 63 son bancos, de ellos, 50 son de capital privado y 13 públicos (incluidos los oficiales nacionales Banco de la Nación Argentina y BICE, 10 provinciales y el Banco Municipal de Rosario) [1].
Desde el gobierno de Cambiemos y continuado y profundizado por la actual administración, los medios de pago transaccionales disminuyen en términos reales, de manera tal que, en los primeros siete meses de 2023, descendieron a una tasa promedio mensual de 1,33 % y acumularon una caída del orden del 10,6 % hasta julio de 2023. En términos de sus componentes, este comportamiento se explicó tanto por la dinámica del circulante (dinero) en poder del público, como de los depósitos a la vista no remunerados. De este modo, el M2 privado transaccional [2] registró en julio de 2023 una caída interanual de 19,2 % en términos reales. En términos del producto, los medios de pago se habrían ubicado en 7,3 % del PIB en julio, en que el circulante (billetes y monedas) en poder del público alcanzó un nuevo mínimo histórico [3].
Siempre con los datos de julio 2023 [4], los préstamos en pesos al sector privado en términos reales y sin estacionalidad registraron una contracción mensual de 1,0 % y en los últimos 12 meses acumulan una caída del orden de 12,6 %. La disminución se concentró en los préstamos asociados al consumo y aquellos con garantía real, mientras que los préstamos comerciales descendieron en menor medida, por lo que, finalmente, se destina un 2,5 % del PIB para préstamos personales (39,1 % de los préstamos otorgados) que financian principalmente descubiertos en las tarjetas de débito y de crédito y solo queda 3,9 % del PIB para financiar a las empresas (créditos comerciales).
Que todo el sistema financiero legal argentino otorgue créditos al sector privado por el 6,4 % del PIB demuestra su insignificancia y se corrobora con sólo ver los estados contables de los diez primeros bancos privados por volumen de depósito captado y como lo reasignan, demostrando la ineficacia del sistema y lo gravoso que significa para la economía argentina [5].
Nos basamos en la información que es publicada por el BCRA con considerable atraso, al 8 de septiembre de 2023, está publicado el informe de las Entidades del Sistema Financiero Argentino del mes de mayo de 2023, pero este demuestra palpablemente que el principal negocio de las entidades privadas más grandes es prestarle al BCRA, en Leliq (Letras de Liquidez del BCRA) y otros encajes remunerados y al Tesoro de la Nación, que se imputa contablemente en el rubro “Títulos públicos y privados”.
Los bancos privados utilizan la autorización para funcionar para captar depósitos de la población y en lugar de asumir riesgos y financiar la producción y el consumo, se posicionan en títulos (principalmente del mismo BCRA) y del Tesoro de la Nación. Excluido el Citi Bank (que igual el porcentaje es importante), que su negocio es financiar la venta de autos, los demás bancos tienen (y sobre todo el Credicoop) muchos más títulos que crédito.
A su vez, los bancos privados más grandes recibieron y reciben órdenes de sus depositantes para realizar operaciones de CCL (contado con Liqui) y dólares MEP (Mercado Electrónico de Pago de la Bolsa de Comercio) en todos estos años, que es una operatoria encubierta con la liquidez con que se quedan.
Los bancos reciben depósitos en dólares al 31 de agosto 2023 por 17.260 millones de dólares, de los cuales concedieron préstamos por 4.010 millones de dólares, constituyendo con su encaje a engrosar las reservas internacionales brutas del BCRA [6].
Los 10 principales bancos privados captan el 40,01 % de los depósitos, de los cuales seis son extranjeros [7] y se debe contemplar, además, que el Fondo de Cobertura BlackRock posee el 18,8 % del paquete accionario del Banco Galicia y Buenos Aires S. A. y 14,02 % de participación en el Banco Macro S. A., que son considerados por el BCRA como bancos locales de capital nacional.
Por ende, se trata de un sector fuertemente internacionalizado. Su poder reside en su capacidad de captar depósitos de la población y de elegir financiar al Estado, principalmente vía BCRA, comprar títulos del Tesoro de la Nación o apostar a operaciones de compra y venta de divisas presionando sobre el tipo de cambio.
Es esa capacidad la que le permite y garantiza su rentabilidad, dado que al 31 de agosto de 2023, captan depósitos en cuenta corriente (que no paga interés) por 7 billones de pesos; en caja de ahorro (que paga un interés mínimo, básicamente los depósitos en las cuentas sueldo) por 7,1 billones; y en plazo fijo por 17,1 billones (la tasa promedio que abonaron en agosto 2023 fue del 113,12 % nominal anual). Paralelamente, colocan la mayor parte de esa plata que recaudan en créditos al BCRA por:
- Pases pasivos por 5,9 billones de pesos a una tasa del 111 % nominal anual.
- Leliq y Notaliq [8] por 13,97 billones de pesos a una tasa del 118 % nominal anual.
Al contrario de lo que interesadamente los grandes medios y esencialmente los especializados en temas financieros sostienen, el principal destino de la emisión monetaria no es el financiamiento del déficit fiscal y, menos que menos, la asistencia a la población en planes sociales (AUH; AUE; Tarjeta Alimentar, etc.). La impresión de billetes básicamente es para sostener el pago de los intereses de los denominados “Pasivos Remunerados” del Banco Central de la República Argentina, que son los pases pasivos, las Leliq, y las Notaliq y que en el mes de agosto de 2023 significó un costo del BCRA que fue un ingreso de 1,93 billones a las 78 entidades financieras del sistema legal argentino. Esto significó que en el mes de agosto de 2023, el BCRA retribuyó a los bancos intereses por encajes remunerados por el 1,1 % del PIB, cuando el total de los planes sociales nacionales implican 1,8 % del PIB por año, para asistir a 7,8 millones de personas que perciben algún plan social.
La bimonetización y sus riesgos
El sistema bimonetario se caracteriza por cumplir dos condiciones a la vez:
- Por un lado, el empleo de la moneda local (el peso) como moneda de cambio y la moneda extranjera (el dólar) como moneda de ahorro,
- Y, a la vez, los grandes formadores de precios los internacionalizan y con ello plantean sus utilidades medidas en moneda dura.
Para el primer caso basta saber que para el año 2022, el INDEC estima que residentes argentinos tienen en el exterior 362.258 millones de dólares, que están en billetes o invertidos en fondos y monedas extranjeras, buena parte directamente no declarados, que por la vía de la salida de capitales se fueron acumulando a lo largo de los años fuera del sistema financiero local.
Y del lado de la internacionalización de los precios, las grandes empresas igualan el valor que obtienen en el exterior con el que venden al mercado argentino. Por ejemplo, en los primeros días de septiembre de 2023 la botella de litro y medio de aceite de girasol marca Cocinero que produce Molinos Río de la Plata S. A., se vende en Ámsterdam (principal puerto de entrada de la Unión Europea) a 2,42 euros. El girasol se siembra y cosecha en la Argentina, se prensa para convertirse en aceite y se envasa en su planta de Victoria, partido de San Fernando, provincia de Buenos Aires, viaja 10.000 kilómetros para venderse en Europa, y en el mercado local esa botella no se consigue por menos de 1.600 pesos. Quiere decir que incluso fijan el precio que ellos quieren, porque la cotización oficial del euro tipo vendedor al día 8 de septiembre de 2023 es de 396,85 pesos, por lo que el producto debería haberse vendido a 961 pesos y se lo vende a no menos de 1.600 pesos. Con lo que están tomado un precio del euro de 661,2 pesos (el “euro blue” de ese día incluso fue mayor: 848 pesos por euro).
Lo paradójico y que divide las aguas entre los devaluadores (encabezados por Milei y Bullrich) es hasta cuánto están dispuestos a devaluar nuestra moneda. Pero no sólo por la caída del salario, al existir una relación inversamente proporcional entre el poder adquisitivo de las remuneraciones y el tipo de cambio, sino porque se abaratan los activos del país, con lo cual la extranjerización jugaría en contra de los capitales locales.
En efecto, Gustavo Idigoras, presidente de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera (CIARA) y del Centro de Exportadores de Cereales, que agrupa empresas locales como Aceitera Gral. Deheza, Molinos Río de la Plata, y ACA (Asociación de Cooperativas Argentinas) y también algunas extranjeras como Bunge-Viterra (que se asociaron en junio de este año y donde tiene participación accionaria BlackRock), Louis Dreyfus, Cargill, ADM Agro, etc., sostuvo: “Si uno piensa que vamos a dolarizar todas las cadenas de granos, hay que tener en cuenta que todos los costos, desde la siembra, la logística, la manipulación, molienda y exportación estarían en dólares. Pero nuestros competidores estarán en monedas locales y con posibilidad de devaluar y ser más competitivos. Lo más probable es que si se dolariza nos sintamos cómodos al principio, pero luego se pida una salida que nos haga competitivos. Tener un anclaje fijo en países como Argentina no es una solución razonable”.
Más lejos fue Horacio Liendo, ex secretario legal y técnico en la gestión de Domingo Cavallo y hoy asesor de Patricia Bullrich, señalando que “no se puede salir del sistema monetario inmediatamente porque todos (los bancos) van a quebrar”. Y advirtió que la dolarización impulsada por Milei “requiere utilizar activos del Banco Central y del Tesoro para obtener financiamiento para poder ir cancelando las Leliq y la base monetaria, es decir, que es una estructura que requiere un mayor endeudamiento”.
En síntesis, la bimonetización propuesta por Juntos por el Cambio y la de Darío Epstein (director titular de Pampa Energía S. A. puesto por BlackRock y conspicuo miembro del equipo de Milei), dejan atrás la fantasía de la “dolarización” para asegurarse un sistema que vaya igualando nuestra moneda a las extranjeras a un tipo de cambio más alto (devaluación) y eliminado el “cepo” cambiario, como hizo en diciembre de 2015 el gobierno de Cambiemos, que eliminó el programa de consultas de operaciones cambiarias de la AFIP y levantó la restricción de comprar 2.000 dólares por persona física y jurídica y por mes del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, para pasar a ser de 2.000.000 de dólares. En mayo de 2016, el BCRA amplió dicho límite a 5.000.000 mensuales y en agosto de 2016 no se puso ningún límite a las operaciones en el MULC (Mercado Único y Libre de Cambio) constituido por los bancos y los compradores de divisas, como si cualquier mortal pudiera comprar 2.000.000 de dólares o más [9].
El objetivo de la bimonetización propuesta es levantar el “cepo”, no para que sea la puerta de entrada de las divisas, sino para que sea, como siempre, la puerta de la deuda y de la fuga.
Conclusión
El gobierno de Alberto Fernández es víctima de su propia política monetaria, le dio y le da de ganar beneficios extraordinarios a los grandes bancos, porque esos bancos tienen la “llave” para pasar los depósitos que captan a dólares y provocar una corrida cambiara que se transforma en corrida bancaria a costa del ahorro de sus depositantes.
Pero a su vez saben que, de colapsar el sistema, se les acaba la renta financiera y que es difícil de reconstruir, máxime cuando en los cuatro bancos privados más grandes del país tiene participación BlackRock, por lo que prefieren una salida ordenada, de allí el “olvido” de Milei de dinamitar el BCRA y recibir asesoramiento de la Escuela de Chicago mediante Roque Fernández (que fue presidente del BCRA 1991-1996) y su equipo.
La discusión entre los liberales es cuál va a ser la magnitud de la devaluación y cuánto se desvalorizan los activos locales, pero con un atenuante, el capital extranjero que apoya a Milei tiene participación en acopiadoras y comercializadoras de granos, en empresas energéticas y en bancos y no están dispuestos a hacer ningún salto al vacío.
[1] Además de las 78 entidades financieras reguladas por el Banco Central, existen 124 emisoras de tarjetas de crédito y/o compra y 237 proveedores no financieros de crédito registrados en la entidad, un elevado número de medios de pago electrónicos, como tarjetas de débito y crédito, billeteras virtuales y tarjetas prepagas. Esto aún sin contar las entidades no registradas, entre las que se encuentran algunas entidades microfinancieras, mutuales y cooperativas y entidades dedicadas al crédito comercial con fines de lucro no registradas. También, si bien no se consideran puntos de acceso del sistema financiero propiamente dichos, existe un número elevado de comercios que permiten realizar extracciones de efectivo, como supermercados, estaciones de servicio, farmacias y sucursales de redes de cobranzas extrabancarias.
[2] M2 = M1 (Billetes y monedas en poder del público + cheques cancelatorios en pesos + cta. cte. del sector privado y público en pesos) + caja de ahorro del sector privado y público en pesos.
[3] L a relación medios de pagos sobre PIB de la Argentina es la más baja de la región: Chile, Perú, Colombia, Bolivia, Brasil, Paraguay, Uruguay tienen un grado de monetización entre dos y tres veces mayor.
[4]Informe Monetario Mensual del BCRA.
[5] En los países de la región, el crédito generado (medido sobre el PIB) por el sistema financiero es también entre dos y tres veces mayor que en la Argentina.
[6] Hasta el 31 de agosto de 2023 rigió el “Programa de Incremento Exportador”, que fijaba un tipo de cambio diferencial de 340 pesos por dólar para la liquidación de divisas provenientes de la exportación de productos de las economías regionales, maíz y cebada cervecera.
[7] El 80,39 % del capital accionario del Banco Patagonia S. A. es del Banco Do Brasil.
[8] Pases pasivos son préstamos de las entidades financieras al BCRA de 1 a 6 días. Leliq de 7 a 29 días y Notaliq de 30 y más días. No tienen ninguna utilidad, solo la de sacar dinero de circulación y por esa razón el BCRA les paga a las entidades financiera un interés.
[9] Tras perder las PASO de 2019, el gobierno de Cambiemos volvió a imponer el “cepo” cambiario a 10.000 dólares por persona y por mes, que el BCRA de Guido Sandleris reforzó el 31/10/2019 al limitar el adelanto en efectivo en moneda extranjera con tarjeta de crédito y débito a 50 dólares mensuales y al reducir la posibilidad de compra de 10.000 a 200 dólares por persona y por mes.
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