Imágenes de Jujuy, antes y después de la guadaña de Gerardo Morales
Este ensayo fotográfico se exhibe hasta el miércoles 28 de febrero en el Centro Cultural Paco Urondo de la Facultad de Filosofìa y Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires, 25 de Mayo 201. Silvana Lanchez es una de las fotógrafas que durante años documentaron la obra de la Organización Barrial Túpac Amaru en Jujuy. Luego de la detención arbitraria de Milagro Sala por orden del gobernador Gerardo Morales, la consigna fue no dejar piedra sobre piedra, como escarmiento para que nadie lo intentase nuevamente. Laura González Vidal volvió a recorrer los mismos lugares, con lo que se documentó este terrible Antes y Después.
Cualquiera que haya visto la obra de la Túpac habrá percibido allí la mano de Evita. Que siempre decía: Cuando los ricos hacen obras para los pobres, las hacen con mentalidad de pobres. Por eso toda su obra estaba atravesada por un profundo amor que habitaba en los modernos polideportivos y hogares que construyó y en los delicados uniformes de los torneos Evita. Ese amor por el pueblo no siempre está presente en la obra pública.
Recorrer las calles de los barrios de la Túpac, con sus parques cuidados y sus hermosos murales, era un recorrido por el amor de Evita y el Che por su pueblo. Era el sueño colectivo, el fin de la salvación individual, la utopía un poco más cerca de los sin techo, de los sin futuro.
No se atraviesan sus casas, sus centros de salud, sus piletas, sus canchas deportivas siendo el que uno fue, el recorrido transforma las cabezas y los corazones. La obra de la Túpac era para ser habitada, disfrutada y sentida.
En julio del año pasado, un recorrido por sus obras nos sumió en una atónita pesadilla: piletas abandonadas, centros de salud cerrados y saqueados, juegos infantiles destruidos, vestuarios de las piletas rotos a mazazos, jardines maternales cerrados.
Es una tarea difícil tratar de imaginarse alguien con una maza destruyendo un baño donde se cambian los niños antes de entrar a la pileta.
Cuesta entender la mano que destruyó el laboratorio donde se elaboraban remedios gratuitos.
En el '55 los aviones de las FFAA sobrevolaron la Plaza de Mayo bombardeando y destruyendo.
Gerardo Morales en Jujuy encarceló, clausuró y destruyó lo que pudo a su paso.
La pregunta es siempre por el alcance del odio frente a la construcción popular, al intento de levantar la cabeza de los despojados de toda dignidad.
Así como en la obra de la Túpac está presente ladrillo por ladrillo el amor, es odio lo que generan en esa minoría dueña de las tierras, las empresas, el disfrute y las sonrisas blancas.
Vivimos en un mundo donde los intentos por construir una sociedad distinta se pagan caros, con cárcel y destrucción.
Y ahí, entre los escombros de los toboganes de las piletas que alguna vez fueron, asoman algunos brotes: vecinos cuidando con amor camillas de dentista salvadas del desastre, manteniendo como pueden las copas de leche, limpiando y arreglando entre todos las piletas, resguardando con esmero una balanza para pesar bebés.
Y así como la Tierra está condenada a repetir sus ciclos, la voluntad del pueblo elige resguardar para volver a construir, preservar para volver a hacer realidad la utopía común de trabajar, disfrutar y educarse sin sentir que están afuera de un mundo creado para otros.
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