Grandes fortunas contra la guerra

Charles Koch y George Soros crean un fondo para combatir el militarismo estadounidense

Charles y David Koch son la tercera fortuna de Estados Unidos, sólo precedidos por Bill Gates y Warren Buffet. A partir del emporio petrolero que su padre les dejó en Kansas, y por medio de su Fundación Americans for Prosperity, han invertido no menos de 200 millones de dólares en el apoyo a causas y dirigentes conservadores. David fue candidato a la vicepresidencia por el Partido Libertario, en 1980, obsesionado por detener a Ronald Reagan, a quien consideraba comunista. Sólo obtuvo el 1% de los votos, abandonó la política y se afilió al Partido Republicano. Aunque niegan cualquier involucramiento abierto con el Tea Party, sus aportes por vías indirectas contribuyeron a moldear la nueva escena política de su país. Se opusieron a las leyes contra el cambio climático, la seguridad social y el salario mínimo.
George  Soros es un inversor financiero nacido en Hungría, que se impuso como meta la difusión del pensamiento del filósofo austríaco Karl Popper, cuya obra básica (La sociedad abierta y sus enemigos) fue un ariete liberal contra el nazismo y el marxismo. La suya es una de las primeras cien fortunas del mundo y su fundación Open Society, bautizada así en homenaje a Popper, apoya en todo el mundo causas progresistas, como la despenalización del consumo de estupefacientes, la inmigración y la interrupción voluntaria del embarazo.

Este activismo social ha atraído cataratas de odio contra los Koch, por un lado, y Soros por otro. La sorpresa fue la decisión anunciada por ambos de unirse para financiar una iniciativa contra la tendencia abrumadora de su país a resolver todos los conflictos por medio de la intervención militar.


Are America's Billionaires Turning Against Forever War?
Charles Koch. (Fortune Brainstorm TECH / Flickr) 

 

El Instituto Quincy por una Política Responsable comenzará sus actividades en septiembre, según anunció el Boston Globecon el propósito de terminar con las guerras eternas de Estados Unidos. Está inspirado en esta frase que el ex presidente John Quincy Adams pronunció hace casi dos siglos: "Estados Unidos no va por el mundo buscando monstruos para destruir". La primera declaración del Instituto aduce que "la política externa de Estados Unidos se ha ido apartando de cualquier concepción aceptable del interés nacional y de un respeto decente por los derechos y la dignidad de la humanidad". Koch y Soros hicieron un aporte inicial de medio millón de dólares cada uno. Cofundador del instituto es Trita Parsi, ex presidente del National Iranian American Council, quien explicó al Boston Globe que abogarán por la diplomacia y el autocontrol en vez de la intervención militar.

Ambos billonarios han hecho pronunciamientos coincidentes. En 2006, Soros dijo que "una guerra sin fin, contra un enemigo invisible, está haciendo gran daño a nuestro prestigio y nuestro poder en el mundo y a nuestra sociedad abierta en el país. Ha llevado a una peligrosa expansión de los poderes del Ejecutivo, empañado nuestra adhesión a los derechos humanos universales, inhibido el proceso crítico que es el corazón de una sociedad abierta y costado muchísimo dinero". En 2015, Koch expresó en una entrevista por televisión que "para mi la política exterior es una forma de locura... Nos la pasamos derrocando dictadores pero no logramos nada mejor y entretanto le arruinamos la vida a demasiada gente, gastamos fortunas y tenemos estadounidenses muertos y lisiados". Según el Boston Globe, Koch y Soros se proponen colocar aliados entre los asesores del Poder Ejecutivo y el Congreso.

 

 

 

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