Las denuncias avanzan
Tarotistas, esteticistas, nudistas y patovicas a los codazos por vivir de la política
Concejales de La Libertad Avanza aparecen envueltos en denuncias de corrupción que parten de sus propias filas.
En las últimas horas, un concejal de Avellaneda fue exhibido como recaudador a partir de una cámara oculta en que se lo ve por la televisión porteña ante pilas de billetes. Los peores antecedentes del tal Pepo datan de hace años.

Esto no es privativo del Conurbano bonaerense. Desde Misiones a Río Negro, los legisladores del nivel más básico han quedado expuestos o han denunciado a aliados.
En la provincia norteña, un funcionario de la Aduana de Puerto Iguazú fue denunciado por corrupción por un concejal que, a su vez, fue presionado y sobornado para que retirara la presentación, hace dos meses.
Pablo Vande Rusten (LLA), director de Asuntos Técnicos de Frontera de Puerto Iguazú, fue denunciado por corrupción. Luego, el diputado Martín Arjol (UCR) “apretó y presionó” a su correligionario concejal Alejandro Verón para que retire su escrito, según el acusador de ambos. Tras su presentación del 28 de enero, el concejal salió a decir: “Todos los que prestaron servicios en el Centro de Frontera deben pagar para trabajar. Pasó en el gobierno de Mauricio Macri, en el de Alberto Fernández y sigue”.
Verón dice que se limitó a llevar ante la Oficina Anticorrupción los reclamos de empresarios víctimas de supuestas extorsiones o exacciones ilegales por parte del funcionario de Aduana, pero que el diputado le advirtió que podía ser “perjudicado en un posible armado político con La Libertad Avanza”, según recogió el medio Primera Edición. Como contrapartida, le ofrecieron hacerse cargo del Centro de Frontera o de alguna obra fronteriza.

Hace justo un año, en Río Negro, un edil de LLA fue denunciado por una concejala de su partido. Roberto Martínez se acercó a gritarle: “Ya sabemos todo lo que hiciste con Rivero para llegar donde estás ahora”. La aludida Silvina Franco lo entendió como un menoscabo a su condición de mujer, por lo que acudió a la Comisaría de la Familia de Viedma, aunque su par es de la limítrofe Patagones, de Buenos Aires.

En el Conurbano bonaerense, la violencia de género se dio en sentido inverso: Raquel Álvarez recibió una denuncia policial y pedido de restricción perimetral de parte de Diego Vallejos, presidente del bloque LLA en Florencio Varela. Ante todo el bloque y miembros de otros partidos, Álvarez lo increpó, gritó, insultó y empujó, como continuación de una campaña constante en redes digitales.
Es que ella, cuarta candidata en representación del Partido Celeste-Pro Vida, se perdió de acceder a una banca por sólo 50 votos. Podría asumir como concejala si alguno de sus tres conmilitones previos se tomara una licencia o quedara fuera por alguna causa mayor.
Durante todo 2024 fue al recinto para increparlos, les gritaba que ella era la única opositora verdadera, como el video que compartió donde vociferaba: “Soy la única liberal libertaria en Varela contra el kirchnerismo oficialista. Soy de Javier Milei y soy de La Libertad Avanza”.
“Raquel Álvarez se abalanzó con gritos y empujones hacia Vallejos, quien alzó las manos para mostrar que no tenía intención de responder a la agresión. Se tornó más agresiva, insultando con palabras denigrantes”, recogió Clarín en fuentes de LLA.
La versión de Alvarez fue amplificada por El Diario Varelense, de Mario Lettiere, donde se publicó: “Los ediles de LLA, Diego Vallejos, Ezequiel Taborda y Marlen Cantó, no son opositores, sino delfines del oficialismo y como tal no han presentado un sólo proyecto en favor de los vecinos. Equivocada no está. La otra campana indica que Álvarez le recriminó a Vallejos haber nombrado a su familia y ser delfín del ex edil Maximiliano Bondarenko”.

En el mismo mes de octubre pasado, en Campana, el concejal Maximiliano Corio (LLA) fue denunciado en sede judicial por la vecina Laura Balvidares debido a las amenazas que siguieron a una usurpación, tras un conflicto por la posesión de una propiedad. Ella dice haber permutado la vivienda con la madre del edil, pero al intentar tomar posesión, habrían interrumpido el proceso de manera violenta; que la situación escaló con insultos, gritos, amenazas y que, esa noche, el concejal usurpó su casa. La escandalosa situación motivó que fuera hasta allá un móvil del programa Cortá por Lozano, de Telefé.
Hacia diciembre, en Concordia, otra concejala de LLA fue denunciada por presunta falsificación de padrones, según consta en el Juzgado Federal de Paraná con competencia electoral, a cargo del juez Leandro Ríos, que remitió oficios al Poder Legislativo.
Yáiza Pessolani Bechet fue acusada de una maniobra para poder ser electa concejal por Concordia, cuando su domicilio está en otra localidad, La Criolla. Sin embargo, su abogado, Claudio D’Antonio, aclaró: “Nos encontramos con que la denuncia había sido desestimada, no sólo una sino dos veces. Se realizó la denuncia, pero fue desestimada; se apeló ese desistimiento y volvió a ser desestimada. En este momento no hay causa penal en contra de la concejal”. Lo que no explica es la anormalidad de ser legisladora por un distrito que no es el suyo.

Por entonces, en el Conurbano bonaerense afrontaban situaciones más álgidas: la venta de candidaturas, algo denunciado también por la tropa propia, siempre que sea considerada propia la gente de Victoria Villarruel.
En septiembre pasado, su dirigente en Avellaneda, Silvina Soria, señaló que Sebastián Pareja pedía contribuciones a los candidatos, algo que ya venía desde 2023, cuando ella fue apartada de la lista de LLA “por no pagar”, según profirió. Tras hacerse eco de tales acusaciones, la conductora Viviana Canosa —muy afín a las expresiones de esa derecha— señaló a Milei como quien la hizo despedir de sus espacios mediáticos.
Soria especificó que el recaudador en su distrito era el concejal Arnaldo “Pepo” Díaz, contra quien Sebastián Pareja —el armador bonaerense— descargó de modo elíptico toda responsabilidad por medio de un comunicado donde alude a que “cuando existen prácticas que van contra los valores libertarios y pruebas contundentes, la única respuesta posible es la expulsión”.
Sin embargo, luego de unos pasos de minué, Pepo siguió en el baile estilo libre. “Toda la camada que estaba con Díaz, sabiendo lo corrupto que era, son todos cómplices”, lanzó Soria.
En aras de financiar la campaña 2025, Soria le atribuyó a Pareja esta mecánica: “Las primeras candidaturas van para los que ponen la plata para un local, los que pagan los fiscales, la movilidad; no para los militantes o los idóneos”, según manifestó por C5N.
En Avellaneda, el antiperonismo tiene un historial de personajes que no alcanzarían al nivel de La conjura de los necios porque carecen de la gracia que abundaba en aquella obra literaria. Con más contradicciones que ideas, se entremezclan ex pejotistas sin lugar en un partido que no da abasto para tantos aspirantes a vivir de la política, con ex partidarios de un arco que va del Frente Renovador al PRO, y vienen rebotando de partido en partido, probando suerte.
El padrino político de Pepo Díaz es del clan familiar Alice, cuyo padre, Héctor, fue diputado provincial, su hija, concejal, y el otro hijo, Rubén, fue un funcionario gris hasta que mató a su madre. En mayo de 2014, cuando la oyó llegar en auto, corrió la cortina de la ventana mientras empuñaba un arma de fuego que terminó disparada hacia la cabeza de la octogenaria. Ese es el hombre que apadrinó a Pepo Díaz, quien le sustentó un local partidario y contactos.
En lo laboral, Pepo se inscribió como chofer de autos de alquiler, aunque, según relató el periodista Mauro Federico, era un forzudo de seguridad en el boliche El Tinglado, donde discutieron por el maltrato a los jovencitos, incluido su hijo, y por “la venta de drogas”.
No sólo con los clientes se violentaba. Fue denunciado cuatro veces por su mujer, golpeada hasta cuando llevaba un embarazo suyo.
Hacia 2023, Pepo y otro candidato, Matías Ascurra, fueron grabados mientras hablaban del cobro de candidaturas. Terminaron a las trompadas porque uno estafó al otro y seguía pidiéndole plata cada semana.
Sobre ese tema se sumó otra aspirante a concejal, Silvina Soria, que llegó invitada por quienes leyeron en Infobae que había sido piquetera desde niña, hija de otra integrante que fue muerta por un compañero. Ella, que salió de esos espacios de lucha, despotrica contra “los zurdos” que piden mejores jubilaciones, mientras intenta su acumulación primitiva mostrando su entrepierna y mucho más en las redes, donde un video sumó 32 millones de vistas que, por supuesto —por suerte—, no se traducen en votos.
Esa chica es “la buena” de la historia, porque denuncia a todos, a los coimeros y a los nepotistas. Habla con una combinación de ingenuidad e ignorancia, con una leve inclinación hacia lo primero, como puede apreciarse en el audio de una notable entrevista donde le dejaron exponerse en la que Silvina Soria habló de la venta de candidaturas libertarias en Avellaneda

Otra que sumó denuncias fue la concejal Zunilda Benítez, una “esteticista que se dedicó a hacer la limpieza en una casa familiar tres veces por semana”, según relató. En el Deliberante denunció los “destratos de Pepo”, que no le daba ni la llave de la oficina, por lo que ella fracturó el bloque LLA al irse y formar otro con el obliterado nombre de “La Libertad”.
Fue por entonces, el año pasado, que trascendió la expulsión de Pepo Díaz. Sin embargo, superada aquella simulación mediática, reaparece, en el mismo lugar, haciendo lo mismo: contando billetes y hablando del precio de la política.
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