Las cuentas claras
Máximo y Nilda no escondían plata en el exterior y Cristina no tuvo que ver con La Rosadita
Tres años después de la primera de una serie de notas del diario Clarín según las cuales Máximo Kirchner y Nilda Garré compartían diversas cuentas bancarias secretas, en Irán, Estados Unidos y las islas Caimán, en las que habrían manejado depósitos por más de 109 millones de dólares, el juez federal Marcelo Martínez De Giorgi sobreseyó definitivamente a los imputados, que también incluyen a la hija de Garré, Paula Abal Medina y al ex diputado santacruceño Henry Olaf Aaset, quien fue abogado personal del ex Presidente Néstor Carlos Kirchner. El fallo, firmado el 21 de noviembre, nada dice sobre la responsabilidad del diario ni del autor de los infundios, Daniel Pedro Santoro. Esas notas formaron parte de la avalancha de fake news con que los fondos buitre mellaron la credibilidad del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con vistas a la renovación presidencial de ese año. La primera nota se publicó el 29 de marzo de 2015 y las primarias se celebraron poco más de cien días después, el 9 de agosto.
Al declarar como testigo, Santoro dijo que investigó el caso a lo largo de cuatro años y se basó “en dos fuentes independientes entre sí que conocen profundamente el sistema financiero internacional”. En 2011 obtuvo información sobre una cuenta en el Banco Felton de Delaware, Estados Unidos, abierta en 2005 desde Venezuela a nombre de la empresa fantasma Business and Services IBC, de Belice, donde Máximo Kirchner y Nilda Garré tenían firma autorizada para manejar la cuenta, donde en abril de 2010 había 41,7 millones de dólares. Añadió que Kirchner y Garré también manejaban una cuenta en el Morval Bank and Trust Ltd de las Islas Caiman, abierta en 2006 desde Luxemburgo, cuyo saldo al mes de abril de 2010 sería de 19,8 millones de dólares. Una segunda fuente le dio dos supuestas cuentas en el Banco Tejarat de Irán, a nombre de la empresa fantasma Consulting Engineers Company ubicada en Teherán, pero manejadas por Garré. “En la Sucursal Taleghani, el número de código de la cuenta sería 383 38372911794, que llegó a tener un saldo de 35,5 millones de dólares”, mientras la cuenta en la Sucursal Gharani llegó a tener un saldo de 12,4 millones de dólares. En ambos casos esta sofisticada maniobra de desinformación incluyó hasta la fecha de la última operación electrónica realizada, lo que tendía a prestarle verosimilitud.
Pero en octubre de 2017 el Departamento de Justicia Estadounidense respondió que la entidad CNB Bank de Delaware (que puede haberse fusionado con la entidad Felton Bank de Delaware) se denomina ahora Shore United Bank, en la que no existían registros sobre los números de cuentas, nombres y entidades denunciadas. También el registro de empresas de Belice informó que no existe tal Business and Services IBC de esa jurisdicción. La República Islámica de Irán verificó que los números de las presuntas cuentas bancarias radicadas en el Banco Tejarat no se condicen con sus registros de la entidad bancaria, en los cuales las cuentas se identifican con diez dígitos, muchos menos que los denunciados. Además existen varias empresas con la identificación Consulting Engineers Company, por lo cual es imposible comprobar la existencia de una en particular, sin más precisiones (como si de dijera Sociedad Anónima, Comercial e Industrial, sin precisar cuál). “Habida cuenta el estado en que se encuentra la investigación, valorado el plexo probatorio en forma mancomunada y toda vez que no restan diligencias de prueba por producir en torno a la acusación penal aquí involucrada, se evidencia que amerita adoptar un temperamento desvinculante de manera definitiva con relación a Nilda Celia Garré, Máximo Carlos Kirchner, Henry Olaf Aaset y María Paula Abal Medina. Máxime, cuando se verificó que las cuentas bancarias, los montos y/o activos que fueron indicados en la denuncia, resultaron inexistentes, sumado a que tampoco se advirtió que exista algún tipo de valor, activo y/o bienes radicado y/o registrado en el exterior bajo la titularidad y/o a favor de las personas humanas y entidades y/o sociedades jurídicas acusadas”, concluyó el juez Marcelo Martínez De Giorgi. El juez dice que sobresee en forma definitiva porque los hechos denunciados no existieron y que el proceso no afecta el buen nombre y honor de los imputados falsamente.
No, sólo afectaron las chances electorales del Frente para la Victoria y sus candidatos. Los periodistas cometemos muchos errores, pero cuando son de buena fe, no hay mayor satisfacción profesional que reconocerlos y disculparse, cosa que Clarín y su desinformador nunca hicieron.
Incluso, en un post del jueves 22 Santoro dijo que “Martínez de Giorgi los desvinculó de una denuncia hecha por un dirigente del PJ”, sin consignar que él fue su fuente.
Otro bluff que se desmorona
Otra mesa desde la que Santoro despacha su mercancía faisandée es la de un programa televisivo sobre animales, conducido por un relator de fútbol cuyo principal proveedor son los servicios de informaciones. Allí Luis Barrionuevo dijo que él tuvo en su casa al financista Federico Elaskar, hasta que aceptó declarar ante Jorge Lanata sobre Lázaro Báez y CFK. "Yo le dije al chico que hable", explicó, entre las risotadas soeces del conductor.
En el juicio por lavado de dinero, Elaskar reveló que Barrionuevo y Lanata “me llenaron la cabeza diciéndome que Lázaro Báez me quería matar. Y como yo creía que Báez me debía cuatro millones de dólares, pensé que era cierto que me quería matar. Yo tenía 25 años y acepté decir en televisión lo que ellos me dijeron que dijera. Fue una operación política contra el gobierno de Cristina, porque querían instalar que el dinero era del kirchnerismo.” Explicó que constituyó SGI en base a dinero que heredó de su padre, que realizaba operaciones con las principales empresas del país, que auspició el Abierto de Tenis y que no cometió ningún ilícito. La prensa la llamó La Rosadita para asociarla con el gobierno de entonces. “Esta es una causa contra la ex Presidenta. El juez Sebastián Casanello dijo que ella no tiene relación con el lavado de dinero ni con la plata de SGI, pero está todo armado y la Sala II de la Cámara Federal la va a cocinar”.
Tuny Kollman explica que grandes empresas, entre ellas Garbarino, o la propia constructora de la familia presidencial Iecsa, operaban en esa financiera legal, que Elaskar trataba de convertir en banco. También aclaró que el video donde aparecen Martín Báez y Pérez Gadín contando cinco millones de dólares fue grabado en 2012, cuando Elaskar no era dueño de la financiera y vivía en Estados Unidos. Nada de eso tenía relación alguna con Cristina. En 2010, Helvetic, que era una empresa vinculada con Baéz, compró la financiera en 9 millones de dólares, pero sólo pagó la mitad. Cuando reclamó el resto lo amenazaron: “Me llamaban a las cuatro de la mañana, me mandaban fotos de mi novia entrando o saliendo de su casa. Pérez Gadín me dijo que sus clientes eran peores que los narcos colombianos. A mí me usaron, usaron el miedo, yo tenía 25 años. Yo a Báez ni lo conocí. Era esta gente. Son malos muy malos”.
Elaskar añadió que Barrionuevo y Lanata se aprovecharon de su desesperación por cobrar la plata que le debían. “Ellos me llenaron la cabeza diciéndome que Báez me quería matar y por eso acepté decir lo que me proponían en la televisión. Pero enseguida me di cuenta y les exigí que no pasaran al aire la entrevista. Pero me engañaron y ya no contestaron más el teléfono. Fue una operación política contra el gobierno anterior, instalando que era dinero del kirchnerismo. Era mentira. Y eso sigue hasta ahora. A la ex Presidenta, el juez Casanello le dictó la falta de mérito porque no encontró nada que relacione a Cristina con la plata de SGI o en el exterior. Pero ya van a ver, les juego a que la Sala II la cocina (a Cristina Fernández de Kirchner)”, concluyó.
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