La tortura infinita
Con procedimientos que parecen de la Edad Media, siguen las vejaciones y la represión en Jujuy
La familia Domínguez descansaba tranquila en su casa de San Salvador de Jujuy, cuando a la 1:30 de la madrugada del pasado 28 de junio, una patota de agentes de civil con armas largas irrumpió en su casa del barrio Coronel Arias. Allí esposaron a la familia, entre ellos a un joven de 18 años, Marcos, que ya había sido brutalmente golpeado por la Policía en la represión del 20 de junio y llevado detenido ilegalmente al penal de Alto Comedero, donde se lo torturó sumergiendo su cabeza en el agua con la técnica dictatorial del submarino. También esposaron a su novia de 17 años, su madre, su hermano autista y su papá con diabetes. El grupo de tareas con manda del gobernador Gerardo Morales hizo desnudar a todos los adultos delante de menores y apuntaron con un arma de fuego en la cabeza a un niño de 7 años.
Antes de irse, uno de los policías —ninguno de ellos dio su nombre en el allanamiento sin orden judicial, bajo la excusa de la figura de la flagrancia— dejó caer en el piso una bolsita con pasta base. Con esa excusa, la Policía de Jujuy mantuvo 40 horas desaparecido a Marcos. Minutos antes de que se llevaran al joven, su madre y su padre fueron desnudados por completo y obligados a realizar en cuclillas el humillante ejercicio de probar, en tres oportunidades, que no guardaban nada en el ano. La Policía de Morales torturó a toda la familia Domínguez, armó una causa por drogas en venganza, porque Marcos, quien es discapacitado motriz, denunció que fue víctima de torturas durante la represión. En el momento de ser apresado en la calle, su hermano autista también resultó brutalmente golpeado por los encapuchados de negro que andaban en camionetas de empresas privadas asociadas a Morales.
La abogada Alejandra Cejas presentó un habeas corpus como en la dictadura y al cierre de esta edición Marcos había sido hallado en la seccional policial 56 de Alto Comedero, a la espera de ser liberado por orden de la Justicia provincial. “Me sentí humillado y vejado”, dice Marco, el padre, que buscó desesperadamente a su hijo por segunda vez en un mes, apresado en Jujuy.
Milagro a la deriva
El jueves 29 de junio, a las 10 de la mañana, un grupo de agentes policiales de Jujuy, vestidos y armados como para la guerra de Ucrania, con la asistencia de dos mujeres de la fuerza que fotografiaron todo y a todos, entró a la casa de Milagro Sala, con funcionarios judiciales de Jujuy y personal de la Aduana/AFIP por disposición del fiscal Diego Ignacio Funes. ¿De qué acusan a Milagro? Según el panfleto con membrete judicial, un presunto testigo protegido dijo que Milagro habría aportado dinero para banderas de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) e investigan si tuvo algo que ver en la organización de las marchas en contra de la reforma de la Constitución de Jujuy en el marco de un conflicto con los tres gremios docentes y las comunidades originarias en la Puna.
Las fotografías de la vivienda de Milagro reflejan que las y los agentes mandados por Morales le dieron vuelta la casa como una media. No encontraron nada de nada. Pero se llevaron el dinero que turistas de Catamarca y otras provincias traían para pasar unos días junto a Milagro en San Salvador. El ayudante del fiscal, sujeto despreciable, quiso incautar la pensión del periodista Raúl Noro, esposo de Milagro Sala, quien está muy grave de salud y se descompensó durante la requisa dentro de su habitación. El grupo de tareas abrió las ventanas de par en par, entró el viento gélido de la Cordillera y apagaron las estufas. Milagro llamó a una ambulancia. Los hombres de negro no querían dejar salir a las médicas sin revisarlas como hicieron con la familia Domínguez. Después de minutos de mucha tensión, las médicas lograron salir del domicilio de Milagro. Ella padece una trombosis en una pierna que está avanzando peligrosamente hacia el riñón y podría derivar en una potencial embolia, según cuenta su médico personal, Jorge Rachid. El allanamiento no se produjo porque sí. Raúl Noro tiene una enfermedad terminal y Milagro Sala transita ese trauma en compañía de sus afectos y familiares.
Sin embargo, las dos mujeres fotógrafas de la Policía de Jujuy y el grupo armado hasta los dientes y con ropa de combate se ensañaron con los asistentes sociales e impidieron la asistencia psicológica a Milagro. De esa forma, el gobierno provincial de Gerardo Morales explicitó que no está dispuesto a cumplir con la manda de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), hecho que produjo una denuncia de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, a cargo de Horacio Pietragalla Corti.
Los pacíficos
17:07 del viernes 30 de junio. Los ocupantes pacifistas de un micro rentado por la UCR de Jujuy y Morales protagonizaron un cruce violento contra comunidades originarias y rurales que mantienen cortes de rutas en la zona de referencia de Perico, cerca del aeropuerto de San Salvador. Se trata de una zona tabacalera con abundancia de riqueza y explotación de familias completas que vienen de Bolivia. La esclavitud en el trabajo de la cosecha del tabaco se toma como “normal” entre los pacifistas y empresarios que dispusieron una fila de ómnibus último modelo en los alrededores de la capital jujeña. El problema es que el gremio de las maestras primarias fue plantado por el ministro del área y el gremio de enseñanza media y superior volvió a salir a las calles para realizar marchas de antorchas conjuntas tras la persecución policial de docentes con camionetas y seguimientos domiciliarios. A esto se suman los cortes de rutas de unas 400 comunidades originarias que no quieren escuchar los argumentos de Morales sobre el nulo progresismo de su reforma constitucional que logró con el apoyo del PJ, encabezado por el multimillonario Rubén Rivarola y su secuaz Guillermo Jenefes. Entre ambos suman más medios y empresas que doctrina sobre Perón y Evita.
A esto se suma la información de que Morales pagó 50.000 pesos a cada policía que tomó el garrote y las escopetas para sacarle un ojo a un joven de 17 años y detener a más de 90 personas inocentes sin orden judicial, entre ellos, a dos trabajadores de prensa, violando los derechos humanos y las garantías constitucionales, además de la libertad de prensa.
Epílogo
En la obra teatral Resista al Diablo y él huirá de usted, escrita y dirigida por Juan Cruz Forgnone, se plantea la cacería de brujas, el control social y el manejo del poder absoluto. Entre los opresores se destacan un sacerdote y un juez de paz. Curioso: ambos hermanos. El juez se balancea en una hamaca y otorga la palabra antes de decretar la lapidación de las mujeres. Una de ellas está embarazada. Otra mujer oficia de la voz de la Fiscalía patriarcal y religiosa con un gorro inquisidor, destilando odio y deshumanización.
El juez de paz sigue la narrativa, desliza palabras de insidia, mientras la hamaca oscila de un lado a otro, como aquellas voces en el pueblo de Comala de Juan Rulfo, entre los vivos/muertos y un montón de seres abyectos debajo del cielo y la tierra en común.
Jujuy es el experimento torturador de la derecha argentina que, con la excusa del orden y la paz, está completando una regresión a la Edad Media.
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