LA TIERRA TIEMBLA

“Operación araña” y la rebelión feminista desde las bases

 

El martes 31 de julio se llevó adelante una acción sorpresiva que partió al mismo tiempo de las cabeceras de las distintas líneas del subterráneo de Buenos Aires con el objetivo de realizar una intervención artística masiva, en favor de la aprobación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) que se votará en el Senado de la Nación el próximo miércoles 8 de agosto. Desde la mañana de ese martes, mujeres de distintas agrupaciones feministas, convocadas inicialmente por el Colectivo “Ni Una Menos”, por las Metrodelegadas del sindicato que el Estado intenta desconocer y por las integrantes de la Campaña por el Aborto seguro, legal y gratuito con la participación activa de decenas de organizaciones, se fueron concentrando en puntos cercanos a las estaciones cabecera, donde terminaron de ultimar detalles. La movilización tuvo como primer paso el descenso a las boleterías, con la lectura de una fuerte proclama común, la pegatina de carteles cambiando el nombre de las estaciones por las consignas de la campaña, canciones y actuaciones por parte de diversas músicas, actrices y otras artistas, y luego el descenso a los andenes para iniciar el viaje propiamente dicho. Durante el trayecto, mujeres de las distintas agrupaciones desarrollaron actividades que incluyeron la intervención de los vagones, la lectura de textos y poesías, la invitación a escribir deseos y pegarlos en paredes y carteleras, la pegatina de afiches e ilustraciones con las diversas consignas, y actividades que variaron en cada una de las líneas, interpelando y haciendo parte a todos y todas las/os presentes.

Hay un rasgo de esta movida que, aunque puede pasar desapercibido, pone de manifiesto un tejido cuidadoso que viene realizándose en los últimos años. La movilización tuvo como escenario un medio de transporte nodal y estratégico que atraviesa buena parte de la ciudad y es central para el flujo urbano, pero que es además fundamentalmente un lugar de trabajo. Un componente clave de esta actividad que hizo temblar la tierra desde sus entrañas, conmoviendo con palabras, música y cuerpos en movimiento a los y las que transitaban por el subterráneo, fue que las puertas a estos espacios las abrieron las trabajadoras, las metrodelegadas con el apoyo del sindicato y la asistencia de sus compañeros, poniendo en juego su oficio y su conocimiento de las formaciones, los espacios y las condiciones de seguridad.

Se echó a rodar aquí entonces un factor no suficientemente visibilizado, que es la creciente confluencia entre movimiento sindical y feminismo, impensable hace unos años, que sin embargo se fue tejiendo y consolidando cuidadosa y pacientemente desde las bases. El propio sindicato de la AGTSyP es un ejemplo muy significativo de esta tendencia. Las metrodelegadas que encabezaron las movilizaciones del martes como anfitrionas y lideraron la lectura de los documentos, vienen de un proceso de organización y militancia de años con actividades vinculadas con la dimensión de género y la diversidad sexual, en conjunción y articulación con las demandas salariales, de condiciones de trabajo y salubridad, y de lucha contra fenómenos precarizadores como la tercerización laboral.

Este proceso es sin duda parte de un fenómeno mucho más amplio que atraviesa, muchas veces a la fuerza y con resistencias, a todo el movimiento sindical. Ha sido notable y significativa la creciente actividad de las secretarías de género de distintos gremios y centrales, y la participación activa de trabajadoras y sindicalistas en la organización y armado de las marchas de Ni Una Menos como en los paros internacionales de mujeres del 8 de marzo, con un protagonismo exponencial en los últimos años. También resulta llamativa la reiteración de asambleas, encuentros, paneles y actividades lideradas por trabajadoras, delegadas y dirigentes sindicales de todas las actividades, muchas veces tejiendo puentes entre temáticas como la despenalización del aborto, la lucha contra la violencia de género y el respeto a la diversidad sexual con la lucha por los derechos laborales y económicos desde una perspectiva generizadas. Estas actividades íntegra o mayoritariamente encabezadas por mujeres habrían resultado impensables e insólitas hace unos años, y presentan un fuerte contraste con la iconografía y estilo de algunas dirigencias sindicales que aún hoy parecen poder incluir mujeres sólo en cuadros y fotos.

Este proceso se está abriendo paso con enorme esfuerzo y militancia en sindicatos de distintas actividades tanto privadas como estatales con gran participación de las docentes, que han sufrido una particular ofensiva, en actividades caracterizadas por trabajo registrado, en las que se lograron conquistas de derechos laborales plenos, pero también en sectores y actividades altamente precarizados, atravesados por la tercerización laboral e incluso por el no registro, tanto en profesiones liberales (con un protagonismo de artistas, actrices, músicas), como en la economía popular, profundamente castigada en estos tiempos. Un emergente claro de esta construcción tuvo lugar hace pocas semanas, en mayo de 2018, en la sede del sindicato de Artes Gráficas de San Miguel de Tucumán, cuando más de cien mujeres sindicalistas se reunieron para presentar el espacio colectivo de trabajo denominado “Mujeres Sindicalistas” con representantes de más de veinte sindicatos pertenecientes a las CTA, la Corriente Federal de Trabajadores/as de la CGT, la CGT y la CTEP, como también de sectores del movimiento estudiantil. Allí decenas de mujeres con militancia sindical y política, referentes de sindicatos a nivel nacional, expusieron las problemáticas en común y los desafíos dentro de sus sindicatos, reuniéndose no por casualidad en una provincia donde la defensa de los derechos de las mujeres enfrenta enormes dificultades y obstáculos.

Esta construcción tal vez invisible y subterránea pero sin dudas nodal es clave para entender la trama que posibilitó que la pelea por la aprobación de la ley de IVE en el Senado el próximo 8 de agosto, y por los derechos integrales de las mujeres y el avance en las perspectivas de género y de respeto a la diversidad sexual y en contra de la violencia de género lejos de considerarse contradictoria se vea como parte integrante y central de la pelea por los derechos humanos, económicos y laborales en la actualidad. Son fuertes y explícitas las intersecciones de la lucha feminista con la pelea por el poder adquisitivo frente a la inflación y los tarifazos, la denuncia del endeudamiento y las políticas de ajuste y reforma laboral articuladas con el FMI o los despidos, razón por la cual la próxima asamblea feminista será en Télam, agencia estatal de noticias en lucha para lograr la reincorporación de 357 despidos de trabajadores/as y la reversión del desmantelamiento de los medios públicos de información.

 

En las voces y cuerpos vibrando y movilizándose tanto el martes como a lo largo de todo este proceso en marcha parecen resonar las acciones y construcciones de generaciones de mujeres, de las que son parte las palabras escritas hace bastante más de un siglo por militantes y trabajadoras en nuestro país que supieron ver mucho más allá del horizonte de su tiempo y que hoy también se hacen presentes en la articulación de lucha sindical, de clase y feminista: “Compañeras: puesto que todos van contra nosotras, puesto que sobre nosotras quieren desahogar todos sus iras y hacernos blanco de sus infamias, rebelémonos, pero rebelémonos de una manera enérgica, que no dé pábulo a que nos sigan considerando como seres débiles e incapaces. No besemos más la mano que nos abofetea (…) sigamos el ejemplo de esos compañeros que supieron arrostrar la muerte por una causa justa”. Publicación anarquista “La Voz de la Mujer” Año I. N. 8. - 14 de noviembre de 1896.

 

 

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