Cuando gran parte de los argentinos y el mundo todavía no terminan de digerir que un personaje como Javier Milei haya recibido la mayor votación en las PASO, dos elecciones presidenciales, una en la región andina, Ecuador, y la otra en Centroamérica, Guatemala, tendrán lugar hoy. Ambas incidirán en la configuración del mapa político de la región. Sin embargo, por el peso de su economía, población y territorio, el triunfo electoral del candidato freak o el de Patricia Bullrich en Argentina, representa la más grave amenaza para los andamios que sostienen la construcción del proceso de coordinación regional que permita una inserción más soberana de América Latina en el escenario internacional.
Argentina
Seguramente muchos analistas señalarán los errores de política interna durante el gobierno de Alberto Fernández y, probablemente también, la incapacidad resolutiva en casos como la frustrada nacionalización de la gigante agroexportadora Vicentín, en junio de 2020. Pero nadie podrá negar que en su gobierno, así como durante los gobiernos kirchneristas/peronistas que gobernaron el país las dos últimas décadas –con la excepción de Mauricio Macri (2015-2019)– hubo un estricto respeto a la democracia.
La casta gobernante, a la que Milei se refiere con un agresivo irrespeto y desprecio propios de un aprendiz de dictador, fue elegida en sufragios limpios por los argentinos. Subestimar la voluntad popular en la elección de sus gobernantes corresponde a personajes autoritarios, prepotentes e intolerantes. El anuncio de Milei de someter a referéndum el libre derecho al aborto, una conquista de las mujeres argentinas conseguida después de una tenaz lucha solo porque él no está de acuerdo, es una señal de sus tendencias totalitarias. Su slogan de campaña “Viva la libertad, carajo”, no solo no corresponde a un contexto como el argentino, sino que su irrespeto por las conquistas y derechos adquiridos por la ciudadanía lo hacen indigno de portar un estandarte de algo tan preciado como la libertad.
Es probable que la mejor asignatura del actual gobierno haya sido su política exterior al virar 180 grados la instrumentada por Macri y retomar la de sus antecesores, con una mirada regional, integracionista, que dio lugar al nacimiento de la Unasur y la CELAC, así como al fracaso del ALCA en aquella recordada Cumbre de las Américas de Mar del Plata en 2005.
Fernández abandonó los esfuerzos de Macri para ingresar a la hoy fracasada Alianza del Pacífico, fundada en 2011 por Colombia, Chile, Perú y México para erigirse como modelo de éxito y contrarrestar a la Unasur y la entonces naciente CELAC. Asimismo, viene apoyando las iniciativas para reactivar la Unasur, destrozada por ocho gobiernos (Argentina con Macri, Brasil con Bolzonaro, Chile con Piñera, Colombia con Duque, Ecuador con Lenin Moreno, Guyana, Paraguay, Perú y Surinam).
La desactivación de la Unasur fue una iniciativa del Departamento de Estado norteamericano, encargada a Iván Duque, quien la puso en práctica tan pronto asumió el poder en agosto de 2018. La Argentina tampoco ha participado del Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur), aquel engendro creado en Chile, en marzo de 2019, para reemplazar a la Unasur, el cual no tiene institucionalidad y hoy, tampoco respaldo político.
En marzo de 2021 la cancillería argentina se retiró formalmente del Grupo de Lima por considerar que las acciones que se venían impulsando desde ese foro en el ámbito internacional, buscando aislar al gobierno de Venezuela y a sus representantes, no habían conducido a nada. El Foro fue creado en agosto de 2017 por iniciativa de Estados Unidos dizque para darle una salida pacífica a la crisis de Venezuela.
En julio de 2019 Alberto Fernández, entonces precandidato presidencial, visitó a su amigo Lula en la cárcel de Curitiba, donde purgaba una pena desde abril de 2018, la misma que fue anulada por el Supremo Tribunal de Brasil, al revocarle todas las condenas penales que sumaban más de veinte años de cárcel. Antes de la medida, el hacker Walter Delgatti había filtrado comunicaciones que involucraban operaciones ilegales de los fiscales, en complicidad con el juez del caso, Sergio Moro, para investigar a posibles testigos, extorsionar a acusados para ser delatores y usar a periodistas para publicar operaciones de prensa.
Asimismo, le dio asilo a Evo Morales tan pronto asumió la presidencia en diciembre de 2019, después del golpe de Estado en su contra, perpetrado desde la OEA, un mes antes. Como se recordará esa institución denunció un supuesto fraude electoral a favor de Morales, que no existió y que la OEA elude hasta hoy las aclaraciones al respecto. La crisis política que generó la denuncia causó la muerte de 37 personas.
En 2022, en febrero, la Argentina se incorporó a la Franja y Ruta de la Seda y, en septiembre, solicitó su incorporación a los BRICS. Esta postura regionalista y de diálogo plural con las potencias sería destrozado tanto por Bullrich como por Milei quienes no tienen nada de libertarios ni tolerantes. Milei ha dicho que no se junta con socialistas.
Pero la soberanía de América Latina no solo está en juego en la Argentina.
Ecuador y Guatemala
En Ecuador tendrá lugar hoy la primera vuelta de las elecciones extraordinarias presidenciales y legislativas, con mandato hasta 2025, luego de que el Congreso de ese país aprobara un juicio político al Presidente Guillermo Lasso por supuestos actos de corrupción. Para evitar ser interpelado, Lasso disolvió el Congreso al aplicar la denominada “muerte cruzada”, mecanismo previsto en la Constitución que le permite al Presidente convocar a elecciones anticipadas.
Guillermo Lasso, banquero y acaudalado político conservador, fue electo Presidente en abril de 2021 en segunda vuelta. Anclado en el pasado, Lasso pensó que en el mundo seguía prevaleciendo el libre mercado y apostó por firmar tratados de libre comercio con Estados Unidos e incorporarse a la Alianza del Pacífico, que no logró.
Transcurridos apenas dos años de su gobierno, en mayo de este año el Congreso aprobó someterlo a juicio político por supuesta corrupción, en su segundo intento por destituirlo en menos de un año.
Todas las encuestas coinciden en señalar que la candidata favorita es Luisa González del correísta Movimiento Revolución Ciudadana (MRC), con algo más del 20%, seguida por Otto Sonneholzner, quien fue Vicepresidente de Lenin Moreno, y el ambientalista, miembro del movimiento indigenista del Ecuador, Yaku Pérez, quien se postula por segunda vez. El correísmo sigue siendo fuerte en el país andino. Recordemos que Guillermo Lasso ganó en segunda vuelta en las elecciones generales de mayo de 2021 a Andrés Araúz del MRC, quien había ganado las elecciones en primera vuelta.
Fernando Villavicencio, el candidato presidencial del Movimiento Concertación, asesinado a tiros a la salida de un mitin en Quito, ocupaba el cuarto lugar antes de su muerte. Sus propuestas parecen no haber tenido mucho respaldo en el electorado. Periodista de centroizquierda, era crítico de Rafael Correa, lo que lo llevó a exiliarse en Lima y regresar cuando Lenin Moreno asumió el poder.
Para ganar en primera vuelta se requiere el 40% de los votos más 10 puntos de diferencia respecto del segundo candidato más votado, de tal manera que todo parecería indicar que habrá segunda vuelta, el 15 de octubre. Las elecciones tendrán lugar en un escenario signado por la violencia por la presencia creciente del narcotráfico.
En Guatemala tendrá lugar la segunda vuelta electoral en la que se enfrentarán Sandra Torres, una política experimentada conservadora del partido Unidad Nacional de la Esperanza, y Bernardo Arévalo, un outsider del Partido Movimiento Semilla, quien le lleva a la primera, más de 30 puntos porcentuales de ventaja: Arévalo con 61% de los votos, mientras que Torres con 39%. Torres fue esposa y ex primera dama de Álvaro Colom, Presidente social demócrata durante el período 2008-2012. Colom había sido sancionado por Estados Unidos por corrupción en 2021, junto a otros altos funcionarios de su gobierno. Falleció en enero pasado.
En la primera vuelta electoral que para muchos analistas difícilmente pueden considerarse libres y justas, a varios destacados candidatos anticorrupción no se les permitió. En las encuestas previas realizadas en julio, Arévalo no figuraba en los primeros lugares. Sin embargo, obtuvo la segunda votación con un 12%, mientras que el partido de Torres obtuvo un 16%.
Después de que el hijo del ex Presidente Juan José Arévalo --electo en democracia después de varias décadas de dictadura— pasara a la segunda vuelta, se intentó invalidar su candidatura. Un fiscal señaló que Bernardo Arévalo tenía una serie de problemas por lo que su candidatura fue suspendida. Hubo presiones de Estados Unidos, la Unión Europa y varios países latinoamericanos, quienes le hicieron saber al Presidente su preocupación por los comicios y condenaron esa intervención.
Las elecciones de hoy en Guatemala parecen estar resueltas y todo apunta a que Arévalo será el próximo Presidente con un importante discurso anticorrupción en un país permeado por esta. En Ecuador, a pesar de las encuestas favorables a la candidata Luisa González del Movimiento Revolución Ciudadana, el escenario es más complejo y todo apunta a que habrá una segunda vuelta. En la Argentina, la tensión por la espera de las elecciones es grande. El ascenso de Milei o Bullrich a la presidencia sería un retroceso en política exterior para la Argentina y para la unidad regional que debería tener en la Unión Africana un ejemplo a seguir. Esa organización rechazó días atrás cualquier eventual intervención militar en Níger. El acceso de cualquiera de esos dos personajes a la presidencia implicaría un retorno a las relaciones carnales con Estados Unidos, en momentos en los que como señala el director de la CIA, William J. Burns, los países del Sur Global ven pocos beneficios y muchos riesgos en las relaciones políticas monógamas y persiguen relaciones más abiertas.
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