El plan para privatizar el Banco Nación

El capital financiero internacional acecha al Banco Nación. El plan de los dolarizadores que Sturzenegger no pudo aplicar en 2000.

Resulta poco discutible que el gobierno de Cambiemos inscribe su política dentro de la valorización financiera pero no como una repetición mecánica de algunas de las etapas que recorrió ese patrón de acumulación de capital entre 1976 y 2001, sino con las peculiaridades devenidas de que en la actualidad la hegemonía la detenta el capital financiero internacional y no los grupos económicos locales como ocurrió en la experiencia original. En consecuencia, estamos ante una variante inédita de la valorización financiera porque ambos procesos provienen de la misma “cepa” pero tienen características y una potencia distintiva.

Sería un error considerar que estas diferencias son una sofisticación inútil para el análisis de la situación actual por tratarse de contradicciones dentro de los sectores dominantes, cuando se sabe que la contradicción principal se establece entre el trabajo y el capital. Por el contrario este señalamiento es relevante para destacar la importancia que asumen ese tipo de contradicciones en los procesos sociales.

Desde esta perspectiva, lo más significativo del triunfo de Cambiemos en las últimas elecciones fue haber recibido los votos del Frente Renovador que era la expresión política de los grupos económicos locales, lo cual le permitió ganar en la provincia de Buenos Aires. Por lo tanto, su principal logro electoral es haber unificado transitoriamente a los sectores dominantes, ya que ambos coinciden en subordinar el trabajo al gran capital. No obstante, la Unidad Ciudadana sigue siendo la principal fuerza de oposición y de expresión política de los sectores populares. Tanto es así, que uno de los núcleos centrales de las reformas que impulsa el gobierno actual, junto a la laboral, es la apropiación de aproximadamente 100 mil millones de pesos en 2018 del sistema jubilatorio para transferirle al gobierno bonaerense no menos del 45 por ciento de ese monto para colonizar el Gran Buenos Aires y de esa manera diluir la identidad peronista, sentando las bases para poder derrotar a la Unidad Ciudadana en esos distritos.

A pesar de esta unificación de los sectores dominantes, las peculiaridades de la actual variante de la valorización financiera se expresan en las reformas que intenta poner en marcha el gobierno actual en una propuesta que ha sido poco tratada a pesar de ser inédita y tener una indiscutible trascendencia. Es así, que en los últimos días los medios de comunicación mencionan a la entidad por el nombramiento de la hermana del ministro de trabajo (Mariana Triaca) pero no por la cuestión de fondo que padece la entidad: el comienzo de la privatización del Banco Nación mediante los artículos 89 y 90 de la Ley de Presupuesto 2018. Dicho proyecto propone una transferencia de 20 mil millones de pesos del capital social del Banco Nación al Tesoro Nacional, medida expresamente prohibida por la actual carta orgánica del Banco por lo cual el proyecto de Ley de Presupuesto 2018 propone modificar el artículo 5 de la carta orgánica del Banco (ver recuadro).

En este contexto, cabe destacar que el Banco Nación se ubica como el más importante del sistema financiero local cualquiera sea la variable analizada. Tal como consta en el Cuadro Nº1 la entidad que le sigue en importancia ronda el 40 por ciento de su patrimonio neto, activos y depósitos, magnitud que se reduce significativamente en términos de los préstamos. Este estado de situación es importante porque la estrategia gubernamental es descapitalizar a la institución lo cual hará que disminuya su capacidad prestable y de esa manera aumente la participación de la banca privada nacional y extranjera, lo cual no solamente incrementa los ingresos estatales sino que hace menos conflictiva su privatización futura. En esto consiste el denominado “gradualismo” del gobierno actual.

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Proyecto de Ley de Presupuesto 2018

ARTÍCULO 89.- Redúcese en PESOS VEINTE MIL MILLONES ($ 20.000.000.000) el capital social del BANCO DE LA NACIÓN ARGENTINA y transfiérase esa suma al TESORO NACIONAL. Encomiéndase al Directorio de la mencionada entidad que adopte las medidas necesarias para cumplir con la transferencia ordenada y realizar las adecuaciones societarias pertinentes.

ARTÍCULO 90.- Sustitúyese el artículo 5º de la Carta Orgánica del BANCO DE LA NACIÓN ARGENTINA, aprobada por la Ley Nº 21.799 y sus modificatorias, el que quedará redactado de la siguiente forma: ARTÍCULO 5º.- De las utilidades líquidas y realizadas que resulten al cierre del ejercicio una vez efectuadas las amortizaciones y deducidos los castigos provisionales y previsionales que el Directorio juzgue conveniente, se destinará: el porcentaje que fije la autoridad competente para el fondo de reserva legal; el porcentaje que establezca el Directorio, que no podrá superar el VEINTE POR CIENTO (20 %), al TESORO NACIONAL; y el remanente a aumentar el capital y a los demás fines que determine el Directorio.

Cuadro Nº 1 - Los cinco primeros bancos locales en términos del patrimonio neto, activo, préstamos y depósitos, junio 2017 (millones de pesos)

Variable y orden de importancia

Banco

Importe

Nación= 100

a) Patrimonio neto

1

Nación

 89.782

100,0

2

Macro

 35.827

39,9

3

Santander Río

 24.127

26,9

4

Galicia

 22.050

24,6

5

Francés

 16.872

18,8

b) Activos

1

Nación

 628.450

100,0

2

Santander Río

 275.473

43,8

3

Provincia Bs. As.

 275.306

43,8

4

Galicia

 220.180

35,0

5

Macro

 175.529

27,9

c) Depósitos

1

Nación

 483.783

100,0

2

Provincia Bs. As.

 208.963

43,1

3

Santander Río

 203.298

42,0

4

Galicia

 156.730

32,4

5

Francés

 125.616

26,0

d) Préstamos

1

Nación

 172.088

100,0

2

Santander Río

 146.083

84,9

3

Galicia

 126.655

73,6

4

Provincia Bs. As.

 122.105

71,0

5

Macro

 96.820

56,3

Fuente: Elaborado sobre la base de la información del BCRA.

Ciertamente, la Asociación Bancaria denunció el intento de la descapitalizar la institución (ver recuadro) pero también agrega a lo dicho que el desfasaje entre los recursos disponibles y los préstamos hipotecarios a más de 30 años de plazo agudiza la falta de liquidez del banco.

La privatización del Banco Nación no formó parte de las políticas que se implementaron durante la variante de la valorización financiera que condujeron los grupos económicos locales entre 1976 y 2001, ni siquiera durante la masiva enajenación y transferencia de los activos públicos que se desplegó a finales de la década de 1980 y comienzos de los´90. Sin embargo, esto no significa que no haya habido propuestas por parte del capital financiero, de los organismos internacionales de crédito (FMI y Banco Mundial) y de sus subordinados internos. Es decir, de las fracciones del capital y los organismos internacionales que sustentan al actual gobierno de Cambiemos.

La Bancaria denunció que el Gobierno busca privatizar el Banco Nación

La conducción nacional de la Asociación Bancaria (AB) aseguró que el proyecto de Ley de Presupuesto 2018 enviado al Congreso procura "descapitalizar" el Banco de la Nación Argentina (BNA) para luego "privatizarlo". "El Gobierno incluyó en el proyecto de presupuesto una transferencia de capital desde el Banco de la Nación al Tesoro por 20.000 millones de pesos y ordenó al directorio de la entidad adecuar su Estatuto", denunciaron los secretarios general y de Prensa, Sergio Palazzo y Eduardo Berrozpe. Los dirigentes gremiales indicaron que por el artículo 90 del proyecto de Ley de Presupuesto "se pretende incorporar modificaciones a la Carta Orgánica del BNA para habilitar esa y otras futuras transferencias, con la posibilidad cierta de regresar a las prácticas de los '90 y vaciar el banco para luego privatizarlo, que es un viejo proyecto de la banca extranjera". Para la Bancaria, la decisión oficial fue adoptada en momentos en que el Nación evidencia "un serio peligro de descalce, ya que se otorgan préstamos hipotecarios a 36 años y el plazo promedio con el que se toman depósitos es de entre 60 y 90 días" (Ambito Financiero, 15/09/2017).

Específicamente, esto ocurrió durante la prolongada y profunda crisis económica, social y política que se desplegó entre 1998 y 2001 y culminó con la crisis financiera y productiva más importante de las últimas décadas, cuando durante su desarrollo se enfrentaron los devaluacionistas (los grupos económicos locales) y los dolarizadores (el capital financiero y los organismos internacionales de crédito). Bajo esas circunstancias, los organismos internacionales proponían no sólo la dolarización de la economía sino también la reforma política mediante la regionalización de las provincias y la privatización del Banco Nación. Por supuesto, también impulsaron esta iniciativa los voceros locales. Tal el caso del actual presidente del Banco Central, Federico A. Sturzenegger, que siendo director de la Escuela de Economía Empresarial de la Universidad Torcuato Di Tella publicó un artículo denominado “Hay que privatizar el Banco Nación” en el cual luego de difamar a la institución y a sus trabajadores, termina diciendo que: “[…] no todo está perdido. Una privatización del banco podría aislarlo de las presiones corporativas y políticas” (Sturzenegger, La Nación, 1/10/2000).

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