LA PALABRA DE CRISTINA

Una utopía desde el sur. Propuestas para el futuro de la región

 

Al clausurar un seminario en México sobre Realidad Política y Electoral de América Latina, la ex Presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner reclamó a la autoridad electoral de Venezuela que exhiba las actas con los resultados de los comicios del domingo pasado y se declaró identificada con la declaración conjunta de los Presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, de Brasil, Lula, y de Colombia, Gustavo Petro. En una alocución que duró poco menos de una hora, y en la que estuvo acompañada por los senadores Anabel Fernández Sagasti y Oscar Parrilli y por las intendentas Mariel Fernández y Mayra Mendoza, dijo que si el Consejo Nacional Electoral pudo informar el viernes los resultados de las elecciones, con porcentajes y precisión de decimales, es porque tiene acceso a un sistema doble de sistema informático de las actas que fue jaqueado, cuya presentación reclama. Pidió su publicación, no sólo por el pueblo venezolano y la oposición, sino por el propio legado de Hugo Chávez.

Cristina también celebró que la jefa de la oposición, María Corina Machado, hubiera salido de la clandestinidad para encabezar una multitudinaria marcha de protesta en Caracas, porque la clandestinidad no es algo bueno.

 

 

Recordó que el peronismo "siempre desde sus orígenes ha reconocido los resultados. Somos la única fuerza de la Argentina que fue derrocada en dos oportunidades por golpes militares". Al repasar el proceso político venezolano mencionó el Caracazo contra Carlos Andrés Pérez y su política de ajuste, la elección de Chávez en 1999, el golpe de Estado en 2002, cuando Estados Unidos reconoció como Presidente al empresario de Fedecámaras Pedro Carmona, las 15 elecciones sucedidas desde el regreso de Chávez a la presidencia, y la consagración por la Asamblea de un Presidente que no había sido votado y que recorrió el mundo "juntando dólares". También se refirió a las guarimbas de 2017, que "fueron violentas y respondidas con violencia. Los militantes tienen la obligación de ser objetivos". Al referirse al bloqueo por parte de Estados Unidos que Venezuela sufre desde hace una década, y que impide incluso el ingreso de medicamentos, comentó que ni Adam Smith, ni Karl Marx, ni Hayek ni Milton Friedman podían imaginar y explicar que un país prohíbe vender o comprar nada a un país más débil. Hay que estudiar la economía del bloqueo, dijo.

Al comenzar su clase magistral dijo que debían apostar a la formación de cuadros, a la información, en esta era de fake news, de cultura líquida, instantánea, seguir apostando a la historia y no sólo al momento fotográfico. Elogió a la Presidenta electa Claudia Sheinbaum por su identificación con el movimiento de AMLO. El título asignado a su presentación era "Una utopía desde el sur". La ex Presidenta dijo que Latinoamérica nació de la utopía de la libertad, cuando aún éramos colonia. Que la lucha emancipatorias de San Martín y Bolívar fue una lucha de ideas, las de la Resolución Francesa contra el ancien régime. El concepto de Patria se forjó en las luchas por la independencia. Seamos libres, lo demás no importa nada, dijo San Martín.

Si la utopía del siglo XIX fue la de la libertad, la del siglo XX, ya construidos los Estados nacionales, fue la de la igualdad, con Eloy Alfaro en Ecuador, Yrigoyen y Perón en la Argentina, los países de Centroamérica. El principio rector que informó a la región fue la no injerencia en los otros países, el reconocimiento de la soberanía política y cultural. No nos fue tan bien con la utopía de la igualdad. Nuestro continente sigue siendo el más desigual. Había ideas enfrentadas, capitalismo vs. comunismo, en un combate ideológico, total, otra lucha de ideas, que terminó con la caída del muro de Berlín.

Pero no fue el fin de la historia. La finalización de la modernidad es la caída de las torres gemelas, no del muro. Ya las guerras no fueron por ideas, por sistemas contrapuestos, con el derrocamiento de movimientos nacionales y populares. Nuestras Fuerzas Armadas ya no ocuparon el rol de la tierra en armas, fungieron en Ejércitos de ocupación, en partido militar. En 1930 se inicia con el acuerdo de la Corte Suprema de Justicia la era de los gobiernos de facto. México acogió a los argentinos que huían de la dictadura de 1976. Los golpes terminan con la caída del muro de Berlín, surge la oleada de gobiernos neoliberales, con las privatizaciones, el cercenamiento de derechos laborales, la entrega del patrimonio nacional. El atentado contra las torres marca el fin de la historia de la modernidad donde se discuten las ideas y empiezan las guerras del odio, por la religión, la raza.

Pero al comenzar el siglo XXI surgen en la región gobiernos nacionales populares y democráticos. Hugo Chávez es el primero, con las elecciones de 1999 después del fracaso del pacto del Punto Fijo y el Caracacazo. Luego Lula, Néstor, Rafael Correa, Evo, Lugo. Son gobiernos y modelos distintos, El punto en común de esos dirigentes fue que se parecían a sus pueblos y representaban sus intereses. Contra esos gobiernos ya no eran posibles las intervenciones militares y sus métodos de desaparición forzada y exilio, impresentables en la era de la comunicación. De haber existido entonces, la última dictadura argentina no hubiera sido posible. Su derrota se produce al concluir la aventura en Malvinas. La democracia argentina es hija de los desaparecidos, de los combatientes en Malvinas y de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Surge un método diferente. El único golpe como los del siglo XX se produjo contra Evo, porque reformó la justicia. Al partido militar le sucede el partido judicial para estigmatizar y proscribir a quienes lideran y representan a esos movimientos, como Lula y Rafael. Se distorsiona la soberanía popular, me tuvo como protagonista. En 2016 comienza el juicio principal, cuya instrucción duró nada menos que cuatro años. Deciden que me tengo que sentar en el juicio oral por corrupción en el año 2019, cuando había elecciones y la representante que garantizaba el triunfo era quien les habla. Nadie lo vio, porque el 18 de mayo comuniqué que Alberto Fernández sería el candidato a Presidente.

El juicio comienza para escuchar los alegatos de un fiscal el 21 de mayo de 2019, veinte días antes de que se cierre la fórmula presidencial, y duró hasta el 24 de junio, más de un mes. El fiscal habló por cadena nacional, mientras enfocaban la puerta de mi casa. Empezó el 1° de agosto y terminó el 22. Y en el escenario global, Trump iba a la reelección, la economía volaba, hasta que se interpuso la Covid como un cisne negro. Ese Presidente había autorizado un préstamo extraordinario de 57.000 millones de dólares al gobierno argentino que orquestaba la persecución judicial. Nuestro principal aliado, Brasil, tenía preso a Lula, su líder. En ese escenario tuve que tomar las decisiones. Necesitamos gente que pueda leer mejor la política.

La utopía que debemos proponer desde el sur es la Justicia, que está cooptada por los factores de poder económico, presionada por los medios hegemónicos de comunicación. No hay juez o jueza que se anime a determinadas cosas. Felicito la reforma judicial que está emprendiendo Morena, con la elección popular de todos los magistrados. En la Argentina tenemos un Poder Judicial que solo investiga a los autores materiales del atentado en mi contra, que detuvimos nosotros. Me salvaron la virgen y el rosario, porque no salió el disparo, y los militantes que lo atraparon. En el juicio oral, donde esta persona que intentó asesinarme está confeso, están citando a los militantes porque quieren montar como que en realidad nos pasó eso por no habernos cuidado demasiado. El Poder Judicial solo es independiente de los reyes de España. Aquí reducirían el mandato de 15 a 12 años, eliminando una rémora monárquica. En la Argentina los jueces son vitalicios. Yo intenté una reforma menos profunda, en mi segundo mandato, a través de la mayoría en el Congreso: democratización de la Justicia. Que los consejeros de la Magistratura fueran a elección popular, y que los empleados no fueran parientes y conocidos de la familia judicial, que se parece más a la famiglia. Cual rayo de Júpiter, la Corte Suprema la declaró inconstitucional. México será el segundo país después de Bolivia en incorporar la elección popular de los magistrados. Felicitaciones.

El marco global, la segunda utopía. La ampliación del conflicto irresuelto de Medio Oriente, la guerra de Ucrania y Rusia que involucra a la OTAN, el surgimiento de nuevos actores de la política internacional. El fin de la historia era una pax romana con Estados Unidos como primus inter pares y el resto subordinado. Algo salió mal. China está a punto de convertirse en la primera economía mundial sin disparar un solo tiro, no basada en los portaaviones, y en apenas 70 años. Estábamos acostumbrados a que las potencias en el siglo XX eran sistemas de ideas contra sistemas de ideas. Acá no, como dice (Juan Gabriel) Tokatlián, profesor de relaciones internacionales.

El capitalismo ha dejado de ser una ideología, esta es una teoría mía. China, ha derivado en una forma de producción de bienes y servicios, la más eficiente. ¿Quién conduce el proceso capitalista? Michel Albert ni siquiera registraba a China (un intelectual no es el que lee mucho o habla bonito sino el que puede leer lo que pasa en su país y en el tablero internacional), diferenciaba entre el capitalismo germano y el del casino estadounidense, siempre con la conducción del mercado. Ahora las economías asiáticas, con participación del Estado en la conducción del proceso económico, que debe generar inclusión y cuidado del medio ambiente, que el mercado no lo hace. Elon Musk quiere el litio al precio más bajo, no le importa el medio ambiente. China incorporó más de 700 millones de personas de la economía rural al proceso de producción capitalista, no tiene precedentes.

No son modelos antitéticos. Hay dos nortes. A la utopía de la Justicia hay que unir la utopía de la paz, que no nos trasladen ningún conflicto., En este marco tenemos que abordar el problema de la democracia en Venezuela. La primera caracterización más allá de simpatías y antipatías: es una reserva de petróleo superior a la saudí. No hay diablos ni ángeles en Venezuela. Si uno mira el proceso iniciado en 1999, con un golpe en 2002 con Chávez preso, y asumió Carmona, de Fedecámaras, reconocido por Estados Unidos. Hubo cerca de 15 elecciones. Se generó un clima de violencia, con un Presidente designado por la asamblea, que recorrió el mundo juntando dólares.

Yo reconocí los resultados y manejé las relaciones internacionales con independencia de mis gustos. Un diario publicó una fake news, dijo que la Argentina votó en 2014 en favor de Rusia por la anexión de Crimea. Mentira, la Argentina votó la moción presentada por Estados Unidos. Crimea formaba parte de Rusia, la regaló Nikita Krhushev el día en que yo cumplí un año. En nuestra región sólo tuvimos dos conflictos bélicos, la crisis de los misiles en Cuba en 1962, cuando Estados Unidos descubre misiles rusos con ojivas nucleares enfocando a Estados Unidos. JFK conmina a Nikita Khruschev a retirarlos. Muchísima tensión, al borde de la guerra nuclear, los retiraron. Al año siguiente lo matan y no fueron los rusos. La segunda fue la guerra de las Malvinas, contamos con la solidaridad de América Latina, mierras Estados Unidos juega con su aliado de la OTAN. Ahí murieron el TIAR y la OEA, que obliga a acudir en auxilio del país agredido por una potencia extra continental. Y luego la frutilla del postre de la intervención en el golpe de Bolivia.

Es imperativo garantizar la paz. Sin paz no hay justicia ni economía, es un presupuesto básico. Justicia y paz. Respetamos el principio de integridad territorial, por la defensa y recuperación de las islas Malvinas. Cuando pasa lo de Venezuela, aparecen los hongos demócratas después de la lluvia. Provienen del gobierno que me persiguió y entregó armas en 2019 para derrocar a Evo, cuya vida salvaron la Argentina y México. Y los demócratas que visitan en las cárceles a los genocidas del '76 y se llevan un proyecto para propiciar su liberación son los que hablan de democracia y dicen que hay dictadura en Venezuela. No son negacionistas, además los quieren eximir por los crímenes de lesa humanidad. Es importante recuperar la coherencia entre palabra y conducta.

 

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