La necesidad del método ingenieril
Para tomar las decisiones correctas, hay que analizar correctamente los datos (bien) obtenidos
Comienzo con una definición imprescindible: llamo “ingeniero” a los que en una universidad hemos obtenido un título que nos acredita como tales y que trabajamos diariamente en la profesión. Maurizio queda evidentemente afuera.
En su actividad diaria, un ingeniero es primero un cuantificador que con información incompleta y con medios y tiempos acotados cuantifica, con una cierta confiabilidad a ser definida en cada caso, temas diversos como la resistencia de una estructura o su comportamiento frente a un sismo o un huracán, las vibraciones de un satélite o de una plataforma offshore, la presión de agua necesaria en una operación de fracking, el costo de una obra en evaluación, etc.
Pero cuantificar utilizando información incompleta y acotando la confiabilidad de la cuantificación es solamente la primera parte del método ingenieril; la segunda y más difícil es tomar decisiones fuertes en base a los análisis desarrollados.
Cuando en nuestro trabajo o en la cátedra reclamamos a nuestros colegas o aconsejamos a nuestros alumnos la aplicación del que llamamos “criterio ingenieril”, les estamos advirtiendo que nuestro trabajo no es solamente analizar sino que es, fundamentalmente, tomar decisiones sobre la base de los resultados obtenidos con el análisis, teniendo en cuenta siempre la confiabilidad de los mismos.
Estos razonamientos vienen al caso porque en charlas con amigos intelectuales, con científicos sociales, con científicos “duros” y con vecinos, surgen en estos días, recurrentemente, dos temas: el drama de la deuda y el drama de los rugbiers asesinos.
Para ambos temas aparece inmediatamente la explicación por default: “Es el capitalismo”. Explicación seguramente válida pero inútil para tomar hoy las decisiones necesarias.
En primer lugar debemos considerar que hoy, a la par del capitalismo de los fondos buitres y de las relaciones sociales tóxicas que describen películas como Joker y Parasite, existen los capitalismos que se desarrollan en los países de Europa del Norte, en particular Noruega. Además, desde la desaparición del socialismo soviético junto al Pacto de Varsovia y desde que China define su sistema con el oxímoron de “socialismo de mercado”, la superación del capitalismo no es una opción disponible para solucionar los problemas que produce, en tiempos compatibles con las necesidades sociales.
El criterio ingenieril significa identificar soluciones posibles y adoptar, de entre todas ellas, la que más beneficios o la que menos daños produzca.
Es lo que hizo Axel con el tema de la deuda de la PBA, donde definió tres caminos posibles: (1) default, (2) renegociación, (3) pagar y decidió que el menos dañino en este momento es pagar. Como dice Sherlock Holmes: "Cuando has excluido lo imposible, lo que queda, por improbable que sea, debe ser la verdad". Sería peligroso para nuestros acreedores generalizar este resultado, obtenido en esta primera negociación, porque en las próximas corren el riesgo de que “pagar” pase a ser una opción imposible.
En lo que respecta a los rugbiers, no basta con definir que son una lacra producida por la ideología neoliberal para la cual la Patria nunca es el Otro. La sociedad debe urgentemente (¡siempre el factor tiempo!) desplegar una batería de acciones posibles para evitar que estos actos de perversidad extrema puedan repetirse; algunas de estas acciones debieran ser: evitar que la búsqueda inescrupulosa de ganancias permita el acceso incontrolado de los adolescentes al alcohol y avanzar sobre la transformación creativa de actividades que, como el rugby, hoy son fundamentalmente sexistas y promotoras de patotas. Al margen de la sanción penal que corresponda a cada uno, luego de un debido proceso.
Analizar utilizando información incompleta y tomar decisiones en base a los resultados del análisis es el método imprescindible para avanzar en la solución de los problemas ya sean estos tecnológicos, económicos o sociales.
[1] "Es una vieja máxima mía que, cuando has excluido lo imposible, lo que queda, por improbable que sea, debe ser la verdad".
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